Album de fotos
– ¡Kar, hija! –exclamó, mucho más fuerte. Luka/Kara la volteó a ver, quitándose los audífonos -¿Si mamá? –A Eliza se le llenaron los ojos de lágrimas. Luka/Kara se dio cuenta de lo que acaba de hacer; abrió los ojos como platos y trató de hablar pero las palabras no salían. – Hija, eres tú –mencionó la mujer, aun llorando, acercándose lentamente a Luka/Kara. El chico reaccionó– Lo siento Eliza. No sé que dije ¿Se te ofrece algo? –preguntó, haciéndose el desentendido– No sé que está pasando, pero tú eres mi hija –dijo acariciando la mejilla del chico– Esos ojos y la forma en que te comportas. Volviste a mí, hija –Eliza lo abrazó– Te extrañé. Te amo, Kar –Luka/Kara tenía un nudo en la garganta, quería decirle a su madre que estaba en lo correcto, quería corresponder ese abrazo, pero tenía que ser fuerte -*Rompe su burbuja Kara. Miéntele. Tienes que hacerlo* -Se dijo Luka/Kara. El chico rompió el abrazó y tomó las manos de Eliza entre las suyas. – Eliza, yo no soy Kara. Me llamo Luka ¿Recuerdas? –dijo con delicadeza. Eliza no respondió- ¿Eliza? –La mujer veía fijo a la nada y no se movía. - ¿Eliza? ¿Estás bien? –Preguntó Luka/Kara preocupado – Hola Kara –dijo una voz dentro del cuarto y el chico dio un brinco del susto.
Luka/Kara giró y vio a Linda sonriéndole- ¿O debo decir Luka? –dijo tratando de bromear- ¿Qué haces aquí? ¿Qué le hiciste a mi mamá? –interrogó un poco alterado– Tranquilo, sólo está congelada. Es para que podamos hablar –respondió con suma tranquilidad- ¿Hablar? ¿De qué? No me irás a matar –dijo, ya bastante estresado– No le dije nada –mencionó Luka/Kara– Tranquilízate. No, no vengo a matarte. Vine a darte buenas noticias, de hecho, o eso creo –dijo Linda- ¿Qué noticias? ¿Ahora qué? –interrogó el chico– Bueno, pues como tu mami, aquí presente, se dio cuenta solita de quien eres tú, puedes decirle que está en lo correcto –mencionó Linda, con una sonrisa. Luka/Kara se puso contento- ¿Quieres decir que podre decirle que soy Kara y acabar con esta mentira? –Preguntó Luka/Kara –Sí y no. Puedes confirmarle a tu madre la verdad, pero sigues bajo la condición de no decirle a nadie –le aclaró– Bueno, eso no es problema. Ahora que mi mamá sabe... -comenzó– No –dijo la mujer, interrumpiéndolo- ¿No qué? –preguntó confundido– Ahora que tu mamá sabe, las reglas aplican para ella también –explicó Linda- ¿Me estás jodi... bromeas? –comentó el chico, alterándose de nuevo– Lo siento mucho. Ya te dije que yo no hago las reglas. Sólo vine a decirte que si podías decirle a tu mami. Ya habíamos hablado de esto ¿no? –cuestionó la mujer- ¿De qué? –preguntó Luka/Kara- Si alguien descubre tu identidad, por sí solos, tú puedes confirmarlo, y ellos tendrán que guardar el secreto también. Si no morirás. Lo sabes –dijo Linda como si fuera obvio– Nunca mencionaste eso –le dijo el chico y Linda se rio nerviosa– Ops. Lo lamento, pero vine a decírtelo ahora ¿no? –comentó. Luka/Kara la miró serio– Entonces, si ellos lo descubren puedo decirles ¿correcto? –cuestionó el chico para que no hubieran confusiones– Así es –respondió Linda– Ellos tampoco podrán decir nada, porque si no moriré ¿correcto? –Dijo el chico– Sí –contestó la mujer– De acuerdo. Muchas gracias por la información –dijo con ironía en la voz– Por nada. Me voy –dijo la mujer– Si, gracias por la visita –comentó con sarcasmo– Ahora descongela a mi madre para que pueda abrazarla y decirle cuanto la quiero –pidió Luka/Kara con bastante exigencia.
Linda desapareció. Eliza volvió a la normalidad y Luka/Kara la abrazó fuerte. Le dijo que sí era ella y le contó todo. Lloraron y se llenaron de abrazos. Eliza juró no decir ni una palabra. Ante los demás, seguirían tratándose igual.
-Es una lástima que no podamos decirle a nadie. En especial a Lena –comentó Eliza– Lo sé. Me está matando –respondió Luka/Kara- ¿Qué piensas hacer? –cuestionó su madre– Pues seguir siendo su amigo, espero que con el tiempo logre descubrirlo como tú –dijo. Elizs lo miró– ¿Y si nunca llegase a descubrirlo? –preguntó, con delicadeza– No sé, mamá, no sé. Yo la amo, ella me amaba. Estar cerca de ella sin poder decirle, me destruye por dentro. Pensé en conquistarla con este cuerpo, pero ella no parece estar lista para dejarme, dejar a Kara, ir –concluyó y su madre lo abrazó, consolándolo.
A Eliza se le ocurrió que mientras más tiempo pasara Luka/Kara con Lena, más posibilidades de que descubriera la verdad, había. O, al menos, habría una oportunidad para que Lena se enamorara del chico. Así que invitó a Lena a cenar. Le dijo a Luka/Kara que cocinara él; tal vez Lena reconocería la sazón, como ella hizo. Luka/Kara hizo un platillo vegano, pero no ligado a Kara, no quería alterar a Lena con recuerdos. Sabía cómo se ponía cuando él hacía algo que le recordaba a Kara. Eliza lo regañó, porque se suponía que debía ser obvio.
-Esto está delicioso –admitió la morena –Felicitaciones al chef –agregó. En su mente rondaba la idea de que la comida le sabía familiar, a pesar de que nunca había comido ese platillo en particular. – Gracias –dijo Luka/Kara. Terminaron de cenar y los tres se trasladaron a la sala a conversar. – Ahora vuelvo –dijo Eliza. Al poco tiempo, regresó con un álbum de fotos – ¿Te gustaría recordar viejos tiempos? –Le preguntó a Lena- ¿Y a ti, te gustaría aprender algo de mi hija? –le preguntó a Luka/Kara, guiñándole un ojo. – Sólo si no le molesta a Lena –dijo el chico. Lena miraba la cubierta del álbum. Dio un suspiro– No, no hay problema –respondió. Sabía que sería difícil ver las fotografías de Kara, pero quería verlas. No se había atrevido a mirar fotos de ella, desde que murió. Sólo miraba la que tenía, de ambas, pegada en su espejo, y eso, ya era bastante doloroso.
Se sentaron en el mismo sillón, Lena en medio de los dos. Eliza le entregó el álbum a la morena y esta lo abrió. Comenzó a hojear las páginas. – Mira, cuando Kar todavía era porrista –comentó Eliza– *Se veía tan bien en ese traje* -pensó la morena– Sí, la época en que ni éramos amigas –agregó Lena- ¿No eran amigas? –preguntó Luka/Kara fingiendo sorpresa– No. Ella era una porrista y yo estaba en el Glee club, así que no nos llevábamos muy bien que digamos. Ya sabes, los estereotipos sociales –mencionó la morena, encogiéndose de hombros– No es que nos odiáramos a muerte, pero si tuvimos nuestras peleas y, en realidad, ni nos hablábamos –aclaró la morena– Pero todo cambio cuando se unió al Glee club –dijo con una sonrisa- Conectamos y desde eso nos hicimos inseparables. Aunque jamás supe porque se unió al club. Es decir, ¡era una porrista! –Exclamó Lena- *Me uní, porque desde el momento que te vi. Quedé prendada de ti y sólo quería conocerte* -dijo en su mente el chico. - ¿Por qué dejó de ser porrista? ¿No podía estar en ambas clases, como Eve y Nia? –Preguntó el chico, como si no supiera– Los horarios de entrenamiento chocaban con los ensayos del coro, así que dejó a las porristas. Nos prefirió a nosotros –dijo con una sonrisa– Eve y Nia hicieron lo mismo. A la escuela no le convivo perder a sus tres mejores atletas, así que cambiaron los horarios de entrenamiento. Eve y Nia volvieron, pero Kara no –aclaró la morena- ¿Por qué? –preguntó el chico. – El horario de entrenamiento es después de clases y ella me dijo que prefería pasar ese tiempo conmigo –dijo Lena con una enorme sonrisa. – Pensé que bromeaba, pero ahora creo que era cierto.
Siguieron viendo las fotos. Ni siquiera se dieron cuenta de que Eliza los dejo a solas. – ¿Kara tenía cabello rosa? –Cuestionó el chico, fingiendo sorpresa– Sí. Tuvo su etapa de "rebeldía" –dijo la morena, haciendo la seña de comillas con los dedos– Dijo que ya se había fastidiado de su look. Así que fue a la estética y se cortó el cabello y se lo pintó de rosa. Además de que empezó a vestirse así –comentó la morena, señalando las fotos– Recuerdo que cuando la vi, me quedé en shock. Se veía tan sexy –agregó y se puso roja ante su propio comentario. Luka/Kara sonrió por dentro– Bueno, para alguien que tenía el cabello rosa, se veía bien –trató de componer la morena. – Está bien Lee –dijo el chico y Lena le sonrió– Al final, no le convenció el look y después de un par de semanas, volvió a ser pelo negro, pero conservó su cabello corto –mencionó Lena- ¿Y cómo te gustaba más? –Sondeó Luka/Kara– La verdad es que se veía bien de cualquier manera. Kara era una mujer hermosa –respondió. Luka/Kara se sonrojó.
Continuaron hojeando el álbum. Llegaron a la última página, donde había una foto grande de Kara. Tenía esa sonrisa linda de ella, y sus ojos se veían más hermosos, gracias a la luz. Lena se le quedó viendo y acarició la foto– Debes extrañarla mucho –dijo Luka/Kara– Como no tienes idea –contestó, sin despegar sus ojos de la fotografía. – Más allá de estar enamorada, ella era mi mejor amiga. La necesito. Le contaba todo y ella siempre estaba para mí y ahora, me siento sola. Tengo amigos, pero no es lo mismo que con ella –dijo, ahora viéndolo. A Luka/Kara se le rompía el corazón. – Ella era la mejor –afirmó la morena– Siempre, siempre a mi lado. Recuerdo el día que me enfermé de dengue.
'Flashback'
[[Lena estaba acostada en la cama de su cuarto, cuando escuchó que tocaron a su puerta– Pasa papá –dijo– Hola hija –dijo Kara, poniendo voz grave, entrando al cuarto, con un plato en sus manos. A Lena se le iluminó el rostro- ¡Kara! –Exclamó- ¡Hola guapa! –saludó la chica– Se que es una pregunta tonta, pero ¿cómo estás? –Preguntó Kara– Ya mejor, ya bajó la fiebre –contestó Lena– Que bueno. Tus papás me dieron esto y me pidieron que me asegurara de que comieras. ¿Qué eso de que andas de terca y no quieres comer? –La regañó en broma– Me sentía mal, no tenía hambre –se excusó la morena– Pero ya te sientes mejor y vas a comer –sentenció la chica– A ver, abre la boquita –dijo Kara, tratando de criar a la morena, quien frunció el ceño- ¡Oye! No soy una bebé, puedo comer solita –se quejó Lena– Pues cómale –dijo la chica, dándole la sopa.
La morena terminó su sopa y Kara le entregó un vaso de refresco que había ido a buscar a la cocina. Lena bebió el líquido y la chica le limpio la boca. Lena adoraba los detalles de la chica; lo tierna y amable que podía llegar a ser. – Mira –dijo la chica, mostrándole a Lena un DVD– Me lo robé de tu sala –comentó Kara– ¡Funny Girl! –dijo emocionada Lena– Así es –confirmó la chica. Kara puso el DVD en el reproductor y se acercó a la cama de Lena– Hazte un lado –le dijo a la morena- ¿Qué? –Preguntó Lena– Que te hagas a un lado, ¿qué no ves que me voy a chutar Funny Girl por vigésima octava vez, con tal de que te sientas mejor? –Respondió Kara y la morena le regaló una enorme sonrisa– Dale, hazte a un lado –volvió a decir la chica. Lena se arrimó, para darle lugar a Kara en su cama. La chica se recostó en la cama y puso play. – Vente –dijo la chica, dándole a entender a la morena que se acostara sobre su cuerpo. Lena sonrió y se acomodó en el pecho de la chica. – Gracias, gracias por todo Kara. Te amo –dijo la morena– Yo también guapa –contestó Kara, dándole un beso en la cabeza.]]
–Siempre, siempre a mi lado. Recuerdo el día que me enfermé de dengue, estuvo ahí consintiéndome, hasta que me alivié. –Dijo Lena nostálgica– Suena como una gran amiga, pero seguro tú eres igual o mejor que ella –comentó el chico– Supongo –dijo la morena– ¡Claro que sí lo eres Lena! –exclamó Luka/Kara. Lena lo miró un poco confundida– Digo, por lo que he escuchado. Tú siempre estuviste ahí para ella. ¿No la ayudaste en el proceso de salir del clóset? –Cuestionó Luka/Kara– Sí. Kara me lo dijo a mí, antes que a nadie. Incluso antes que a Eve y Nia, con quienes llevaba más años de relación y que, bueno, tú sabes, tienes una relación –dijo la morena orgullosa– Me lo contó, luego a ellas y después me pidió el favor de ayudarla a decírselo a Eliza. Me sentí tan especial –dijo la morena, ya con lágrimas en los ojos- ¿Lo ves? Eres buena Lee. Y seguro que tú también la habrás cuidado a ella, en alguna enfermedad –afirmó el chico– Kara casi no se enfermaba, a decir verdad. Pero, recuerdo una gripe que le dio, esa tarde vimos películas y comimos muchas golosinas. Era la persona mocuda más linda del mundo –comentó nostálgica– Tan tierna, con su naricita roja. La molestaba con que se parecía a Rodolfo el reno –Luka/Kara sonrió.
Lena miró de nuevo la fotografía de Kara, la observó y comenzó a llorar. Luka/Kara la abrazó– No Lee, por favor no te pongas así –le pedía el chico, con un nudo en la garganta– Es mi culpa. Todo fue mi culpa –dijo, entre llantos- ¿De qué hablas? –cuestionó el chico, extrañado, aun abrazándola– Se murió por mi culpa. Kara se murió por mi culpa –respondió, sin poder dejar de llorar. Luka/Kara la obligó a mirarlo– Claro que no. Fue un accidente. Tú no tienes la culpa de nada –dijo con seguridad– Si yo no la hubiese citado ese día. Si ella no hubiese ido a comprar esas malditas botanas –dijo- ¿Bromeas? ¿Qué tienen que ver las botanas? –interrogó Luka/Kara– Ella sabía cómo soy de exigente. Sabía que le reclamaría que no hubiese comprado las botanas –el chico negaba con la cabeza- ¿Sabes que papas llevaba en las bolsas? ¡Mis favoritas! ¿Por qué rayos tenía que haber ido a comprarlas? ¿Qué rayos la cité? ¿No entiendes? Ella estuvo en el momento y lugar equivocados, por mí –dijo Lena, llorando y, ya alterada. Luka/Kara la tomó por los hombros– Escúchame Lena -exigió- Lo que me... le pasó a Kara, no fue tu culpa. Mi... su muerte no fue tu culpa –le dijo con firmeza- ¿Entiendes? No creo que Kara quisiera que tu estuvieras así por su culpa *No puedo verte así Lena, abatida y mucho menos, verte culpándote de mi muerte* - Luka/Kara sentía una impotencia– Un auto la atropelló. Fue un accidente –agregó el chico– ¿Ese auto que desapareció? –Luka/Kara la miró confundido– El maldito huyó. Una testigo vio la placa, pero al revisarla, descubrieron que no existía. Fue tan extraño, salió de la nada. Te juro que Kara miró a ambos lados, antes de cruzar. No tengo idea de donde salió ese auto y no me interesa. Si no fuera por mí, Kara no habría estado ahí –Luka/Kara rodó los ojos– Lee, no fue tu culpa –dijo ya desesperado– No soporto verte así. ¡Basta! Kara no querría que te culparas por su muerte –exclamó– Tienes que dejarlo ir. No puedes venir en depresión para siempre, a causa suya –Luka/Kara ya había perdido la paciencia. Lena lo miró enojada- ¿Qué quieres que me olvide de Kara y ya? –Preguntó con enojo– No, no digo eso. Extrañara está bien. Recordarla también, pero estar triste todo el tiempo y, sobre todo, culparte de su muerte no está bien. No es sano –contestó, más calmado. Lena lo miraba seria- Nunca te has enamorado ¿verdad? –Cuestionó Lena– Claro que sí –dijo suave, viéndola a los ojos– Y si a esa persona le hubiera pasado algo, habría muerto –respondió, dándose cuenta de que si la situación hubiera sido al revés, estaría peor que la morena. Pero no quería ver así a Lena por su culpa– Entonces sabes por lo que estoy pasando –le dijo la morena– Pero, no creo que Kara querría verte así -repitió-*No quiero verte así. Me mata que sufras por mi culpa* Al menos deja de culparte por su muerte –agregó- ¿Quién te crees que eres? ¡Tú no sabes lo que Kara querría! ¡Tú no eres nadie para decirme que hacer! –Le recriminó la morena– Lena, cálmate. No te estaba diciendo que hacer, sólo quería hacerte sentir mejor –dijo, tratando de calmar las cosas, no quería alejar a Lena de él- ¿Hacerme sentir mejor? ¡Vete al diablo Luka! Yo jamás me sentiré mejor, porque siempre amaré a una mujer que está muerta –concluyó Lena, saliendo de la casa, muy enojada.
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