Capítulo 02
Estaba atado y amordazado, su cabeza se sentía como como en una nebulosa. Sabía que debían haberle hecho algo para que su cabeza se sintiera en esa forma. Notó que había varios chicos ahí, todos hombres. Sacudió su cabeza otra vez intentando alejar la bruma que lo invadía pero no parecía ayudar. Escuchó pasos acercarse y levantó la vista intentando enfocar lo que tenía enfrente. Un par de hombres que parecían bastante grandes se acercaban.
-Vaya que se han lúcido los recolectores -dijo uno de ellos recorriendo con la mirada a los chicos amordazados mientras se lamía los labios- han traído material de primera.
-Sí, se ven resistentes además -respondió el otro- bueno casi todos, -soltó una risa extraña- pero bueno ya sabes, igual para algo servirán aunque no sean suficientemente resistentes.
Ambos rieron en acuerdo.
-¡Eh! ustedes no tienen por qué estar aquí -dijo una tercera voz proveniente de un chico que se acercaba a prisa- saben que no pueden venir a molestar a los candidatos.
-Tranquilo muñeca, sólo estábamos admirando la mercancía, no hacíamos nada; después de todo alguno de ellos puede ser nuestro compañero, solo veníamos a ver si valdría la pena el esfuerzo físico. -Los dos primeros rieron.
-Saben que es contra las reglas, no es tiempo aún, pronto tendrán oportunidad como el resto.
-¿Qué pasa? ¿No sabes tú lugar acaso? ¿Te sientes importante por ser compañero de un miembro del Consejo? Recuerda que eres sólo un humano al fin de cuentas, uno tomado por la manada y nos debes respeto.
-Yo no les debo respeto alguno, conozco mi posición y las reglas, pero parece que ustedes las están olvidando, tal vez pida a ese miembro del Consejo que se los recuerde o ¿por qué no? Tal vez al Alfa en persona.
-Tu pedazo de...
-Tranquilo, -interrumpió el segundo- vamos no vale la pena, ya vimos lo que queríamos.
Los dos primeros se retiraron y dejaron atrás al último, Beomgyu no había podido evitar escuchar la discusión tratando de entender quiénes eran esas personas, qué querrían de ellos, o por qué los habían llevado a lo que parecía ser a mitad del bosque.
El chico se acercó a los atados y empezó a realizar lo que parecía una revisión, Beomgyu observó cómo los chicos intentaban resistirse a su toque y como este joven -porque de eso también se había percatado Beomgyu- intentaba calmarlos con palabras dulces, diciendo que lamentaba su estado y que no les haría daño. Cuando llegó su turno el chico frente a él le dijo lo mismo que a los otros, que revisaría el estado de su cuerpo en busca de alguna herida, que no temiera, explicó que él estaba a cargo del cuidado de los candidatos y que trataría de que estuviesen lo mejor posible.
Luego de un momento empezaron a llegar otros chicos que parecían estar bajo las órdenes del chico que los había revisado; la tensión en los demás retenidos era palpable, más aun cuando los recién llegados pusieron a todos de pie y entonces el que parecía su líder habló.
-Sé cuán aterradora es esta situación para ustedes, que debe haber miles de preguntas en sus cabezas, lamento decirles que no tengo las respuestas al por qué de todas ellas. Mi nombre es Jungwon y como ya les he dicho estoy a cargo de su cuidado hasta el momento de la Ceremonia de la Luna. Voy a intentar explicar que es lo que hacen aquí y qué es lo que pasará a continuación, pero antes deberán acompañarnos para que podamos desatarlos, por favor cooperen con nosotros, pues al menor disturbio vendrán los guardias y ellos no serán tan amables.
Notablemente asustados y todavía aturdidos por los efectos de lo que fuese que les hubieran suministrado, siguieron las instrucciones de Jungwon quien junto con los otros los condujeron a lo que parecía una cueva con una puerta que fue cerrada una vez ellos entraron. El interior era bastante amplio, en absoluto estaba lejos de parecer una simple cueva, era bastante espacioso, tenía camastros suficientes para cada uno, una mesa rectangular con bancos alargados y lo que parecía una pequeña piscina natural de aguas termales, a juzgar por el leve vapor.
Los detuvieron en lo que parecía el centro y los colocaron en semicírculo quedando frente a Jungwon.
-En este lugar podrán descansar, ahora vamos a quitarles las ataduras de sus manos y bocas y procederé a explicarles su situación; tienen que permanecer lo más tranquilos posible, como les dije, nosotros no les haremos daño, entiendan que si tratan de hacer algo tan estúpido como escapar no puedo garantizar su seguridad, allá afuera están los guardianes y ellos tienden a ser bastante agresivos con quienes lo intentan, la única forma que tenemos para ayudarlos es que cooperen con nosotros, y entiendan lo siguiente: ellos no dudarán en tomar sus vidas y no será algo para nada rápido -dijo Jungwon seriamente.
Los otros comenzaron a quitar las ataduras y se colocaron cuidadosamente atrás de cada uno de los prisioneros, recordándoles que no estaban tan libres de movimiento aún.
-Ahora bien, ustedes podrán no creer lo que voy a revelar y no les culpo, ninguno de nosotros lo hizo cuando estuvo en su lugar -los diez prisioneros no pudieron evitar el gesto de sorpresa y uno de ellos se atrevió a hablar.
-Entonces tu... ustedes también fueron secuestrados, -dijo tratando de asimilar- si es así entonces por qué no nos ayudas, deberían ayudarnos... Yo quiero ir a casa... -su voz se quebró.
Otros comentarios similares surgieron aquí y allá, los chicos que estaban acompañando a Jungwon se apresuraron a sujetarlos con palabras calmantes llenas de compasión, pues ellos sabían cómo debían sentirse.
-Lo siento realmente chicos pero no puedo hacerlo, si me dejan explicarles tal vez puedan entender a que se enfrentan y lo inútil que sería nuestra ayuda si intentan escapar.
Jungwon hablaba de manera firme y de alguna forma lograba transmitir serenidad, al menos así lo percibía Beomgyu, el rubio no había dicho palabra alguna, se había dedicado a observarlo todo, desde la pequeña senda caminó a la entrada de lo que él pensó una cueva en un inicio, los dos grandes tipos como colosos que flanqueaban la entrada, lo extrañamente hermosos que parecían estos chicos que ayudaban a Jungwon y que decir del mismo Jungwon, aun con su gran estatura sus facciones no dejaban de ser delicadas y bellas. Miró entonces a los otros que compartían su suerte, en su mayoría también eran chicos altos y de facciones bellas que lo hacían sentirse fuera de lugar. Por lo que sea que los hubiesen escogido, no estaba seguro de encajar en el patrón.
-Intentaré explicarles lo más claro posible, no espero que lo acepten de buenas a primeras, pero en la medida que esto les quede claro les ayudará a que la transición sea lo más llevadera posible. -Empezó otra vez Jin- Lo que diré puede sonar escandaloso, pero les suplico guarden silencio y permítanme explicar, ya después habrá tiempo para preguntar. Ustedes han sido traídos a este lugar para ser elegidos como compañeros de los hombres de este clan -jadeos en coro, ojos agrandados por la sorpresa de lo dicho, protestas e inquietud se manifestaron entre los cautivos- esperen, por favor; esto no es algo que ustedes o yo podamos cambiar.
La inquietud dio paso a la histeria y un brote contagió a otro.
-No pueden hacernos esto... Yo... no voy a permitirlo... -Un chico delgado de cabello castaño gritó mientras forcejeaba lanzándose hacia la puerta.
Beomgyu quedó paralizado, en un inicio pensó que podía tratarse de un secuestro típico a cambio de rescates, pero lo que estaban insinuando era otra cosa, se puso en alerta también, quiso salir huyendo, su reacción no era distinta a los otros, cuando volvió su vista a Jungwon pudo notar como este asentía y luego de esto el chico que lo sujetaba puso un paño sobre su nariz con algo que lo dejó sin fuerzas casi de inmediato, sintió su cuerpo laxo deslizarse al suelo pero le extrañó ser capaz de que su mente funcionase con claridad, parecía que lo que sea que le hubiesen hecho inhalar sólo tenía función paralizante. El chico que sostenía a Beomgyu lo recostó sobre su pecho al igual que hicieron con los otros prisioneros, acariciaban sus cabellos intentando tranquilizarlos, pero la sensación de estar atrapados en sus propios cuerpos no era nada agradable. Y entonces, las lágrimas eran lo único que les permitía manifestar su temor y frustración.
-Lo siento mucho, no quería hacerles esto, pero es necesario no quería llegar a ello pero no tuve opción -habló Jungwon nuevamente- traten de estar tranquilos, no luchen con ello, los efectos pasarán en algunas horas. Esto me permitirá explicarles las cosas a fin de hacerlo más fácil para ustedes. Como ya lo dije no pueden escapar, su mejor oportunidad es escuchar atentamente y llevarlo lo mejor posible aunque parezca inverosímil lo que les diré.
»Sé que todos habrán escuchado cuentos sobre cambiaformas e incluso visto películas al respecto; pues bien, esto es real, los cambiantes existen y han sido traídos a una manada de Lycans para, si tienen suerte, ser sus compañeros.
»Fueron elegidos por su capacidad reproductora, para ser los portadores de sus crías, además de obviamente de su atractivo físico. Mañana habrá luna llena y será el momento de la ceremonia, es ahí donde tendrán su oportunidad de ganarse su libertad o tal vez emparejarse a uno de los machos de la manada que buscarán acoplarse con ustedes.
»Por su mirada y mi propia experiencia, comprendo que les parezca aterrador todo lo que les digo, y también sé que muchos de ustedes sino todos, creen que debo estar loco, pero es mi deber transmitir esta información a ustedes ya sea que lo crean o no.
Beomgyu no daba crédito a lo que el chico frente a él decía, empezó a creer que habían sido secuestrados por una secta de lunáticos, y que de ser así, planeaban usarlos como una especie de sacrificio u ofrenda. Quería gritar, salir corriendo de ahí pero estaba atrapado en su propio cuerpo y no podía hacer otra cosa que escuchar impotente las locuras que salían una tras otra de boca de esa persona parada frente a ellos.
-Deben saber que ustedes son importantes y preciados, y que aunque la Ceremonia de la Luna puede ser un momento difícil para algunos, una vez que se establece el vínculo con su compañero, este cuidará de ustedes y les proveerá de lo necesario para hacerlos sentir lo mejor posible.
»Les hablaré de la ceremonia y qué pasará ahí. Los machos que estén buscando acoplarse participaran en la ceremonia, ellos ya habrán elegido a uno de ustedes para ese entonces, -debo aclarar que puede suceder que más de un macho se interese por alguno de ustedes-, cuando el momento llegue se les liberará de sus ataduras y se les permitirá huir si así lo desean, ustedes pueden intentarlo, tendrán treinta minutos antes que la luna este en el centro y ellos inicien su cambio, entonces, ellos les buscarán, les perseguirán y una vez que los encuentren... Los tomarán.
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