Persona Desafortunada.
La victima número cuatro, fue Momo Yaoyorozu. Una joven de pelos negros, inteligente y agradable.
El 4 de Agosto, abandonó aquel ridiculez llamada relación.
Momo solo tenía demasiada inocencia, y quería una historia de amor. Sentir el amor y el cariño.
🌙
Momo estaba algo loca y desesperada de amor, no buscaba seguir con las tradiciones, por qué quería seguir su propio camino.
Ella quería el matrimonio.
Por qué, sí. Tenían la edad suficiente para hacerlo, también la madurez adecuada. Ella era muy madura para su edad, deseaba una vida perfecta.
Y según ella, así debería comenzar.
Fue a una joyería con precios bastante caros, pero a ella no le importó. Buscando el anillo perfecto de compromiso.
Los empleados la quedaron mirando; no solo por el hecho de ser una joven de dieciocho, sino por qué, usualmente era el hombre el encargado de ese tipo de cosas.
El encargado de pedir matrimonio.
Ignoró las miradas de confusión y asombro. Pagó y se fue.
Directo a la casa de su novio, ansiosa por lo que él diría cuando se entere. No esperaba una reacción mala. Se imaginaba algo así, como:
— Momo, sí. Si me casaré contigo. Dejaré toda mi vida planeada para casarme contigo.
Y luego se besaban. Misteriosamente, como en las películas, aparecían en una iglesia. La mujer con un precioso vestido de encaje blanco y el hombre con un traje de gala, con una sonrisa encantadora en su rostro.
Después, hacía su aparición el cura. Comenzaba el discurso y al final llegaba a la respuesta de los comprometidos.
— Momo Yaoyorozu, acepta a Todoroki Shouto, como tu legítimo esposo, para cuidarlo y respetarlo en la salud y en la enfermedad.
— Acepto— sonrío, para dejar caer unas cuántas gotas de sus ojos.
— ¿Y tú? Todoroki Shouto, aceptas a Momo Yaoyorozu, como tu legítima esposa, para cuidarla y respetarla en salud y en la enfermedad.
— Acepto— dijo con su típico rostro serio. Aquel rostro serio que había enamorado a la chica.
Y unieron sus labios en un suave beso.
Cayó, de vuelta en la realidad, se había tropezado con una caja. Dónde, curiosamente, había un gato.
Su pelaje era negro azulado, con unas marcas rojizas en forma de triangulo. Tenía unos largos bigotes y unos ojos azulados.
Era hermoso. Lo agarró y se lo llevó, seguramente le regalaría a Shouto. Aunque, dudaba por su inexperiencia con los animales y lo estricto que era su padre.
Pero, no podía abandonarlo en la calle. Cualquier cosa sería mejor.
Pensó varias veces y decidió ponerlo, disimuladamente, en el jardín del vecino de la par. Tal vez, era una persona amistosa y lo aceptaba.
Volvía a repetir lo mismo dicho antes, sólo que corregido. Cualquier cosa sería mejor que Endeavor.
Tocó el timbre de la increíble mansión que le pertenecía a su novio. Una empleada le abrió, era una chica muy amistosa y agradable, que sin dudarlo la dejo pasar.
A Momo le provocó una inquietud la mujer frente a ella. La empleada o sirvienta, tenía un grande parecido con el gato de hace unos minutos.
— El joven Todoroki se encuentra arriba, está con otra persona. Pero, desconozco quién es. Suba, si lo deseaba— informó. Cómo si le incitará subir y averiguar quién se encontraba con su futuro prometido, aunque él no lo sabía.
Su curioseo fue más grande, con pasos lentos y silenciosos se adentró al tan largo pasillo. Conocía perfectamente la casa del bicolor.
Logró pasarlo de manera silenciosa, se posó sobre la puerta. Tratando de escuchar algo, pero nadie emitía ningún sonido.
Abrió la puerta, sin siquiera preguntar o avisar que lo haría. Sólo la abrió.
Encontrándose con una situación, bastante sorprendente. Una chica rubia de ojos azules, salió del lugar en ese mismo instante. La mirada de Momo no siguió a la persona que había salido, ni siquiera le importaba quién era exactamente.
Para ella, era algo invisible.
Todoroki seguía con su monótono rostro, analizando qué hacía la chica en su propia casa. No recordaba haberla invitado tampoco.
— ¿Que haces aquí, Momo?— aligeró un poco el tenso ambiente que se había formado.
— Oh, sí. Te traje algo, Todoroki-kun— afirmo entusiasmada.—, ¿quisieras casarte conmigo?
Se quedó petrificado. No se esperaba esa pregunta tan directa de parte de su 'novia'.Él no amaba a Momo, pero no se atrevía a rechazarla. Quería apreciar sus sentimientos, aunque él no pueda corresponderlos.
— Claro.
De los ojos de la mujer parecían salir brillos, mientras ponía en su dedo el anillo. Totalmente alborotada, fue a avisarle a todos sus conocidos incluso a gente desconocida de la calle.
Simplemente, la ignoraban. Les daba miedo la joven.
Ella no pudo aguantar la emoción. Ese mismo día se casarían.
A las 20:00, ya todos los invitados estaban allí.
Se encontraba con aquel vestido tan blanco como la nieve, su pelo suelto con rosas blancas que su mejor amiga, Kendou, había juntado para ella. Con zapatos de cristal caminó el largo camino que debía seguir para llegar a Shouto.
Se paró frente al cura, cabizbaja, tenía miedo y nervios. Había sido su plan, sí. Eso, no quitaba el hecho de tener una inquietud en su interior.
Esperaba decidida, sentir la frialdad de las manos de Shouto, uniéndose a la suyas. Esperaba qué, el cura comenzara a hablar, dispuesto a casarlos.
Solo habitó el silencio por esa habitación.
Extrañada, Momo abrió sus ojos. Todoroki no estaba ahí.
Trató de atrasar la ceremonia. Pero, no lo logró.
Y ese 4 de Agosto, no hubo casamiento.
El bicolor jamás llegó. La había dejado plantada en el altar.
Momo no tardó en desmoronarse, gritó con una terrible desesperación. Lágrimas se juntaron en sus ojos, que no demoraron en salir.
Los gritos desesperados de la chica estremecían a su mejor amiga, que solo pudo dejarla en el baño.
Yaoyorozu empezó a arrancar el hermoso vestido de una desafortunada enamorada, tiró los zapatos con fuerza al suelo, quebrandolo por completo.
Igual que su corazón.
Con los pequeños vidrios, descocía y rayaba el traje de novia, dañandola en el proceso. El único dolor que sintió, fue la humillación de las personas que esperaban un casamiento.
La decepción de su familia, su hija había sido una deshonra. Eligió al prometido equivocado y fue cancelada en el altar. Su familia se avergonzaba de ella, y no se sentía digna de ser una Yaoyorozu.
Con un tormento en su interior, rompió el espejo. Sintiendo asco de sí misma, capaz que no era lo suficientemente bella para Shouto.
Lastimó con el pedazo de vidrio, gran parte de su rostro. Tanto cejas, como mejillas, completamente rojas.
Y quería más, quería desahogarse. Deshacer todo sufrimiento de su interior.
Pero, no podía, no podía hacerlo. Por qué, no era lo suficiente valiente cómo para hacerse tanto daño a sí misma.
Tal vez, por qué no era valiente. Por qué no era valiente y honoraria Todoroki no se casó con ella.
Debía madurar y terminar aquella ridiculez que estaba armando. Ese espectáculo sin público, no valía la pena.
Nada cambiaría el hecho de qué, era una infortunada. La ilusionaron, la plantaron y la humillaron.
El resentimiento estaba en sus venas.
El 4 de Agosto, una joven entendió qué, la vida no era maravillosa, que ella era algo nefasto. Una desgracia. Entendió qué, era una persona desafortunada.
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