Amistosa Rúptura.
La victima número cinco, fue Kirishima Eijirou. Un chico agradable y amistoso, de tan solo quince años.
El 5 de Agosto, Kirishima perdió algo, llamado Amistad.
🌙
Kirishima se encontraba yendo a la casa de su mejor amigo, Denki. Lo había invitado a su casa para una 'sorpresa', aunque el pelirrojo solo iba a alimentarse y ver películas en casa de su amigo.
Estaba algo inquieto. Kaminari desde hace días se comportaba extraño, captando totalmente su atención y siendo el provocador de muchos de sus insomnios.
A paso un poco apresurado, llegó a la casa del rubio. Tocó la puerta, tres veces, indicando qué, era él.
Después del tercer golpe, Kaminari abrió la puerta. Dejando ver, el basurero que era su casa. Se encontraba con una remera chica naranja y un pantalón corto.
— Pasa.
Indicó, haciendo lugar para que el pelirrojo pasase.
Ambos se dirigieron a la habitación del chico, el rubio subía con dos paquetes de papas y el pelirrojo, con los chocolates.
— ¿Para qué me invitaste?— preguntó. El rubio sólo resopló.
— Para ver una espectacular película. ¡Mira, se estrenó Cars 3!— le entregó el celular a Kirishima, mostrando las películas que tenía.
Eijirou gustoso, agarró el aparato. Hace mucho que no veía una película, no contaba con el tiempo, ni con el dinero.
Hasta que, entendió la estrategia de su mejor amigo. Persuadir.
— ¿Qué quieres? — preguntó. La cara de Kaminari era todo un poema, sus ojos estaban abiertos de par en par, sus mejillas sonrojadas fuertemente, y estaba temblando ligeramente.—, ¿qué sucede, Denki?
Kirishima se estaba preocupando, jamás había visto esos raros sintomas que estaba padeciendo el rubio.
Y extrañamente, le había gustado lo que estaba presenciando.
— Estoy enamorado— susurro. Esta vez, fueron los ojos de Eijirou los que se abrieron. Temía la respuesta, ni siquiera entendía el por qué.
— ¿De quién?— hizó el esfuerzo por no quebrantar su propia voz. Y agradeció, que Kaminari sea un idiota cómo para no notarlo.
— De Jirou— volvió a susurrar, más bajo que el anterior.
En el momento en qué, ese nombre salió de los labios del rubio, sintió una depresión caer automáticamente, sobre su cuerpo. Seguía, sin comprender la razón de esto.
— ¡Que bueno, hermano! — gritó, con una sonrisa tan rota en su rostro. Aunque, el amante de los rayos estaba en las nubes cómo para darse cuenta.
Kaminari emocionado, comenzó a relatar todo lo que vivió con Jirou. Y todos los momentos, en qué la admiró desde lejos. Cada palabra dicha por el rubio, era como una apuñalada al corazón para Kirishima.
Sentía que le dolía, que su corazón ordenaba que salga de ahí, que ya no escuche más. Pero, todo esto, era ignorado por el cerebro.
Cómo si de masoquista se tratase, siguió ahí. Preguntó que le enamoró de la chica, y el amante de los rayos comenzó a describirla.
Kirishima sentía tanto culpabilidad, como dolor. Él sí conocía a Jirou, al contrario, eran amigos. Y era muy consciente de qué, Kaminari no tenía posibilidad con ella.
Pero, la ilusión del chico era tan grande, que no podía simplemente destrozar sus esperanzas. No era lo que un amigo haría.
Amigo. Esa palabra le dolió, le marcó en lo más profundo de su alma.
Y al fin, entendió que...
— Denki, ¿puedo ir al baño?— interrumpió, con una sonrisa nerviosa. Su amigo arqueó una ceja.
— Claro, ya sabes donde es.
Sin saberlo, ese fue el peor error que Kirishima pudo cometer.
El pelirrojo se apresuró a llegar al baño y encerrarse. Quería pensar. Razonar que no estaba, bueno, ya sabes 'eso'.
'Es imposible'.
'¿Yo y Kaminari, jamás'.
'Somos buenos amigos. No lo arruines.'
— No estoy enamorado.
Lavó su rostro, buscando desviar todos esos pensamientos irreales. Por qué, eso eran. Una locura.
En los pocos y largos minutos, que Kirishima tardó. El amante de los rayos estaba inquieto, sentía su corazón latir con fuerza.
Buscando distraerse un poco, agarró una de las pertenencias de su amigo, su celular.
Por qué, Kaminari no era tan idiota como parecía. Se había dado cuenta, hace semanas. Su amigo actuaba raro.
Y todos los indicios indicaban que, posiblemente, tuviera una novia escondida por ahí.
En el mismo minuto en qué, recogió el celular, éste vibró. Un mensaje había entrado. Con una curiosidad extrema y un claro aviso en su cabeza, que decia que no debía tomarlo.
Sus ojos se abrieron, sus pupilas comenzaron a dilatarse, su ceño comenzó a fruncirse. Claramente, molesto y frustrado.
Su supuesto amigo, lo había traicionado. Sentía que, su garganta se cerraba. Su asombro era grande.
Era un mensaje de Kyouka.
— ¿Nos vemos hoy?
Eso era lo que decía. Empezó a sentirse mal, él no tenía ni idea de la relación de la hermosa joven y su mejor amigo. Una extraña idea vino a su cabeza, ¿y si ellos eran pareja?
Una rabia lo descolocó. Su hermano de toda la vida, lo había ilusionado e incluso haberle hecho creer que tenía esperanzas. Mientras, él se llevaba todo el crédito, y se quedaba con la mujer.
Kaminari quiso vengarse. Quería ver sufrir al pelirrojo, ver su rostro como un gato magullado en la lluvia.
Por qué, no había cosa peor que la desconfianza.
Con mucho entusiasmo, publicó en las redes sociales.
"Kirishima es gay."
Con una foto donde se besaba con un rubio ceniza. Denki no lo conocía, pero era consciente de qué, Eijirou lo amó mucho.
Los abucheos no se hicieron esperar, no había ningún comentario de apoyo, ni nada que fuera bueno.
En ese momento, el de cabellos puntiagudos entró. Desconociendo la situación en la qué, él se encontraba.
— ¿Denki? ¿Qué haces con mi celular?— cuestionó, un tanto fastidiado. El rubio sonrió.
— Ten.
Múltiples mensajes recibió. Ninguno era algo lindo, ni emocional. En todos y en cada uno de ellos, habían insultos. No lo entendía.
— ¿Kaminari? ¿Qué hiciste?— seguía con la mirada en el aparato tecnológico. Denki solo sonreía, disfrutaba la mirada que el pelirrojo estaba haciendo.
Hasta qué, vio la publicación del chico frente a él. Observo la foto y levanto la mirada, buscando alguna expresión de arrepentimiento o disculpa. Más, sólo se encontró con la cara de satisfacción de el joven.
Kirishima tuvo deseos de llorar. No estaba mentalmente, preparado para eso. Nunca se esperó una traición de ese tipo.
— ¿P-Por qué?— tartamudeó un poco. Denki no se inmutó al sentir el tono quebrado de Eijirou.
— Estabas con Jirou. ¡Tú me traicionaste primero!— levantó la voz.
Kirishima no sabía si sentirse enojado o triste, por la insinuación de su amigo. Esa desconfianza en su persona.
No contestó, sólo se paró y se fue. Quería resfrescarse.
Quería llorar.
Salió de la casa, y comenzó a correr. No le importó la lluvia que se estaba desatando. Ese diluvio, con viento, que lo empujaba hacia atrás.
Seguía avanzando. Hasta que llegó a un peculiar lugar. El lugar donde, Kaminari y él se habían conocido.
Ese amor qué, siempre fue unilateral.
Por qué, con recelo no hay cariño.
Se acercó a la baranda del puente, ese especial lugar. Recordando ese hermoso momento, un recuerdo que atesoraría por siempre.
Subió una pierna, mirando el hermoso río bajo él. Subió la otra, y se sentó a contemplar el paisaje.
Las lágrimas seguían saliendo. El hecho sucedido anteriormente, lo había dejado bastante mal.
Más, cansando del sufrimiento que pasó, se dispusó a hacer algo bastante precioso.
Quiso demostrar que su sufrimiento podía ser arte.
Que su llanto, no iba a ser en vano. Y qué, él era arte.
Pensó, que su cuerpo encajaría perfecto con la pintura frente a sus ojos.
Y se soltó.
Se convirtió en una triste obra.
Y cayó al abismo.
Ese 5 de Agosto, el joven pelirrojo entendió que, la amistad no existe. Que su amor es unilateral, que jamás sería correspondido. Que siempre brindó desconfianza.
Que él, ese 5 de Agosto, sembró una amistosa rúptura.
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