°³³°

Después de tomar un baño y vestirme me acosté en la cama con el celular en mano, estaba muy preocupado por Jungkook. Recordaba los días en los que estuvimos juntos y como se hundía en su tristeza por las noches. Ahora, estando en un lugar que no conocía, con una familia mala y solo no quería imaginarme lo triste que pasaba sus noches.

Era cerrar mis ojos e imaginar sus sollozos silenciosos por una mujer que no valía la pena, recordaba sus ojos hinchado y rojos, recordaba como se quería hacer el fuerte y terminaba explotando.

¿Cómo alguien podía hacerle daño a una persona tan linda?

Jungkook tenía el corazón más puro que yo jamás había conocido, podía traer a mi memoria sus palabras entrecortadas y lastimeras.

"Es que no lo entiendo, Taehyung. Solo se fue, me dejó. Sin una explicación, sin una nota o un adiós. La amaba mucho, si ella no era feliz conmigo yo respetaría su decisión, pero si tan solo me lo hubiera dicho. Si tan solo hubiéramos hablado, yo entendería que ya no me amaba. ¿Pero por qué en esa ultima noche me dijo que me amaba? En la mañana no estaba, no regresó más. Solo... De verdad no me quería ni un poco"

Yo no lo iba a juzgar por eso, cada quien vivía un corazón roto a su manera, cada quien lo sufría como se le diera la gana. Pero no quería imaginarme a Jungkook aún con su corazón dañado y siendo pisoteado por una familia que no veía las cosas buenas de él. Jungkookie solo merecía alguien que lo ame y lo cuide, que le muestren que es alguien digno de querer y admirar.

Miré el celular leyendo nuestra conversación una vez más, de verdad esperaba que pudiera encontrar otra familia pronto y cerca, dónde pudiera seguir siendo ese hombro dónde podía llorar. Y algún día, en un futuro ambos iríamos a Francia para que el menor de verdad la disfrutara como se debía. Solo debíamos trabajar mucho para conseguir su sueño.

Un par de golpes sutiles en la puerta me hicieron dar un respingo y me senté en la cama con rapidez.

—Adelante.

Creí que vería a la princesita de la casa entrar, pero fue el señor Kim quien se asomó por la puerta con una sonrisa demasiado linda para ser verdad. Sus mejillas se abultaban y se le veía demasiado hermoso. No podía negar que mi jefe era demasiado guapo, no era un tonto para no admitirlo y apreciarlo en silencio.

—Taehyung, con los niños voy a salir al parque y queríamos saber si nos acompañabas. Sé que no conoces mucho aquí, así que podríamos enseñarte algunas cosas aquí cerca ¿Quieres? Digo, para que no estés aburrido y encerrado. Pero igual puedes ir tú solo a explorar, ya sabes. Sí, no había pensado eso, creo que es mejor para ti. Bueno, entonces nosotros vamos solos. Recuerda que puedes tomar todo lo que hay en casa, la cocina es toda tuya, la lavandería, la sala, la televisión. Lo que quieras, volvemos más tarde.

De verdad yo quería hablar e interrumpirlo pero no podía porque había hablado y se había contestado él solo. Sus orejas se iban poniendo rojas a medida que hablaba y supe que no sabía cómo tratar conmigo aún. Definitivamente no era una molestia para mí, si eso era lo que estaba pensando. Al contrario, la molestia en este caso sería yo. El desconocido viviendo en su casa.

—Si voy. Me gustaría salir con ustedes, sí.

—¿En serio? Los niños están listos, toma un abrigo y nos vamos, anda.

Oh pero bueno, era muy mandon también. Tal vez porque es papá y siempre anda de autoritario con los niños, pensé.

—Yo... Es que no traje. No sabía que el clima ya estaba fresco.

—¿No tomaste tu curso aquí?

—Si, pero el clima aún no se ponía así.

—Te presto uno mío, entonces.

Dijo abriendo por completo la puerta y me levanté de la cama para salir escuchando a mis espaldas como cerraba la puerta. No tardó mucho cuando YangMe llegó abrazándose de mi cintura con una enorme sonrisa y envuelta en un abrigo color café.

—¿Si vas con nosotros, Tae?

—Claso que sí, preciosa.

Ella dió saltitos feliz y fue a donde su hermano en la carreola para contarle que iríamos todos juntos e incluso si Minnie no entendía que le decía, él sonreía feliz.

Algo cálido y enorme rodeó mis hombros trayendo consigo un aroma que casi logra hacerme suspirar. El señor Kim había colocado uno de sus abrigos en mi con una normalidad que me hizo pensar demasiado. No, las cosas no debían ir por ahí. Jamás.

••••••

¿Recuerdan cuando actualizaba cada mes? Ya no queremos volver a eso, claro que no.

Solo me quedan tres clases más y se termina el semestre, lo que significa actualizaciones todos los días 🤭

Por cierto, les dejé mis redes en mi bio por si quieren ir a seguirme y hechar chisme. Casi no las uso pero prometo estar activa porque si quiero convivir más con ustedes ❤️

Alguna falta de ortografía háganmelo saber, pls 😬

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top