°⁸⁹°

— Taehyung... —El pelinegro sacudió al menor del hombro sin obtener respuesta. —Kim, levántate.

Pidió ganándose un ronroneo por parte del menor que se acurrucó más sin querer levantarse de aquella comodidad.

—Sh~ YongMin esta dormido. —Dijo el castaño con la voz grave por la falta de uso, acomodando sus manos en el cuerpo del menor para que los dos siguieran dormidos y tranquilos.

—¿Taehyung, te gusto mucho? —Murmuro en un suspiro con su frente contra el hombro del menor.

—Te lo había dicho antes, Seokjin.

El menor abrió sus ojos resignandose a que ya no iba a dormir más, quería girarse pero no quería despertar al bebito en sus brazos, además de que encontraba bastante cómodo ser la cucharita pequeña, sentir el cuerpo del mayor cubriéndolo era increíble.

—Ya... —El empresario se removió saliendo de la cama y privandole de su calor. —Iré a darme una ducha.

Taehyung frunció el ceño girando un poco su rostro para verlo, había algo en su tono de voz que no le gustaba para nada.

—No, ven aquí. Abrázame más, por favor. —Abultó sus labios, estaba dispuesto a conseguir lo que quería.

—Dijiste que olía mal cuando llegué.

—Yo no me refería a eso, olías mucho a alcohol y una ducha te iba a servir para bajarte la borrachera. Amo como hueles, con alcohol o sin alcohol. Ven aquí.

—Iré a asearme.

—Me baño contigo. —El menor también salió de la cama sin despertar a los niños, si Seokjin lo había sugerido por la noche, no iba a desaprovechar la oportunidad.

—No. —Le miró de arriba a abajo. —Deberías ir a vestirte, trabajaré desde casa y necesito tu ayuda con los niños.

—¿Qué te pasa? —No le había gustado como le había mirado, mordió el interior de su mejilla sin saber cómo sentirse al respecto.

—Te llegaron unos mensajes.

—¿Qué? —Se giró a tomar su celular y la conversación que tenía días sin abrir se hizo presenté. Leyó los últimos mensajes sintiendo la mirada dura de Seokjin y se rió, de nervios, de desesperación al entender su actitud. —Estas malinterpretado las cosas.

—¿Ah sí? ¿Y según tú qué debo de interpretar cuando un tipo te está diciendo esas cosas?

—¿Leíste toda la conversación?

—No hace falta, Taehyung. Un tipo está diciendo que vendrá a verte, que extraña... —Miró hacia otro lado. —Todo de ti, que te ama y sé atreve a llamar así a mis hijos.

—No estoy dispuesto a pelear contigo por esto, Seokjin. —El castaño no despegó sus ojos de él. —Esto, lo que sea que tenemos no pienso perderlo por este imbécil.

Taehyung recordaba como habían terminado las cosas con JiHun, claro que recordaba sus últimos mensajes con él, las veces que bloqueo números con mensajes de su parte y había estado tan distraído con lo que estaba pasando en su vida que había ignorado estos nuevos mensajes.

—¿Vas a terminar con tu novio por mi? —La mandíbula del mayor estaba tensa. —Que halagado me haces sentir, Taehyung.

—¡Cállate! —Dijo entre dientes, quería gritar pero era consciente de los niños durmiendo en la cama.

Marcó el número y esperó poniendo la llamada en alta voz sin dejar de mirar a Seokjin.

Hola, TaeTae. Dios, por fin apareces. Creí que me ibas a ignorar, desde que te fuiste que no me hablas. —El menor alzo una ceja y Seokjin le apartó la mirada. —El vuelo sale en unas horas, perdón por todo lo que te dije. Ignorare tus últimos mensajes, pero regresa conmigo.

—JiHun, recoje la poca dignidad que te queda y vete mucho a la mierda. Bloquearte creo que es una clara muestra de que no te quiero en mi vida. Deja de acosarme. Por si no lo tienes claro, terminamos y jamás voy a regresar contigo. —Taehyung se acercó a Seokjin tomándolo del mentón para que lo mirara. —Tengo un hombre ahora, que lo hace de puta madre y que me quiere. Así que adiós y hasta nunca.

El mayor tragó saliva sintiendo la mano del castaño bajando a su cuello sin dejar de mirarlo, estaba enojado, muy enojado con él.

—Para la próxima si vas a leer conversaciones las lees completas. —Le estampó el celular en el pecho y se giró caminando hacia la puerta.

—Taehyung, espera. —Trató de ir tras él. —Creí que sería algo importante...

Pero la puerta se cerró y se quedó como idiota en medio de la habitación con el celular entre sus manos. No había hombre más imbécil en la tierra que él, estaba seguro.

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