°⁸⁶°
Seokjin entró arrastrando casi los pies teniendo en mente el lugar al que quería llegar, con los ojos casi cerrándose camino por aquel pasillo que ya era iluminado por la luz del día, pero grande fue su decepción cuando la habitación azul estaba vacía, frunciendo el ceño y con un exagerado puchero talló sus ojos tratando de espantar el sueño. Se dió la vuelta sintiéndose desilucionado.
¿Dónde estaba su Taehyungie?
Subió las escaleras de poco a poco mientras parte de su cuerpo estaba recargado a la pared para tener un poco de estabilidad, su cuerpo se sacudió en exageración a causa del hipo y se detuvo en el marco de la puerta de su adorada habitación, su sonrisa se volvió tan grande y tonta al reparar en las caricaturas de fondo, en las tres personitas sobre su cama y en el ambiente tan hogareño que creaban en esa habitación.
—¡CARIÑO!
Gritó con alegría llamando la atención del castaño y de su hija, Yangie sabía que ese apodo no era para ella pero eso no le impidió saltar feliz de la cama yendo a abrazar a su progenitor.
— ¡Papá. Llegaste, llegaste!
El mayor asintió incapaz de cargar a su hija por su estado y se limitó a revolver su cabello con cariño siendo suficiente para que ella volviera a la cama, intentó caminar a su cama donde dos ojos lo miraban de arriba a abajo curiosos.
—No, a la ducha. Hasta acá te huelo, Seokjin.
Lo detuvo levantando su mano porque la otra rodeaba aún a YongMin que estaba plácidamente dormido contra su costado, ajeno a todo.
—Bañate conmigo.
Taehyung se puso completamente rojo y más porque la niña estaba en la misma habitación que ellos.
—No digas tonterías y ve.
El mayor volvió a hacer pucheros negando mientras se acercaba a la cama subiéndose y rodeando el costado del menor, su frente contra su hombro y sus ojos cerrados, se sentía muy cansado. Toda la noche habían bebido, jugado algún juego de cartas, yendo de un bar a otro y no era jóven, su cuerpo no aguantaba no haber dormido.
—Quiero aquí, no ducha, no nada. Solo Taehyung y bebés.
Murmuró sintiendo los bracitos de YangMe uniéndose al abrazo, no quería nada más. El menor se relajó, había pasado gran parte de la noche despierto con Jungkook, sentir los brazos cálidos del mayor rodeándolo y la comodidad que le daba su cama era demasiado para no caer rendido también, pero no lo hizo, no hasta que sintió la respiración tranquila de padre e hija, asegurándose de que todos estaban en un sueño profundo, entonces cedió por completo.
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"Nam's House"
—Usted lo que tiene de bueno, lo tiene de mala influencia.
Dijo Jungkook cerrando la puerta en las narices de Min Yoongi quien le había entregado a Namjoon por demás de pasado con el alcohol. Afirmó el cuerpo enorme bien de la cintura mientras con pasos torpes caminaba por la casa.
—Hola, guapo.
Murmuró Kim cerca de su cuello con los ojos cerrados y con la voz grave. El menor tragó saliva apresurandose, quería llegar lo más rápido a la habitación del mayor. Una porque estaba pesado y más si apenas se mantenía en pie, dos porque parecía que el de cabello morado había encontrado comodidad entre su cuello y hombro, cosa que lo ponía nervioso.
—Guarde silencio que JoonHyun apenas se ha dormido.
—Jungkook, eres tan lindo ¿Te lo había dicho antes? ¿No? Desde ese día que estabas con YangMe yo dije "Uff con este hombre"
El pelinegro tosió lleno de vergüenza, debía ser una jodida broma. Ahora con más razón estaba enojado con Min Yoongi por llevarse a su jefe a tomar.
Está borracho, no sabe lo que dice.
Con mucho esfuerzo lo tiró a la cama suspirando de alivio al verle tomar una posición cómoda en su esta, al parecer ya había caído dormido.
—Hyung, no vuelvas a tomar. Por tu bien y por el mío.
Soltó una risita sin ganas y sin sentido mientras salía de la habitación. JoonHyun estaba parado fuera de esta, le miró unos segundos. Jungkook a veces sentía que con mirarlo sabía ya todos sus secretos, en el mismo silencio de siempre el niño se giró y regresó a su habitación, comenzaba a acostumbrarse a qué él simplemente no quisiera dirigirle la palabra desde que llegó. Con Namjoon podía ser todo lo amoroso y tierno del mundo, pero con Jungkook no.
—Papá está bien.
Le escuchó susurrar bajito antes de meterse a su habitación.
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