°⁷⁵°

— ¿Se quedará a dormir aquí?

Preguntó Taehyung mientras arrullaba en sus brazos a YongMin caminando por la sala de un lado a otro, Min Yoongi, aquel menudo hombre, de piel clara y ojos llamativos había llegado horas atrás a casa. Se llevó la tarde jugando y adorando a sus sobrinos a más no poder, incluso si se le notaba cansado del viaje de horas que había tenido. El castaño pudo notar como el mayor veía a los niños con adoración y les demostraba cuanto los había extrañado, pero ahora que YangMe ya estaba dormida -gracias a su tío que le leyó un cuento y estuvo hasta que se durmiera-, el mayor parecía bastante calmado y poco enérgico como minutos antes, sentado en uno de los sofás con sus piernas cruzadas mientras tomaba de un buen café americano humeante. Min le miró desde abajo negando y dando un sorbo a su café, tomó su tiempo antes de responderle.

—No, tengo mi departamento, ya que apenas me vas conociendo puedo contarte algunas cosas. He vivido aquí desde hace años, mi hermana y yo vinimos a vivir aquí, solo estaba fuera por trabajo pero la mayor parte del tiempo resido aquí. Así que me verás como has visto a Namjoon normalmente nos juntamos los tres.

—Ya entiendo, ha sido un placer conocerlo.

—El placer ha sido mío, Taehyung. De verdad.

El menor rió llevando su atención a Minnie que ya tenía sus ojos cerrados, se sentía tímido bajo la mirada de aquel hombre, no era tan tonto para no darse cuenta que estaba siendo descaradamente coqueto con él. Y no iba a negar que era guapo, que esa mirada y esa sonrisa de lado podía derretir a cualquiera. Pero no estaba interesado. Hasta se preguntó si de verdad sabía lo que pasaba entre Seokjin y él, el señor Kim le había dicho que le iba a explicar y si lo había hecho al pelirrojo parecía no importarle.

Unos brazos lo rodearon desde atrás y su espalda chocó contra un pecho duro haciéndole tragar un suspiro cuando aquellas manos grandes descansaron por fin en su vientre después de dar un recorrido desde sus caderas.

—Solo me voy unos segundos al baño, Min Yoongi. Deja de coquetearle a mi AuPair.

—No aguantas nada, hombre. Me dijiste que era precioso pero no me advertiste que tanto, ahora entiendo todo perfectamente.

—Si, bueno. Solo les recuerdo que estoy aquí. —Habló el castaño y levantó su mirada a Seokjin. —Y usted suéltame.

—Pero...

—Pero nada, señor. Ahora sí me permite iré a llevar a YongMin a su habitación.

Realmente no quería hacerlo, aún sentía las mariposas revolotear en su estómago pero le daba pena recibir muestras de afecto en frente de su cuñado, además de que quería fingir seguir molesto por lo de horas atrás. El mayor aflojó su agarre y Taehyung fue directo a las escaleras pero alcanzó a escuchar el comentario cargado de burla del recién llegado.

—Te tiene pero bien tomado de la cuerda, mi amigo.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top