CAP 01

Kim Taehyung y yo hemos decidido casarnos.

Jungkook no se lo podía creer. Siempre se había alegrado de saber mantener un buen control sobre sus expresiones, pero lamentablemente no estaba seguro de si había logrado pasar desapercibido el horrible desagrado que sentía por esa noticia, y más cuando Yoongi le pidió de favor que se ocupara de las fotografías del casamiento ya que no había mejor fotógrafo que él, petición a la que le había sido imposible negarse al ver los ojos esperanzados de su amigo. En serio esperaba que el entusiasmo que había intentado conjurar por la boda de la pareja hubiese sido una fabulosa actuación. Aunque al parecer algo le había delatado porque los ojos de Taehyung se habían iluminado con diversión al observar su rostro.

La cena era un desastre total —o así lo creía el pelinegro—, al convertirse en un ambiente incómodo del que deseaba salir huyendo, mientras Yoongi hablaba de los preparativos de la eminente boda que sería en nada más y nada menos que en dos meses. Jungkook no estaba seguro de lo que estaba pasando. ¿En serio su mejor amigo iba a casarse con ese chico? Yoongi siempre había sido un hombre responsable, pero ahora estaba siendo precipitado, eso pudo deducirlo mientras contaba la historia de cómo había conocido a Taehyung hacía apenas cinco meses atrás. En realidad era absurdo que su amigo pensara que ese chico bonito era el amor de su vida, solo porque en uno de los eventos más importantes de la nueva línea de ropa de su empresa, Taehyung había tenido la suerte de participar, dónde había sido elegido como modelo principal, luego del desfile ambos se conocieron y con una estúpida charla —y estaba seguro, un revolcón— había surgido su candente amor. Era absolutamente ridículo.

Jungkook pasaba las manos por sus hebras azabaches, algo húmedas después de una refrescante ducha en la tranquilidad de su departamento, ya habían transcurrido dos días desde esa incómoda cena, pero aún seguía recordando como si tuviese en ese preciso instante delante de él al modelo, la malicia en los ojos de Taehyung y sus labios rosados y hermosos curveados en una sonrisa ladina mientras le miraba.

Pero estaba muy equivocado ese mocoso mimado, si creía que se quedaría de brazos cruzados viendo como su mejor amigo se casaba con alguien de su calaña.

Tenía que buscar la forma de que Yoongi viera la clase de persona que tenía en frente, un ángel enviado desde el mismísimo infierno para engatusar a todos con su belleza, y luego mientras sus presas estuviesen desprevenidas robarles el alma. Debía pensar en algo rápido, y buscar la manera por encima de todo, de no lastimar a su amigo, porque era obvio que Min había caído redondito por él. ¿Era Taehyung tan bueno en la cama? Aparentemente sí.

Aunque no necesitaba que nadie se lo confirmara, lo sabía de primera mano.

Pero no, Kim Taehyung no le engañaría otra vez con su aspecto bonito y etéreo, con su voz aterciopelada y ojitos de cachorrito brillantes, ya no lo engañaría otra vez con sus besos… y seguro como el infierno, que no dejaría que su mejor amigo cayera más profundo en su calculadora telaraña.

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