CAPÍTULO 12: Especial Navidad. El camino que lleva a Belén.
Aquí está la Navidad... ¡Y aquí está el especial de Attack On Gemeliers! Hace un tiempo pudísteis disfrutar de otro especial, el especial de Halloween, y ahora tenéis la suerte de asistir al estreno del especial de Navidad de AOG, un capítulo que no tiene nada que ver con los capítulos de Ataque a los Titanes, pero que está incluido en Attack On Gemeliers y que tiene algo de importancia en la trama. Vamos, que os lo tenéis que leer.
Llegó el día de Navidad. Se supone que la época de Navidad era una época feliz... Era. Porque tras la caída del muro Telecinco no había más que desolación. Belén y los suyos vagaban por lo que antes estaba protegido por ese muro, pero allí no había nada. Casi toda la población se había trasladado al muro Cuatro por culpa de los Gemeliers. La Navidad no es lo que era.
A pesar de todo, había pequeños núcleos de población en lo que quedaba de esos territorios. Esa población era inmune a los cantos de los Gemeliers debido a haber escuchado en bucle varias canciones de Juan Magán (esto lleva a que no te afecte ninguna clase de música-rompeoídos). Belén y los suyos pasaron por delante de una posada regentada por población de este tipo.
Kiko: Pasemos, hay sueño.
Todos estaban de acuerdo, así que decidieron entrar. Todos tenían sueño. Menos Belén. Como el equipo se fue a dormir la mona, pues ella se aburría y decidió hacer algo productivo: ir al bar de la posada.
En el bar, todo el mundo era feliz comiendo bocatas. B O C A T A S. Belén recordó sus bocatas, los que el público de Sálvame le llevó con tanto cariño y los Gemeliers se los arrebataron. No pudo evitar ponerse a llorar. Entonces...
Camarero: ¿Qué le pongo?
Belén: Un café.
Camarero: Son 21 euros.
Belén: ¿21 EUROS POR UN CAFÉ?
Camarero: Sí.
Belén se puso a llorar mientras sonaba la música del anuncio de la Lotería de Navidad de 2014.
El café marcó un antes y un después en la vida de Belén. Además de porque le costara 21 euros, porque justo después le entró el sueño (cosa rara teniendo en cuenta que el café tiene cafeína) y se fue a dormir... O, más o menos, ella creía que estaba durmiendo... No se sabe. Lo que sí se sabe es que se le apareció un personaje que le resultaba muy familiar: Raphael.
Raphael: Soy el fantasma de las Navidades pasadas. He venido siguiendo el camino que lleva a Belén.
Belén: EEEEEEEEEEEEEEEEH? MIRA TÍO, A MÍ NO ME VAS A VACILAR.
Raphael: El camiiiino que lleva a Belén, baja asta el valleee que la nieve cubrió...
Belén: ¿PERO QUÉ DICES? BELÉN ESTÁ AQUÍ, ¿VALEEE?
Raphael: Debo enseñarte... La esencia de la Navidad... Las Navidades pasadas...
De repente, a Belén le dio una especie de flashback/deja-vu que no veas y empezó a ver cosas to raras del pasado. To lo que veía era muy happyflower y tal. Los Gemeliers todavía no habían llegao a la Tierra y no había muros que valieran. Lo mejor que vio fue algo demoledor: una gran multitud, en algún lugar recóndito, reunida en un corro, en torno a varios personajes... Esos personajes se situaban rodeando un árbol de joro. Qué bonito era todo. Todos cantaban.
Todos: Aquí está la Navidaaaad, aquí está la Navidaaaad.
Belén: QUÉ BONITO, QUÉ BONITO.
Nadie podía oir a Belén.
Raphael-fantasma de las Navidades pasadas: No pueden oirte. Estamos aquí de observadores. Esto son las Navidades pasadas. Hemos venido hasta aquí para que puedas saber cuál es el camino a seguir en tu viaje.
Belén: ¿PERO QUÉ VIAJE NI QUÉ OCHO CUARTOS?
Raphael-fantasma de las Navidades pasadas: Ya lo verás. Sólo digo que la clave no está donde tú piensas.
Belén: MIRA TÍO A MÍ ESOS MISTERIOS NO ME VAN. LAS COSAS CLARAS, ¿VALEEE?
Raphael-fantasma de las Navidades pasadas: Mira bien lo que te estoy enseñando. ¿Qué falla en tus Navidades?
Dicho esto, Raphael se esfumó. Belén creyó entender que sus Navidades no eran tan cañeras como las que le había enseñao Raphael, pero, ¿qué se le iba a hacer?
Justo después, nuestra protagonista se despertó. Estaba en la habitación de la posada. "A saber qué me han echao en el café", pensó. Y acto seguido se durmió.
Una voz: AH JAH JAH JAH JAH.
Belén: A VER, YA ME HAN VENIDO A MOLESTAR OTRA VEZ.
Esa voz cada vez se oía más cercana, hasta que llegó un momento que se podía ver de dónde provenía. Era Mario Vaquerizo, e iba vestido con un look navideño swag.
Mario: Soy el fantasma de las Navidades presentes *risa Mario*.
Belén: MIRA A MÍ NO ME VENGÁIS CON MIERDAS, QUE YA ME HA VENÍO EL RAPHAEL Y SI ESTO ES UNA BROMA NO ME HACE GRACIA, ¿MENTIENDEEES?
Mario: Ay, cómo se pone la tía esta *todo lo dice entre risas, se nota que ha bebido cerveza*. Bueno, que te voy a enseñar algo.
Mario fue llevando a Belén por las distintas habitaciones de sus hamijos del Cuerpo de Desquiciación. Todo estaban durmiendo la mona. Aquello no eran ni Navidades ni era ná. Qué triste era todo, por favor,
Mario: Ves que algo debe cambiar, ¿no?
Belén: No *risa del pájaro loco*
Mario: Pues entonces algo va mal. Piensa que tus Navidades no son nada divertidas...
Belén: A mí lo único que me importa es vencer a los Gemeliers, ¿valeeee?
Mario: OK, pero piensa que el mejor regalo eres tú y que el camino que estás siguiendo no es el correcto.
Mario se esfumó y Belén se quedó pensativa, aunque se le pasó pronto porque todos sabemos que Belén y pensar no se llevan muy bien. Pero... ¿qué querría decir lo del camino ese y por qué se lo decían todos? Xat ia.
Belén se volvió a dormir y esta vez se le apareció otro personaje. No se lo podía creer: era Kiko Matamoros. Sí, el personaje que tenía toooodas las claves se le había aparecido. Era su momento.
Belén: EEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE, TÚ A MÍ ME TIENES QUE CONTAR UNAS CUANTAS COSITAS.
Kiko M: Tienes que ver algo.
Belén: TÍO NO TE ME ANDES CON RODEOS.
Kiko M: Soy el fantasma de las Navidades futuras.
Belén: ¿QUEEEEÉ? NO ME DIGAS QUE TÚ TAMBIÉN CON ESE ROLLO. QUE CORRA EL AIRE.
Kiko Matamoros llevó a Belén a un sitio en el que no había estado, pero que le resultaba muy familiar.
Belén: A VER, ¿Y A MÍ QUÉ ME DICES CON ESTO?
Kiko M: Es el Muro Cuatro en el futuro...
Se trataba de un lugar deshabitado e inhóspito. No quedaba nadie. Daba mucha pena.
Belén: VEEEENGA YA.
Kiko M: Si no sigues el camino correcto, esto es lo que pasará. Y, por lo que veo, no lo estás siguiendo.
Belén: ¿PERO QUÉ CAMINO CORRECTO NI QUÉ OCHO CUARTOS? QUE ME TENÉIS YA HASTA EL POTORRO CON EL CAMINITO ESE.
Kiko M: A VER, QUE LA CLAVE ES EL CAMINO QUE LLEVA A BELÉN, NO EL CAMINO QUE ESTÁS SIGUIENDO.
Belén: ¿MANDEEEEEEEEEE?
Kiko M: QUE TIENES QUE IR AL PORTAL DE BELÉN, NO AL PLATÓ DE SÁLVAME. Al final se lo he tenido que decir todo...
Belén: ¿QUEEEEÉ?
Kiko M: Sigue el camino que lleva a Belén. El portal de Belén es la clave.
Belén despertó. Estaba to resacosa, y es que la noche había sido movidita con tanta charla navideña. En un principio, la Princesa del Pueblo pensó que todo se había debido a que le habían echado marihuana en el café, pero después llegó a una conclusión mucho más realista... Los fantasmas de la Navidad se le habían presentado para que cambiara el camino que todos estaban siguiendo y Kiko Matamoros decía la verdad. El Cuerpo de Desquiciación estaba yendo por el camino incorrecto: no había que ir al plató de Sálvame, había que ir al Portal de Belén. Ir por el camino correcto volvería a traer la paz al mundo, y se podrían vivir Navidades como las Navidades pasadas. En cambio, ir por el camino incorrecto nos llevaría a la situación que el fantasma de las Navidades futuras enseñó a Belén.
Lo sé, Belén ha reflexionado mucho. Más que en toda su vida. Era necesario.
El Portal de Belén se encontraba más allá de los muros, en el antiguo hogar de Belén Esteban, donde habitaba antes de que llegaran los Gemeliers. Al estar fuera de los muros era peligroso llegar, pero habría que hacerlo. Todo sea por que las Navidades futuras sean como deben ser unas Navidades. Belén decidió luchar por la Navidad.
Y hasta aquí el capítulo de hoy, que ha traído un giro inesperado en la trama. Ahora los personajes deberán ir hacia el Portal de Belén, donde se encuentra la clave de todo. ¿Qué misterios les deparará "el camino que lleva a Belén"?
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