Narrador Liam Crawford

Dejo a Amira segura con Mike, y me dirijo a la zona de salida, ésta vez la carrera es fácil sólo dar unas vueltas a una carretera improvisada y ya. Quince minutos después salgo de la pista victorioso en busca de mis amigos y mi acosadora. Al ubicar al grupo veo que ella no está y me preocupo, al fin y al cabo ella es mí responsabilidad.

- Mike, ¿dónde está Amira?- pregunto angustiado.

- Relájate un poco. La nueva está en el baño- dice el Catire.

- Oye, por cierto, ¿de dónde la sacaste? Está bien buena- dice el Turco, imitando con sus manos la silueta de ella.

- Turco, ya te lo dije. Ella es distinta- digo muy serio

- Ajá ya, eso significa que aún no te la has tirado.

- Creo que deberías buscarla- me aconseja Mike- Es nueva y ya sabes cómo son las chicas cuando hay sangre nueva.

Accedo hacerle caso a mi amigo y busco los baños, pero me detengo al ver al grupo de Nella en un círculo y me imagino que en el centro debe estar ella. Decido acercarme y escuchar, e intervenir si es necesario.

- Mira niña, sí lo que buscas es un poco de acción. Viniste al lugar correcto, pero si lo que quieres es una historia de amor con el Rey, estás muy equivocada- comenta con un tono altanero, Mía.

- Exacto mosquita muerta, aquí todos saben que el Rey no es de nadie, y que si lo fuera, sería mío- dice con arrogancia, Nella.

- Lo mejor sería que te largaras y desaparecieras de su vida, acosadora- termina riendo Sol.

- Cierto, niña. Deberías buscarte una vida y alguien como tú- le grita Angie.

Justo cuando voy a intervenir veo como Amira, tan pequeña y delicada, levanta su cabeza y las mira de una manera desafiante.

- Veo que ya saben nuestro secreto- dice a lo que todas la miran intrigadas- Yo finjo acosarlo y él finge ser mi víctima. Un juego entre amantes, ya saben...- dice tan segura que hasta yo me lo creo- ¿No lo sabían?- dice inocente- ¿Por qué creen qué estoy aquí? Si soy su acosadora, como ustedes afirman, ¿por qué estaría con él?- finaliza.

Todas se quedan calladas después de la mentira de mí acosadora. Ella camina sin saber a dónde dirigirse, hasta que me ve, y viene hasta a mí, me toma de la mano y nos alejamos.

Resuelvo tomar un desvío, en donde podamos hablar de lo ocurrido; pues aunque hace unos segundos estaba muy segura, ahora la veo tímida.

- ¿Te gustaría decirme qué ocurrió allá?- digo sosteniendo su mano con firmeza.

- Nada, tus amigas marcando territorio- dice aparentando tranquilidad.

- ¿Segura?- pregunto- Si quieres nos vamos.

- ¿Estás loco?- dice riendo- Venga Liam, prometiste enseñarme tu mundo.

- Ok. Ahorita vamos a ir a una fiesta en casa de uno de los chicos. Por favor, acosadora, no te separes de mí.

- ¿Por qué?- dice mirándome a los ojos.

- Eres nueva, y todos y todas querrán atacarte- digo a lo que ella abre los ojos a más no poder- Me refiero a querrán acosarte, y dudo que hayas estado en esa posición antes.

- Vale, vale. Lo entiendo, por cierto, ¿de qué era esa ley de la que hablaban antes?- pregunta.

- Nadie toca a la chica de un amigo- contesto tranquilo.

...

Media hora después estamos en la casa del Turco, varios amigos y no tan amigos ya han llegado. La casa de Roberto, es de dos pisos, tiene un amplio patio y una alberca muy espaciosa.

Al llegar varios chicos ya estaba en ropa interior dentro de la piscina, otros estaban en la pista de baile. Mi grupo estaba en el centro de todo, como siempre. En cuanto nos bajamos de la moto, soy yo el que toma la mano de Amira y admito que me agradó esa cercanía con ella.

- Vaya, tu club de fans también está aquí- me comenta algo irritada, supongo que aún sigue molesta con ellas, hasta yo lo estoy.

- Sí, y también están mis amigos, y ahora estaremos tú y yo- le digo con una clásica sonrisa.

- Chicos, por fin llegaron- dice Roberto riendo, se nota que ya está ebrio.

- Ya llegaron los tortolitos, miren hasta van agarrados de la mano, que romántico- le apoya el Catire, igual o más borracho que el otro.

- Tengan- dice Mike dándonos una cerveza a cada uno.

Veo de reojo a Amira y sé que está pensando lo mismo que yo. Ella ya ha bebido suficiente por hoy, y en mi opinión por toda su vida, pero si no acepta la abordarán de preguntas.

- Yo tomaré esta- digo agarrando una- Y tú nena, coge la otra, ya volvemos chicos, le enseñaré la casa a Amira- digo alejándonos.

- ¿No se te ocurrió algo mejor?- dice riendo.

- ¿Tenías algo mejor?- niega divertida- Ven, vamos a caminar, así hacemos tiempo.

Luego de eso, le enseño cada habitación, cuatro en total; el salón principal; el cuarto de juego que estaba muy ocupado; el sótano; la cocina y la biblioteca.

- ¿Quién es en realidad Robert?- dice después del recorrido.

- Ja, ¿crees qué es un mafioso o algo más?- le digo.

- Eso, o es un millonario.

- Sus padres en realidad. Son dueños de una agencia bancaria- le explico.

- Vaya.

- ¿Quieres bailar?- pregunto.

- ¿Perdón?- dice incrédula, y la entiendo.

- Tú quieres bailar conmigo- le digo haciéndola reír.

- Ja, sí, yo quiero bailar contigo- me sigue el juego, mientras nos acercamos a la piscina.

Disfrutamos de la canción y de la que la siguió; en varias oportunidades se nos acercaban para bailar, pero ambos declinábamos, lo que obviamente causó rumores, pero en ese instante no le di importancia alguna. Sólo disfruté del momento.

Y así pasamos el resto de la noche, entre bailes y risas. A eso de las cuatro de la mañana, Amira me comunica que está cansada, y que ya se quería ir a casa. Acepto de mala gana, pues estaba muy a gusto con ella.

Después de llevarla a su casa, llego a casa algo contrariado. Conseguí estar con mi acosadora y vi que es una gatita de armas tomar, pasé parte de la noche bailando con ella y disfruté cada instante.

Pero hay algo extraño en mí, que me impide sonreír satisfecho. Quizás sea porque pasé una gran noche con una chica, sin tener la necesidad de llevarla a la cama. Por lo mismo, llamo por teléfono a Nella para arreglar mi problema y dejarle en claro que lo nuestro es algo casual y así será siempre.