Capítulo 7✔️

Narrador Amira Gadaff

No sé porqué acepto la mano de Liam, quizás sea por el poco alcohol en mi sistema, o por el extraño comportamiento de Jace, o por la defensa de mi acosado, o quizás por ver a mis amigos hablar de mí como si no estuviera, podría seguir pero eso no cambiaría nada. Básicamente todas son escusas que pongo para poder defender mi decisión.

Total, no importa la causa si la consecuencia es la misma

Avanzo por el jardín con solo la luna de testigo, veo a Liam caminar y atravesar la calle de camino a su moto, y por un instante no soy dueña de mis pies; en vez de acercarme a él, me alejo en dirección contraria.

Por un momento quería estar sola, sin nadie que me recuerde lo sucedido esta noche.

- ¡Acosadora!- le escucho gritar- Mi moto está por aquí.

- No estoy ciega- le respondo pero sigo caminando por la acera.

Escucho el rugir del motor y pienso que también me ha abandonado, pero lo siento a mi lado unos segundos después.

- Mira, no entiendo que ocurre contigo- dice cerrándome el paso- Te estoy dando la oportunidad que toda acosadora quiere.

- Y según tú, ¿qué es lo que queremos las acosadoras?- pregunto de mala gana.

- Pasar el resto de la noche con su víctima- dice pícaro.

- ¡Y tú molesto!- ironizo.

- Venga vamos, súbete- dice colocándose el casco y tendiéndome uno.

- ¿Cuál es el interés tuyo de que yo vaya contigo?- pregunto- ¿Qué ganas?

- Honestamente, ni puta idea. Toma- me vuelve a tender el casco negro- Arriésgate hoy, arrepiéntete mañana.

Lo pienso por unos segundos o tal vez minutos, decido que lo peor que me podría pasar es terminar en el hospital por mi corazón, y mientras eso no pase todo irá bien.

- De acuerdo- digo intentándome poner el caso- ¿Ayuda?- pido, a lo cual acepta- Gracias. Y, ¿a dónde vamos?

- Deja de preocuparte por todo, que eso te hace daño- me regaña.

- ¿Y tú qué sabes qué me hace daño?- inquiero molesta.

- Mucho más de lo que crees. Por ejemplo, eso de estar bebiendo alcohol, es un gran factor de riesgo. Y aún más si te estás tomando alguna pastilla. De hecho me sorprende que hagas esas locuras- dice muy serio.

- ¿Y qué? ¿Ahora te volviste un cardiólogo experto en mi caso?- grito sin importar nada.

- Eso tampoco. Mira, sólo me preocupo por ti, y no, no tengo idea del porqué hago esto- dice algo mosqueado- Escucha te tengo un trato, ambos ganamos y fin del asunto.

- ¿Trato?- digo más calmada.

- Tu enfermedad me es muy intrigante, hablé con tu doctor y él me explicó que cosas puedes y no puedes hacer; entonces yo sació mi curiosidad y tú, pasas tiempo con tu acosado y...- dice con suspenso- Y te enseño el lado oscuro y tentador de la vida- finaliza con una sonrisa pícara.

- Resumo, tú me enseñarás todo de ti y tu estilo de vida a cambio de conocer de antemano mi enfermedad. ¿Así o me perdí de algo?— pregunto.

- Se que suena loco, pero es la verdad. Mi verdad. ¿Aceptas?- pregunta y al ver que no respondo, afirma con seguridad- Te protegeré de todo, incluso de ti misma.

La seguridad de sus palabras; su mirada brillante y prometedora de miles de pecados; la luna tan radiante, guardiana de todos los amantes; la emoción de algo nuevo, y, ¿por qué no? de algo prohibido; fueron lo que me hizo aceptar su oferta sin importar el mañana, si es que había uno.

...

Después de unos quince minutos por la autopista y unos diez más por una carretera abandonada, escucho el rugir de las motos y el griterío de los fanáticos. Y es cuando me doy cuenta que mi salvador, me ha traído al cementerio de autos, donde se realizan las carreras ilegales.

- ¡Taran!- dice con una sonrisa contagiosa.

- ¿Éste es tu definición de oscuro y tentador?- pregunto.

- No. Éste es el nivel cero, especial para iniciarte.

- ¿Nivel cero? ¿Acaso me crees tan tonta cómo para creer eso?- pregunto molesta.

- No te iba a llevar a una de mis peleas, tenía que comenzar por algo simple- dice tranquilo- Mira, allá está Michael. Vamos.

Veo el grupo donde señala, y efectivamente su mejor amigo se encuentra rodeado de dos chicos y cuatro chicas más. Al vernos, nos hacen señas para que nos acerquemos. Luego de estacionar y guardar los cascos, caminamos hacia el grupo que nos observa curioso.

A medida que nos acercamos veo detalladamente al grupo, las cuatro chicas vestían muy sexys, una llevaba un top de tirantes blancos con una falda corta con vuelo de igual color; otra vestía un vestido negro con mangas y muchas transparencias; la rubia iba más normal, una camiseta rosa y un short deportivo, la castaña tenía una chaqueta de jeans y puedo jurar que no llevaba más nada debajo de ella, también usaba un jeans sumamente apretado. Por parte de los chicos las vestimentas no eran tan llamativas (nótese el sarcasmo), uno de ellos usaba una franelilla negra con un jeans a juego, sus miles de tatuajes te gritaban peligro; el más rubio iba muy ¿elegante? Tenía una franelilla negra y encima levaba una camisa manga larga blanca, también usaba jeans azules; el otro chico iba vestido como un colegial o un preso, según se viese, camisa blanca y jeans negros; el último vestía muy fresco, jeans beige y camisa manga larga azul claro, pero con el dorso descubierto.

- Pero, ¿miren quién se digno a venir y deleitarnos con su presencia?- dice uno de los chicos.

- Y mira, viene acompañado- dice otro.

- Se nota que es una cría- comenta la castaña a la morena.

- Pero menudos ojos que se carga la tía- grita la rubia a otra, medio borracha.

- ¿Amira?- pregunta Michael- ¿Y para qué coño te la has traído?- le pregunta a Liam.

- Asunto nuestro- dice guiñándome un ojo, a lo que la morena me asesina con la mirada- Chicos, ella es Amira, es alguien muy especial, y es su primera vez en una carrera- me presenta con picardía.

Y ahí es que entiendo que esa picardía no es para mí o por mí, sino que así es él. Sólo qué no me había dado cuenta o no quería asumirlo.

- ¡Uy Nella, por lo visto ya no serás más la favorita del Rey!- dice uno de los chicos, con un acento muy marcado, a la chica que me asesina cada que puede con la mirada- Yo soy Roberto, pero todos me dicen Turco. Un placer- me dice mientras me tiende la mano.

- El placer es mío- le correspondo con una sonrisa, a lo que siento una mano en mi cintura muy posesiva.

- Basta, Turco- gruñe Liam.

- Calma socio, todos sabemos la ley- dice el otro chico, el rubio- Por cierto, soy Dominik, mejor conocido como Catire.

- Vaya y no entiendo el por qué- digo riendo.

- Me agrada ésta chica- comenta Roberto- Amira, ellas son Mía, Angie, Sol y Nella- me presenta a las otras chicas.

- Siento interrumpir, pero ya es hora, Rey- comenta Mía con desdén.

- Sígueme- me indica u ordena Liam- A partir de ahora te quedarás con Michael- dice susurrándome al oído.

- Pensé que estaría contigo- digo sin pensar

- Y así será. Pero a menos que quieras correr conmigo, te quedarás con él- dice juguetón.

- Aquí te espero- le aseguro.

- Mike- grita a su amigo.

- ¿Qué?- le responde con otro grito.

- Te quedarás con Amira, no la dejes sola con el Turco, que ya la tiene en la mira- sentencia y se va a su moto.

- Hola- nos decimos al unísono, y los reímos por ello.

- ¿Siempre es así de mandón?- pregunto.

- Siempre. No por nada es el Rey- dice tranquilo y al ver mi cara me explica- Liam, aquí es una especie de jefe, bueno aquí y a donde quiera que vaya.

- Es como un dios, ¿entonces?- pregunto sintiéndome boba al estar allí con alguien que ni conozco.

- Sí, algo así. Pero tranquila, él hace esto siempre- dice mientras vemos a los competidores en la línea de salida.

- ¿Tranquila? ¿Por qué dices eso?- pregunto haciéndome la inocente.

- Estás mordiéndote el labio y no dejas de mirarlo- dice tranquilo- ¿Por cierto qué tal sigues del accidente?- pregunta para cambiar de tema.

- Ah. Mejor, sólo me quedó esto- le enseño la férula- Fue más un susto que otra cosa.

- ¿Y por qué fue qué te desmayaste?- pregunta.

- ¿Liam, no te lo ha dicho?- contrapregunto.

- Él es algo reservado, y respecto a eso, no me dijo nada- dice sincero.

- No había desayunado, me mareé y perdí el equilibrio- digo sin más, agradeciendo a mi acosado, por seguir guardando mi secreto.

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