Capítulo 21
Narrador Amira Gadaff
— Para éstas personas, sí. Aquí eres mi acompañante. Ya viste como se puso Roberto, y él es un amigo leal. Imagina lo que causarás con los otros sujetos, cuando vean lo hermosa y ardiente que estás hoy...
Y así sin más, mi adorado acosado, se quedó en silencio. Su rostro era inescrutable. Parecía que quería decir algo más o peor aún no decirlo. Y honestamente no sé cuál de las dos opciones me gustaba menos.
Por suerte, Michael venía a nuestro encuentro, pues al parecer ya se había corrido la noticia de nuestra llegada, aunque en realidad a quien esperaban a Liam.
— ¿Chicos dónde estaban?— nos empieza a cuestionar no más al acercarse— Ya es tarde, tu contrincante no ha hecho más que vociferar como vas a perder, ya hay varias personas ebrias. Esta gente quiere sangre, y la quiere ahora.
— Sí, ya nos dimos cuenta de que hay ebrios— comenta tosco Liam, obviamente recordando lo ocurrido con su amigo.
— Hola Mike— decido saludar para hacerme notar— Liam, tan considerado como siempre, se ofreció a llevarme a comer antes de venir aquí.
— Si lo que sea. Vamos. Mike, quédate con Amira y no la vayas a dejar sola por nada— susurra lo último — No quiero que otros le hablen.
— Amigo, estás realmente mal. Si lo que quieres es que la cuide por que te importa, lo haré. Pero si es por ser un "macho alfa"— hace énfasis en la frase— Olvídalo.
— Chicos, me encanta que hablen de mí, sin mí. Pero aquí estoy. Y aunque no lo parezca, puedo defenderme yo sola— dictamino molesta de que me ignoraran.
Segundos infinitos de silencio.
— Ya la escuchaste Mike, ella se puede proteger sola. Además de tener un buen oído— finaliza Liam, para luego retirarse.
— Lamento todo ese show innecesario — se disculpa Mike, mientras me guía a la carpa central— Si él fuera mujer, podría asegurarte que está ovulando.
— Cariño, yo estoy ovulando y no ando tratando a las personas como si fueran de mi propiedad.
— Que curioso.
— ¿Qué cosa?— pregunto con genuina duda.
— Quizás conviviendo con Liam, dejará de gustarte y aceptarás el amor de Jace.
— ¿Perdón?— no puedo procesar lo que acabo de escuchar.
— Sé que no hemos interactuado mucho. Pero soy muy observador y todo tu grupo es muy fácil de leer. Pero honestamente, me gustaría que pudieras cambiar al necio de Liam. Aunque no lo creas, has hecho que mejore su humor.
— ¿Que mejore su humor? ¿Antes era peor?— decido irme por la tangente e ignorar lo dicho.
— La última vez que se comportó como un troglodita fue cuando empezó a salir con Nella.
— Ah... Nella... Claro su novia.
— El sentimiento es el mismo. Ella también pone esa expresión cuando escucha tu nombre— dice con sinceridad mi nuevo informante— Pero, te equivocas. Nella y Liam eran amigos con derecho. Sólo Nella se lo tomaba como relación. Aunque siendo sinceros, tienen tiempo sin salir juntos... creo que desde que ustedes em...
— Y, ¿cuándo empieza la dichosa pelea?— digo mientras asimilo toda la información recibida.
— Justo ahora.
Dirijo mi mirada a donde me indica Mike. Nunca había visto una pelea en vivo. Todo se situaba en el centro de la carpa. Un hombre con un micrófono estaba anunciando la pelea. Liam estaba con un short azul marino y sus tenis usuales, llevaba unos guantes para pelear. Su contrincante era un moreno muy alto y fornido, llevaba un short negro y no usaba zapatos, solo tenía unas vendas en sus muñecas y tobillos.
Debido a eso, el réferi insistió en que Liam debía igualar a su compañero. Luego de varias protestas, mi acosador estaba sólo con sus short. Oficialmente inició la pelea. El moreno le lanzó un golpe con la mano cerrada a Liam en la quijada. Liam no espero que su contrincante le volviera a golpear, se preparó y le lanzó un patada seguida de un golpe directo al estómago. Con cada golpe dado y recibido, yo lanzaba un mini grito y me encogía en mi asiento.
— Amira, respira. Liam está acostumbrado recibir golpes. De hecho, hoy ésta siendo menos golpeado— me susurra Mike, tratando de calmar mis nervios.
— Creo que ya había escuchado algo así antes, Mike. Pero agradezco la intención... Espera, ¿a qué te refieres con menos golpes?
— ¿Recuerdas que habían días en que Liam no iba al instituto?— pregunta a lo que asiento— Bueno, a veces quedaba tan herido que prefería quedarse en casa.
— ¡Por Alá! ¿Cómo le puede gustar algo así?
— Es una manera de drenar lo que no expresa, no es la más adecuada, pero le funciona.
No pudimos seguir hablando, pues la multitud empezó a gritar cada vez más, por lo mismo, ambos volteamos a ver la pelea.
— ¡Oh por Alá! ¿Cómo puede brincar y dar saltos y patadas y golpes, así de fácil?— grito eufórica y emocionada por la pelea.
— Ja ja ja. Espera a que le cuente tu reacción, estoy seguro que le encantará— dice Mike, tomándome el pelo.
— No te atrevas— le pongo mis mejores ojos de gato con botas— Pero sigo sin entender como puede tener esa agilidad.
— Amira, Liam lleva practicando ese estilo de pelea desde los 7 años. Es lógico que lo domine tan bien.
— Pero, parece que no le duele. Pero mira— señaló a mi víctima— Está sangrando mucho. Tiene varias heridas. Sino las atiende...
— Basta. Ahora iremos a los "camerinos" improvisados y le ayudaremos. Yo soy su... ¿enfermero?
No puedo con su simpatía y exploto de risa.
— Aunque deberías ser tú, la que lo cure. Las chicas son más delicadas en esas cosas— me dice y no puedo evitar sonrojarme al imaginar la escena de los dos.
— Espero no interrumpirlos— nos llama la atención Sol— Ya todos vamos a ir a la casa del Turco a celebrar la victoria de Liam. ¿Van a venir?
Repito, la castaña es la única de las chicas con la que se puede hablar.
— Yo sí iré. Pero, no sé si Liam y Amira vayan a ir. De todas formas, nosotros sabemos llegar. Gracias Sol— dice Mike, mientras me anima a acompañarlo a ver al campeón.
...
— Hermano, en serio te luciste hoy. Por cierto, tienes una nueva fanática y probablemente enfermera — le dice Mike, enseguida que vemos a Liam.
Trágame tierra
— Tienes razón. Habían unas chicas que no paraban de verte— digo para que no se note mi nerviosismo— Felicitaciones.
— ¿En verdad te gustó? ¿No fue muy salvaje para ti?— me interroga Liam, mientras me sonríe con picardía — Mike, necesito que me ayudes con esto– se señala su frente y labio.
— Claro. Ves Amira, aquí soy como su asistente personal — me dice a modo de burla.
— Mike, que bueno que te encontré. Disculpen. Angie está muy mal, termino con su novio y desde que llegó se ha bebido todo lo que encontró. Ayúdame, no puedo con ella yo sola— finaliza una Sol, muy angustiada.
Con una mirada se dijeron todo, y Mike salió junto a Sol en ayuda de una perra con corazón, dejándonos a los dos solos.
— Mike, se fue. Así que tú tendrás que sustituirlo, Acosadora.
— ¿Ya se te pasó el mal humor?— pregunto para ganar tiempo.
Pues si ocupaba el rol de "enfermera" mi corazón podría estallar. Ya que, estaría realmente muy cerca de él.
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