Después de conversar un rato todos y comer algo, decidimos que era hora de irnos, pues ya había empezado a caer la tarde. Una vez ya en el carro de Em, nos dirigimos a llevar a cada uno de los chicos a sus casas. Leo fue el primero en bajar, seguido de Will.

Em pidió disculpas por no poder llevarse a Jace a su casa, por lo que me lo llevé yo a la mía.

No podía permitir que el señor Grosfiad viera a Jace así otra vez, ya me habían contado que le dio un ultimátum al chico por lo del viernes.

- Amira, sabes que si pudiera lo llevará conmigo, pero mis padres acaban de regresar de viaje y odian las visitas inesperadas- se disculpa nuevamente Emily.

- Nena tranquila. Nosotros entendemos. Además, mis padres adoran a Jace- digo bajando del carro.

- Ven a que me refiero con ser el malo. Boom me emborracho y Amira va a dormir conmigo- dice en voz alta Jace- ¿Por qué no se me ocurrió antes?- pregunta a la nada, haciendo un puchero.

Nosotras sólo nos reímos pues fue muy gracioso el comentario, aunque también un poco sarcástico. Con cuidado y mucho trabajo logro llevar a Jace a la entrada.

- Iyuvov'- le digo, pues es la única manera en que me preste atención- Tienes que ser cuidadoso con lo que dices. Sabes que mi mamá es más conservadora que mi papá.

- Suena tan bonito eso de tus labios. Desearía poder besarlos aunque sea una sola vez- dice obviando lo dicho.

- Iyuvov', por favor presta atención.

- Ok. Portarme bien. Ya que no me amas y prefieres al tatuado- finaliza con un hipo.

- Lo que sea.

Al entrar veo a mi papá en la sala viendo la televisión, mi madre está en la cocina haciendo la cena.

- Baba, Um. Ya llegué, y traje visita- digo mientras me acerco a mi papá y le doy un beso- Baba, sé que no avisé antes, ¿pero Jace, se puede quedar a dormir hoy?

Mi padre me da una mirada muy seria que hace que me estremezca. Pero después de compartir mirada con mi madre me sonríe.

- Después hablaremos- me dice en un susurro.

- Claro que sí- afirma en voz alta mi madre, para que todos le escuchen.

- Buenas noches señores, yo no soy yo. Soy un joven despechado, herido por su amor- empieza a balbucear Jace y por un momento me asusto.

- Yo lo llevaré al cuarto de invitados y le prepararé una ducha helada- digo halando al chico antes de que cometa una burrada.

- Pero Iyuvov', ¿por qué no me dejas decirle a tus padres que te gustan los chicos malos y las carreras?- dice contrariado.

¿Ya pa que?

Soy hija muerta

Mis padres me dan una mirada mortal que significa que luego escucharé sus regaños. Y todo porque no supe apreciar un buen chico. Una vez en la habitación le preparo el baño.

- Traidor, ya está lista el agua- digo molesta.

- ¿Traidor?- pregunta confundido.

- Me lanzaste al agua con mis padres. No te importó que me vayan a regañar- digo.

- Y a ti no te importa que yo muera de amor por ti. Ni que me enferme de cólera al verte babear por semejante idiota.

- Touché. Báñate. Tómate el tiempo que desees y bajas a comer- digo desapareciendo del cuarto.

Me armo de valor y bajo al comedor.

- ¿Qué significa eso que dijo Jace, Amira?- pregunta mi madre.

- ¿A qué se refiere con carreras, hija?- pregunta mi padre.

Mardición gitana

¿Y ahora? ¿Cómo salgo de ésta?

- Baba, Um, Jace me confesó sus sentimientos el viernes en la fiesta y le rechacé por qué no siento lo mismo que él, luego empezó a beber y se fue a su casa antes de hacer un show. Por mi parte me fui con Liam, a ver unas carreras- miento parcialmente.

- ¿Fiesta? ¿Liam?- comenta mi padre haciendo ver mi error- Amira Malak, ¿qué más nos ocultas?

Sabes que estás en problemas cuando tu padre te llama por tus dos nombres

- Baba, no pasó nada malo- vuelvo a mentir- Convencí a mis amigos de ir a una fiesta del instituto y todos fuimos.

- Si fueron todos juntos, ¿por qué te fuiste con ese muchacho?... Un momento, ¿Liam? ¿Ése no fue el chico que te encontró?- interrumpe mi madre.

- Eso es correcto mami. Liam, es un chico del instituto, misma edad, mismo año, diferente sección. Y no me fui con ellos por qué me moleste porque mis amigos quieren controlar mi vida así como ustedes basándose únicamente en mi enfermedad.

- No es control. Es que queremos que estés segura- dice mi madre.

Bingo

Desvía toda la atención a tu enfermedad y no a las carreras

- Sigo sin entender el estado de Jace- pregunta mi padre.

- Él no acepta que quién me gusta de verdad es Liam, y quiere olvidar todo en el alcohol. Ya saben como es su padre. No podía dejarlo solo, cuando siempre ha estado conmigo. Además de una u otra forma es mi responsabilidad- digo sincera.

- Sus acciones no tienen que ser tu responsabilidad. Hija, te he dicho mil veces que uno no elige a quien querer sólo pasa y ya- comenta sabio mi padre- Pero eso no significa que tú no ayudes.

- ¿Y ahora qué hice?- digo.

- Debiste darle algún indicio para que él se ilusionara- dice mi madre apoyando a mi padre.

- Okey. No sé que hice. Pero lo siento. Intentaré solventarlo.

- ¿Le llevaste ropa?- pregunta mi madre mientras mi papá regresa al salón.

- Se me olvidó. Iba a hacerlo, pero su charla me detuvo- digo apenada.

- Ven. En el cuarto de lavado debe haber algo que le quede.

Después de conseguirle un mono gris y una camisa blanca, subo al cuarto de invitados para llevarle la ropa. Toco dos veces pero no escucho nada, así que entro preocupada.

- ¿Jace? ¿Ya estás listo?- digo entrando mirando al suelo.

- ¿Por qué miras el piso?- escucho su voz provenir del baño.

- Dime que estás vestido y sobrio.

- Tengo sólo una toalla por qué la niña se le olvidó mi ropa- dice volviendo a ser el mismo de antes.

Sin pensarlo dos veces me lanzo a sus brazos, permitiéndome la sensación de seguridad que me dan sus brazos.

- Te extrañé, castaño- digo.

- Y yo a ti Iyuvov'... Sabes, suena muy sexy viniendo de tus labios. Linda, de verdad discúlpame por todo. Las cosas en casa no están muy bien y no sé cómo llevar tu rechazo.

- Calla tonto. Todo olvidado.

Por un instante recuerdo que ése viernes iba a darle una oportunidad a mi mejor amigo.

- ¿Jace, puedo hacer algo? Por favor no me malinterpretes, pero tengo curiosidad.

- ¿De qué hablas?- pregunta contrariado.

Sin pensarlo mucho me acerco a su rostro y lo toma para darle un dulce beso en los labios.