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Yoongi había regresado a su casa, estaba algo cansado después de su primer día de clases después de un largo tiempo. Caminó hacía la sala para avisar de su presencia.
— Estoy en casa. — Dijo, se sorprendió al no escuchar a su madre responderle, pero si escuchó movimiento proveniente de la cocina.
— Hola Yoonie, ¿Cómo te fue? — Seokjin salió de la cocina con una toalla en las manos, señal de que estaba lavando.
— Bien, nada en especial, ¿y mamá? — Miraba a todos lados sin encontrarla.
— Salió a comprar unas cosas, pero siéntate, está servido. — Sonrió el mayor para guiarlo al comedor.
Ambos pasaron hasta el lugar, Yoongi se sentó mientras que Seokjin lo miraba de pie.
— ¿Hiciste amigos? — Fue lo primero que le preguntó ya que recordaba la pregunta de la mañana.
— No. — Parecía no tomarle importancia. — Aunque hay un chico que llamó mi atención. — Confesó.
Seokjin se sorprendió ante eso.
— Llamar la atención ¿En qué sentido? — Su curiosidad hizo que su hermano le mirara raro.
— Solo, noté que estaba llorando, parecía muy lastimado, realmente parecía que había perdido algo invaluable, algo muy preciado. — Hizo memoria recordando como aquel chico había bajado hasta el patio para tapar su boca y luego de un rato así había vuelto al salón, también recordaba como sus ojos se reflejaban en la ventana, mostrando las lágrimas en sus mejillas.
— Eres realmente muy observador. — Sonrió el mayor.
— Solo digo lo que es evidente.
— ¿Y cómo se llama? — El mayor se apoyó en la silla frente a él.
— No sé, no puse atención a su nombre. — Levanto nos hombros para restarle importancia.
— No me digas que te dormiste otra vez en clase.
El mejor negó con la cabeza. — Tenía ganas, pero no lo hice.
Volvieron a quedar un rato en silencio, Seokjin pensaba en el hecho de que a su hermano le haya llamado la atención alguien, eso no era muy común. Esta vez el menor abrió de nuevo la conversación.
— Pensé que Nam vendría. — Le da un gran bocado a su comida.
— No, vendrá hasta el fin de semana. — Le sonrió, le dejaba más en paz que su hermano recordara a Nam, después de todo era el mejor amigo de Seokjin.
— Debería invitar a Hoseok también. — Eso hizo que el mayor negara inmediatamente.
— No creo que pueda. — Rascó su nuca con nerviosismo.
— ¿Por qué no? — El menor lo miraba raro.
— También está en la escuela, no sabemos que tan ocupado esté. — Sonrió.
Yoongi asintió dando razón a eso, ambos tenían la misma edad, tal vez estaba ocupado con la escuela, quizá en otra ocasión lo haría. Cuando acabó su comida llevó su plato para lavarlo, pensando bien en ello, no había visto a Hoseok, ni siquiera en el hospital el día en que despertó ¿Dónde estaba realmente? Prefirió no decir nada más, así que cuando acabó se dispuso a ir a su habitación, aunque antes de eso una duda le vino a la mente.
— Jin. — Volteó a mirar a su hermano. El otro lo miró en señal de que continuara. — ¿Qué carrera estás estudiando?
La tristeza en el rostro de Seokjin se hizo presente, su hermano no recordaba ni eso, y aunque no se lo dijera le hacía sentir triste.
— Biología. — Le sonrió con melancolía. Yoongi se quedó pensando un rato.
— Siempre te gustó, ¿cierto? — Murmuraba. El mayor asintió y entonces el de cabello negro dejó la habitación.
Habían pasado ya semanas desde que despertó, y aun no lograba recordar, ¿Cuánto tiempo más tardaría? Pero en verdad eso no era lo que le preocupaba tanto, sino ¿Sería bueno que lo recordara todo?
⏳⏳
Jimin había llegado a su casa después de un día bastante cansado, todo el cuerpo le dolía, la corbata del uniforme le asfixiaba y por más que tratara de aflojarla aun sentía esa falta de aire, subió las escaleras hasta llegar a su cuarto, los recuerdos de ese día llegaron a su cabeza como si de una descarga eléctrica se tratara, recordaba a Taehyung besando a su amado Jungkook, ¿Con qué derecho lo hacía? Ah claro, se le había olvidado que ahora él es su novio, podía besarlo dónde quisiera y cuando quisiera, las lágrimas de Jimin resbalaron por sus mejillas, sus sollozos no se hicieron esperar y gritó, dolía, dolía la manera en la que se miraban, le recordaba que en un momento de su relación Jungkook lo había mirado igual, pero lo que más le dolió fue ver el triunfo en los ojos de Taehyung mientras que estaba seguro que Taehyung había visto la derrota en los ojos de Jimin, reunió todas sus fuerzas y se dirigió al baño, se miró al espejo, su aspecto no le ayudaba en nada, toda su vida Jimin había usado lentes, y le gustaba cómo se veía, pero ahora él mismo decía que se veía como un niño, su cabello rubio, tantas veces que él lo toco, pero, ¿Qué quería exactamente? Quería olvidar, olvidar todo, quería despertar un día y que ya no recordara nada, quería sacarlo de su mente y de su corazón, pero sabía que si eso pasaba, en el momento en que viera a Jungkook, en ese momento se volvería a enamorar de él.
— Eres una mierda. — La repulsión en sus palabras podía tocarse, estaba enojado, y sus lágrimas eran de dolor y coraje, se parecía a Taehyung, ya que él también tenía el cabello rubio, a diferencia de que Kim no usaba lentes, llevó ambas manos a su cabello y lo jalaba, no importaba que se arrancara los cabellos, no quería parecerse a él. — Tan asqueroso. — Está vez sus sollozos se convirtieron en gritos ahogados de rabia, tomo sus lentes y no dudo en romperlos, los pisó una y otra vez hasta asegurarse de que estuvieran hecho añicos, volvió a ver su rostro en el espejo.
Tenía la cara roja de tanto llorar y de tan enojado que estaba, tenía el cabello desordenado y había cabellos en sus manos. Alzó los restos de sus lentes para tirarlos a la basura, ahora ya no estaba enojado, tomó los vidrios en sus manos y los apretó, sintió los cortes en sus palmas, pero eso no evitó que siguiera apretando, una vez que los soltó sus manos estaban ensangrentadas.
— Ya me cansé de quererte Kook. — Su voz era áspera.
De repente la puerta de su casa se escuchó abrirse, más no se preocupó porque fuera su padre, sabía que no estaba nunca en casa. Después de unos cuantos minutos la puerta de su habitación se abrió.
— Jimin... — La voz de su mejor amigo acabó con el silencio.
— Hola Heechul. — Su mirada estaba completamente perdida.
Cuando Heechul vió a su mejor amigo de esa manera no dudo en correr a ayudarlo.
— ¿Qué te pasó Minie? — Revisaba sus manos sangrantes, más Jimin no dijo nada, se limitó a mirarlo. Heechul suspiró y se dirigió al baño, cuando entró lo vió hecho un desastre, había cristales en el suelo, vio lo cabellos en su lavabo, tomó el botiquín de primeros auxilios y lo llevó hasta su amigo.
Se mantenían en silencio, cuando enredó la venda en las manos de Jimin éste no se inmutó, solo se mantenía inexpresivo.
— Los vi también. — Inició el de cabello castaño, pero Jimin seguía sin decir nada. — Sé que duele, pero no puedes darle el gusto de que te vea tan mal... — Su amigo le interrumpió.
— Quiero dejar de quererlo, quiero olvidar que existe. — Aun con eso dicho su mirada seguía imperturbable.
— Lo sé Minie, pero no es algo que pase de la noche a la mañana, todo lleva un proceso. — Mantenía su tono de voz bajo.
Jimin no respondió, se dirigió al baño y de una gaveta sacó un tinte, se lo llevó a su amigo.
— Tiñe mi cabello. — Le extendió la caja.
El otro miró la caja para luego mirarlo a él.
— Jimin... Mira... — Fue interrumpido de nuevo.
— Quiero dejar de parecerme a él, me da asco verme al espejo, lo odio y odio que cada que me vea lo vea a él. — Heechul enmudeció, tomó la caja y asintió.
— Esta bien Minie, lo haré. — Jimin volvió a entrar en el baño decido sobre lo que haría.
Hey Mare reportándose, espero que hayan disfrutado el FESTA, a mi me encantó, vamos por más años junto a los chicos 💙💜
Mare †
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