capitulo #1

Capitulo 1: El Despertar de los muertos

Tal vez aquélla figura conocida la cuál entraba tan bruscamente por la puerta de la tienda, haciéndose presente a pasos lentos en el lugar, me ayudaría a distraer estos pensamientos vagos causados por el aburrimiento de aquella mañana, de aquella calma tan pacifica para unos, y a la vez tan odiosa para otros.

¡Buenos días! señorita Sandra — Exclamé

— Buenos días Jack — Dijo con cierto desagrado en su voz, algo clásico en ella, y a lo cual me había acostumbrado.

— Bien , ¿que busca el día de hoy?.

— No te preocupes, cuando logre encontrarlo te lo haré saber — dijo para luego marcharse con cierto toque coqueto en sus pasos, y perderse así de mi vista.

Ciertos comentarios algo hirientes cargados de enfado se formaron en mi mente, palabras tan hirientes con las cuales tal vez, no volvería a ver su rostro por estos paramos. Razones sobraron, durante este escaso año que comencé a trabajar en la tienda, todos los martes específicamente a las 11:00 am, ella cruzaba por la puerta, sus zapatos rechinaban por el piso, causando una melodía aguda a la cual solo reaccionaba con una sonrisa.
Su perfume de aroma a lavanda se podía sentir a kilometros, siempre con el mismo sombrero blanco y una flor margarita que lo adornaba.

Esta se dirigía hasta el fondo del lugar, siempre a lo lejos con su sombrero asomándose por los estantes, revelando donde se ocultaba, regresando unos minutos después con sus manos bastante cargadas. A la hora de pagar por ello la dama de piel pálida y ojos azules, jamas traía su billetera, una rutina ya habitual en la tienda, aunque su mentira era clara y esta se marchará jurando pagar después, cosa que nunca hizo, era sobrina del dueño de aquel lugar donde yo trabajaba, y solo me preguntaba ¿que sentido tendría discutir con ella?.

El día paso con bastante rapidez cosa que me causaba cierta alegría, ya se acercaba la hora de marcharme, el reloj marcaba las 5:50 de aquella tarde, sus manecillas casi muertas, atraían la mirada de este simple mortal, controlado por su gira infernal, postrado a su sombra y sus ordenes.
Y dejando aquel pequeño percance el resto del dia transcurrió con cierta normalidad, aunque el trabajo aun no terminaba, pase alistar mi mochila con mis cosas, preparándo  para ya por fin marcharme a mi hogar, pero de repente el sonido de la puerta principal se oyó.

— Buenas muchacho — Mencionó una voz casi como un susurro, ello logró ponerme los pelos de mi brazo de punta.

Aparté mi vista del suelo para así poder observar a la persona frente de mí, encontrándome bruscamente con una figura, o mas bien una persona cubierta casi por completo por un atuendo raro de color negro que cubría todo su cuerpo, de lo poco que lograba notar era su cabello de un color blanco, y sus dientes de color amarillo.
Era la primera vez que veía aquella persona por la tienda, ¿quien era?.

— ¡Buenas tardes! — Dije, aunque la apariencia de aquella persona me parecía ciertamente peculiar y hasta llegaba a incomodar, era mi trabajo el atenderla, el protestar cual niño pequeño no me ayudaría.

— disculpa joven, podrias venderme algunas bolsas de plástico de color negro, unas velas, y un lazo de color rojo por favor.

Los pelos de mi brazo se habian erizado al oír de sus palabras el peculiar pedido, y su voz algo gruesa no lograba ayudar ni un poco a la situación tan delicada, ¿que trama?, me pregunté intentando indagar, aunque ello no sea de mi incumbencia, de inmediato pase a buscar aquéllas cosas lo mas rápido que pude, tal vez sea por su apariencia o el simple echo de su presencia, la cual llegaba a tornar lúgubre la pequeña tienda de conveniencias, no lo sabía, algo que era claro era que queria que aquélla persona se marchará lo antes posible del lugar.

Tras unos minutos de búsqueda encontré lo que buscaba, me acerque al mostrador y mientras envolvía cada producto, note como esta mantenía su mirada fija en mi, sentía sus ojos penetrantes en mi cuello, y una caricia fría, helada diria yo, en mi hombro, el miedo se empezaba apoderar de mis manos, las cuales empezaron a temblar fallando en la misión por cumplir, con ansias de huir a mis bolsillos y refugiarse de lo cual consideraban un peligro.
Tras unos minutos entregué los productos, recibí el dinero y por al menos esos escasos segundos pude sentirme aliviado.

— joven — de repente aquélla señora llamó otra vez mi atención.

— Si señora, ¿que mas necesita? — Pregunté pasando a observar el reloj, este marcaba las 5:57 pm, 3 minutos más y me podre ir.

— se ve que eres un buen muchacho, ¿hace cuanto tiempo trabajas aquí? — preguntó mientras su vista no se  apartaba de mí

— Hace casi un año, ¿por que? — contesté

— me parece curioso que un chico tan joven haya tomado la decisión de trabajar en este lugar, apesar de...ya sabes.

— ¿a que se refiere? — había logrado su objetivo, tenía puesto en ella mi total atención.

— déjame hacerte una pregunta, ¿ya te a tocado trabajar por las noches?— esa pregunta logró causarme más confusión y a la vez curiosidad, mis dudas sobre quien era aquélla señora tan solo se incrementaron.

— No, solamente el turno del día — mi horario es un ciclo de lunes a viernes de 10am a 6pm, luego de mi turno llega otra persona a suplantarme por las noches, su nombre era Steve, el se queda toda la noche ya que la tienda permanecía abierta 24 horas.

— oh, me parece perfecto, ese turno no es para cualquiera.

De inmediato posee mi vista sobre aquella mujer, una sensación de frio acariciaba mi espalda, mis manos empezaban a temblar al notar esto de inmediato pase a ocultarlas en los bolsillos de mi pantalón, esta tan solo se limitó a sonreir de una forma algo escalofriante. Tras unos segundos de aquel comentario, decidí armarme de valor, pasando a tomar aire para otra vez entrelazar miradas con aquella señora.

— ¿a que se refiere? — Pregunté,  ella se acerco al mostrador poniéndome mas tenso, mi corazón latía a mil revoluciones.

— ¿enserio no conoces la historia de este lugar?.

Tan sólo pude hacer un leve movimiento negando con la cabeza

— bien te comentare, hace un tiempo atrás, unos cuatro o cinco años, cuándo apenas este lugar cumplía 1 año desde su apertura, trabajaban 2 muchachos casi de tu misma edad — curioso jamas le había comentado sobre mi edad, y aun así, ¿estas fueron sus propias palabras?— los días transcurrían con tranquilidad en el lugar, día tras día, noches tras noche, las personas del pueblo le llegaron a tomar cariño a esos jovenes.
Siempre nos recibian a todos con una sonrisa, llenos de vida y siempre  en actividad, jamas quietos, todo parecia perfecto pero, ocurrio algo.

De repente esta se detuvo bruscamente, tomándose unos segundos, para luego dejar escapar un suspiro, era facil de notar la nostalgia en sus palabras, esto le dolía. Y continuó.

— Una tarde de otoño, parecía que aquel día seria como cualquier otro, yo me encontraba tejiendo tranquilamente en el sillón de mi sala, puntadas tras puntadas terminaba un pequeño suéter, hasta que alguien llamo a mi puerta, me puse mis pantuflas y me dirigí a la puerta, y pase a abrirla encontrándome de frente al oficial Chris.

— ¿Y que paso?

— el dijo los siguiente; disculpe las molestias señora Thomsón pero esta situación es de suma importancia, eh de notificarle la desaparición de Austin Leckerman.

—¿Y el quien es? — Pregunté curioso

— Austin, el fue el joven quien supo  trabajar aquí — al oír eso sentí una ráfaga fría cubrir mi espalda, acariciándome tiernamente, mientras mi corazón volvía acelerar su marcha, y un escalofrío en la parte trasera de mi cabeza lo terminaba.

— ¿que paso con el? — con cierto nerviosismo pregunté.

— los días pasaron y todo el pueblo buscamos incansablemente por dias y semanas, no había una sola noche donde no lo buscábamos, buscamos y buscamos sin éxito alguno, y el, jamas fue encontrado, es como si de la nada la tierra se lo hubiese tragado, no dejo ninguna clase de pista o de rastro.

Un silenció cortante se hizo presente en el pequeño lugar, un sensación de escalofrío cubrío los pasillo, mientras aquella señora mantenía una mirada perdida en un envoltorio de dulce, que minutos antes de su llegada yo había dejado.

— ¿Y que sucedió al final?.

— jamas fue encontrado — dijo con flagelo en su voz—  y todo quedo en un vago recuerdo, perdido en los sin fines del viento pasajero, trasmitiendo el mismo relato de algo que jamas fue, a través de su vuelo ciego.

Tan solo me límite a observar en silenció, no supe que decir o comentar, ¿como podría ayudarle en esta situación?.
Toda mi vida me complique con las palabras, lo simple siempre se volvio complicado para mi, esa siempre fue la razón por la cual me aleje de muchas personas, y tal vez en secreto sienta cierta necesidad de estar solo, no lo sé.

Esta tomo sus cosas, y se disponía a marcharse de la tienda, alejándose lentamente del mostrador, y en su rosto se notaba una clara tristeza, llegando a la puerta se detuvo y dijo.

— Hay algo más, dicen por ahí que el alma de aquel muchacho ronda por aquí en las noches, no hay una razón clara, unos dicen que se encuentra  en busca de venganza, o tal vez quizás su propósito sea terminar el turno nocturno, el cual jamas realizó. Es una lástima sabes, aveces las almas llegan a ser tan inocentes.

Dicho eso cruzó la puerta para así marcharse, quedándome tan solo en aquel espacio de menos de 2 metros, inmerso en una batalla mental, donde mi corazón temeroso era manipulado por mis pensamientos, mientras mi razonamiento se defendía con argumentos pateticos

— ¡Hey! jack amigo, ¿estas bien? — apoyo su mano en mi hombro

— Ah, steve lo siento no te vi llegar,¡si! no te preocupes steve estoy bien —  en sus ojos delataba en el un clara desconfianza en mis palabras.

— Ok, y dime, ¿acaso te vas a quedar o que?.

Pase mi vista al reloj, este me resaltaba de una forma agresiva las 6:11pm, no me había percatado del horario, creo que terminé sumergido en la historia, rápidamente tome mi mochila sacando de esta mis auriculares, me despedí de steve y me marche.

Caminaba de regreso a mi hogar, que por suerte para mi no estaba tan lejos, de echo nada lo estaba, este pueblo no era relativamente grande y eso era una ventaja desde que llegué aqui, hace menos de 2 años que me había mudado, creo que me habia cansado de la vida alocada de la ciudad, y necesitaba algo como ésto, un pueblo tranquilo con personas amables, donde todos se conocieran y no existiera ningun rastro del caos de la ciudad.

Y tras unos minutos llegué a mi hogar, una pequeña casa nada ostentosa pero me conformaba con poco, pasando directo a mi habitación, dejando mi mochila en mi cama, prefería no sobre pensar tanto aquéllo, me conocía, si dejaba que mis pensamientos me ganarán la realidad se me haría ciega, me volvería a perder y entre todo eso, al final terminaría durmiendo con todas las luces encendidas, parece un chiste aunque dolorosamente es verdad.

Luego de un rato y tras haber cenado, me disponía acostarme a dormir, llegando a mi cama tomando mi celular mostrando las 21:30pm, tal vez no era tan tarde aunque el sueño me estaba ganando, así que solo me disponía a dormir.
Una notificacion forzo a mis ojos a no cerrarse por completo, revisando mi teléfono noté que era un mensaje el cual provenia de mi jefe. " Jack, lamento el molestarte a estas horas de la noche, pero te tengo una mala noticia, por asuntos personales steve no podrá cubrir el turno de mañana por la noche, por lo que tendrás que cubrirlo tú, y steve cubrirá tu turno por la mañana, eso es todo, disculpa una vez mas las molestias, y que tengas una buena noche".

Y así fue como ese simple mensaje, me habia arrebatado el sueño, me quede observando el techo de mi cuarto aun iluminado por la luz del pasillo, envuelto por la penumbra de la noche, acurrucado entre las sombras de la luna, y observado atraves del cristal, el reflejo perplejo a mis pesadillas.

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