Atraves de tu mirada

"Los ojos son el punto donde se mezclan alma y cuerpo."

Hebbel, Friedrich Christian

Su cuerpo sensual era lo que más le excitaba y como ella le respondía con un simple roce. la amaba con el corazón, pero detrás de ello también había dolor y desesperación. Ella estaba agitaba, jadeante y su piel brillaba más que el sol; por las gotas de sudor que emanaba, al ser tomada una vez más por el hombre, al que se había entregado. El besaba su sexo como lo hacía besando sus labios carnosos y rosas, sus bragas pendían de su pie derecho; contenía los gemidos que este le ocasionaba. El cierre de su uniforme hacia sido deslizado hasta su ombligo, desnudando sus carnosos y suaves senos, mientras el comía de ella. Sus manos fuertes y ásperas amasaban sus senos, desde su nacimiento hasta la punta de su pezón rosado.

-mmm...-gimió indecorosamente

El sonrió de lado, al darse cuenta de la receptiva que ella era ante sus caricias. Había llegado como todas las tardes hasta la casa que compartían hace dos años, pero una sorpresa la aguardaba, una pedida y un brillante anillo iluminaron su mirada perla; las lágrimas no tardaron en salir. Todo empezó con un beso apasionado y ahora, ella estaba sentada semidesnuda en el escritorio de su amado: amándolo, entregándose como todas las veces lo hacía.

Si bien ella no lo conoció en las mejores circunstancias, ahora ella estaba tan segura, de que Obito Uchiha sería el hombre con el que compartiría su vida, el futuro padres de sus hijos y el gran amor de vida.

-eres deliciosa..- resalto con tanta morbosidad mientras tomaba un poco de aire.

Ella volvió a sonrojarse, su trasero sentía frio por el contacto de la madera fría, pero lo resistiría todo por él.

-obito....-gimió y como reacción arqueo la espalda, dando vista a sus senos con los pezones erectos y la vio tan sensual.

Las paredes vaginales comenzaban a contraerse, apretando su lengua que penetraba una y otra vez su pequeña y lubricada entrada. Los gemidos de ella comenzaron a ser más sonoros que nunca, sin temor a que los vecinos la escucharan. Como reacción, las manos de Hinata fueron a dar hasta la cabeza de su viril hombre, atrayéndolo más a su sexo, haciéndola explotar en uno de los mejores orgasmos de su vida. El rostro del Uchiha casi por completo estaba hundido en esa parte tan íntima y miraba, otorgándole el placer mutuo que ambos gozaban, su enorme miembro dolía, puesto que estaba preso en sus pantalones y rogaba por salir para reclamar su lugar entre sus piernas.

-O-Obito....¡ah!.

Su hermosa historia de amor empezó un día de invierno, Hinata Hyuga estaba de guardia en un hospital a las afueras de Tokio y al acercarse a la media noche, un herido grave apareció por la puerta de emergencia, ella corrió a atenderlo y su corazón dolió cuando vio el estado deplorable en el que se encontraba.

Le cayó una roca

Fue un milagro que sobreviviera

Fueron una de las tantas voces que escucho ese día. La recuperación de Obito fue lenta y cuando despertó encontró a su ángel más bondadoso del mundo a su lado, cuidando de él. En ese entonces Hinata no podía permitirse sentir algo por alguna persona, ella estaba muy enamorada de Sasuke Uchiha, pero jamás le perdono lo que le hizo tiempo después.

Obito salió de ella, se elevó. Su mirada oscura se clavó en una jadeante y sonrojada Hinata, verla con los labios entreabiertos, sus enormes senos subiendo y bajando; era una incitación al pecado, la beso con desespero y ella se probó en los labios del Uchiha. Con su mano izquierda afirmo su agarre, en su pequeña cintura para atraerla más a él. Ella no dudo en corresponder con la misma pasión. Las primeras veces que intimaron, el pudor siempre calaba un lugar en la conciencia de ella, después y con la confianza ganada fue desapareciendo. Obito la hizo hacer cosas que jamás ella hubiera pensado que podría hacerlo.

Ambos se separaron lento, tanto la mirada perla y la negra estaban vibrantes, llenos de amor. Se amaban tanto que a veces dolía. No importaba las cicatrices que tenía en el rostro, o los cambios repentinos de humor que la asustaba; sabía que debajo de ese hombre que muchos le tenía miedo, estaba un hombre bueno que la amaba.

-Te amo Hinata- susurro

Ella sonrió y cuando estuvo a punto de devolver su "te amo", él la volteo abruptamente. Hinata también lo deseaba, él lo sabía. Deslizo el cierre de su pantalón oscuro para exponer su enorme miembro. Estaba tan erecto y rojizo. Los enromes senos fueron a dar a la madera fría del escritorio, miro su trasero blanquecino y sonrió; tenía la imagen más morbosa de la mujer que amaba, se masturbo un poco y entro en ella con fuerza.

-¡ah...!-gimió y contuvo un poco el dolor que le ocasionaba.

El bombeo empezó, la sintió tensa, se quedó quieto un rato disfrutando la estrechez de su vagina y de lo lubricada que estaba. La longitud de su miembro habia desaparecido en la entrada de ella. Hinata gimió y Obito se excito más haciendo que su enorme pene vibre dentro de ella. Sus nalgas chocaban con los testículos de el, haciendo mas placentero ese vaivén tortuoso y prohibido. Hinata gemía tan alto como siempre, la elevo un poco y tomo sus senos desde atrás, amasándolos como sus enormes manos y sin cambiar la velocidad de sus embistes.

Todo paso una noche, una triste y oscura noche donde la marco. Si bien en algunas ocasiones ella le había permitido desnudarla, comer de ella y rozarla, siempre lo había detenido, tenía miedo y pudor; quería llegar pura al matrimonio. Aunque Sasuke se había mantenido bastante renuente a las tantas veces que ella lo detuvo, pareció aceptarlo, pero al parecer ese día lo olvido. Habían llegado de una fiesta, una reunión de su generación. La convivencia de ambos había sido bastante fructífera, afianzando los lazos que ambos tenían. A pesar de los problemas por culpa de los celos de el y las inseguridades de ella, siempre lo resolvían porque se amaban mucho. Sin embargo, esa noche.. esa fatídica noche..

Sasuke Uchiha abuso de ella.

Ni siquiera ella lo recordaba, solo sabía que había bebido una copa de vino y cuando despertó, se encontró desnuda con un dolor en el vientre muy agudo, aun sus ojos se cristalizaban cuando recuerda la mancha de sangre, que estaba entre sus piernas.

-no puede.. ser- dijo en ese entonces con el alma rota.

¿Y a su lado? Estaba el hombre que decía amarla y juro respetarla. También estaba desnudo, al parecer dormía muy plácidamente. Ella se horrorizo. Hinata no dudo en terminar la relación al poco tiempo, no podía perdonar lo que Sasuke le había hecho. Él pidió perdón, pero no ser suficientemente fuerte, esa mañana recibió la más dolorosa bofetada que alguien le hubiera dado en su vida. Hinata lo saco de su vida de raíz, la buscaba insistentemente, pero ella no lo perdono. Tiempo después y con las heridas sanas, miro el encabezado de un periódico que le dolió mucho. Habían encontrado al cuerpo de Sasuke con un tiro en la cabeza, al parecer había estaba involucrado en una confusa situación. Hinata se decepciono tanto, porque cuando lo conoció, él no era un hombre con principios. Se conocieron en un bar donde una amiga de ella la obligo a ir, el flechazo por parte de él fue instantáneo, deslumbrado por la bondad y belleza que emanaba, se prometió hacerla su mujer. Fue tan difícil que Hinata aceptara una cita, pero trataba de ocultarle las drogas que consumía o a que se dedicaba. Cuando finalmente la hizo su novia, le siguió ocultando las porquerías que hacía, hasta que ella se enteró. La decepción que desprendía sus ojos fue algo que lo traspaso, pidió perdón de rodillas y rogo por una oportunidad. El gran amor que le tenía y su bondad fueron los que le dieron una oportunidad, pero al parecer todo había sido envano, lo supo cuando al ver como Sasuke había terminado.

Él nunca cambio..

El sonido acuoso de su unión lo excitaba tanto, Hinata gemía sin temor a ser escuchada. Sus enormes senos esparcidos, por la presión hacían que bombee más fuerte.

-¡ah óbito!

-¿te gusta?- pregunto jadeante

-Si..

Aumento sus bombeos, sus manos estaban a ambos lados de las caderas de ella atrayéndola, enterrándose tan hondo como nunca. La manzana de adán del Uchiha estaba palpitante, de arriba abajo se movió, él estaba apunto de llegar y gruño por eso. Las contracciones vaginales se hicieron presente, apretándolo, asfixiándolo, amenazando que extraerle toda su semilla para llenarla con su esencia. Hinata gimió mas y se sonrojo.

La relación de ambos empezó de una manera bastante extraña y atípica, no.. era más que eso, fue trágica. Una noche unos hombres entraron al humilde departamento de ella, trataron de hacer el acto más vil cometido por algún ser humano "violarla", ella se defendió con uñas y dientes, no quería ser tomada a la fuerza una vez mas, preferiría morir si fuera el caso, dio gracias a Kamisama que un hombre apareciera en ese momento y la defendiera. Ella no escucho ningún disparo ese día, al parecer el schok nervioso que le ocasiono el asalto de su habitación la abstrajo de la realidad. Solo vio el cuerpo en caída de uno de sus agresores y como el otro hampón huía salvándose de lo que sería una muerte segura.

La policía llego y el juicio duro poco "Defensa propia" fue el argumento, que se usó para deslindar de cualquier responsabilidad a Obito. Ella estaba tan agradecida con la vida al colocarle a un hombre tan bueno como él. Aun recordaba ese abrazo protector que le otorgó cuando la defendió de esos hombres. Obito no se alejó de su lado, la ayudo a sobrellevar sus traumas con la terapia psicológica. Hinata se sintió tonta, al darse cuenta que Obito se había mudado hace un tiempo ya, a su mismo edificio y que tampoco lo había reconocido como el paciente que ella había ayudado tiempo atrás.

Una propuesta a salir y ella acepto, lo demás fue hermoso. Cuando tuvieron su primer beso, lo curioso que él era el inseguro, ella se había enamorado profundamente. Le amaba con todo el corazón, se puso de puntilla en una de sus citas y lo beso. A pesar de que la avergonzaba la idea de iniciar un beso, no pudo contenerse, había salido tantas veces con él y había esperado ser besada, pero Obtio no lo hizo. La respetaba demasiado, ella tenía la seguridad que lo hacía por todo lo que le había pasado. El Uchiha sabía todo de ella, desde la tragedia que la dejo sola en este mundo, hasta lo que Sasuke le hizo. Sin embargo, Obito nunca la miro o la trato diferente, la seguía viendo pura y virginal, por eso y tantas razones más se enamoró de él. Se hicieron novios y al poco tiempo empezaron la aventura de vivir juntos. Fue bastante difícil al principio, dormían en camas separadas para evitar la "tentación" y ambos tenían que separarse cuando las caricias y besos parecieran incrementarse. Solo tuvieron una horrible discusión, el guapo Uchiha invadido por los celos le hizo un escándalo sin temor a ser juzgado por el público. Hinata hablaba de la manera más amena con un amigo de la infancia "Kiba Inuzuka" y el los vio. Ambos habían salido a comprar a un supermercado, Obito se desvió un poco y cuando volvió a ella la encontró conversando. eso lo nublo. Hinata no entendía porque él no le hablaba cuando salieron del lugar, ella le pregunto:

-¿te pasa algo?

Y él lo negó

-¿estás seguro?-volvió a preguntar

Fue donde exploto. Tiro todas las cosas por la calle y comenzó a gritarle cosas tan ofensivas. Su agresividad fue algo que nunca espero ver, siempre fue alguien tan sosegado y centrado, pero verlo tan frenéticamente molesto la amedrento.

-¡seguro me estas engañando.. eres una p...!

En ese momento Obito sintió por primera la vez, la bofetada de la mujer que decía amar. Los ojos de ella estaban derramando un llanto amargo, por la ofensa y la humillación pública. Sus palabras se ahogaron y su cuerpo tembló.

-¡como te atreves!- le grito y salió corriendo

Obito maldijo a todas esas entrometidas personas que se quedaron viéndolas, para después mandarlas al diablo e ir tras ella. Hinata no le abrió la puerta esa noche, el rogo y toco fuerte. Ella lloro aun mas y su alma se quebró al sentir el arrepentimiento de Obito tras la madera. No quería ser herida una vez más, no quería sufrir y con todo el dolor de su corazón le pidió un tiempo. Él no podía creerle, le dolió, pero lo acepto. Sus maletas se fueron ese mismo día y ella lloro mucho. Los días pasaron y los fervientes sentimientos de ella estaban intactos. Se lo encontró por casualidad en una estrecha calle, lo invito a cenar a su casa y se besaron. El cuerpo de ella vibro y Obito pudo sentirlo, ella lo había extrañado, igual o más como el la había extrañado. El tirante de su blusa fue deslizado y algunos miedos se avivaron en ella, pero..

-No voy hacerte daño...-le susurro mientras la tomaba de la mejilla.

Ella sonrió y lo beso, ese mes separado solo le había recalcado una cosa.

"estaba profundamente enamorada de Obito"

Su ropas fueron deslizadas de la manera más dulce posible, el no dejo de besarla y decirle lo hermosa que era. Casi por instinto ella abrió sus piernas, dejándolo entrar y dándole el permiso que ella tanto ansiaba. Esa noche hicieron el amor por primera vez, si, fue la primera vez para ambos, el pasado debía ser borrado y su bonita historia amor estaba escribiéndose. Pasaron tres años viviendo juntos y ambos estaban listos para dar el siguiente paso, o bueno, al menos esa era la idea.

Termino por vaciarse en ella y un gemido ronco salió de él. Amaba a esa mujer. Hinata se enderezo, parte de su espalda le dolía producto de la posición. Sintió pudor al ver sus senos expuestos y quiso taparlos.

-no lo hagas..- ordeno y la volteo- quiero verlos...

La mirada del Uchiha recorría el curvilíneo cuerpo de ella, su cuerpo lo excitaba tanto y ese sonrojo en su mejillas era una invitación a hacérselo fuerte una vez más.

-Estoy cansada..

El sonrió, la atrajo y la beso en la frente. No pudo contener su felicidad al ser aceptado, ahora ese brillante anillo se miraba tan hermoso en su dedo; Hinata seria suya como siempre debió ser.

-iré a darme un baño..- dijo tímidamente mientras cerraba su ropa

-¿Quieres que te acompañe?

-ehm..¡no! no demorare mucho- se apresuró en decir y se dirigió rápidamente hasta allá.

Obito la vio desaparecer tras la puerta, apretó el puente de su nariz y se colocó los pantalones, también había estaba agotado, pero tenía mucho trabajo, vio sus lentes sobre la mesa y se coloco, debía terminar sus papeles y la sorpresa que le tenía a su amada.

Ya entrada la noche, Hinata dormía aferrada a su almohada favorita. Obito la miraba desde un punto de la habitación cerca a la ventana, solo la miraba. Con aquellos ojos que parecían rojizos en algunas ocasiones, Hinata calmaba al monstruo que tenía dentro. Él no era una buena persona, pero ella jamás lo sabría. Se acercó despacio y se recostó en la cama a su lado, le deslizo la sabana y la luz que entraba por la ventana abierta le ayudaba a vislumbrar el curvilíneo cuerpo de ella bajo el blusón trasparente que le había comprado. Con su mano izquierda, lo subió un poco viendo la pequeña braga roja, su entrepierna dolió mucho y su miembro duro ya reclamaba salir y enterrarse en ella, pero no lo haría.. no aun. Quería morbosearse como todas las noches con ella, como siempre lo hacía.

Sin que ella lo notara, deslizo su braga hasta sus rodilla, ella se removió y Obito sonrió al darse cuenta que Hinata no lo sentía como todas las noches que la tocaba, beso su hombro, la piel de ella se erizo. La enorme mano de el volvió a recorrer el cuerpo de ella. Quería penetrarla con sus dedos y hacerla correrse, quería comer de ella y que ella lo comiera, pero no.. esta noche no. Su mano fue a dar hasta uno de sus senos y sin poder contenerse lo apretó, ella se removió; metió su mano bajo el blusón y sintió la carne suave de sus enormes pechos, sus manos eran grandes aun así no podían abarcar los enormes senos de ella. Comenzó amasarlo despacio abarcando tanto como podía, luego acaricio su pezón que ya estaba erecto, siguió amansando y al parecer Hinata lo siento.

-¿mmm, que pasa?..- dijo adormilada

-nada..-respondió

Ella fue consciente de lo que Obito le hacía y su sueño se fue poco a poco.

-obito espera.. aún estoy dormida

-seré rápido- dijo

La mano con la que amasaba su seno, fue a dar hasta es intima parte de ella, dos de sus dedos fueron enterrados de inmediato y ella gimió. Elevo una de las piernas de ella para abarcarla mejor, sus dedos gruesos fueron enterrados tan profundamente que el cuerpo de Hinata reaccionó de inmediato, lubricando sus dedos. Con la otra mano Obito amaso el seno de Hinata, aumento su excitación.

-Obito porfavor...- gimió

Los dedos del Uchiha siguieron enterrándose tan hondo, su cuerpo vibraba y Hinata reconoció como todas las noches, al hombre que amaba con todo su corazón, aquel que se había entregado por completo, aquel con el que compartiría su vida.

-no te corras aun..- dijo

La volteo, la abrió las piernas rompió esa braga que tanto le gustaba y se enterró en ella. Hinata gimio fuerte, Obito la callo con unos de sus besos. Le faltaba el aire y ella trataba de apartarlo, pero se le impidió; siguió besándola abarcando cada centímetro de su pequeña boca, tocando su lengua con la suya.

-¡ah!..-gimió el cuándo se apartó por falta de aire.

Sus embistes siguieron haciendo que ella se removiera de un exquisito placer. Obito hizo a un lado los tirantes de ella y expuso ambos senos, comió de uno y el otro lo amaso fuerte. Su lengua recorría todo el pezón endurecido de ella, arrancándole gemidos de placer y sonrojos, mientras que el otro se concentraba en esa puntita excitada.

-Eres hermosa.. y solo mía..- dijo

Ella frunció en entrecejo, Obito pudo sentir algunos espasmos de ella, estaba a punto de venirse una vez más, todo por él. Las manos de Hinata fueron a dar a los rebeldes cabellos de Obito, acariciando su cabeza y atrayéndolo mas a su cuerpo, la manera en como la besaba, la tocaba y le hacia el amor, era tan placentera como especial. Obito la hacía sentir una mujer realizada en la cama, escuchar sus roncos gemidos y ver sus reacciones la hacía sentir poderosa. Alguna vez fue la burla de algunos de sus compañeros de clase, quien la tildaba de "aburrida" en todos los sentidos, pero el tiempo paso y ahora tenía a un hombre fuerte y viril entre sus piernas gimiendo y disfrutando de ella.

Obito la volvió a besar y ella elevo su brazos, sus senos se vieron más enormes de los que eran. El salió de ella y Hinata casi protesto. Quería probar esa unión acuosa de ambos, sentirla y saborearla, hacer que ella también lo probara y así lo hizo. Salió de ella, comió de ella un poco y fue rápidamente hasta sus labios. Ambos se besaron sin temor a nada y probaron lo que su amor, esa unión entre ambos le daban. Él se apartó un poco y ella lo miro, la mirada de ambos se conectaron y sin decir mucho, sin emitir algún sonido se dijeron un:

«Te amo»

El volvió a entrar en ella con fuerza, se enterró una, dos, tres; las veces que fueran necesarias para correrse y hacerla correrse. Ambos harían el amor toda la noche, después de tres años su pasión no había disminuido un poco y su amor había florecido.

.

Todas en el trabajo la habían felicitado por su futura boda, ella estaba más radiante que nunca ese día. Ahora se dirigía a comer con el futuro padre de sus hijos. El semáforo se puso en rojo para los transeúntes, tuvo que detenerse y los carros pasaron; miro con ilusión el anillo en su delgado dedo y se sonrojo al recordar lo que sus amigas en el trabajo le dijeron.

-Te haremos una despedida de soltera...

Ella pediría una reunión discreta, no quería faltarle el respeto a Obito y mucho menos a sus amigas. Desde que Obito llego a su vida, no había un hombre además de él que ocupara sus pensamientos. Había quedado en reunirse en un café cercano, según él le daría una sorpresa.

-llegare tarde..- dijo y cruzo la calle muy presurosa.

Los cabellos azulinos bailaron con el viento, acompañados por una cuidad pudiente y en progreso. Llego al modesto café donde siempre solía encontrarse con su amado, se acomodó en su lugar favorito. El lugar era muy acogedor, eso era lo que más disfrutaban ambos. Su cuerpo se fue hacia delante un poco, no quiso regañar al cliente que se había sentado en la mesa contigua, miro su celular y leyó el mensaje.

Estoy cerca.

Ella sonrió y respondió con un simple.

Te estoy esperando.

El corazón de ella desbordada de amor, acompañado de esa sonrisa llena de amor y ojos brillantes. Hinata estaba enamorada, demasiado; todo parecía perfecto pero..

-Hinata

Una voz algo grave la atrajo a la realidad. Era conocida, eso le decía su sexto sentido.

-guarda silencio...

Ella no dijo nada y su cuerpo tembló, miro a todos lados, parecía un día normal, pero por alguna razón ella no se sentía cómoda.

-¿No me recuerdas?

-¿disculpe..?

-no voltees- dijo el desconocido con voz rasposa. Sabía que Hinata lo haría, lo poco que la conoció lo hizo intuirlo.

Se llevó una de sus manos al pecho, su respiración silenciosa y la incertidumbre que tenía, quedo atrás al tener la sensación de lejanía de los sonidos.

-¿Qué.. que es lo que quiere?- pregunto con mucha duda y temor.

El hombre tras ella sonrió y miro a todos lados, apretó el arma que tenía bajo la gabardina, cuidando siempre su espalda, tal como le había enseñado su ya fallecido amigo.

-¿ya le preguntaste sobre su sótano?

« ¿sótano? » frunció el ceño. Acaso aquel extraño se estaba confundiendo de persona.

-no sé de qué me habla. Se está confund..

-tu nombre es Hinata Hyuga, tu padre Hiashi te dio el colgante que llevas en el cuello- el corazón de ella sobresalto y su miedo fue mayor

-¿Cómo sabe eso..?- su temor fue palpable en su tono

-pregúntale sobre ella... pregúntale sobre Rin Nohara

-¿Rin Nohara..?

-él nunca te lo dirá... Ten cuidado Hinata- el corazón de ella se detuvo- Tu vida está en riesgo... y falta poco para que sepas la verdad

Su cuerpo tembló aún más y el aire le faltaba, volteo a ver a todos lados, todos lucia tan tranquilos, nadie estaba notando lo tensa que estaba y tampoco al desconocido que le hablaba.

-¿Quién eres..?

Hubo un silencio que iba entre ambos extraños, ella dudo que le respondiera, pero..

-Yo soy..

La campanilla del café sonó, sus ojos lunas no dudaron en captar a la persona que aparecía con una gran sonrisa. Aquellos ojos oscuros la buscaron y cuando la encontraron no dudaron en conectarse con ella, Obito se acercó pero Hinata lucia diferente.

-¿pasa algo?- cuestión

Hinata se vio atraía a la realidad al sentir la mirada de su querido Obito, por fin se animó a voltear encontrándose con una mesa vacía, un café a medio tomar y trecientos yenes en la mesa.

¿Qué había pasado?

-Hinata- insistió-¿está todo bien?

Sus ojos volvieron a verlo y cuando él le sonrió todo el miedo se desvaneció. Su corazón se calmó y se animó a fingir una sonrisa.

-no.. solo es que me pareció ver a una persona conocida- mintió

-ya veo.. –sabía que ella mentía y por dentro su oscura alma la odio por eso- parece que empezaste a ordenar sin mí- acuso

Ella sonrojo y se disculpó. Obito tomo asiento al frente de ella, pidió lo de siempre con café expreso muy amargo sin azúcar. El comenzó a decirle todo lo que había ocurrido en su día y a pesar de que Hinata trataba de seguirle la conversación, sabía que algo no andaba bien. Este tipo de situaciones era la que más odiaba, las cuales no tenía el dominio y no podía controlarlas. La miro apretarse los labios y empuñar las manos, Hinata le ocultaba cosas y eso no le gustaba ni un poco.

«¿Sería buena idea preguntarle?¿y si se molesta?¿sótano?¿Rin Nohara?»

La hermosa peliazul tenía tantas preguntas en la mente y le costaba tanto prestarle la atención debida a su prometido.

¿Quién era ese hombre?

¿Por qué parecía conocerla?

¿Qué era lo que quería?

-Hinata...

«¿Quién er...?»

-¡Hinata!

Ella se sobresaltó al escuchar el tono fuerte de él, cuando miro su rostro supo que estaba muy molesto.

-lo siento...

-Sera mejor que me vaya- la miro molesto, demasiado- nada de lo que te digo te interesa

-pero...

-No tengo tiempo para esto- saco quinientos yenes de su saco dispuesto irse.

-lo siento...-lo tomo del brazo- lo siento mucho es solo que mis compañeras del trabajo me harán una despedida de soltera- el la miro muy extrañado- bueno.. yo no quiero...

El sonrió al sentirse ganador. Hinata le había confesado lo que guardaba y saber que él tenía el control de su relación lo hizo sentir tranquilo.

-solo debiste decírmelo..-soltó y la tomo del rostro.

-lo se... solo no quería que te molestaras..

El negó, la amaba con el alma, si bien no tenía un buen carácter, podía soportarlo por ella.

-lo que te estaba diciendo es que este fin de semana iremos a mi casa que está en Hokkaido.. ¿te gusta la idea?- propuso con una sonrisa conciliadora y ambos tomaron asiento.

-siempre quise ir allí..

Las manos de ambos se deslizaron por la suave tela del mantel, encontrándose y uniéndose en una promesa implícita de amor verdadero. Los ojos de ella no dejaban de verlo y el... el solo la miraba reconociendo que ella era la paz que tanto había buscado.

Esa noche Obito volvió a visitar su intimidad, como tantas veces la hacía, su aliento tibio tocaba la piel nívea de su cuello y Hinata vibraba a su mínimo roce. Entre sábanas blancas ella se entregaba a él sin dudarlo, elevo sus manos hasta tomar la tela de su sabana sobre su cabeza y la apretó. Obito gemía en cada bombeo, ella cerraba los ojos, la ventana estaba abierta y las cortinas volaban producto del viento.

¿Pregúntale sobre su sótano?

Ella abrió los ojos. El vaivén seguía pero aquella extraña voz se coló a su memoria. Queriendo volver a esa rutina de amor, abrazo la cabeza de él que descansaba en su pecho. Obito comía de sus senos mientras la invadía repetidamente.

¿Rin nohara?

¿Rin Nohara?

«¿Ese nombre? »

Se cuestionó y cerró los ojos. Acaso lo había visto alguna vez o solo..

-¿pasa algo?- pregunto el al sentirla un poco rígida

Ella negó y le sonrió, sintiéndose contento con la mentira continuo bombeando y comiendo de su esencia. La mirada de ella cayó en un mueble cercano donde ambos guardaban sus cosas.

.

¿Qué tanto lo conoces?

Preguntare sobre el 18 de diciembre

¿Puedes confiar en él?

Su mirada perla estaba puesta en el paisaje invernal, una horas en avión y ahora unas cuantas en auto. Obito era un buen conductor y trataba de menguar lo abrupto que era el camino.

«Esa voz.».

Sabía que la había escuchado en algún lugar, pero la pregunta era

¿en donde?

Ella frunció en ceño al cuestionarse. Los días siguientes comenzaron a llegar escuetas cartas.

«¿Acaso se trataba del mismo hombre?»

Hinata sacudió su mente, Obito no podría ser el ser oscuro que le querían hacer creer, volteo a verlo recostada en el asiento del copiloto, el la sintió mirarlo volteo y ambos sonrieron.

No... Obito era diferente.

-¿estas cansada?- le cuestiono mientras se adentraban a un espeso bosque

Ella negó y sonrió, su mirada volvió a ver a traves de la ventana, observando un inmenso lago congelado que estaba conectado con un rio. En 45 minutos habían llegado a una linda cabaña, sacaron las múltiples cosas empacadas en su auto todo terreno. Hinata no evito deleitarse con las múltiples decoraciones cuidadosamente ordenadas de su futuro esposo: algunos de caza, una alfombra gruesa, una chimenea, un viejo reloj y dos asientos muy cómodos.

-la habitación está arriba- le susurro y ella se sonrojo.

Era imposible negarse a la idea de que esa noche no harían el amor, decir que ella no lo quería sería una gran mentira. Obito había llegado a su vida para componerla de ese cobarde acto al que vilmente la sometieron, la sano y se enamoró perdidamente de él. Sus ojos perlas lo miraban desempacar a la distancia, reconociendo a su verdadero amor y a su futuro.

Los lobos aullaban, una gran luna se posó en el cielo dando un brillante paisaje invernal. En la cabaña dos almas se unían como cada noche, la piel de él la rosaba y ella correspondía a cada impetuosa caricia. Allí, junto al fuego, totalmente desnudos ambos se reafirmaban amándose una vez más, Hinata lo miraba a los ojos, sumergiéndose en la oscuridad de la mirada de él.

-¡ahg Hina!- gimió de manera tan ronca y placentera

Ella solo sonrió, dejo que el comiera de su cuello y su mirada perla cayo en las cortinas blancas que estaban sobre la ventana cerrada.

.

¡no!

Aquella mirada llena de oscuridad y casi roja era lo único que podía ver.

-¡ahg... nooo!

Sus lágrimas salieron y sintió que su sangre brotaba y se escurría entre sus piernas.

-Siempre debió ser así

La voz del animal se escuchó, mientras se sumergía mas y mas dentro de ella, arrebatándole de por vida de una primera entrega llena de amor.

-¿Por qué..?

Sus ojos se nublaron, podía sentirlo, a el, a su asqueroso pene adentrándose a ella. Lo araño, grito, se defendió, pero no pudo..

-¡Nooo!

El cuerpo de ella tiritaba, el aliento le faltaba y un horrible escalofrió le recorría el cuerpo. Su mirada vio a su alrededor.

-No de nuevo..- susurro

-¿Hinata?¿Que paso?

Un Obito adormilado se levantó casi de inmediato al escuchar, el grito desesperado de su amada. La miro preocupado y ella no dudo en acunarse en su pecho.

-lo siento...es solo.. es solo- trataba de decir entre sollozos y temblando

Obito cerró los ojos y acaricio su cabeza, sus dedos se enterraron en el cabello azulino de su amada.

-Ahora estás conmigo. No tienes por qué temer- Su tono conciliador la tranquilizaba, lloro más y se aferro a el. Sin embargo, la mirada de aquel hombre cambio. Odiaba verla así, odiaba al animal que la ataco aquella noche, si estuviera en sus manos le quitaría los ojos.

Él le había devuelto la confianza, con sus besos y caricias ella confió, cuando hacían el amor ella se entregaba de la manera más pura. Lo que paso, la lastimaba, pero cuando estaba junto a el, sabía que eso no volvería y que nada le haría daño.

.

-¿tardaras mucho?..- le cuestiono

-Una media hora- le dijo a punto de subir a su auto- no olvides llamarme por cualquier inconveniente- la vio sonreír- hay un guarda bosques cerca de aquí

-no te preocupes, estaré bien

Termino por subir al auto y se marchó, Hinata no despego la mirada del lindo auto hasta que desapareció de su rango visión. Trataba de mostrarse fuerte, sin embargo los últimos días, aquellas pesadillas habían vuelto atormentándola. No quería decirle nada a Obito, pero intuía que él lo sabía. No fue fácil superar aquel suceso, dejo de hablar y cuando la terapia tomo forma pudo hacerlo. Aun así, nuestra dulce Hinata tomaba un medicamento supresor de ese recuerdo traumático. Se dirigió al baño, se miró al espejo y detallo su rostro: las visibles ojeras y la piel más pálida la preocupo; abrió la pequeña puerta con espejo y localizo el frasco.

-no puede ser..- renegó

Ya no había más pastillas, ya casi no controlaba la cantidad de pastillas. Fueron menos necesarias al trascurrir los años, pero ahora sus oscuros recuerdos habían vuelto y tenía una extrema necesidad de tomarlas, no quería recordar, solo quería olvidar. Tiro el frasco al cesto de basura, sin embargo su mala puntería hizo que rodara lo suficiente cayendo por las escaleras. Hinata suspiro resignada para recogerlo, al parecer había llegado a la sala y se había posado debajo del pesado sillón. Allí estaba, en el lugar más recóndito debajo del pesado sofá. La bella joven estiro la mano, pero no lo alcanzo.

-Creo que tendré que moverlo.

Un intento, no se movió. Se apoyó de sus piernas y se movió unos cuantos centímetros, esto hizo que Hinata cayera sentada quejándose del leve dolor en su trasero. El puchero en su cara se acrecentó cuando con todas sus fuerzas lo movió.

-Allí estas frasco- dijo.

Se inclinó con una sonrisa ganadora para recogerlo pero..

-¿ehm?..- su ceño se frunció al descubrir una pequeña puerta.

Sabía que había un sótano, pero... ¿y esa puerta?. Hasta donde sabia la puerta del sótano estaba cerca de la cocina. Su temblorosa mano dudo en coger la manija, se volvió acercar y retrocedió.

-Quizás no debería..-dijo

«¿Le preguntaste sobre su sótano?»

Aquella extraña voz la golpeo de repente haciendo que su corazón salte y un miedo escalofriante le recorra el cuerpo. Aun dudando, su mano llego hasta la manija, la estiro y la puerta extraña no se abrió.

-esta cerrada

Miro a todos a lados. ¿Dónde estaba la llave?. Comenzó abrir cajones que encontraba, uno tras otro y su corazón le golpeaba fuertemente. Fue a la habitación, dio vueltas todo los objetos pequeños y rebusco en los agujeros más recónditos alumbrado por la linterna de su celular. Resignada volvió a la sala, su mirada deambulo de arriba abajo, tratando... buscando.

-¿Qué es eso?

Un extraño brillo tras un trofeo de caza encima de la chimenea llamo su atención, se acercó y con la ayuda de una mesa encontró una llave bronce muy pequeña. Su corazón se detuvo y aire se hizo más pesado. Rápidamente fue hasta la pequeña puerta en el piso, la llave encajo perfectamente y cuando la cerradura sonó Hinata temió lo peor. Abrió la puerta lentamente, un escalofrió golpeo su cara, estaba oscuro y con la ayuda de su linterna bajo despacio; las telarañas y el polvo le dieron la bienvenida, este ultimo la hizo estornudar. Un hilo que se desprendía desde el techo le hizo saber que era una lámpara, la encendio. Las luces se prendieron y apenas lo hizo el celular de la mano de ella cayo.

Rin

Rin

Rin

Eran la única palabra que estaba escrita en toda la habitación del lugar, ella retrocedió aterrorizada y al punto del colapso, el techo, las paredes y hasta el piso teñidos de sangre con un solo nombre.

Rin

Tenía miedo, demasiado. Sus tímidos pasos avanzaron encontrándose con una mejor perspectiva de un mural lleno de fotografía. Hinata tristemente reconoció que algunas de ellas era Obito de pequeño, una de ellas le llamo la atención: era una foto donde habían cuatro personas, un joven apuesto rubio, óbito de pequeño, una niña sonriendo y otro.. Hinata no sabía de quien se trataba ya que esa parte de la fotografía estaba arruinado, rasgada con si alguien lo hubiera hecho apropósito. Un extraño cuaderno estaba allí, junto a las fotos de aquella extraña niña. Ella negó, ya no quería saber más.

«¿Preguntale sobre Rin?»

-Eso es..

«¿ya le preguntaste sobre su sótano?»

-No puede ser posible

Su razón le decía la verdad y su corazón se permitía a dudar. No podía ser.. su Obito no. Abrió la primera hoja, vio una mujer de cabello corto y ojos marrones. La segunda hoja mostraba a una mujer de cabello marrón y brillante sonrisa, la tercera hoja, luego la cuarta, la quinta...

Hinata siguió deslizando hojas tras hojas, horrorizándose de lo parecida que eran con aquella niña junto a óbito. Eran 47 mujeres, Todas parecidas, todas idénticas, todas iguale a..

-Tu eres Rin Nohara..- sus lágrimas terminaron por salir y un agujero enorme se posó en su alma.

La decepción y la desesperanza casi la hicieron trastabillar, tuvo que sostenerse en la mesa. Hojeo la última página...

Rin no puedo olvidarte..

Te veo..

Te veo..

Tengo que encontrarte

Buscare tu reemplazo

Reconocía perfectamente la caligrafía de ese escueta nota, cerro el cuaderno. A pesar que su conciencia le decía que saliera de allí, abrió el único cajón de la mesa del lugar. Encontrándose con múltiples recortes de periódicos

Mujer es hallada en un rio

El otro: Cadaver es encontrado en un tiradero de basura

-unos, dos, tres....-siguió contando con premura- cuarenta y siete...¡no!- grito por fin y una de sus manos tapo su quejido.

El sonido conocido de un auto acercándose la alerto, dejo los recortes en su lugar, apago la luz y subió raudamente las escaleras. Unas puertas cerrándose se escuchó y ella se desesperó más, metió la llave en la cerradura y coloco la llave tras el trofeo de caza encima de la chimenea.

-Hinata..- la llamo

Su mirada vio con horror que aún había faltado mover el enorme sofá, sus piernas estaban tan débiles y temía lo peor, ni siquiera supo de donde saco la fuerza, quizá fue la adrenalina o quizá fue el miedo. Con todas las fuerzas movió el enorme sillón centímetro a centímetro, Obito ya había entrado.

-¡Hinata!

-ho-hola- saludo disimulando lo agitada que estaba.

Obito frunció el ceño y la miro de lado.

-¿te encuentras bien? Estas sudando- le cuestiono al acercarse

Hinata tembló ante su mínimo toque, Obito la miraba tan sereno y ajeno a lo macabro que había descubierto.

-yo.. bueno.. había tratado de cortar leña- mintió y evadió la caricia hacia su mejilla

El frunció el ceño.

-¿pasa algo?

-solo estoy cansada..-volvió a mentir

-debe serlo. No te deje dormir mucho anoche

Ella sonrió. Tenía que actuar lo mejor posible, no conocía el lugar y estaba sola.

-traje muchas cosas de la cuidad

-¡oh! Que bien..

-iré a traerlas..- dijo con una sonrisa

Ella asintió, lo vio alejarse y su cuerpo tembló. Tenía miedo, mucho ¿Qué debería de hacer?. Su mirada perla temblorosa se posó en el enorme sofá y negó, deseaba tanto llorar.

-Hinata.¿puedes ayudarme?- aquel llamado la atrajo a la realidad, debía fingir.. tenía que.

Temblorosa cruzo el umbral de la salida, óbito lucia tan despreocupado sacando algunas cajas algo pesadas de su auto. Ella deseaba tanto salir corriendo y perderse entre los arboles blancos y espesa nieve.

-¿te pasa algo?-Pregunto con severidad al notar la impetuosa mirada hacia el bosque.

Una asustada Hinata con la nariz roja negó. Obito la miro extrañado, sin decir más se dirigió hacia la pequeña cabaña, ella lo imito cogiendo dos pequeñas. No quería volver a entrar, sin embargo, algo la empujaba hacerlo; quizá la duda o una explicación fantástica. Su corazón retumbaba, podía oír el crujir de la madera en cada paso que daba, llego hasta la pulcra cocina y comenzó a acomodar cada vivere de la pequeña caja. Poco a poco la caja se fue quedando vacía, resignada a seguir actuando. Hinata tomo el ultimo pomo, estaba a punto de colocarlo en el cajón de arriba, pero sintió un tirón que la hizo voltear de inmediato, haciendo rodar aquel pomo que tenía en la mano. Unos labios ansioso de ella la buscaron, Obito impetuoso de la mujer que decía querer, comenzó a tocar sus senos masajeándolos y la otra mano toco un glúteo suave de ella. Era la primera vez que no se sentía nada cómoda, sentir su aliento en la piel nívea de su cuello la hizo retorcerse, trato de apartarlo pero óbito se apegó más a ella.

-Obito, espera..- se quejo

El la ignoro y comenzó a abrir los botones de su abrigadora blusa, Hinata se respingo cuando una de sus manos toco su pezón.

-O..Obito no quiero...- soltó con una clara incomodidad impresa en su rostro y voz.

-¿Qué pasa?- dijo pero no se apartó besando su cuello.

La saliva de el comenzó a esparcirse y lejos de estremecerla la aterraba, cerró los ojos pero ignorar aquel sótano era impensable. Su ceño tembloroso y su cuerpo tiritante la hizo sentir frágil y cuando los labios de el llego hasta su seno izquierdo no pudo más.

-¡te dije que no!- le grito y lo empujo a la vez.

Obito la desconocido, estaba jadeante y la ladeo su cabeza. Hinata escondió su seno entre su ropa y rehuyó la mirada.

-lo.. lo siento.. estoy cansada- le replico

Él no le contesto, solo la miro. Una extraña penumbra comenzaba a aparecer entre ambos. Hinata cerró los ojos, tratando de apaciguar el colapso al que estaba sometida. No quería ver a Obito, no quería aceptar la realidad. Un sonido conocido le hizo abrir los ojos enormemente.

«Mi.. celular.»

¿Dónde estaba?. Trago grueso y se atrevió a mirarlo. Definitivamente el hombre frente a ella no era el mismo. No mostraba expresión alguna y lucia más alto de lo normal.

-yo.. me están llamando. Ahora vue..

Un sonido fuerte seguido por un hilo de sangre apareció en escena. Una chica tendida en el suelo inconsciente y un hombre con la mirada más fría. Se encontraban en una habitación, dentro de una cabaña, al medio de un bosque que pocos conocían.

.

Sentía que todo daba vuelta, el sabor metálico de su propia sangre llego hasta sus labios.

«¿Quién me está cargando?»

Sentía que alguien bajaba las escaleras y que todo alredor le daba vueltas.

No paso desapercibido aquella huella de arrastre en el piso, tampoco la extraña forma en que estaba la alfombra. Su mirada llena de odio y desesperanza llego hasta la chica que acomodaba los víveres en la cocina, sin emitir un ruido llego hasta aquel trofeo de casa que adornaba su sala.

No había dejado la llave de esa forma

Hinata lo sabía. La beso buscándola, pero no la hallo y cuando sintió su rechazo plasmado en su mirada revivió aquellos malos recuerdos de su juventud. Todo encajo cuando aquel teléfono sonó bajo la duela y sin temor a lastimarla, rápidamente la tomo de la nuca y la estrello contra el lavado. El cuerpo de Hinata cayó inconsciente a sus pies. Habia ganado.

.

El único lamparín del lugar se movía, aun sentía un dolor punzante en la frente y estaba desorientada. Sus ojos terminaron de abrirse, sus manos por reflejo se movieron dándose cuenta para su desgracia que estaban sujetos a una silla, sus ojos se llenaron de lágrimas cuando desde la oscuridad de la esquina de la habitación, aparecía un hombre muy distinto al que amaba. Este era más alto, aterrador y sin escrúpulos; lo vio acomodarse unos guantes arrastrar una silla para sentarse frente a ella.

-Te dije que no me gustan los secretos..- dijo tan despacio, letal y frio.

Ella negó y apretó la mordaza que estaba entre sus dientes.

-Hay cosas que nunca debiste saber Hinata...- lloro más- pudimos tener un final diferente..

Su mirada oscura y llena de maldad se dirigió hasta sus manos, Hinata trataba de zafarse y se lastimaba.

«¿Quién era aquel desconocido?»

-Ni si quieras lo intentes- advirtió, pero ella no le hizo caso- ¡basta...!

Hinata solo negaba y lloraba, sus ataduras dolían tanto, parecían que le desgarraban la carne.

-¡basta!- repitió

¿Porque?¿porque a ella?

-¡TE DIJE QUE TE DETUVIERAS!- le grito y se puso de pie, se acercó a ella la tomo del cabello azulino y lo jalo hacia atrás haciendo que lo viera- sabes que odio repetir las cosas- su mirada negra la traspaso- si vuelves hacerte de daño te juro que te cortare un dedo

¿Era cierto?¿Obito sería capaz a tanto?

-¿Entendiste?

Ella asintió despacio y lloro mucho.

-Buena chica- sonrió y la miro con malicia.

¿Por qué no la mataba? Se preguntó tantas veces. Había asesinado a tantas mujeres, pero con aquella peliazul...

-Nunca debiste inmiscuirte en mis asuntos Hinata- soltó y se puso de pie.

Hinata se removió ignorando su orden, lo hizo al verlo desatarse la correa y bajarte lentamente la bragueta.

-¿Por qué niegas?... antes gustaba ¿no?.- su miembro duro preso de los pantalones salió a floto, la miro de manera desquiciada y se masturbo delante de ella.

Hinata opresa de su desesperación negó, ese no era el hombre al que se entregaba cada noche, no... aquel era diferente. Cerró los ojos y los más bellos, tortuosos recuerdos inundaron.

Obito sonriendo

Su Obito ayudándola

Su Obito con los ojos vidriosos al verla

Sus caricias tiernas y llenas de amor, Su Obito... su querido Obito

¡¿Qué HABIA SIDO CON EL?!

Delante de ella solo había un hombre malo, un hombre frio y calculador.

-Quiero que me veas..- dijo y Hinata no obedeció.

Ese sonido de faje, ese sonido era perturbador. El solo hecho de pensar que pronto que estaría dentro de ella la hacia estremecer.

-¡mírame maldita sea!- grito y la obligo a verla

No dijo nada, ella se amedrento solo con la mirada, la vio tan sumisa y sonrió de manera retorcida. La tortura era tan lenta, le hizo sentir el dominio sobre ella. Obito deslizo poco a poco la mordaza de su rostro manchado, sus mejillas estaban húmedas y su contacto era frio.

-Nunca debiste haber bajado Hinata, ahora enfrenta las consecuencias.... Si lo muerdes.. te juro que te hare sufrir como nunca lo has sentido... ¿entendido?

Ella solo lloro y cerró los ojos. Estaba pérdida, sometida y pronto seguramente muerta. Un fuerte sonido le hizo abrir de inmediato los ojos, sus ojos empañados vieron con horror a un óbito tendido en el suelo y un sujeto con un objeto en la mano.

-¿estas bien?..

«esa voz... acaso era..»

El hombre se acercó poco a poco a la luz, su mano estaba temblorosa y tenía en la mano una especie de madera gruesa, su mirada perla voleo a ver al Uchiha en el piso y la sangre de su cabeza se esparcía poco a poco.

-Hinata, ¿no te acuerdas de mí?- pregunto y se acercó, saco un cuchillo de su bolsillo y ella se asustó- no tengas miedo..- solo atino a cortarle las gruesas sogas- ¿Tienes las llaves de tu auto?- negó y cuando se liberó tembló- Larguémonos de aquí.. Este bastardo merece algo peor que la muerte- dijo mirando con desprecio a Obito

Ambos subieron rápidamente las escaleras. Había comenzado a nevar, aquel muchacho subió al auto pero..

-¿Quién eres ?- pregunto ella.

Aquel subió la mirada y la observo. Hinata estaba temblando y al parecer no había notado que tenía un hematoma en su frente.

-Nos conocimos hace mucho tiempo... - afirmo el joven de afilados dientes y cabello platinado. Soy amigo de Sasuke..

Los ojos de Hinata se abrieron con horror. ¿Amigo de Sasuke?, retrocedió negando.

-¿A dónde vas?- ella retrocedía lentamente - ¡Hey....!

La lastimada joven se sumergió en el tupido bosque, sus lágrimas frías no paraban de brotar y su cuerpo se hacía pesado por la nieve en el suelo, su nariz se había vuelto roja pero seguía corriendo. Su corazón desbocado y su cuerpo le pedían un descanso, pudo sentirlo a pocos metro de ella y se escondió tras un árbol, se tapó la boca, deseaba tanto gritar.

-¡Hinata!- la llamo-¿Dónde diablos estas?.. ¡maldición!. ¡Tenemos que irnos, no es a mí a quien debes tenerle miedo!- grito

Hinata presa de sus temores e inseguridades negó desde su escondite. ¿Amigo de Sasuke?, Sus ojos se abrieron y su corazón se respingo cuando un viejo recuerdo llego a su mente.

-Soy Suigetsu Hozuki mucho gusto- saludo con una reverencia

-Es un placer- saludo ella

-vaya Sasuke, ahora se porque mandaste al diablo a Karin- el joven Uchiha lo miro molestísimo. No me mires asi.. Esta chica es muy bonita y además tien..

-Cuida lo que vas a decir- advirtió- te partiré la cara si dices algo..

Hinata lo tomo del brazo y le sonrió, también estaba incomoda pero aquel vivaz muchacho lucia tranquilo.

«ese chico..»

Ahora lo recordaba, Sasuke le había presentado a un amigo cercano de él.

¿Qué hacia allí?

¿Acaso tiene algo que ver con Obito?

Ella se dio cuenta que los pasos de aquel muchacho ya no se oían, salió del escondite lentamente

¿Dónde estaba?

Dio media vuelta para seguir tras sus pasos y un golpe certero cayo nuevamente en su cabeza, pero esta vez le hizo sangrar. La nieve se tiño de rojo y la silueta de un hombre conocido apareció. Ella sangraba, pero a el.. no parecía importarle.

.

Unos sonidos contundentes hicieron que sus ojos perlas se abrieran. Su corazón de detuvo al notarse una vez más atada y bajo aquella casa, delante suyo estaba aquel muchacho atado y recibía golpes de parte de Obito.

-¡Pensé que te había matado!- soltó y el peliplateado escupió sangre y sonrió

-era lo que quería que creyeras..- lo miro y sonrió.

Este ínfimo gesto solo hizo que encendiera lo peor del Uchiha y comenzo a partirle la cara una vez más.

-Detente..- dijo ella despacio.

No lo hizo.

-Detente- su tono de voz subió

Los golpes seguían y la cara de suguijetsu comenzaba a hincharse.

-¡Detente porfavor!- le grito con desesperación y sus lágrimas se movieron de forma abrupta.

Para su sorpresa aquel desalmado se detuvo, irguió su postura y la vio de lado. Hinata tembló al ver el estado en el que estaba aquel muchacho.

-Siempre con la misma bondad- negó y comenzó a sonreírse.

La mirada de horror de ella se acrecentó, cuando escuchaba la carcajada de Obito. Esa sonrisa macabra inundo la habitación, se burlaba de tal forma que no le importaba ser escuchada, de tal forma que solo un desquiciado podría hacerlo.

-¡Eres una estúpida!

-¿Por qué...?- sollozo-¿Por qué..?¡¿Por qué haces todo esto?!- le grito ydetuvo su sonrisa-¡¿Quién eres..?! ¿Por qué...?- su rostro se mojó aún mas y Obito frunció la mirada

-Hinata..- suuijetsu hablo- Aquella noche..- la dificultad en su voz fue palpable- Aquella noche.. Esa noche... no te violo Sasuke..

Los ojos de ella dejaron de derramar lágrimas, los abrió enormemente y su cabeza dolio.

-¿Qué?- soltó anonada y Obito se aparto

Era hora que ella supiera la verdad, después se encargaría del infeliz que lo había golpeado.

-¿Por qué die eso..?¿quien te lo con..?

-Sasuke vino a mi departamento días después de que tú lo echaras de su vida, estaba devastado.. hecho una mierda. Se hizo daño y deseo morir. Un día cuando tenía ganas de hablar, le pregunte que le había pasado:

-abuse de Hinata.. y soy tan maldito que no recuerdo nada

- lo único que el tenía la certeza era de que tu habías sido violada, pero el.. el sentía que no había eyaculado aquella noche. Pasaron los meses... Sasuke comenzó a recomponerse y se sumergió como detective. Cada noche.. Durante tres años el iba a verte aabes.. Nunca pudo olvidarte. Un día noto a tu nuevo acompañante, pero algo no encajaba... Aquella persona parecía entrar a tu departamento cuando te ibas a trabajar, te observaba desde su ventana cuando llegabas. Comenzaba a crear conincidencias entre ustedes. Cuando salías a correr o ibas a un museo. Siempre estaba allí.. nunca fue coincidencia. Había en su secreto en su mirada. Sasuke sabía que algo no andaba bien, hasta que descubrió ¿Quién era realmente? Esta basura lideraba una red criminal de asesinos, También era tu acosador.. tu vigilante..

Hinata respiraba rápido ¿Vigilante?¿Acosador?. su corazón dolió y negó con fuerza, ahora entendía porque algunas cambios en su departamento o porque la cerradura parcia manipulada.

«¿Acaso he estado engañada?»

-Sasuke se infiltró en su organización.... Sin embargo no pudo soportar cuando supo que él.. era tu nueva pareja, sumido por su odio, rabia y sus impulsos. Lo confronto y este mounstro termino contándole la verdad.. Esa dia.. esa noche.. Sasuke fue asesinado. En un último intento porque todo esto no quede impune, dejo la grabación de aquella discusión.

-Con que eso hizo ese maldito hijo de puta..- soltó Obito

-Con un pequeño micrófono y señal de datos pudo enviarme una grabación en tiempo real. Ese día.. Hinata..¡Este hombre es un moustro! ¡Todo el tiempo te manipulo... te ha estado siguiendo, incluso cuando ibas a terapia aquella mujer era una de su organización! ¡Quería saber todo de ti para que te fijaras en el! ¡todo fue un engaño, la violación, el asalto a tu casa.. Todo lo planeo el! ¡Es un moustro.. Ya ha matado a tres de mis amigos! ¡Ha tratado de matarme a mi también!- grito con desesperación-Cada día.. cada noche.. me arrepiento de haberlos involucrado.. yo solo quería.. yo solo quería.. ¡Que la muerte de Sasuke no quedara impune!

Las lágrimas de Hinata no dejaban de salir

Entonces Sasuke era inocente..

Aquella idea no cabía en su mente.

-Aquella noche este infeliz coloco una droga en tu bebida, en la botella de vino que ambos tomaron, Te conoció lo suficiente para saber que eras virgen... y que si Sasuke te obligaba no le ibas a perdonar. Esa noche el te violo al lado del cuerpo inconsciente de mi amigo.. ¡Yo se lo escuche decirlo!

-No sabes cuando la disfrute esa noche- soltó con malicia-Sus senos son la gloria, su cuerpo suave y su estrecha vagina.. ella era deliciosa..- sonrió y un furioso Sasuke se abalanzo sobre él.

Sus ojos lunas temblaron y los lejanos recuerdos llegaron, aquellos dolorosos. Sasuke no tenía ese cuerpo, aquella cicatriz al costado del hombro, definitivamente no era Sasuke, esa cicatriz solo se lo había visto a..

-¡Esta loco!.. ¡es un maldito enfermo!. Asesino a su mejor amigo por aquella chica. El 18 de diciembre Rin nohara murió en un confuso accidente de la mano de Kakashi Hatake.. Su amigo de la infancia. Ha venido asesinando e involucrándose con mujeres parecidas a Rin.. Ha asesinado a más de 50 mujeres. No ha podido olvidar.. ¡¿Mira a tu alredor! ¡Rin es lo único que quiere! ¡Ha venido buscando un remplazo para ella!.. La siguiente victima eras..

El miedo en los ojos de ella y la desolación en una palabras que no fueron dichas. La navaja era tan filuda como letal, el horror estaba plasmado en su rostro y un cruel Obito la miraba de frente con una sonrisa en el rostro.

-Ya hablaste demasiado maldita rata..- dijo y soltó su cuello.

La sangre vibrante salía del cuello de fallecido y los ojos de la víctima se pusieron blanco. Ella no pudo más, suguijetsu comenzaba a retorcerse y el grito de ella se escuchó fuertemente. La sangre de el comenzó a deslizarse lentamente por su cuerpo y algunas gotas caían en el piso.

-Te amo Hinata.. –dijo y la cabeza de suguijetsu se balanceo hacia delante- pero necesito a rin...

-No...

-La necesito...

-¡No quiero!- le grito-¡Déjame ...

Una suave tela se posó en su nariz boca, quizá pudo haber disfrutado de su suavidad en otro momento, pero este no era el caso. La fuerza en la que oprimía en su rostro era mucha, soltó la última lagrima, sus ojos se cerraban de apoco viendo por última vez el cuerpo inerte de un muchacho sonriente.

-Ríndete Hinata... No puedes escapar.. Quédate en mi desesperación... Este mundo está podrido.. te salvare Hina... Rin- ella dejo de luchar y el olor del líquido hizo efecto.

.

La nieve cubría todo el lugar, los arboles era hermosos y los lobos adornaban con su canto el paisaje invernal. El cuerpo de ella se mecía, no podía sentir o quizá si, a veces sus ojos se abrían de apoco y se volvían a cerrar. Sentía un aliento recorrer su cuello cada día, unos labios devorar sus pezones y a veces su intimidad, unas manos recorrer cada una de sus curvas y una carne dura atravesarla cada día.

¿Hace cuando había comido?

¿Cuánto tiempo había pasado?

¿Seguía en el mismo lugar?

Era alguna de las tantas preguntas que podía formular, cuando la chispa de conciencia llegaba a su cabeza. A veces no sabía si lo hacía en su mente o lo decía; siempre que formulaba alguna pregunta, sentía un piquete en el brazo. El tiempo paso y cuando lograba abrir los ojos por completo siempre estaba el sobre ella, con una cara de placer llamándola siempre:

Rin....

Su desesperanza se trasformó en la autodestrucción, porque todo esto acabe. Quería salir de esta pesadilla, despertar y encontrarse con aquel hombre bueno del que se había enamorado, pero cuando los días se trasformaron en semanas ella solo deseaba...

Morir.

.

-¡ah!

La pequeña niña que se asustó al ver un araña muy negra sobe las hojas.

-No tengas miedo.

-¿uhm?

-Solo es ariñita

Un niño muy tierno de su edad apareció, tenía cabellos rubios y una enorme sonrisa.

-pero..

-debes ser una casa enorme y muy bonita. Yo no tengo casa ni familia y no lloro

El fue la primera persona que quiso

«Naruto-kun» pensó y sus ojos se abrieron.

Hace muchos años que no había pensado en el.

-¡Eres un bastardo!-grito

Hinata abrió más los ojos al escuchar una extraña conversación.

-Ella será nuestra nueva rin..

-¡cállate!.. ella es Hinata hyuga.. no rin y yo la amo.

-Eres débil Obito..

-¿Qué.. que pasa?- su boca pesaba mucho. Al parecer hace mucho no había dicho una palabra

Sus desorientados ojos vieron a un perturbado Obito discutir, pero con el mismo. Estaba perturbado, trastornado, estaba discutiendo de manera tan literal con alguien invisible.

-¡CORRE HINATA!..¡NO PODRE DETENERLO POR MUCHO TIEMPO.. TIENES QUE SOBREVIVIR!

Esos ojos..

Esa mirada desesperada

-¡CORRE!- los ojos de el destellaban horro, e incluso capacidad de raciocinio por todo lo que había hecho.

Con dificultad y asustada se levantó de la cama, su cuerpo pesada y en lo mas rápido que le permitió su estado salió de casa. La nieve caía fuertemente, no tenía zapatos y le quemaba. Ahora sabia. Sonrió y lloro, aquel hombre que le dijo que se vaya era el mismo del que se enamoró.

-Obito... mi Obito- soltó y sus temblorosos pasos la sumergieron en el bosque. La cabaña se alejaba pero ella.

No volteo a verla.

.

-¿Hay alguien?.. por favor ayuda...- dijo con dificultad- aun tenía el efecto de las drogas en su organismo.

No supo cuánto tiempo estuvo caminando, cuando llego a una pequeña cabaña a mitad del bosque sus piernas no le respondieron, cada paso era doloroso y se sintió un poco protegida cuando cerró la puerta.

Hinata se recompuso, sacudió la nieve de sus pies, miro a todos lados; al parecer había llegado a la cabaña del guarda bosques. Se puso de pie, miro una radio, presiono todos los botones pero nadie le contesto, observo un armario y se aproximó hacia el, sonrió al encontrar unas botas y un abrigo.

-tengo que avanzar..

Tenía que salir del lugar, su cuerpo no era fuerte pero sus ganas de sobrevivir eran muchas, no se rendiría, saldría de ese lugar e iría a la policía. La nieve caía y sus débiles pasos seguían, busco abrigo en la gruesa prenda. Debía avanzar, tenia que..

La sombra de muerte estaba a punto de alcanzarla, un motor a la distancia se escuchó. Inocentemente volteo a ver si se trataba del guardabosque, pero no fue así,

-¡RIN!

Aquella estremecedora voz la hizo caer en la nieve, pero se paró casi de inmediato, comenzó a correr, debía alejarse. Obito descendió de una moto nieve y comenzó a correr tras ella. Hinata corrió lo más que pudo, casi podía sentirlo y lo poco que vio fue esa mirada rojiza en él. Estaba tan desorientada y no supo cómo paso, el piso cedió y cayó abruptamente.

-¡NO RINN!- grito aquel desalmado

La llorosa y débil joven había llegado al lago congelado del lugar, su desesperación fue tal que no noto que se adentraba a la parte más delgada del hielo.

«Quizas es mejor así...» su cuerpo flotaba y su cabello danzaba con la corriente.

«Quizas deberías tan solo.. ta solo.. morir»

Sin embargo, kamisama no oyó sus suplicas sintió un agarre en su brazo, ella abrió los ojos y Obito la llevaba hacia la superficie. Ella le manoteo y se alejó, las burbujas de sus alientos explotaban en la superficie, Hinata se alejaba y a Obito le costaba mantener el ritmo por la fuerte corriente que lo arrastraba.

La volvió a tomar del brazo pero ella lo araño, quería morir, ya había perdido las esperanzas por el infierno vivido, cerró los ojos y dejo su cuerpo que el agua se la llevase pero..

-prométeme que siempre estaremos juntos..

Ella sonrió

«esa voz..»

-claro que siempre estaremos juntos Naruto-kun

Aquella tierna sonrisa, aquella tenacidad por vivir y ser alguien fueron el detonante para que ella comience a nadar hasta la superficie. Sus cabellos se hondeaban producto del agua. Sus manos la elevaban hacia la libertad, vio una luz. Dio una gran bocanada de aire y su cabello azulino no le permitía ver, se apoyó en un grueso hielo, trato de salir pero no pudo. Las fuerzas que había creído vencidas volvieron, la ayudaron a salir, el hielo se resquebrajo y poco a poco todo lo demás, ya casi su cuerpo estaba fuera del agua, pero..

Un agarre en su pierna la estremeció, un agotado óbito se aferraba a ella.

-¡NO ME DEJES RIN!

Ellla negó y viéndolo por última vez, recordando todos los momentos vividos con el verdadero obito la hizo llorar. Ese hombre en agua no era el..

-No soy ella-

Le dio un patada para que sumergiera, el desalmado desapareció en las congeladas agua. Se tendió en el pedazo de hielo, respiro hondo y cerró los ojos.

.

El chocolate caliente y la manta que la abrigaba la hizo sentir tranquila. Aun más las sirenas de la policía y la ambulancia que vinieron a su rescate. Hinata había dejado una pequeña nota al guarda bosques, pidiendo auxilio y cuando este llego con todos los demás se asombraron de encontrarla aún viva.

-¡Hinata-san!

El maduro guardabosques se acercó a la callada joven, esta elevo lentamente la mirada. Él no lo noto, pero lloraba desde adentro.

-no hemos encontrado a su atacante.. seguro que se ahogó por la fuerte corriente- afirmo

Lentamente elevo su mirada perla, estaba vacía, rota; sus labios pálidos musitaron una cosa.

-Está seguro .. que está muerto

El hombre no respondió. Ambos miraron el lago con los hielos rotos y un panorama desolador. El invierno era brutal, tal como lo que ella vivio.

.

-¡Mama, no te parece hermoso este girasol!

-¿Dónde la sacaste?

El pequeño niño de inocente sonrisa, señalo hacia un jardín muy bien cuidado, hizo un puchero en señal de disculpa.

-Sabes que no debes sacar las flores de los jardines Khum- sonrió la bella peliazul

- lo siento.

-será mejor que nos vayamos, la tía Ino nos espera.

Una nueva vida estaba dentro de ella, jamás le contaria quien fue su padre, jamás sabría quien fue realmente, cayo todo lo que supo, incluso a la policía. Ahora tenía un motivo por el que luchar, aquel niños de brillante sonrisa y cabellos oscuros como la noche era su motivo para vivir, también era el único recordatorio que hubo un hombre bueno en el.

No muy lejos de allí una mirada la cuidaba, se miraba hermosa después de cinco años y ese niño era la mejor imagen de ambos.

«tienes que traerla con nosotros..»

-No lo hare..

«¡imbecil!.. ella es nuestra Rin.»

-¡No!..

Su mirada llego tanto a ella como el niño se hacían pequeños por la distancia. El no pudo con ese demonio que tenía dentro, pero de algo estaba seguro. Él la amaba, pero nunca la mereció.

-Su nombre es..

La vio desparecer a la distancia. Siempre supo que atraves de aquellos ojos perlas habia algo bueno en el, por ínfimo que fuera; la esperanza escrita en el rostro de ella y el amor que le tenía lo hizo ver que no había perdido toda su humanidad.

-Es Hinata..

Porque a traves de su mirada, pudo ver el feliz destino que pudo haber tenido y solo por eso o la asesino.

¿Fin?

Hola, soy yo de nuevo después de eones. Han pasado muchas cosas y esta historia la iba sacar para octubre, mejor tarde que nunca. Es curioso que saque esta historia inteto de suspenso en navidad XD. Felices fiestas!

SkybluePetunia

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