Después de pensarlo mucho Pato Peligro se sigue resistiendo ante las intenciones sexuales del conejo con él, el pato de ojos azul turquesa se teletransporta nuevamente alejándose de Ace, no quería que su primera vez fuera de esa manera, sin amor, siendo solo sexo. 

Estando a unos metros de Ace, Pato se esconde esperando que Tech encontrara la forma de liberarlos a ambos de aquel extraño afrodisíaco del fruto dorado que tomó horas atrás. Se lamentaba una y otra vez por haberlo tomado, de no haberlo hecho ahora no estarían en esa situación, era su culpa que Ace quiera hacerlo suyo como un perro en celo muy necesitado de poseer su pequeño cuerpo emplumado.

En otra parte

Estaba oscureciendo en aquel mundo. El resto del grupo se encontraba en una extraña nave, preocupados por el destino de sus compañeros. Lexi se había separado también del grupo y se había quedado en compañía de la reina Athena, Tech se encontraba inquieto sin siquiera saber la causa, y decidió salir de la nave por un momento y se quedó por unos momentos parado ahí sin siquiera comprender lo que le estaba pasando, contempló por unos momentos su garra derecha en donde el guante estaba carcomido. Se sentía como todo un tonto ya que había dejado accidentalmente que un poco de aquella sustancia le cayera, esta ya había tocado su piel solo que a diferencia de lo ocurrido esa tarde el olor nauseabundo había desaparecido dejando uno que le era embriagante, incluso en esos momentos, afuera de la nave, el coyote se acercó su dorso de su garra a su nariz y comenzó a olfatear , el olor seguía ahí , tan delicioso como antes, su ritmo cardiaco se aceleraba a medida que pasaban los minutos, reconocía el aroma, ya que había llevado cerca de tres años de percibirlo, pero en ningún momento este lo había excitado como en estos momentos, y en un momento todo dejo de serle de importancia, la nave averiada, el análisis de aquella muestra, o el hecho de estar contaminado con ella, solo deseaba entregarse a esa extraña pasión que le recorría el cuerpo. Y sin darse cuenta comenzó a lamer su propia garra , imaginando que era el cuerpo de alguien, pasando su lengua por su pecho bien formado mientras que su cuerpo se estremecía por aquel deleite y sus manos buscaban aquellos magníficos punto para estimular su deseo. En su mente solo eso existía, deseo de aquella persona y por aquel cuerpo, disfrutar de el y dejarse disfrutar, en su mente solo existían ellos dos y nadie mas.

Rev:¿Tech?

Esta interrupción lo sacó de golpe de su trance sintiendo como si le hubieran robado un momento grandioso. Volteo a ver quien era el intruso y encontró a Rev que lo miraba sorprendido.

Rev:¿Qué haces aquí afuera? Creí que estarías adentro analizando esa cosa. ¿Te sientes bien? creí ver que te lamías la garra pero que tontería para qué te ibas a lamer la garra eso no es propio de ti.

El coyote lo observó unos momentos, se sentía incómodo y repentinamente se acordó de que no debía dejar que el correcaminos viera su roído guante y lo ocultó lo más rápido que pudo. Y en ese momento contestó.

Tech:Solo es que me sentí repentinamente enclaustrado adentro de la nave.

Rev:¿En serio? Eso me sorprende ya que cuando estás en el laboratorio o en uno de tus portátiles no hay forma de sacarte de ahí. (Su mirada se posa en las dos lunas del planeta en donde se encontraban) Oye mira las lunas de este planeta son hermosas.

Y en este instante Tech volteo a ver el cielo nocturno y contempló las dos lunas, una que apenas era perceptiblemente opacada por su hermana que se encontraba llena y se veía en tonalidades azules, era hermosa y por unos instantes esa luna regocijó el corazón del joven Tech E. Coyote. Y sin poder controlar ese sentimiento dejó escapar un aullido, provocando la risa de Rev, pero no era una burla sino porque el correcaminos se acordó de que en una confidencia intima Tech le había dicho que el aullido era una forma de llamar al ser amado.

Rev:Aquí estoy. (Dijo sonriendo pícaramente mientras se ponía a su lado)

Tech: (Sonrojado y avergonzado por el aullido lo abraza moviendo su cola mientras contemplaba las dos lunas con su pequeña ave corredora)

Desde hace un tiempo ellos dos eran pareja pero nadie sabía de su relación amorosa ya que de saberlo alguno de sus compañeros y amigos alguno podría irse de la lengua y provocaría que esa información secreta llegara a oídos de los padres de Rev, y la idea de tener que dejar a su amado coyote por el miedo que les temen los padres de Rev hacia estos provocaría una gran depresión y tristeza como terror para el joven correcaminos héroe.

Al rato ambos enamorados volvieron dentro de la nave para seguir analizando la extraña sustancia del fruto...