015-.Cariño

Con la Stage Line~

Las ocho personas caminaban por los pasillos desolados, siendo alumbrados por los que iban en la parte de adelante; Tzuyu, Sana, Eunha, y Mingyu.
Detrás de ellos iban Umji, Yerin, TaeHyung, y The8.

- ¿Creen que hallemos un fantasma? - Preguntó Yerin a sus compañeros, tratando de romper el silencio.

- No digas eso, tonta - Regañó Eunbi, asustada de pies a cabeza, mientras apretaba más el brazo de Sana.

- Puede ser cierto, puede que sea falso, quien sabe - Comentó Tae.

Algunos rieron, pero siguieron el camino hacia el séptimo piso, donde, suponían, los de la Dance Line los estaban esperando.

- ¿Por qué miras tanto a Sana? - Le murmuró Minghao a TaeHyung, apareciendo de la nada, y colgándose de sus hombros.

- N-no estoy mirando a Sana, solo miro hacia al frente - Aclaró él.

- Ajá si, ya veo, estás interesado en ella, ¿no es así?.

La pregunta le quedó resonando en la cabeza, ¿él estaba interesado de la japonesa? Un inconsciente Si, apareció repentinamente en su mente.

- A-ah, no lo sé, en parte, un poco... Mucho, no estoy del todo seguro - Balbuceo.

- Deberías hablarle - Propuso el chino.

- Por favor, no tengo las agallas ni para levantar a uno de mis compañeros de su siesta, ¿y crees que las tendré para hablarle a una chica que me interesa?, eso en definitiva, no sucederá - Sentenció el mayor, negando con la cabeza, y cruzando sus brazos.

- Amigo mío, en verdad lo siento.

- ¿Por qué?.

- Por esto.

Sin más, el de la 97' Line, empujó a Tae hacia la chica rubia que caminaba con una linterna en la mano, sin percatarse que ya estaban por llegar a las escaleras.
Kim por puro impulso, la apretó fuertemente contra su cuerpo, rodando los dos juntos varios escalones abajo, hasta que chocaron con una pared, la cual evitó su continuación.

Con Jimin y Mina~

Jimin batallaba con todas sus fuerzas para intentar soltarse de los brazos de aquel sujeto, pero lamentablemente, éste no sólo lo superaba en altura, si no también en fuerza.
A unos metros de ellos, el bailarín oía como su amiga hacia lo que podía para intentar huir, cuando de repente, en un intento de ver por ella un golpe en su estómago logró que cayera al suelo de rodillas.

- Déjalo, ella vale más - Habló uno de los intrusos.

Su compañero asintió, y fue a ayudarlo con la japonesa, dejando al joven tirado en el piso.

- ¿Quieres jugar un poco? - Consultó Park, mirando levemente a la chica.

Ella negó - Quiero volver a casa, no quiero seguir aquí - Respondió, hundiendo su rostro en el pecho del mayor.

- Lo sé, y lo harás, no debes preocuparte o pensar en eso, te aseguro que no te pasará algo, no te dejaré sola - Calmó, acariciando los cabellos marrones de la más baja.

- Momo también dijo eso.

- La diferencia... Es que yo si cumpliré mi palabra - Susurró nuestro protagonista.

Sin saber exactamente cómo, logró ponerse de pie, logrando que los sujetos se dieran vuelta a verlo.

- Vaya, al parecer las nenas son lo suficientemente cobardes como para ir por el pez chico, ¿qué?, ¿acaso no se creen capaces de poder conmigo? - Retó, riéndose con burla.

Jimin entrenó por casi dos años en defensa personal, clases de las cuales, hoy en día casi no recordaba nada, pero que de todas formas, trataría de usar sus pocos recuerdos para defenderse, mejor dicho, para defenderla.

Ambos hombres, olvidaron el hecho de que todo era una actuación, pues sintieron su orgullo dañado, por lo que se dejaron a la japonesa y corrieron para atacar al bailarín.

Dos contra uno.

Cerebro vs fuerza.

Y es que en realidad, las piernas del rubio temblaban hace rato, pero no obstante, se armó de una extraña fuerza que lo ayudó para correr hacia las escaleras, donde hizo el amague en bajar por allí, logrando así que gracias a un simple tropezón, los dos ladrones cayeron por ahí sin detenerse hasta impactar contra la pared, quedando perfectamente inconscientes.

Park volvió a respirar, pues el aire se le había ido en el momento que los vio acercarse tan bruscamente hacia él. Se recostó en la pared, esperando a que el alma le regrese al cuerpo, pero rápidamente corrió de nuevo hacia donde estaba anteriormente, recordando que cierta chica seguía ahí.

- ¡Mina! - Gritó cuando estuvo cerca de ella.

- ¡Jimin! - Exclamó de igual forma la extranjera, acercándose también.

Corrieron hacia su contrario, y se unieron en un abrazo.

- Te dije, te dije que debíamos quedarnos - Reprochó Myoui, sin aguantartar en lo más mínimo las lágrimas mientras golpeaba el pecho del mayor.

- Y yo te dije que estaría aquí contigo, y que nadie te podría hacer daño, ¿verdad? Pues cumplí, aquí estoy, aquí sigo, y aquí me quedaré - Afirmó, dejando un pequeño beso en su frente.

- Gracias - Susurró.

Con Jungkook y NaYeon~

Jeon se estaba odiando en esos momentos, no podía creer lo tonto que fue, todo por no poder resistir el sueño, ¡y siempre había hecho eso!
No lo entendía, su mente y corazón estaban revueltos, sentía que la presencia de aquella muchacha lo cambiaba todo, absolutamente todo.

- ¿En qué piensas? - Habló Im, trayendolo devuelta a la realidad.

- En nada, NaYeon, no se preocupe - Contestó, tratando de sonar creíble.

- Sabes, cuando algo me preocupaba de pequeña, mi mamá siempre solía cantarme algo para que me tranquilice, y en medio de la canción, siempre tomaba mi mano para transmitirme paz - Comentó.

El menor sonrió ligeramente ante las palabras de la castaña, pero sus pensamientos se detuvieron al ver la mano de la chica frente a él, esperando que éste la tomara.

Él la miró sin entender, o al menos esperando a que le diga lo que estaba pensando.

- ¿Qué?, sólo tenemos una linterna, mientras más juntos vayamos, menos cosas malas nos podrán pasar - Aseguró, dedicándole una de sus sonrisas de coneja.

Kook sonrió también, y finalmente la tomó, logrando sentir como todo volvía a estar bien.

- Gracias - Murmuró por lo bajo.

- No hay de que - Dijo ella, comenzando a caminar con pasos decididos.

- ¿Ahora qué haces?.

Nimin_36

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