Capítulo 8: Bienvenidos a Jurassic World.
En un punto de Isla Nublar entre la Pradera Central y el aviario.
Ashla y Alec seguían caminando hacía el sur, en dirección al parque, Ashla iba al frente, con la armadura puesta y el arma en la mano, lista para disparar a cualquier dinosaurio que intentara comérselos. De pronto, se escucharon ramas romperse y algunas pisadas, sin perder un segundo, ambos se escondieron detrás de un tronco caído, mirando en la dirección de la que provenían los sonidos, y de entre la maleza salió un metriacanthosaurio, un dinosaurio carnívoro de tamaño medio, de unos 8 metros de largo y más de 2 de alto, de un color marrón claro con rayas marrón oscuro con el morro un poco alargado y robusto y con una protuberancia encima de cada ojo.
Alec y Ashla no se movían, esperando a que se fuera el carnívoro, no obstante, el metriacanthosaurio se puso en guardia, mirando en una dirección y empezó a rugir. La respuesta no se hizo esperar, la Indominus apareció desde esa dirección caminando hacía el metriacanthosaurio, devolviéndole el rugido. Los dos se miraron, midiéndose, entonces la Indominus Rex atacó, fue directa al cuello del otro carnívoro, pero el metriacanthosaurio se agachó y fue el quien mordió en el cuello a la Indominus. La I-Rex contraatacó arañando con sus garras el cuerpo y el cuello del metriacanthosaurio hasta que este la soltó. Sin darle tiempo, la Indominus, esta vez si, le mordió en el cuello sujetándolo, el metriacanthosaurio intentó liberarse mordiendo uno de los largos brazos de la I-Rex, pero el híbrido uso su otro brazo para hacerle tropezar. Una vez en el suelo en metriacanthosaurio luchaba desesperadamente por zafarse de su agarre, pero fue en vano, la I-Rex agarró el cuello y la cabeza de su rival mientras le seguía mordiendo el cuello. Finalmente, la Indominus retorció el cuello del metriacanthosaurio y se oyó un siniestro crujido, fue entonces cuando el dinosaurio, dejo de luchar, de moverse y de vivir.
La I-Rex soltó a su enemigo muerto, se quedó viendo el cadáver varios segundos hasta que se decidió marcharse del lugar. Toda la pelea fue vista por Ashla y Alec desde su escondite, que afortunadamente les había permitido pasar desapercibidos ante los dos carnívoros. Cuando estuvieron seguros de que la Indominus se hubo alejado, ambos salieron de su escondite y fueron a examinar el cuerpo del metriacanthosaurio muerto.
—Esto no es normal, ¿Qué clase de depredador no se come la presa que acaba de matar? —Preguntó Ashla mirando el cadáver.
—Tampoco es tan raro, es esto es algo bastante habitual en los animales carnívoros. Muchas veces matan a otros carnívoros simplemente para eliminar a competidores por la comida. No se suelen cazar otros carnívoros para comérselos a no ser que estén famélicos o que sea una especie oportunista que coma lo que sea. —Explicó Alec.
—Ya, ¿Y qué me dices de lo de quedarse casi diez segundos mirando el cadáver? Era como si estuviera disfrutando del momento. —Comentó Ashla.
—Vale, eso si que era raro. —Concordó Alec.
Los dos siguieron un rato andando hacía el sur, hasta que en un claro del bosque se encontraron tres cadáveres de stegosaurios, todos con claras marcas de que la Indominus había sido su verdugo.
—¿Y qué me dices de esto? ¿También es normal? —Preguntó Ashla a Alec al ver a los tres herbívoros muertos, sin señales de haber sido devorados.
—Vale esto ya no es normal. Ningún depredador mataría una presa y la dejaría a pudrirse a la intemperie sin más. Algunos carnívoros cazan muchas presas a la vez cuando hay abundancia para tener comida de reserva, pero este no es el caso. No me explicó esa conducta. Solo se me ocurre una posibilidad, pero me da miedo que sea esa. —Explicó Alec.
—¿Y cuál es esa posibilidad? —Preguntó Ashla.
—Que disfrute cazando, es decir, que cace por diversión o por deporte, pero eso sería una actitud completamente antinatural en un animal. Creo que el Indominus Rex es un psicópata. —Dijo Alec.
—Vale, o sea, ¿Qué tu teoría es que ese dinosaurio es un asesino en serie con un trastorno de la personalidad? —Preguntó Ashla.
—Básicamente. —Afirmó Alec.
—Normalmente te diría que has visto demasiadas series policiacas, pero visto lo visto, quizá tengas razón. —Dijo Ashla. —Venga, será mejor que sigamos. Hasta que no lleguemos con más gente no estaremos del todo a salvo. —.
Camino en dirección al aviario.
El aerodeslizador de los campistas se había estrellado contra unas rocas que había en un lado del camino. El motor del vehículo echaba humo, las luces parpadeaban, los chicos habían quedado inconscientes durante varios minutos. Finalmente, uno a uno, empezaron a recuperar la consciencia.
—¿Estáis todos bien? —Preguntó Darius.
—¿Qué si estamos jajaja ...? —Empezó a hablar Yaz antes de salir del aerodeslizador con un portazo.
—Yaz espera, Yazmina. —Exclamó Sammy corriendo detrás de ella.
El resto del grupo fue saliendo, primero Darius y Kenji, después Ben y Bumpy y finalmente Brooklynn y Mei.
—¡No estamos bien, estamos en medio de la selva con un dinosaurio aterrador por ahí y tú! —Gritaba Yazmina con furia. —Y tú... —.
—Has destrozado mi minidatapad y nos has mentido. Os lo dije chicos. —Dijo Brooklynn.
—Sammy ¿Por qué? ¿Qué estabas haciendo? —Preguntó Darius, ya había escuchado la versión de Brooklynn, ahora solo faltaba la de Sammy.
—Seguro que intentaba borrar el holovideo en él que recogía muestras de los sinoceratops. —Opinó Brooklynn. —Y sabías lo del Indominus Rex porqué estuviste fisgoneando en el despacho del Doctor Wu cuando te vi ¡Lo sabía! —.
—No quería romper el datapad, me caí encima cuando se cayó la tirolina. —Se excusó Sammy.
—Entonces lo robaste, ¿Lo has tenido todo este tiempo sin decírnoslo? —Preguntó Ben incrédulo.
—Espera ¿Qué hacías en el despacho del Doctor Wu Brooklynn? —Preguntó Darius.
—Buscaba cosas para mis seguidores vale. Pero eso ahora no importa, yo no he roto nuestra única forma de pedir ayuda ni he mentido a todos. —Se excusó Brooklynn. —Esto no es culpa mía, es culpa suya, ella... —.
—¡Soy una espía! —Desveló Sammy ante el estupor de todos. —Para un tipo llamado Kash. —.
—¿Nos has condenado a todos por un mísero tipo? —Preguntó Ben.
—Nuestro rancho estaba en quiebra y mi familia pidió un préstamo a un tipo de dudosa reputación. Un día ese hombre nos dijo que un humano llamado Kash había comprado nuestra deuda y que desde ese momento la tendríamos con ese tal Kash. Cuando ese hombre vino a hablar con nosotros, nos dijo que lo perderíamos todos si no espiaba para él. Use la visita al interior de Jurassic World del campamento para reunir la información del laboratorio, ADN de los dinos y todo lo que ellos necesitasen. Entonces Brooklynn me pilló, me asusté y después, todo salió mal. —Relató Sammy. —Esto es lo último que quería que pasase, lo juro. —Le dijo a Yaz, quien mantenía una expresión dura.
—Oh, ¿Entonces estar junto a un aerodeslizador averiado con un dinosaurio asesino no entraba en tus planes? Eh, igual que yo, que coincidencia. —Dijo Yaz.
—Yaz, yo... —Intentó hablar Sammy.
—¿Era todo mentira, querer ser amigas, fingir que te preocupaba? —Preguntó Yaz mientras Sammy empezaba a llorar. —Solo me querías para ocultar lo que estabas haciendo, ¿O me equivoco? —Preguntó Yaz. Sammy ya solo sollozaba. —Soy una idiota. —Dijo Yaz, y se fue.
—Te equivocas, no sabía como decirlo, como explicártelo. Aunque haya espiado no cambia quien soy. —Dijo Sammy poniéndole una mano en el hombro de Yaz.
—No me toques. —Exclamó cuando apartó la mano de Sammy con brusquedad. —Aléjate Sammy. —Dijo en voz baja encarándose con ella con furia.
Sammy no lo pudo soportar y se alejo sollozando.
—Ya se que no estamos en una situación muy idónea. —Dijo Ben.
—Es una mierda, di que es una mierda Ben. —Dijo Brooklynn.
—Sí, pero a pesar de ser una...basura nosotros tenemos que ¿Bumpy que estás haciendo? —Preguntó Ben cuando Bumpy se puso histérica, Mei, junto a Brooklynn también se puso a chillar.
Entonces se empezaron a escuchar unas fuertes pisadas acercándose desde la selva. Los chicos se asustaron, pero no tenían ningún sitio para esconderse, y de la selva salió Campeón. Darius y Kenji estaban tranquilos, en contraposición que el grupo, Ben corrió detrás del grupo, Yaz sacó sus blasters lista para disparar, Sammy siguió en su sitió y Brooklynn se puso en guardia, aunque al notar la tranquilidad de Darius, se tranquilizó un poco.
—Tranquilos, es Campeón, no nos hará daño. —Tranquilizó Darius
El concavenator olfateó el aire, y reconoció el olor de Darius, por lo que se acercó andando tranquilamente hacía él, y cuando llegó frente a Darius, juntó su morro con el pecho de Darius para que lo acariciara, y Darius le acarició y le rascó el hocico.
—Eh, ¿Cómo estás Campeón?, ha pasado algo de tiempo. —Decía Darius rascándole. —¿Quieres acariciarle? —Le preguntó a Brooklynn.
—Yo, eh. —.
Brooklynn no parecía muy segura, pero Darius tranquilamente la acercó a Campeón, este la olfateó, y tras grabar su aroma en su cerebro hizo lo mismo que hizo con Darius para que le acariciase, y Brooklynn le acarició. Mei también se acercó sin mucho miedo, Campeón acercó desvió su atención a Brooklynn para olfatear a Mei, y tras hacerlo volvió con Brooklynn y Darius. También se acercaron Yaz y Sammy, aunque con más cautela. Kenji se atrevió a ir a acariciarle, pero cuando lo hizo Campeón le seseó amenazadoramente enseñándole los dientes y Kenji retrocedió asustado, después como si nada volvió a pedir caricias a Darius. Bumpy, por su parte, que había estado con Ben escondida, se acercó con cautela al carnívoro. Este la olfateó, y tras ello, le dio un golpecito cariñoso con toda la suavidad que pudo, y Bumpy se puso en actitud juguetona. Todo iba bien hasta que, bruscamente, Campeón se puso en guardia, mirando hacía detrás de donde estaban los chicos, y tras un par de tensos segundos, se fue corriendo hasta perderse en la selva.
—Algo debe haberlo asustado. —Comentó Yaz.
—Pero la cuestión es ¿Qué ha podido asustar de esa manera a un dinosaurio carnívoro de su tamaño y que le pegó una paliza a otro? —Preguntó Ben asustado.
De pronto se escucharon unas pisadas muy fuertes muy cerca, y segundos después apareció a toda velocidad la Indominus Rex rugiendo y hacía los campistas. Lo único que pudieron hacer fue apartarse y esconderse tras el aerodeslizador. Afortunadamente pasó de largo.
—¿Qué narices? —Dijo Darius algo sorprendido.
Fue entonces cuando se escuchó el sonido de los motores de una cañonera clase espíritu. Y justo por encima de sus cabezas apareció la cañonera, desde la cual le disparaban a la Indominus Rex con una ametralladora blaster giratoria pesada CT-400.
—La cañonera de Masrani, lleva u logotipo en el fuselaje. —Gritó Kenji.
—Están disparando al Indominus. —Exclamó Darius.
Todos echaron a correr siguiendo a la cañonera para ver mejor el espectáculo. Por su parte, la Indominus seguía huyendo de la nave. Casi todos los disparos le daban de lleno, pero, aunque desde luego le dolían los disparos, no parecían hacerle heridas. La Indominus buscaba desesperadamente un lugar en el que refugiarse de los disparos, y se dirigió hacía una enorme cúpula de cristal, el aviario. De pronto se hoyó un enorme estruendo.
—¿Qué ha sido eso? —Preguntó Brooklynn.
—¡Sí, machácale Masrani! Yujujuju ¡Estamos Salvados! ¡Eso es! —Gritó Kenji, viendo el espectáculo. —Os lo dije, lo tienen totalmente controla...— Pero Kenji cerró la boca de golpe.
Los pteranodones y los dimorphodones empezaron a salir, atacaron la nave, se empezaron a escuchar explosiones, y, finalmente, la cañonera se precipitó hacía en aviario, estrellándose y explotando. Todo ante las miradas ante las miradas aterradas de los campistas.
Al sur del aviario, cerca del parque principal.
Ashla y Alec iban caminando hacía el parque principal. Marchaban igual que antes, Ashla al frente con la armadura y el arma preparadas y Alec detrás. De pronto se escuchó una fuerte explosión.
—¿Qué ha sido eso? —Preguntó Ashla.
—Una explosión. —Contestó Alec.
—No me refería a eso. —Dijo Ashla.
Los dos estaban en medio de un claro, cerca de la selva, no podrían esconderse en esa ocasión. Por el cielo apareció una enorme bandada de pterosaurios, conformada por pteranodones y dimorphodones. Algunos de los cuales vieron a Ashla y a Alec en el claro, y se abalanzaron sobre ellos pensando que serían una presa fácil. No obstante, la cosa no sería tan fácil para los pterosaurios, Ashla se colocó frente a Alec y mientras los reptiles voladores caían en picado sobre ellos, se limitaban a retroceder Ashla con el arma en ristre y lista para matar.
Cuando los tuvo a tiro, Ashla comenzó a disparar su subfusil blaster de asalto CT-29 en modo automático en ráfagas de tres disparos a cada animal, fue ahí cuando empezaron a caer como moscas. Mientras retrocedían hacia la selva despacio, Ashla seguía disparando contra ellos, sin piedad, sin fallar ni un solo disparo. Cuando llegaron a la protección de los árboles los ataques cesaron, fue entonces cuando los dos vieron las alrededor de dos docenas de cadáveres de pteranodones y dimorphodones asesinados por Ashla.
—Recuérdame que no te haga enfadar. —Dijo Alec para rebajar la tensión y relajar el ambiente.
Ashla simplemente negó con la cabeza y le dio un beso en los labios. Y se adelantó con una sonrisa para seguir caminando.
Al suroeste del aviario.
Kimura iba tranquilamente andando de vuelta a su choza con la comida que había conseguido siguiendo a la Indominus. Tras seguirla descubrió que por alguna razón no se comía a sus presas, sino que las dejaba abandonadas. Eso es algo que Kimura agradeció, así no había tenido que esperar hasta que el depredador se saciase, sino que simplemente cuando se fue se acercó al cadáver y se llevó lo que quiso. Ahora tenía 2 Kilogramos de carne de apatosaurio, no era su favorita, ya que era un poco dura y algo correosa, pero eso era mejor que morirse de hambre.
De pronto Kimura escuchó pisadas a su espalda, instintivamente llevó la mano hasta su cintura, donde debería estar su espada, pero como no la tenía encima sacó su electroblaster y apuntó a las plantas desde la que venía el sonido. En ese momento, Campeón salió de entre la maleza y fue corriendo hacia Kimura, le dio con la cabeza y la tiró al suelo mientras frotaba su cabeza contra ella, y Kimura reía y lo acariciaba.
—Te he echado de menos Campeón. —Dijo Kimura levantándose del suelo cuando Campeón se apartó. —Me alegro mucho de verte viejo amigo. —Dijo y lo abrazó.
Fue entonces cuando no muy lejos se escuchó un rugido, el de la Indominus Rex. Kimura y Campeón se quedaron muy quietos, y se escucharon pisadas acercándose.
—Que me dices Campeón ¿Cómo en los viejos tiempos? —Preguntó Kimura al dinosaurio y este respondió con un sonido de decisión, sabía lo que iba a pasar.
Campeón se agachó para permitir que Kimura se subiese en él y ella lo hizo.
—Bien campeón, aquí es donde empieza la diversión. —Dijo con decisión, y espoleó a Campeón.
Tres toques rápidos de las piernas de Kimura en el abdomen de Campeón fueron suficientes para que el concavenator acelerara a máxima velocidad, justo cuando la I-Rex apareció repentinamente de entre los árboles y comenzó a perseguirlos. El concavenator le sacaba ventaja a la Indominus, pero esta se le estaba acercando, el peso extra hacía que Campeón no alcanzara la velocidad máxima. Pero eso no importaba, Kimura soltó las manos, agarrándose solo con las piernas, sacó su electroblaster apuntó y girando la mitad superior de su cuerpo hacia atrás disparó contra la Indominus, acertando de lleno. La I-Rex solo rugió molesta. Kimura disparó otra ráfaga de disparos, que a la Indominus no le hacían nada más que enfadarla. Pero Kimura notó algo, cada vez que le disparaba rugía, eso le dio una idea. Presionado las piernas un poco más le ordenó a Campeón fuera un poco más despacio, a pesar de que era algo que iba en contra del instinto del dinosaurio, Campeón obedeció. Diez metros, más de trayecto y la Indominus estaba a menos de dos metros de la punta de la cola de Campeón, ahora era el momento. Kimura le disparó otras dos ráfagas eléctricas, y la Indominus volvió a rugir. El momento había llegado.
—¡Trágate esto! —Gritó Kimura.
Volvió a apretar el gatillo para disparar de nuevo, un certero disparo que le dio a la Indominus de lleno en la garganta. La I-Rex se detuvo en seco, abrió la boca, como si tuviera nauseas, o le molestara mucho la garganta, estuvo así un buen rato mientras sus presas se escapaban.
—¡Intenta digerir eso salamandra albina! —Gritó Kimura a la Indominus antes de perderse en la selva.
El híbrido rugió de frustración hacía donde se habían marchado como respuesta, y cuando se recupero del disparo de Kimura se fue en otra dirección.
Al lado del aviario.
Los seis campistas vieron con impotencia como la nave de Masrani se estrelló en el aviario. Pero no había tiempo para lamentaciones, una gigantesca bandada de pterosaurios salía por el enorme agujero en la cúpula de cristal del aviario que se había formado al estrellarse la nave.
—Somos presa fácil para esos pteranodones, escondeos. —Exclamó Darius.
Kenji sin mediar palabra cogió el datapad de la UCA de las manos de Brooklynn. —El rio de los kayaks, la entrada está por aquí. Fluye subterráneo, por debajo de la colina, si lo seguimos llegaremos al parque principal. —Informó Kenji.
—Pues allí tenemos que ir. Vamos. —Dijo Darius.
Todos echaron a correr hacia el rio subterráneo, incluidas Bumpy, aunque Ben y Darius tuvieron que cargarla porque no se quería mover, y Mei, que iba subida a la espalda de Brooklynn. Los pteranodones estaban cada vez más cerca, a pesar de que los muchachos corrían lo más rápido que podían. Uno de los pteranodones se fijó en el grupo y se lanzó en picado, pasándole rozando a Kenji. Para no correr más peligro del necesario, todos se metieron entre los árboles durante parte del recorrido para tratar de evitar a los pteranodones. Durante ese breve trayecto Yazmina le quitó el datapad con el mapa a Kenji cuando le adelantó ordenándole que corriera más deprisa. Pero tuvieron que volver a salir a campo abierto para continuar. Ben y Darius, ya agotados por haber tiendo que correr cargando a Bumpy cayeron rendidos. Mientras todos entraban en la cueva que daba acceso al río, ellos se quedaron fuera, hasta que un pteranodon se lanzó en picado a por ellos, salieron corriendo haciendo que el pteranodon tuviese que aterrizar, y lograron entrar. Pero el pteranodon no se rindió, y entro volando en la cueva persiguiéndolos. Los demás les esperaban al lado de la puerta para cerrarla, pero no llegaron a tiempo y el pteranodon consiguió meter medio cuerpo. Entonces Yaz desenfundó su blaster y disparó tres veces a la cabeza del pteranodon, matándolo, y el resto pudo retirar sacar el cuerpo y cerrar la puerta por completo. Todos respiraban agitadamente y jadeaban por el esfuerzo y la tensión.
—Uf, que a gusto me he quedado. Necesitaba dispararle a algo. —Dijo Yazmina apoyándose en la puerta.
—Buena puntería. —Alagó Kenji apoyándose en las rodillas.
—Tampoco te creas, estaba muy cerca. —Dijo Yazmina.
—Bienvenidos al río de Jurassic World. Preparaos para este maravilloso río subterráneo. Dos aventureros por kayak, debéis llevar siempre el chaleco salvavidas. —Decía una voz femenina mecanizada por los altavoces, mientras los campistas se dirigían a por los remos, los chalecos salvavidas y los kayaks. —Los adultos deben ponerse su chaleco salvavidas antes de ayudar a los a los más pequeños. Permaneced sentados en todo momento el viaje comienza, ahora. —.
—Tú y yo cogemos el KMP. —Le dijo Kenji a Brooklynn.
—Pero yo quería ir... —Intentó decir Brooklynn.
—Nada de peros, tú te vienes conmigo. —Dijo Kenji llevándose a rastras a Brooklynn.
—¿Y qué se supone que es eso del KMP? —Preguntó Brooklynn.
—Kayak de los Más Populares. —Respondió Kenji poniéndose unas electrolentes para el sol.
—Ben y Bumpy pueden venir conmi...—Intentó decir Darius.
—Yo iré con ellos. —Dijo Yaz secamente andando hacía ellos y apartando a Sammy bruscamente.
—Vamos colega. —Dijo Yaz arrastrando a Ben.
Ben ya se había subido a Kayak, pero Bumpy no se quería subir, así que Ben tiraba de ella desde el Kayak y Yaz la empujaba desde el muelle. Hasta que consiguieron subirla.
—Venga Sammy, salgamos de aquí. —Le dijo Darius con suavidad a una Sammy cabizbaja, mientras se dirigía hacia el Kayak seguidos de Mei.
Finalmente, todos se pusieron a remar para irse de allí, Kenji y Brooklynn delante, Ben, Yaz y Bumpy en medio y Darius, Sammy y Mei en último lugar.
Centro de Interpretación de Jurassic World.
—Darius, me recibes. Chicos por favor contestad. —Dijo Roxy desesperadamente a través del comunicador, mientras avanzaban por los pasillos esquivando gente, que corría ultimando los preparativos para la evacuación. —Aah, aún nada. —Suspiró.
—Mira, aparece un transporte de la UCA moviéndose aquí. —Informó Dave.
—Deben de ser ellos. Dijeron que iban en a coger un aerodeslizador, pero siguen en peligro. Hay que encontrarles. —Dijo Roxy. —Cuartel general aquí Roxy del Campamento Cretácico, ¿Me recibís? —.
—Esta frecuencia se utiliza solo para emergencias. —Respondió una voz femenina.
—Esto es una emergencia, hay uno chicos en el sector 7 fuera del área de contención y... —Trató de explicar Roxy, pero Dave le cogió el comunicador de las manos.
—Ei, soy Dave. Eh creo que estáis hasta arriba de trabajo por ahí, así que os propongo que nos dejéis un aerodeslizador para que podamos recoger a los chicos. —Dijo Dave.
—No permitiremos que cojáis un aerodeslizador, la vuestra no es la única emergencia que tenemos. —Respondió la mujer. —¿Cómo? No lo se, no lo se. Dicen que son del campamento. —Explicaba la mujer a otra persona que estaba con ella.
—No hay tiempo para esto despejad la línea. —Exclamó un hombre a través del comunicador y entonces se cortó.
—¿Hola, hola? Me han colgado, ¡Me han colgado! —Se quejó Dave.
—Si las cosas están tan mal, me parece que rescatar a seis niños no va a su mayor prioridad. —Dijo Roxy.
—¿Y qué vamos a hacer? ¿Robar un aerodeslizador y cruzar la isla a toda velocidad? —Preguntó Dave de forma retórica.
Roxy lo miró con una sonrisa ladeada.
—¡Parad! —Gritó una trabajadora del parque.
—No tenéis autorización. —Exclamó su compañero.
Le gritaban a Roxy y a Dave, que habían robado un aerodeslizador para ir a rescatar a los muchachos. Dave tenía la mirada perdida por la sorpresa, no se esperaba que Roxy realmente fuera a hacerlo. Roxy fue pilotando a toda velocidad hasta la última ubicación de los chicos.
Río subterráneo de Jurassic World.
Los campistas iban remando tranquilamente a través del río, con la esperanza de llegar hasta el parque principal, donde se encontrarían a salvo, en principio. Ben, Yazmina y Bumpy iban delante, Brooklynn y Kenji en medio y Darius, Sammy y Mei los últimos. Todo estaba en silencio, hasta que Kenji hizo que su kayak chocara contra el de Yaz y Ben.
—Ten cuidado. —Se molestó Yaz.
—El KMP tiene preferencia. Lo siento, yo no hago las normas. —Dijo Kenji adelantándolos.
—Mirad, la cueva se hace más grande. Y...brillante. —Advirtió Brooklynn.
Lo que vieron les dejo maravillados, esa sección de la cueva estaba iluminada con algas bioluminiscentes, que iluminaban una cascada, en una imagen preciosa, casi de fantasía. Los chicos dejaron de remar para poder ver la maravillosa cavidad, dejando que una suave corriente los llevase. Todos estaban encantados con ello, incluso a Sammy, que estaba alicaída desde que había contado lo de que era espía, se le dibujó una sonrisa al ver la cavidad.
—Incluso con estas cosas brillantes sigue muy oscuro. —Se quejó Kenji.
—¿Mejor así? —Dijo Brooklynn quitándole las electrolentes de sol. Pero el se molestó por eso, se las quitó a Brooklynn y se las volvió a poner.
—Usaría la mi minidatapad como linterna si Sammy no lo hubiera roto. Aunque si lo tuviera no estaríamos todos aquí. —Se quejó Brooklynn.
—Oye, ¿Puedes dejar de crear mal rollo en el KAMP? —Preguntó Kenji.
—¿Cuántas veces vas a decir KMP? —Preguntó Brooklynn.
—¿KMP? ¿Por qué? ¿Quieres que deje de decir KMP? KMP, KMP, KMP. —Dijo Kenji para molestarla.
—A que te tiro por la borda. Y actúas como si no fuera contigo también. Estamos aquí por su culpa. —Dijo Brooklynn.
—O quizá podría haber pasado otra cosa y también seguiríamos aquí. Mira, se que estás enfadada con Sammy, pero enfadarte no va a solucionar nada. Así lo único que consigues es que los demás también se enfaden ¿Sabes? Deberías ponerte en su lugar, ¿Ahora mismo hay algo que puedas decir que hiciera que Sammy se sintiera aún peor? —Explicó Kenji. —Te lo dice alguien con mucha experiencia en conseguir enfadar a la gente. —Se sinceró Kenji, dejando pensar a Brooklynn, y miró hacía atrás para verla.
—Vaya, Darius tenía razón, no eres tan imbécil cuando se te conoce mejor. —Remató Brooklynn.
—Eh, gracias. —Agradeció Kenji dudando.
—Suéltalo. —Le dijo Sammy a Darius.
—Es solo, que no paras de hablar del rancho y de tu familia, pero tu familia te envió aquí a infringir la ley. —Le dijo Darius.
—No Darius, tú no sabes nada sobre mi familia. —Se molestó Sammy.
—Te pusieron en peligro al enviarte aquí para espiar en el parque ¿Cómo puedes defenderles? —Preguntó Darius. Sammy se quedó callada.
—Por qué ellos no me enviaron. Le dijeron que no a Kash. Preferían perderlo todo antes que utilizarme así. Yo contacté con él, yo acepté venir aquí. Mi familia no sabía que lo estaba planeando hasta que hasta que ya estaba en la lanzadera. Lo del minidatapad fue un accidente, pero Brooklynn tiene razón, es todo culpa mía. —Explicó Sammy.
—Bueno, aún así... —.
—¿Sí tu familia en peligro no harías todo lo que estuviera en tus manos para salvarles? —Preguntó Sammy. Darius se quedó callado.
—Ben por favor ¿Puedes soltar esa tortuga gigante y coger de una vez tu remo? —Preguntó Yaz enfadada.
—Creo que Bumpy está mareada. —Dijo Ben.
—Y yo que tienes que remar. —.
—Creo que debemos prepararnos para el dinovómito. —Advirtió Ben.
—Chicos, ¿Las algas se suelen mover? —Preguntó Sammy.
Frente a ellos, en un lado del rio, aparecieron dos formas extrañas con bioluminiscencia moviéndose, las cuales, resultaron ser dos parasaurolophus bioluminiscentes comiendo algas. Ambos dinosaurios dejaron de comer para observar a los campistas.
—No os asustéis. Son herbívoros. —Exclamó Darius. —Increíble, el Doctor Wu habrá incluido genes de bioluminiscencia en estos parasaurolophus.
Mientras la mayoría del grupo miraba atentamente a los parasaurolophus, Yaz y Ben discutían.
—¿Qué quieres decir con que he insultado a Bumpy? —Preguntó Yaz sin entender muy bien la situación.
—Le has llamado tortuga y ahora está enfadada. —Contestó Ben.
—Ben, no habla nuestro idioma. —Dijo Yaz cansada de esta surrealista situación.
—Me alegro que así sea, porque se han dicho bastantes cosas desagradables. —Dijo Ben.
—Vale, vale. Lo siento Bumpy. —Se disculpó Yaz para terminar de una vez con esta situación.
—Oh, genial. Ahora lo has empeorado. —Dijo Ben cuando Bumpy hizo un sonido.
—Sí, yo elegí este kayak, yo elegí este kayak. —Se repetía Yaz.
Todo estaba siendo muy tranquilo hasta que los chillidos de Bumpy atrajeron la atención de los parasaurolophus. Los dos dejaron de comer algas y se metieron en el agua para nadar junto los kayaks, apareciendo de sopetón y asustando un poco a los campistas. Junto a los otros dos dinosaurios, aparecieron dos más. Las reacciones fueron diferentes, Kenji le dio con el remo a uno en la cabeza para que se marchase, mientras que Darius le puso su mano en el hocico a otro. Entonces los cuatro parasaurolophus comenzaron a empujar los kayaks y a juntarlos cada vez más, todo para ver más de cerca a Bumpy. De pronto los parasaurolophus se detuvieron, todos miraban en la misma dirección, hacia el frente. Estuvieron así varios segundos hasta que uno bramó y todos desaparecieron, dejando confundidos a los muchachos. De la misma forma en la se encontraron con las algas bioluminiscentes, estas desaparecieron, dejándolo todo muy oscuro.
—Eh, populares llamando a los frikis ¿Dónde estáis? —Preguntó Kenji.
—Por aquí, algo ha debido asustar a los parasaurolphus. —Comentó Darius.
—Em, Darius, ¿Si hemos dejado de remar por qué seguimos avanzando? —Preguntó Sammy.
Fue ahí cuando Darius se dio cuenta de que la cueva se bifurcaba, en uno de los caminos seguía la cueva, mientras que, por el otro, había un túnel que era una especie de desagüe, era hacía allí donde los arrastraba la corriente.
—Aahh, remad, la corriente nos lleva hacia otro túnel. —Exclamó Darius.
Nada más decir eso, todos se pusieron a remar en contra de la corriente con todas sus fuerzas, pero no sirvió de nada. La corriente era tan fuerte que terminó por arrastrarles hacía ese túnel y los engulló. Tras un viaje bastante movido a través de ese desagüe, finalmente llegaron a una gran masa de agua.
—Uff, estamos bien, estamos bien. —Exclamó Ben con alegría.
Todos parecían bastante contentos pensando que todo había terminado. Pero a Kenji le parecía demasiado familiar ese lago, pero tanto tiempo a oscuras le impedía ver con claridad donde estaban, para poder ver mejor, Kenji se puso sus electrolentes para el sol.
—¡¿Qué?! —Gritó Kenji aterrado cuando se dio cuenta de en donde habían acabado, mirando su alrededor con terror.
—¿Por qué te asustas? No parece te guste demasiado este sitio. —Preguntó Ben nervioso.
—Porque se exactamente donde estamos, en la laguna de Jurassic World, donde vive Serena, la mosasaurio. —Dijo Kenji, y todos reaccionaron con el mismo terror que él.
—Entiendo que el mosasaurio es un tipo de dinosaurio acuático gigante que va a intentar comernos. —Comentó Ben.
Estaban en el centro de la laguna, bastante lejos de cualquier zona de tierra donde refugiarse del réptil marino. Y para empeorar la situación, se escuchó un siniestro sonido, y Serena apareció muy cerca de los campistas, solo mostrando la parte superior de su cola fuera del agua. Empezó a nadar alrededor de aquello que había entrado en sus dominios, examinándolo por si eran posibles presas.
—Nada en círculos, nos examina. —Dijo Brooklynn. —Se comporta como un sardún. Estamos en su territorio, así que nos examina, antes de que tenga la confianza para, para...—Explicó Brooklynn, aunque fue interrumpida por otro sonido que emitió el mosasaurio. —Esto es malo. —.
—Tenemos que irnos ya. —Dijo Kenji.
—Hay una escalera al lado de las gradas. —Notó Darius.
—¿Cómo vamos a...? —Intentó decir Kenji.
—Chicos. —Avisó Sammy cuando vio a Serena pasar por debajo de ellos.
—¡Remad, vamos, vamos, vamos! —Gritó Darius y todos empezaron a remar con desesperación hacía las escaleras.
—Así no es como Kenji quería acabar. —Lloriqueó Kenji.
—Esto tampoco entraba en mis planes. —Le gritó Yaz.
Entrada al río subterráneo.
—Deben de haber entrado, el río conduce al parque principal. No hay forma de recibir su señal dentro de esa cueva. —Dijo Roxy con el aerodeslizador parado en la entrada al río.
—Los veo, los veo. Ya no están en el río, están en la zona acuática 1. —Informó Dave.
Dave y Roxy se miraron con preocupación y Roxy arrancó en dirección al parque principal.
Laguna de Jurassic World.
Los campistas seguían remando para ponerse a salvo. Brooklynn y Kenji eran los que iban más adelantados, le seguían a una distancia considerable Yaz y Ben y aún más por estaban Darius y Sammy. Serena nadaba por debajo de ellos todavía examinándolos. Bumpy se puso nerviosa y se puso a gritar como advertencia. Por la izquierda, Serena dejaba ver su cola.
Brooklynn y Kenji consiguieron llegar a las escaleras y ponerse a salvo en las gradas. Miraron hacía atrás y vieron que a sus amigos aún les faltaba mucho para llegar hasta las escaleras.
Yaz miró para atrás y vio a Darius y Sammy remando con todas sus fuerzas, y también vio el lomo de Serena pasando por detrás ellos de forma amenazadora. Yaz vio la torre metálica de la grúa que usaban para alimentar a la mosasaurio y tuvo una idea. Empezó a remar para desviarse hacía esa torre.
—Yaz, ¿Qué estás haciendo? —Preguntó Ben.
—Pase lo que pase, no dejes de remar. —Ordenó Yaz.
Cuando pasaron al lado de la torre Yaz se subió y con el remo le dio un empujón al kayak de Ben.
—¡Yazmina! —Gritó Ben.
—¡Sigue remando! —Exclamó Yaz.
Poco después Ben y Bumpy consiguieron llegar a las escaleras. Pero Darius y Sammy aún seguían muy por detrás, con Serena pisándoles los talones bajo el agua.
—¡Vamos deprisa! —Gritó Brooklynn con desesperación subida a la plataforma de observación.
—No mires atrás Sammy. Sigue remando. —Exclamó Darius nervioso y asustado remando como si la vida les fuera en ello, porque así era.
Mei graznó en un estado igual al de Darius al notar la tensión del ambiente.
—Eso intento. —Contestó Sammy. —¿Qué está haciendo Yaz? —Preguntó con preocupación cuando vio a Yaz encaramada a la torre de la grúa al pasar por su lado.
Yaz miró a Serena, que avanzaba a bastante velocidad tras Sammy y Darius con el lomo fuera del agua, preparándose para atacar. Serena se sumergió para atacar desde las profundidades. Fue cuando Yaz empezó a golpear la torre metálica con el remo mientras gritaba para atraer la atención de Serena.
—¡Eh, eh, por aquí! ¡Aaaahhh! —Gritaba al mismo tiempo que golpeaba la estructura con todas sus fuerzas.
Serena ya estaba ascendiendo con las mandíbulas abiertas para engullir el kayak de Sammy y Darius cuando escuchó el golpeteo metálico a través del agua. Cerró las mandíbulas, se detuvo y fue en dirección al sonido. Después empezó a nadar alrededor de la torre, igual que hizo antes con los chicos cuando aparecieron en su laguna.
Darius miró para atrás y se vio a Yaz golpeando la torre y gritando.
—¡Por aquí, jajaja, aquí, sí, aquí! —Gritaba.
—La está distrayendo, nos dará tiempo. —Dijo Darius.
Finalmente, cuando Darius y Sammy llegaron a las escaleras todos estaban muy alegres: Yaz gritaba exultante, y Brooklynn, Kenji y Ben también lo celebraban. Brooklynn se fue para abrazar a Darius cuando este subió a la plataforma. No obstante, la alegría terminó cuando se dieron cuenta de que Yaz seguía en una torre en medio de la laguna sin posibilidad de huir con Serena dando vueltas a su alrededor.
—No había pensado en esto. —Dijo Yaz con la mirada perdida viendo como Serena se acercaba cada vez más. —Como me gustaría tener mi jet pack ahora mismo. —.
—Tenemos que hacer algo. —Dijo Sammy.
Entonces el cable de la grúa con la que alimentaban a Serena empezó a moverse, y el garfio de la grúa a ascender a la superficie.
—¡Sube a la cadena! —Gritó Kenji desde los controles de la grúa.
Yaz tiró el remo y saltó al cable que ascendía. Una vez que llegó a la máxima altura, Kenji movió el control para que la sección del cable en el que estaba Yaz fuera hacía las gradas. De forma lenta pero constante empezó a moverse sobre otro cable, este fijo.
Serena seguía dando vueltas alrededor de la torre, pero al ver la grúa con la que la alimentaban moverse, se sumergió en las profundidades para después devorar su comida saltando. Pensaba que la iban a alimentar.
Yaz viendo el panorama y que su vida estaba en peligro, empezó a zarandearse en el cable en un intento desesperado por hacer que fuera más rápido. Por debajo del agua ya se podía ver la silueta de Serena preparándose para saltar.
Serena saltó del agua de improviso, ganando altura muy rápido. No obstante, solo mordió el cable horizontal sobre el que se deslizaba el mecanismo en el que iba Yaz, pero al descender de vuelta al agua, lo rompió, y a Yaz no le quedó más remedio que saltar aprovechando el impulso de un zarandeo, cayéndosele el datapad que llevaba en cima al agua.
Todos corrían en la dirección en la que iba a caer Yaz.
—Brooklynn haz algo. —Le dijo Darius desesperado.
Brooklynn dudaba, sabía a que se refería Darius.
—Si no la salvas con la Fuerza se matara con la caída. —.
Brooklynn alzó su mano derecha, se concentró, escuchó a Yaz gritar, y uso la Fuerza. Los gritos de Yaz cesaron.
Yaz se quedó flotando a dos metros sobre el suelo, confusa, sin saber que estaba ocurriendo. Miró Brooklynn y todos se giraron para ver que miraba Yaz, y vieron a Brooklynn con el brazo en horizontal y los ojos cerrados. Todos sabían más o menos lo que pasaba, ya habían oído hablar sobre esos poderes en algún momento.
—Bienvenidos a la laguna de Jurassic World, en medía hora comenzará el espectáculo de la tarde. Disfruten viendo a Serena. Muchas gracias por su visita. —Se escuchó repentinamente por los altavoces, sobresaltando a todos, absortos como estaban mirando a Brooklynn.
Brooklynn se sobresaltó, perdió la concentración y soltó a Yaz. Yaz fue a caer sobre un recipiente de refresco que había tirado, cayó con su pie derecho sobre el y gritó de dolor.
—¡Yazmina! —Gritó Sammy asustada.
Todos corrieron a ver el estado de Yaz y a ayudarla. Todos menos Brooklynn, que se quedó parada como una estatua en su sitió durante algunos segundos, hasta que fue con los demás. Entre Darius y Sammy ayudaron a Yaz a sentarse en el suelo.
—Estoy bien. —Dijo, al reincorporarse. Yaz se tocó el tobillo, le dolía mucho. —Creo. —.
—Eh, ¿Y dónde está todo el mundo? —Preguntó Ben al ver todas las gradas vacías.
El datapad seguía hundiéndose en las profundidades de la laguna, pitando intermitentemente, cada vez en un intervalo de tiempo más amplio y más flojo, hasta que finalmente se apagó por completo y dejó de funcionar.
Camino en dirección al parque principal.
Roxy pilotaba a toda velocidad por un camino de servicio. Dave estaba en el asiento de copiloto mirando un datapad rastreando la ubicación de los chicos mediante el datapad que tenían. Entonces la señal que Dave recibía en su datapad se apagó.
—Roxy, se ha ido. La señal de los chicos se ha ido. —Dijo Dave alarmado.
—Será solo un fallo. Reinicia el sistema. —Ordenó.
—Vamos, vamos, aparece, aparece. —Decía Dave reiniciando el sistema.
Roxy detuvo el aerodeslizador y reinició ella misma el datapad, consiguiéndolo.
—Funciona bien. La señal se ha apagado. —Dijo Roxy, y se hizo el silencio.
Al Sur del parque principal.
Ashla y Alec iban caminando de camino hacía el muelle sur, en donde en principio se iba a llevar a cabo la evacuación según los mensajes de alarma que el brazalete de Ashla captó del sistema cuando lo hackeo. Iban tranquilamente, hablando, pero en alerta. Estaban en el límite del claro que estaban atravesando bajo la luz del atardecer cuando Ashla notó algo, una extraña sensación de que la estaban observando, se detuvo. En el ejército le habían enseñado a que si tenía esa sensación se pusiera en alerta, en un campo de batalla era mejor hacer caso a esa sensación y que no fuera nada a ignorarla y que realmente fuera algo. Y eso hizo.
—¿Qué ocurre? —Preguntó Alec.
—Tengo la sensación de que nos observan. —Respondió.
—Ya, pero eso es normal en una selva llena de animales, siempre hay algo que te está observando. —Dijo Alec.
—Ponte delante de mí. —Ordenó Ashla.
—¿Qué? ¿Por qué? —.
—Porque si nos atacan nos atacaran o por la espalda o por los flancos, y tú no tienes armas así que ponte delante de mi para que te proteja y no me discutas. —Dijo muy seria.
Alec se iba a volver a negar, pero el tono serio de Ashla le hacía pensar que realmente algo ocurría, así que obedeció. Cuando Alec se puso delante de ella, Ashla fue a su brazalete y desde el cambió el subfusil blaster de asalto CT-29 que tenía por un rifle blaster antitanque NHD-300, el subfusil desapareció, y en su lugar apareció un arma, un arma peculiar, de madera y acero con una especie de martillo en su parte superior derecha, un poco más atrás del gatillo. Ashla llevó su pulgar hasta el martillo y lo movió hacia atrás hasta que hizo un clic. Se dio la vuelta como si no pasara nada, como si no sospechara que estaba siendo observada. Con el rabillo del ojo vio como la hierba del lado opuesto del claro se aplastaban, desde luego ahí había algo. Siguió actuando como si ignorara la presencia extraña, pero sin dejar de vigilarlo. De pronto se escucharon pisadas muy fuertes y rápidas. Ashla se giró, la figura de la Indominus Rex se empezó ha hacer visible. Levantó el rifle con rapidez y apuntó. La Indominus ya iba por la mitad del claro y ya se podía ver perfectamente su silueta. Ashla disparó al suelo. Un disparo de blaster de gran tamaño impactó contra el suelo, justo delante de las narices de la Indominus Rex. El estallido del blaster fue tan potente que hizo volar a la Indominus casi tres metros para atrás, tumbándola y aturdiéndola durante unos segundos.
—Venga, vámonos ya. —Suplicó Alec.
—No, esta vez no vamos a huir. —Dijo Ashla con decisión, volviendo a cargar el arma martilleando el arma de nuevo, quitándose el caso y acerándose a la Indominus con paso decidido.
—P-pero ¿Qué haces? —Preguntó Alec.
—Volarla en pedazos. —Contestó Ashla.
La Indominus se alzó de nuevo, dándole su lado izquierdo a Ashla, preparada para pelear contra esa presa que se le había resistido.
«Perfecto, más a donde disparar» Pensó Ashla.
Con una rapidez fruto de años de entrenamiento y experiencia apuntó al costado de la Indominus y apretó el gatillo. El disparo impactó de lleno contra el costado del híbrido. La explosión fue tan potente que la lanzó a casi cinco metros de distancia, e incluso hizo que cuando impactó con el suelo con su costado derecho, diera media vuelta de campana y acabara tumbada con su lado izquierdo.
Ashla sonrió, pero su sonrisa se borró cuando vio que la Indominus se volvía incorporar.
«¿Pero cómo es eso posible? Si ese disparo tendría incluso que haber causado daños leves a una nave capital de hasta 300 metros.»
Pero Ashla no tenía tiempo para pensar en este momento. Ahora necesitaba acabar con ese dinosaurio híbrido. Así que mientras andaba con decisión hacía el dinosaurio volvió a cargar el arma, apuntó y disparó de nuevo, esta vez dándole en el pecho. Mandándola de nuevo a volar y a girar de nuevo. Y en cuanto la Indominus volvió a alzarse disparó de nuevo. Y otra vez. La Indominus ya estaba casi al final del claro, agotada y dolorida, y muy enfadada. Ashla estaba a diez metros de ella, bastante molesta por no poder matarla, pero se le ocurrió una idea que quizá pudiera funcionar. Volvió a cargar el arma por sexta vez, pero esta vez apuntó a la cabeza, concretamente a la boca.
—Vamos lagartija psicópata, abre la boca. Quiero ver si eres tan dura por dentro como por fuera. —Dijo apuntando con el arma.
La Indominus y Ashla se quedaron mirando la una a la otra. Con una cosa en mente, matarse la una a la otra. La Indominus no abrió la boca, no quería volver a probar un disparo como antes, y tampoco quería volver a recibir un disparo al acercarse. Así que, en ese punto muerto, la Indominus decidió dejar a esa presa y retirarse, humillada, pero viva. La Indominus echo a correr por el bosque, lanzándole un rugido a Ashla. Ashla le respondió disparándole disparándola con el disparo que en principio tendría que haber sido para la boca de la Indominus, que impactó de lleno contra la espalda del híbrido y haciendo que callera al suelo, solo para volver a levantarse y seguir huyendo.
Ashla se giró y comenzó a andar de vuelta con Alec, quien la miraba con estupefacción.
—¿Qué? —Preguntó Ashla.
—Estas completamente loca. —Respondió.
—Lo se. Pero tú me quieres igual. —Dijo Ashla acercándose y besándolo.
—Sí. ¿Podemos continuar? Esta atardeciendo, y en unas pocas horas terminan con la evacuación y aún nos queda un buen trecho. —.
—Sí, continuemos. —Ordenó Ashla.
Y siguieron caminando.
Laguna de Jurassic World.
—Todos los miércoles los niños pueden comer gratis en Jurassic World. —Resonó de nuevo esa voz a través de los altavoces.
Los campistas estaban dispersos por las gradas, algunos pensando, otros descansando, y otros buscando algo de comida entre recipientes y bolsas que habían dejado otros visitantes al abandonar el parque para la evacuación. Yaz se encontraba sentada en el mismo sitió dónde se había caído, quejándose por el dolor de su tobillo torcido. Sammy se plantó delante de ella.
—Gracias, por salvarnos, por salvarme. Ha sido increíble, eres increíble. —Dijo Sammy.
—¡Para! —Gritó Yaz enfadada. —Nos necesitamos para seguir vivos, pero no quiero que pienses que somos amigas otra vez. Porque no lo somos y nunca lo seremos. —Gruñó Yaz y se fue cojeando.
Sammy se sentó entristecida, viendo a Yaz irse, abrazándose las rodillas. Brooklynn vio esto desde lejos y fue ha hablar con ella.
—¿Estás bien? —Preguntó sentándose a su lado.
—No, no lo estoy. —Contestó Sammy alicaída.
—Ya, menuda pregunta. —Dijo Brooklynn. Después de decir eso se formó un silencio algo incómodo. —Yo no la conozco bien, pero tengo bastante experiencia tratando con mandalorianos. Son muy suyos, así que creo que, si le das espacio, Yaz cambiará de opinión ¿No crees? No lo se, aunque bueno, solo he conocido bien a dos mandalorianos y las relaciones no son lo mío, pero parece lo lógico ¿no? —.
—¿Por qué eres tan amable conmigo? —Preguntó Sammy.
—Porque Kenji tiene razón. Ahgg, no me creo que haya dicho eso, que asco. Aass, escucha, yo también he hecho cosas que no debí hacer. Yo sabía en lo que estabas metida porque también estaba cotilleando donde no debía. Tú al menos lo hacías por tu familia, yo solo intentaba impresionar a un puñado de gente que ni siquiera conozco. —Confesó. —Además, cuando salgamos de aquí, vas a darme los detalles más jugosos de tu espionaje para ese tipo. Brooklynn descubre una conspiración, piu piu. A ver si tenéis h*evos de decirme que mis holovideos son aburridos troles de mierda. —Dijo en un tono mucho más alegre. —Y también quería decirte que tú no tienes la culpa de todo. Al fin y al cabo, estamos aquí porque un dinosaurio psicópata se escapó, y está claro que tú no lo soltaste. —Se terminó de disculpar Brooklynn. —¿Entonces? ¿Hacemos las paces? —Preguntó tendiéndole la mano.
—Hacemos las paces. —Confirmó Sammy estrechándole la mano.
Tras disculparse con Sammy, Brooklynn vio a Darius en la parte alta de la grada en la que estaban. Fue a ir con él, pero durante el trayecto Yaz la interceptó.
—¿Puedo hablar un segundo contigo? —Le preguntó Yaz.
—Oye si es por lo de tu tobillo, lo siento mucho, yo no... —Intentó excusarse Brooklynn.
—Tranquila, no venía a reclamarte nada, solo venía a darte las gracias. —Dijo Yaz sorprendiendo a Brooklynn.
—¿Qué? Pero si por mi culpa te has torcido el tobillo. —.
—Ya, pero si tú no me hubieras agarrado con tus poderes en lugar de haberme torcido el tobillo me habría roto las piernas. Algo que creo que es bastante peor que un tobillo torcido. Te debo una. —Aclaró Yaz, y se marchó cojeando.
—O, en ese caso de nada. —Dijo Brooklynn. —Yaz, deberías perdonar a Sammy. Cuando decía que era tu amiga de verdad no mentía. —Dijo.
—¿Y cómo sabes tú eso? —Preguntó Yaz con sequedad al sacar el tema.
—Porque lo noto con mis poderes. Puedo percibir las emociones de la gente, y ver sus verdaderas intenciones. Se me da bastante bien de echo. —Explicó Brooklynn, dejando pensando a Yaz.
—¿Y si se te da tan bien por qué has estado tanto tiempo enfadada con ella? Digo ¿No deberías haberlo notado y haber dejado de estar enfadada con ella? —Preguntó.
—Ya bueno, eso era porque la ira me nublaba un poco la mente, y no pensaba con claridad. Normalmente cuando estoy enfadada, aunque note estos sentimientos, no me doy cuenta por la ira. —Explicó. —Piénsalo, ahora mismo me acabo de disculpar con ella por haberme enfadado con ella. —.
Tras hablar con Yaz Brooklynn fue hasta la parte más alta
—Bueno, no quiero ser aguafiestas, pero la operación "encontrar a alguien que nos ayude" ha sido un fracaso absoluto. —Dijo Brooklynn medio en broma.
—Mi padre me hablaba de venir aquí, y aquí estamos. —Dijo Darius mirando el atardecer.
—Sip, bienvenidos a Jurassic World. —Dijo Brooklynn extendiendo los brazos, para mostrar el desolado panorama, solos, abandonados, con la laguna al frente y unos pteranodones volando en dirección a las montañas. —¿Y ahoya qué, Darius? —Preguntó Brooklynn más sería.
—Pues no lo se, ahora mismo no se me ocurre nada. —Dijo Darius bajando la cabeza.
—Tranquilo, no es culpa tuya. Ya es bastante que tus planes nos han mantenido vivos a todos hasta ahora. —Le animó Brooklynn.
Darius le sonrió, y los dos juntos se pusieron a mirar el atardecer. Pero de pronto solo una alarma, interrumpiendo la escena y dejando confundidos a los campistas.
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¿Qué tal?
Espero que os haya gustado este capítulo. Ya nos acercamos al final de esta primera temporada, casi parece que fue ayer cuando la publiqué.
Y aprovechando que casualmente este capítulo lo he publicado el día de nochebuena, literalmente lo iba publicando sin saber que coincidiría y no estaba planeado, desearos que paséis unas felices fiestas y un prospero año nuevo.
Ahora sí, nos vemos en el próximo capítulo.
Hasta otra.
Y para celebrar la fecha, un meme.
Definitivamente, hoy era el día de humillar a la Indominus Rex.
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