Capítulo 7: salvación.

Isla Nublar, 23 de julio del año 6985 (3015 ABY).

Los campistas miraban desde su campamento la hoguera a lo lejos, aún sin creérselo del todo, como si fuera un sueño.

—No puede ser ¿No? —Dijo Yaz incrédula.

—Yo también lo veo. —Comentó Ashla.

—Eso sin duda es una hoguera. —Añadió Kenji.

—Personas, personas. —Repetía Sammy esperanzada.

—Alguien recibió la señal de socorro. —Afirmó Kenji.

—Vamos a buscarlos. Nos vamos a casa. —Gritó Ben.

Momentos después los chicos corrían a través de la selva, menos Ben que iba subido en Bumpy, eufóricos, gritando de alegría, hacía la hoguera.

—Esperad, nos convendría ser un poco más prudentes. No sabemos quien o quienes fueron los que encendieron la hoguera. —Aconsejó Ashla.

—Vamos, tranquilízate, no nos va a pasar nada. —Respondió Sammy.

Ashla bufó, y se subió a un árbol para ver si iban en buena dirección. Cuando vio que estaba cerca avisó a los chicos, estos en cuanto lo escucharon volvieron a gritar de alegría. Cada cierto tiempo alguien se subía a un árbol para otear el horizonte, el siguiente fue Kenji, que dio el aviso de que cada vez se estaban acercando más. Cuando ya estaban muy cerca Ben se subió a un árbol, pero al subirse no había rastro de la hoguera. Ben cerró los ojos y parpadeó varias veces y volvió a mirar, pero nada, había desaparecido. Rápidamente se angustió.

—La hoguera no está. —Informó al bajar. Todos se quedaron completamente callados.

—¿Y si se han ido? ¿Y si los que vinieron a salvarnos se han rendido y nos quedamos atrapados? —Preguntó Sammy.

Al decir eso, el resto se deprimieron, cada uno a su modo. Yaz y Kenji se miraron, Ashla resopló resignándose, Ben agachó la mirada. Pero entonces Bumpy se puso en alerta, llamando la atención de todos. De pronto se escuchó un rugido. Todos se agruparon espalda con espalda, los chicos armados con palos y estacas, Yaz con sus blasters, Ashla activo su armadura armada con un rifle blaster CT-22, y Bumpy bramaba y golpeaba el suelo con la maza de su cola para asustar a su atacante. Se escuchó otro rugido, los chicos se juntaron más. Ashla apuntó con el rifle a la selva y llevó su dedo índice al gatillo.

—¿No podría ser un compy muy grande? Ben, ¿No dijiste que podían ser como un oso? —Preguntó Kenji susurrando.

—Dije que eran peligrosos. —Respondió Ben.

De pronto un ceratosaurio apareció de entre las hojas atacándolos. Los chicos saltaron en todas direcciones para tratar de evitar el mordisco, cosa que consiguieron y empezaron a correr. Menos Bumpy que se encaró brevemente con el ceratosaurio. Pero Ben fue hacia ella para que huyera con ellos. Ashla al ver esto dio media vuelta y situándose a la derecha empezó a disparar al ceratosaurio. El ceratosaurio rugió de dolor al recibir los disparos. Ben y Bumpy aprovecharon la distracción para huir. El ceratosaurio al ver como se escapaban miró a Ashla y corrió hacia ella. Ashla hizo retroceder la parte del blaster en donde tenía la mano para cargar el modo escopeta y apuntó al ceratosaurio a la cabeza. Pero justo cuando iba a disparar una piedra golpeó al ceratosaurio en la cara, al rebotar dio en el blaster justo cuando Ashla apretaba el gatillo, desviando el arma y haciendo que el disparo fallase. Cuando el ceratosaurio volvió a mirar a Ashla, al no tener tiempo para volver a cargar el arma otra vez disparó una ráfaga en modo normal y se juntó con los campistas.

—¿Quién ha tirado esa estúpida piedra? —Preguntó Ashla enfadada.

—Perdón, creí que te iba a ayudar. —Se disculpó Sammy.

Los campistas y Ashla seguían corriendo, apartando las hojas con los palos que llevaban y Yaz de vez en cuando se giraba para disparar con el objetivo de distraer al carnívoro. Finalmente, un disparo de Yaz acertó en la cabeza del dinosaurio, desorientándolo momentáneamente. Situación que aprovecharon para desviarse. Pero cuando estaban corriendo Kenji se estampó la cabeza contra la rama de un árbol, cayéndosele el cuchillo de mantequilla con el que iba armado, y Sammy se tropezó con Kenji. El resto fueron a ayudarles, ya que el dinosaurio se acercaba a ellos. Mientras Ben y Yaz ayudaban a levantarse a Sammy y Kenji, Ashla se situó delante de ellos, cargó su arma y apuntó. Bumpy se colocó a su lado cerca para plantar cara al dinosaurio.

—Que nadie le lance ninguna piedra o se la traga. —Amenazó.

El dinosaurio se acercaba cada vez más. Ashla se preparaba para disparar. Pero cuando el dinosaurio se acercaba a ellos alguien disparó varias bengalas. Las bengalas iluminaron el cielo nocturno y al estallar el ceratosaurio se asustó.

—Agachaos. —Dijo un hombre apartándoles.

Varias personas más agarraron por los hombros a los campistas apartándolos. Aunque Ashla no se movió. De nuevo se dispararon varias bengalas más. Finalmente, el ceratosaurio huyó. Y al disiparse el humo vieron a varias personas y a un droide, pero destacaban tres: una humana alta, con la piel clara, los ojos verdes, el pelo corto rubio y vestida con una chaqueta gris clara, pantalones marrones, un pañuelo rosa en el cuello junto con una cámara holográfica y un sombrero gris claro; un humano, también alto, rubio, con ojos verdes y alto con una camisa azul oscuro, unos pantalones beige y un sombrero marrón, pero diferente al de la mujer; y otro humano, mas alto que el otro, de piel clara, con el pelo canoso, los ojos verdes, vestido con un chaleco beige, una camisa verde oscuro, pantalones marrón oscuro, con una expresión dura y con una cicatriz en la cara y armado con un rifle blaster. Además, había un droide que parecía ser de protocolo, también armado con otro rifle, de color gris apagado y con dos ojos enormes con parecidos a los de los insectos; junto con tres personas más, dos armadas con un rifle blaster y el tercero con una electrovara.

—Oh, gracias a la Fuerza que estáis bien. —Dijo la mujer.

Los chicos aún estaban procesándolo todo, aunque Ashla seguía apuntando con su blaster, y Bumpy tampoco bajaba la guardia.

—Oye, ¿Estáis bien? ¿Verdad? —Preguntó el hombre del sombrero.

—Mis sensores indican que están en óptimas condiciones, aunque con el pulso acelerado, algo no tan alarmante teniendo en cuenta la situación. —Contestó el droide.

—Gracias N7. —Agradeció con sarcasmo la mujer.

—¿Quiénes sois? —Preguntó Ben.

—Bueno después de esto, somos vuestra salvación. —Respondió la mujer.

De pronto se escuchó jaleo, y todos miraron a Ashla, que sostenía su rifle blaster en la mano derecha y en su mano izquierda tenía una pistola blaster CT-12 L, que era rodeada por las otras tres personas que estaban en guardia.

—Yo que vosotros bajaría las armas, no tenéis ninguna oportunidad contra mi. —Dijo.

Las tres personas se miraron entre ellas, al final acabaron bajando las armas. Sabían que no podrían contra ella. Ashla enfundó su blaster y desactivó su armadura, pero en su mirada quedaba claro que no se fiaba de ellos.


Cobertizo de Kimura, 24 de julio del año 6985 (3015 ABY).

Kimura y Darius estaban fuera preparando el desayuno, mientras Brooklynn seguía durmiendo.

—¿Aún sigue durmiendo? —Preguntó Kimura.

—Ya sabes como es, aunque esté despierta se pasa una hora remoloneando en la cama. —Respondió Darius. —Voy a despertarla. —.

Darius abrió la puerta del cobertizo y entró. Brooklynn aún estaba en la cama.

—Vamos Brooklynn, despierta. —Dijo Darius moviéndola con suavidad.

—Media horita más, porfí. —Respondió medio dormida.

—Vamos, ya es tarde, y no querrás que Kim venga con el cubo de agua otra vez ¿Verdad? —.

—Me arriesgaré. —.

Darius suspiró, pero se le ocurrió una idea. Empezó a acariciar a Brooklynn y llevó sus manos hasta su cintura y empezó a hacerle cosquillas. Brooklynn se reía a carcajadas, retorciéndose para que Darius no le hiciera cosquillas, y también pedía a Darius que parara entre risas.

—Vale, vale me levantaré. —Dijo al final Brooklynn riéndose.

Darius paró y miró a Brooklynn con una sonrisa victoriosa. Brooklynn aún estaba jadeando y recuperándose del ataque de cosquillas. Cuando se recuperó se levantó y salió con Darius. Al salir Brooklynn la deslumbró la luz, y tardó un par de minutos en que sus ojos se acostumbraran. Kimura ya tenía el desayuno preparado, y les miraba con un ojo entrecerrado, el equivalente deinokiano a alzar una ceja, y una sonrisa pícara.

—¿Y cuándo va a nacer el bebe? —Se burló Kimura.

—¡Kim! — Gritaron al unísono.

—Jajaja, tranquilos, era broma. El desayuno ya está listo. —.

Darius y Brooklynn tomaron asiento y cogieron su desayuno. Junto a ellos apareció Mei, que tenía el hocico manchado de sangre, signo de que había cazado algo, pero al parecer se había quedado con hambre y fue a ver si Darius y Brooklynn le daban de comer, como hacía normalmente para conseguir comida gratis.

—¿Ya sabéis lo que toca hoy, no? —Preguntó Kimura.

—Sí, hoy vamos a vengarnos de Toro. —Respondió Brooklynn con decisión. —Darius, no te olvides la lanza que te hice. —.

—Tranquila. Aunque me parece excesivo que vayamos con todo a por Toro. —Respondió Darius.

—No nos estamos excediendo. —Respondió Brooklynn.

—A ver, tenemos a una deinokiana armada con una espada, un escudo, arco y flechas que sabe cazar dinosaurios; también a Brooklynn con una espada laser con la que podría cortarle a Toro la cabeza sin esfuerzo, eso sin contar con sus poderes; además yo tengo la lanza que me hizo Brooklynn con obsidiana que encontró por ahí; y por si fuera poco tenemos a Campeón, un dinosaurio que ya le pegó una paliza a Toro una vez, no me parece muy justo. —Repasó Darius.

Brooklynn y Kimura se miraron. —La vida no es justa, y cuanto antes aprenda eso Toro mejor. —Respondió Kimura.

Darius se calló y volvió a desayunar, hasta que le preguntó algo a Kimura.

—Ahora que me acuerdo, ¿A qué se dedica tu padre? —Preguntó.

—Es militar, concretamente general. Fue gobernador militar de Germania superior, una provincia fronteriza con tribus bárbaras y salvajes muy belicosas, pero que aún así mi padre conquisto el resto de Germania. También fue el general al mando de casi todas las campañas contra Trias, el enemigo jurado de Juras, llegando a saquear su capital cinco veces. Pero a parte también tiene una enorme villa de campo en la que se cultiva vino, aceite, comida, se cría todo tipo de dinosaurios para carne, y también tiene un par de granjas de esclavos. —Explicó Kimura.

—¿Granja de esclavos? —Preguntó Brooklynn.

—Si, son granjas en las que tiene esclavos para que se reproduzcan, críen esclavos y venderlos. Es un negocio bastante lucrativo. —Respondió Kimura.

—¿Aún existe la esclavitud en tu reino? —Preguntó Darius.

—No solo en Juras, sino en todo el planeta, es algo bastante normal en todo el planeta. No nos juzgues, somos una cultura diferente, lo que a ti te parece algo malo a nosotros no. —Respondió Kimura.

—Mejor cambiamos de tema a uno menos... polémico. —Sugirió Brooklynn. —¿Cómo funciona eso de los reinos de Deinokia? Aún me lio un poco. —.

—Vale, hay seis reinos en Deinokia, aunque antes había más, pero fueron conquistados por alguno de los seis: Juras, del que soy yo, domina el centro del único continente del planeta; Trias, el mayor enemigo de Juras y que está en la mayor parte el este y sureste del continente; Cretis, un reino con el que Juras ha tenido sus diferencias y que se ubica en el oeste y el suroeste y todo el lado oeste; Amaya, el reino más antiguo de todos los que aún existen y que se expandió por toda la zona norte del continente; Han Qin, un reino muy antiguo que se encuentra en el extremo sur del lado este y muchas islas del estrecho que une el Mar de Tetis, el gran mar interior, con Pantalasa; y finalmente Sakoku, un reino insular originario de la isla de Honshu y que conquistó casi todas las islas del este de Pantalasa. —Explicó Kimura.

—Y solo por curiosidad, ¿Hasta dónde ha llegado la expansión de Sakoku? —Preguntó Darius por curiosidad.

—Pues si no me equivoco la isla poblada más cercana, que pertenece a Sakoku está a unos 2500 kilómetros. —Respondió Kimura. Darius miró a Brooklynn con una sonrisa, eso asustó a Kimura. —No, ni se te ocurra. No tenemos un barco capaz de navegar por mar abierto. No sobreviviríamos. —.

—Bueno, quizás podríamos intentar ir por los embarcaderos a ver si hay algún barco o alguna nave que hayan abandonado. Era una isla turística, seguro que había algún ricachón que se trajo un barco para navegar tranquilamente o alguna lanzadera para sus viajes. —Sugirió Brooklynn.

—Lo de la lanzadera lo veo más complicado, porque seguramente al evacuar la isla se hayan ido en las suyas, pero lo del barco si que lo veo más posible. —Dijo Darius.

—Vale, pero ¿Alguno de aquí sabe navegar? —Preguntó Kimura.

—Yo tengo un poco de experiencia. Además, seguro que tú nos ayudas Kim, a ver ¿Habrás navegado? —Respondió Brooklynn.

—A mi no me miréis, yo he viajado en barco, y tengo conocimientos básicos de navegación, he estudiado las corrientes marinas y los vientos, pero no se como se maneja un barco ni sus aparejos. —Contestó Kimura.

—¿Si has estudiado eso cómo es que no sabes como manejar un barco ni sus aparejos? —Preguntó Brooklynn.

—Porque a la aristocracia se nos enseña a capitanear barcos y flotas, no a llevar los aparejos. —Respondió.

—Pues, creo que lo mejor será revisar el plan en otro momento. Ahora vamos a centrarnos en ir a por Toro. —Dijo Darius.

Cuando terminaron de desayunar los tres, acompañados por Campeón y Mei, subida a la espalda de Darius, fueron a buscar a Toro.


En algún punto de Isla Nublar.

Los campistas iban caminando con sus rescatadores de camino a su campamento, escoltados por las tres personas armadas, el droide y el otro hombre, que iba abriendo camino a través de la maleza con un gran vibromachete. Los chicos iban hablando animadamente con ellos, pero Ashla estaba callada, no se terminaba de fiar de ellos, y junto a ella Bumpy.

—No nos lo creíamos cuando vimos vuestra hoguera. —Dijo Sammy.

—¿A vosotros también os abandonaron? —Preguntó Yaz.

—No, no tienen pinta de eso. —Respondió Kenji.

—Sí, ¿Sois como un equipo de rescate muy estiloso? —Preguntó Sammy.

—Calmaos chicos. Bueno, ¿Cómo os llamáis? —Dijo Ben.

—Soy Mich, y mi esposa es Tiff, somos ecoturistas. —Respondió el humano del sombrero.

—Viajamos a lugares exóticos y holografiamos criaturas únicas. —Explicó Tiff, la mujer.

—Yo conozco a Simon Masrani, o conocía. —Intentó Presumir Kenji.

—Cuando supimos lo que pasaba aquí vinimos sin dudarlo. —Dijo Mich.

—Exacto. Está bien holografiar animales que toda la galaxia conoce, pero venir a un planeta prácticamente inexplorado para fotografiar animales que casi nadie ha visto no lo podíamos dejar pasar, ¿A qué no cielo? —Preguntó Tiff.

—Desde luego que no. —Respondió Mich, momento en el que Sammy empezó a reírse como una loca.

—¿Y cómo habéis conseguido acceder al planeta exactamente sin que os detecte la flota estacionada sobre Deinokia? —Preguntó Ashla.

—Oh, tenemos una lanzadera clase sombra modificada con un sistema antiradares, aunque tuvimos que entrar por el otro extremo del planeta para que no nos vieran. —Explicó Mich.

Ashla frunció el ceño. Conocía como funcionaba la flota de Vik, no eran tontos, y si habían sido capaces de colarse en el planeta era porque les habían dejado.

—Cuando activamos la baliza de emergencia queríamos mandar una señal, no creí que funcionase. —Se sinceró Ben.

—Oh, sí, la señal, recuerdas la señal ¿Recuerdas cuando nos llegó? Fue después de que la lanzadera nos dejase. —Dijo Tiff.

Ashla frunció el ceño aún más, si ellos habían recibido la señal significaba que la señal la habían recibido en Sauria, Neander, Heidelberg, Vik, Norás y Serassi; así que solo había dos opciones: o esos dos mentían o el gobierno había impedido que les rescatasen. Aunque la respuesta era obvia, ya que, aunque no hubieran permitido a un equipo de rescate civil descender al planeta, si que habrían enviado a uno formado por soldados. Pero el hombre que iba delante cortando la maleza la sacó de sus pensamientos.

—Ese es nuestro guía, Hap. Alguien nos lo recomendó, conoce las cámaras y los paisajes bastante bien, aunque no suele hablar mucho. —Explicó Mich. —Estamos cerca eh Hap. —Pero Hap ni se inmutó.

—¿Y el resto? —Preguntó Ashla refiriéndose a las demás personas y al droide.

—Oh, el es nuestro droide, N7-F4, es un droide de protocolo al que le añadimos algunas funciones más. Y las demás personas las contratemos para que fueran nuestra escolta, aunque sonara emocionante venir a un planeta inexplorado a ver su fauna, no significa que viniéramos sin protección. —Respondió Tiff.

Pasado un rato todos llegaron al campamento de Mich y Tiff.

—No es gran cosa, pero me parece que no estaréis muy mal con nosotros. —Dijo Mich apartando unas hojas.

A los chicos les maravilló lo que vieron. Era un campamento por el que había un total 13 personas de diferentes especies paseando por él, formado por varias tiendas bastante grandes y aparentemente lujosas, una hoguera con varias sillas alrededor y una gran mesa con sillas y vajilla sobre esta. Cuando los muchachos vieron esto, sin creérselo del todo, se emocionaron, y fueron corriendo a verlo, menos Ashla, que se lo tomó con más calma. Lo primero que hicieron fue ir al centro del campamento y mirar a su alrededor, casi llorando de la emoción. Después fueron corriendo a mirar dentro de una de las tiendas, y vieron una lujosa cama, hecha de madera de gran calidad, con sabanas de una tela de lujo, e incluso con una red antimosquitos de tela cara.

—Hasta la red antimosquitos es de lujo. —Dijo Sammy impresionada.

—Así pensé que sería el apartamento de Kenji. —Dijo Yaz.

—Ñe, mi apartamento es mejor. Esto está bien, sin exagerar. Personalmente habría puesto las tiendas de otra manera. —Comentó Kenji.

Aunque cuando los demás se fueron a seguir explorando el campamento, Kenji entró en la tienda y se dejó caer de cara sobre la cama. El resto fue a mirar la mesa que había en el centro de campamento, mirando la mesa de madera hecha a mano, con una vajilla cara sobre esta. También había sobre la mesa algo que hizo que a Sammy se le iluminará la cara.

—Oh, ¿Tenéis un abrelatas? ¿Sabéis lo que tardamos en abrir las latas que encontramos con una cuchara? Me volví loca. —Dijo Sammy.

—Nunca habéis querido abrirlas con mi vibrocuchillo. Se abren mucho más rápido. —Comentó Ashla.

—Es porque es peligroso. —Respondió Sammy.

—Oh, por la Fuerza, no me imagino el hambre que debéis tener, ¿Queréis desayunar? —Preguntó Tiff.

Al oír la pregunta los campistas abrieron los ojos y la boca por la sorpresa, incluso a Sammy se le cayó el abrelatas de las manos. El desayuno fue un desmadre, los chicos se abalanzaron como buitres sobre la comida, agarrando todo lo que podían como si se les fuera a escapar, y la devoraban vorazmente sin modales, Kenji hasta se puso a lamer el plato para rebañarlo. Incluso Bumpy tenía más modales que ellos. Solo Ashla se comportaba, cogiendo comida tranquilamente y comiendo con los cubiertos.

—Después nos escapamos de un ataque, luego de otro, luego vimos la hoguera y nos salvasteis de otro ataque. —Relataba Ben.

—Sí, muchos ataques. —Dijo Yaz con la boca llena.

—Y aquí estáis, con todo lo que habéis pasado, sin campamento, os abandonan, perdéis a dos amigos. —Comentó Tiff. Los campistas y Ashla dejaron de comer, entristecidos.

—No seas pesimista cielo. Ahora están aquí y están a salvo. Y cuando nuestra lanzadera vuelva en un par de días...—Dijo Mich.

—¿Tenéis una lanzadera? —Peguntó Kenji emocionado.

—Sí. Tuvo que volver a Sauria para que la flota de Vik en Deinokia no detectara la señal, pero volverá en dos días, volveremos a la civilización. —Dijo Mich.

—¿Nos vamos en dos días? —Preguntó Ben incrédulo.

—¿Lo estáis diciendo en serio? —Preguntó Sammy.

—Así es, cariño, os vais a casa. —Respondió Tiff.

Todos, menos Ashla que aún estaba muy seria, se pusieron a celebrarlo eufóricos. Pero de pronto se escucharon bramidos. Era Bumpy que bramó a una de los escoltas que habían traído Mich y Tiff cuando se acercó demasiado. Finalmente, el hombre, un Nickto, se alejó de Bumpy y esta se calmó.

—¿De dónde habéis sacado a ese dinosaurio? —Preguntó Tiff.

—Es Bumpy, nació cuando visitamos el laboratorio y cuando atacó el Indominus Rex nos la encontramos y está con nosotros desde entonces. —Explicó Ben.

Mich se levantó de la silla e intentó acercarse despacio a Bumpy. Pero ésta le miró amenazadoramente y Mich dio marcha atrás y se volvió a sentar. Pero no perdió la oportunidad de hacer una holografía a Bumpy con su holocámara aprovechando que aún lo miraba.

—No parece muy amistosa. —Dijo Mich.

—Eso es porque no le gustan los desconocidos, te tiene que agarrar confianza. —Explicó Ben.

—Eh, Ben, como a ti parece que te gustan los animales ¿Te apetece ver unas holografías de los cinco grandes de Neander? —Preguntó Mich y le mostró holografías de un smilodon, un mamut, un rinoceronte lanudo, un bisonte y un lobo gigante de Neander. Holografías que impresionaron a Ben.

—Esa holocámara lo hace todo. Yo también tengo una JC1000. —Presumió Kenji, pero nadie le hacía caso. —De echo tengo una JC3000, un prototipo, aún no está a la venta. —Intentó presumir de nuevo. E igual que antes, nadie le hizo caso.

—¿Tienes holos de dinosaurios? —Preguntó Ben a Mich.

—Por desgracia solo tengo la que le acabo de sacar a tu anquilosaurio. Personalmente tengo las miras puestas en el rex. Quiero ver el movimiento craneofacial del mordisco en directo. Lo siento, soy un poco friki de los dinosaurios. —Respondió.

Ashla iba a coger una tostada, y miró de reojo a Hap, que desayunaba con una expresión impasible. —¿Y así te ganas la vida? —Preguntó, pero Hap la ignoró. —¿En que sitios has estado? —Preguntó de nuevo.

Pero Hap golpeó la mesa con el plato. —No más preguntas. Se va a enfriar la comida. —Dijo amenazadoramente.

Pero Ashla ni se inmutó, solo lo miró desafiante, pero dejó de preguntar, por el momento. Hap también siguió a lo suyo, tampoco quería provocarla demasiado, sabía que eso podría terminar muy mal.

—Vale ¿Por qué no os ducháis mientras recogemos? —Preguntó Tiff. —Es primitiva, lo siento, pero hay una ducha que funciona con energía solar y un retrete calefactado. —.

Sammy que estaba bebiendo una taza se levantó y empezó a andar hasta que se acabó la taza y la dejo sobre la mesa, —Te quiero. No hace falta que me lo digas. Te quiero. —Le dijo Tiff y se marchó corriendo a ver el baño.

Antes de entrar hizo señas al resto para que fueran con ella, y lo hicieron, dejaron de desayunar fueron al baño también.


Límite de la pradera este de Isla Nublar.

Kimura, Darius, Brooklynn, Campeón y Mei ya se encontraban en la selva, cerca del límite con la llanura, al lado de la guarida de Toro. Se encontraban planeando la estrategia que usarían, aunque tenían estrategias diferentes.

—Vale, este es el plan: yo distraigo a Toro, Brooklynn le corta las patas para incapacitarlo y Darius y yo lo rematamos. —Planeó Kimura.

—Kim, no vamos a matar a Toro. —Dijo Darius.

—¿Qué? ¿Pero no habíamos venido a cazarlo? —Preguntó Kimura.

—No, habíamos venido a enfrentarnos a él, no a matarlo. Eso es ir demasiado lejos. —Respondió Brooklynn.

—Pues enfrentarse a un dinosaurio carnívoro que nos está causando problemas y no matarlo para solucionar el problema es como no hacer nada. —Comentó Kimura. —¿Tenéis algún otro plan? —.

—Sí, tenemos que pelearnos con él, así sabrá que somos peligrosos y no se enfrentará a nosotros. De esa manera nos enfrentamos con él, nos dejará en paz y no tendremos que matarlo. —Sugirió Darius.

—Vale, no es mal plan de base. Pero si lo tuyo no funciona lo mataré, te pongas como te pongas. —Dijo Kimura. —¿Cuál es el plan? —.

—¿No lo teníamos ya hecho? —Preguntó Brooklynn.

—No, eso es el objetivo del plan. Nos falta el plan del enfrentamiento, el plan de batalla o la estrategia de batalla, como prefieras llamarlo. —Respondió Kimura.

Darius y Brooklynn miraron a Kimura y después se miraron entre ellos. No sabían que iba a ser tan complicado. Tras media hora discutiendo consiguieron establecer una estrategia para enfrentarse a Toro. El pequeño grupo se acercó al límite del bosque, pero mientras Kimura, Darius, Brooklynn y Campeón siguieron rastreando a Toro, que estaba muy cerca, Mei en lugar de ir con ellos trepó a un árbol y posó sobre una rama para ver tranquilamente el enfrentamiento.

Finalmente, se encontraron a Toro, que estaba en medio de la llanura paseando con tranquilidad. Toro detectó un olor familiar, miró en la dirección del olor y vio al grupo. Toro se encaró y rugió, plantándoles cara. Campeón emitió un siseo gutural para intimidar al carnotauro.

—Ya os sabéis el plan, que cada uno lo cumpla. —Dijo Darius.

Kimura avanzó de frente, directa a Toro; Brooklynn y Darius se movieron hacia los flancos izquierdo y derecho respectivamente y Campeón se quedaba en retaguardia para intervenir cuando Kimura lo llamase. Kimura agarró su escudo de su espalda con la mano izquierda y desenvainó su espada con la derecha; Darius preparó la lanza, Brooklynn encendió su sable de luz y Campeón esperaba en su sitio sin dejar de sisear. Toro que no se había movido rugió y cargó contra Kimura.

Kimura se cubrió con su escudo dejando la espada ligeramente retrasada, y esperó a que Toro se acercase. En el último momento se movió hacía la derecha, esquivando el mordisco de Toro, y aprovechó para hacerle un corte en su pata. Por la inercia, el falló y el corte Toro acabó cayendo al suelo, pero se levantó y volvió a cargar contra Kimura. Esta vez corrió hacía Toro y en el último segundo se dejó caer de espaldas para resbalarse por debajo de Toro. La maniobra le salió bien, y además de esquivar otro mordisco le hizo otro corte a Toro en la pata. Toro volvió a caer de nuevo al suelo. Toro miró a Kimura, pero giró su cabeza hacia su derecha y vio a Brooklynn que se acercaba a él. Sin pensárselo dos veces Toro la atacó. Pero Brooklynn saltó a la derecha esquivando el mordisco. Después saltó hacia atrás para evitar otro ataque y después de saltar le hizo un corte en el morro con su sable de luz. Toro rugió por el dolor y después intentó dar un testarazo a Brooklynn. Brooklynn saltó hacia la derecha, consiguiendo esquivar el cabezazo, pero Toro movió la cabeza con violencia, goleando a Brooklynn, lanzándola a varios metros, quedándose tendida sobre el suelo, dolorida y aturdida. Al ver esto Darius fue corriendo para ayudar a Brooklynn.

—No Darius. Ese no es el plan. —Gritó Kimura.

—Pues lo he cambiado. —Respondió.

Toro se acercaba a Brooklynn despacio. Ella empezaba a salir del aturdimiento. Darius corría todo lo deprisa que podía, cogió una piedra y se la lanzó a Toro a la cara. Justo Toro abría la boca para devorar a Brooklynn, pero la piedra que había lanzado Darius le golpeó en la cara. Toro desvió su mirada y vio a Darius. Darius sin pensárselo dos veces lanzó la lanza hacía Toro directa a su cabeza. La trayectoria de la lanza iba bien. Pero se quedó corto y se clavó en el suelo, a los pies de Toro. Toro observó el arma y después a Darius. Darius tragó saliva. Toro volvió mirar al sitio donde debería de estar Brooklynn, pero esta ya no estaba. Toro volvió su atención hacia Darius, rugió y fue a por él.

Entonces algo invisible golpeó a Toro, este se paró sin entender que le había golpeado. Darius vio a Brooklynn a un lado. Luego vio como la lanza se desclavaba de suelo y volaba hacía él. Darius consiguió atraparla y le cortó el pecho a Toro. El carnívoro se quejó, pero volvió atacar. Pero Darius consiguió esquivar sus mordiscos y cortarle la cara. Entonces Brooklynn fue a por Toro. Y con su sable de luz le cortó el final de la cola cuando iba a golpearla. Toro volvió rugir, y se giró para encararse a Brooklynn, y de pasó golpeó con fuerza a Darius con la cola, dejándolo aturdido.

Kimura veía ésto, no iba bien. Decidió volver a intervenir. Avanzó, dejó su espada y su escudo en el suelo, desenfundó su electroblaster y disparó a la cabeza de Toro. Este se molestó por los disparos. Kimura lo volvió a enfundar, recogió su equipamiento y se unió a Darius y a Brooklynn.

—Darius tenemos que abrirnos, retrocede. Yo aviso a los refuerzos. —Dijo Kimura.

Darius entendió a lo que se refería, y mientras Brooklynn distraía a Toro ellos dos retrocedieron un poco, después volvieron a provocar a Toro. Que rodeado, ya luchaba para defenderse. Entonces Kimura hizo una especie de grito o de llamada. Toro se encaró con ellos, y de repente Campeón apareció de golpe y mordió a Toro por el cuello. El choque fue tan fuerte que tiró a Toro al suelo. Este le dio una patada en sus patas y consiguió que tropezara y que lo soltara. Toro se levantó, ya agotado. Pero Campeón se levantó enseguida y volvió a enzarzarse con él. Darius, Brooklynn y Kimura flanquearon a Toro para rodearle. Mientras, Campeón empujaba a Toro hacía atrás, en dirección a una pared rocosa. Pero en uno de los topetazos de Campeón, Toro aprovechó para morderle el cuello. Pero Campeón le mordió en uno de sus pequeños brazos y este los soltó. Campeón al liberarse también dejó de morder. Toro estaba al borde del precipicio, agotado, herido y deseando salir de allí. Pero con Brooklynn a la izquierda, Campeón en el centro y Darius y Kimura a la derecha, estaba rodeado. Intentó retroceder, pero se resbaló en con el borde de la pared y al no tener donde sostenerse cayó al abismo.

Todos miraron hacía abajo, incluso Mei apareció en ese instante para mirar. En el fondo, Toro estaba vivo, pero parecía herido. Consiguió levantarse, le costó ponerse en pie, pero lo consiguió. Miró hacia arriba y los vio, pero no rugió, simplemente se marchó cojeando.

—¡Sí, lo conseguimos! —Gritaron los tres al unísono.

Campeón emitió un sonido gutural a Toro mientras se marchaba y Mei se puso a chillar a Toro.

—Conque ahora apareces. Te has perdido la diversión. —Dijo Kimura.

—No me creo que hayamos derrotado a Toro. —Comentó Brooklynn.

—A mi también me cuesta creérmelo, pero lo hemos conseguido. —Gritó Darius.

Entonces Brooklynn se lanzó sobre Darius y lo besó. Fue un beso bastante largo y romántico, y se separaron cuando se quedaron sin aire.

—Ahora mismo habéis dejado de ser empalagosos como normalmente sois para ser adorables. —Bromeó Kimura.

—No se si darte las gracias la verdad. —Dijo Brooklynn.

—Ah, muy buen plan Kim, sin tu estrategia no habríamos conseguido derrotar a Toro. —Felicitó Darius.

—No es para tanto. Al tener un padre que es militar acabas aprendiendo algunas cosas. —Respondió Kimura.

—Mejor volvamos ya, nos merecemos un buen descanso. —Dijo Brooklynn.

Darius y Kimura asintieron, y se pusieron de camino. Pero antes Kimura felicitó a Campeón dándole unas caricias y unos mimos. Iban de camino cuando Mei se bajó de la espalda de Brooklynn y se alejó. La siguieron para ver que era lo que había llamado su atención y vieron que estaba junto a un objeto brillante. Se acercaron a verlo, y descubrieron el cuchillo de mantequilla que se le había caído a Kenji al golpearse contra el árbol.

—¿Y esto cómo ha llegado aquí? —Preguntó Kimura.

—Chicas, creo que no estamos solos. —Dijo Darius.

—Campeón, busca. —Ordenó Kimura a Campeón cogiendo el cuchillo y poniéndoselo a Campeón frente a la nariz.

Campeón olfateó el cuchillo, y cuando memorizó el olor olisqueó el aire, y enfiló en una dirección. Los chicos los siguieron, y Mei, como de costumbre, se subió en la espalda de Brooklynn.


Campamento de Mich y Tiff.

—Cepillos, pasta de dientes. Ash, ¿Cuatro tipos de crema de manos? Increíble, una pastilla de jabón con forma de pavo. —Enumeró Sammy.

—Venga ya, todo eso es lo más básico. Si hubieras visto mi apartamento esto te parecería un cuchitril. —Dijo Kenji sentado en el retrete.

—Chist. —Mando callar Ashla, y se asomó por la cortina. Y como pasaban los guardaespaldas de Mich y Tiff optó por contárselo en la ducha. —Aquí pasa algo raro. No me fio de ninguno, Tiff vive en los mundos de yupi, Mich solo piensa en dinosaurios, Hap es bastante obvio que esconde algo, y el resto no creo que sean simples guardaespaldas. Está claro que a esta isla han venido a algo más que a ver dinosaurios ¿Quién se trae a más de una docena de guardaespaldas con pinta de mercenarios a una isla? Lo normal sería contratar a cinco o seis como mucho. —Explicó Ashla.

—¿Y de donde has sacado eso? —Preguntó Ben.

—Que hayan entrado ya es bastante sospechoso. Es imposible entrar en este planeta sin que te detecte la flota de Vik con sus rastreadores magnéticos. Por muy avanzado que sea un sistema de sigilo no puede evitar que los rastreadores magnéticos detecten el metal del casco. —Explicó Ashla.

—¿Y no es posible que les hayan dejado pasar con algún permiso o algo? —Preguntó Sammy.

—¿Vosotros dejaríais pasar a un grupo de civiles a una zona en cuarentena a la que se ha cerrado por completo el acceso? —Respondió Ashla.

—En eso tiene razón. Pero que se hayan colado no significa que oculten algo. —Dijo Yaz.

—Yaz tiene razón. Creo que estás viendo conspiraciones en todos lados. Simplemente ignóralo todo e intenta relajarte. En dos días estaremos en casa, centrémonos en eso. —Comentó Ben.

—Tú tranquila Ashla. Por si acaso tendremos los ojos bien abiertos. —Tranquilizó Sammy.

—Gracias, con eso me quedo más tranquila. —.

Sin embargo, minutos después Sammy estaba sentada en una silla, relajándose mientras Tiff le daba un masaje en los hombros; Kenji estaba comiendo, Yaz estaba tranquilamente tumbada en una tumbona con el pie en alto y Ben estaba viendo holografías con Mich. Mientras Ashla estaba sentada en una silla, enfurruñada. Y de pronto vio a Hap hablando con tres de los escoltas que habían traído Mich y Tiff, parecía estar dándoles ordenes. Al terminar estos se marcharon y Hap volvió al campamento cargando un par de bolsas grandes de tela, pero en lugar de entrar en el campamento lo rodeó, pasando por detrás de las tiendas. Ashla lo vio y le siguió. Hap terminó parándose en la entrada de una de las tiendas, dejó las maletas en el suelo y las abrió, manipulando lo que sea que guardasen. Pero alguien se acercaba a Ashla por detrás, de forma sigilosa. Ashla se había dado cuenta de ello, y cuando estuvo cerca se dio lo vuelta y agarró por la camiseta a quien le había intentado sorprender y se preparó para darle un puñetazo.

—Tranquila Ashla, solo soy yo. Por favor no me hagas daño. —Suplicó Kenji. Ashla lo soltó. —¿Qué haces? ¿Espiar? —.

—Sí, ¿Algún problema? ¿Y tú que se supone que haces aquí? Podría haberte hecho daño—.

—Vi como te marchaste y decidí seguirte. Además, necesitaba alejarme de Mich y Tiff. No se como se soportan. Vale, lo pillamos, sois ricos, no vayáis presumiendo. —Respondió Kenji.

—Vaya, eso debe de ser muy molesto. —Comentó Ashla con sarcasmo.

—No sabes cuanto. —Respondió Kenji.

Entonces Hap empezó a farfullar algo y Ashla y Kenji se callaron y prestaron atención a lo que decía y hacía Hap. Mientras, Hap se peleaba con una holocámara, intentando ajustar la rosca del objetivo, quejándose al no conseguirlo.

—No, para nada es raro que un guía de holográfos no sepa utilizar una cámara. —Susurró Ashla con sarcasmo.

—Igual nunca ha trabajado con ese modelo. Algunas cámaras son diferentes a otras. —.

—¿Tanto cómo para no saber enroscar el objetivo? —.

Kenji se calló, y Ashla siguió mirando a Hap, que entró en una tienda para guardar la cámara. Al retirar Hap la cortina que daba acceso al interior de la tienda, Ashla vio unas cajas dentro, algo que le pareció muy sospechoso.

—Hay que entrar ahí dentro. —Dijo Ashla.

—Pero si solo son unas cajas, seguramente lo único que habrá serán suministros, repuestos, cámaras o algo así. —.

—Por eso, vamos a ver que tienen almacenado allí. —.


Cerca del campamento de Mich y Tiff.

Mich, Tiff, N7, uno de sus guardaespaldas, Ben y Bumpy estaban explorando un bosque cerca del campamento de Mich y Tiff en busca de dinosaurios.

—Detecto numerosos rastros de calor no muy lejos. —Avisó N7.

Ante el aviso, Mich avanzó y tras sentarse tras un arbusto le dijo a los demás que se acercaran a mirar. Ben y Tiff fueron los primeros en ir con el para observar un grupo de compys haciendo su vida tranquilamente junto a un tronco caído con un agujero que les servía de madriguera. Mich aprovechó para sacar su holocámara y hacer una holografía, pero Tiff se acercó al grupo sin miedo.

—Oh, que adorables. Venid pequeñajos. —Decía Tiff con suavidad.

—No, para. —Alertó Ben.

Entonces uno de los compsognathus gritó e intentó morder a Tiff, que saltó hacia atrás asustada gritando. Ese compy y algunos más saltaron sobre Tiff y la atacaron.

—¡Eh, por aquí! —Gritó Ben, y lanzó una bolsa con comida.

Los compys dejaron a Tiff y fueron detrás de la bolsa. Mich fue corriendo a abrazar a su esposa, que aun estaba asustada. Después aparecieron el resto.

—Son bastante adorables, pero pueden transmitir... —Explicó Ben.

—Veneno en la mordedura. —Terminó Mich. —Buena reacción Ben, ¿Cómo sabes todo eso? —.

—Por supervivencia. Además, he estado haciendo un diario del comportamiento de algunos dinosaurios. —Respondió entregándole a Mich el pequeño cuaderno. —Ya se que no es mucho. —.

Mich y Tiff ojearon el cuaderno y se quedaron impresionados, y compartieron una mirada cómplice. Después N7 lo cogió y lo escaneó para tenerlo guardado en su memoria.

—Esto es algo increíble, Ben. —Felicitó Mich.

—Y Yaz los dibujó. ¿Son buenos verdad? —.

—Nosotros no hemos visto ni la mitad de todos estos dinosaurios. —Admitió Tiff.

—Para ser exactos solo hemos visto el 36% de los dinosaurios que aparecen en el cuaderno. Yo sugerí mirar en otros lugares, pero no me hicisteis caso, como de costumbre. —Dijo N7.

—Gracias por la información, pero solo tenemos dos días para ver estos animales. Y para cuando termine la batalla legal y lo cierren, ¿De qué habrá servido todo esto? ¿Aún significará algo para alguien? —Se preguntó Mich mirando al grupo de compys.

—Oye, dos días dan para explorar mucho. De echo conozco un sitio que va a dejaros sin palabras. —Dijo Ben, pero entonces empezó a sonar una alarma a lo lejos.


Campamento de Mich y Tiff.

Ashla y Kenji tapaban los oídos con las manos, mientras sonaba la alarma de la tienda que se había activado al entrar Ashla.

—¡Eh, alejaos de esa choza! —Gritó Hap enfadado encarándose con ellos.

—¿Qué está pasando? —Preguntó Tiff cuando llegó corriendo junto con Mich, Ben, Bumpy y N7.

—¿No es obvio? La togruta y el del pelo intentaban colarse en la choza. —Respondió Hap. —Ellos no pueden husmear en sitios privados. —.

Hap los miraba enfadados, pero Ashla se encaró con él mirándolo desafiante.

—Ya está Hap, habrá sido un malentendido. —Dijo Tiff para intentar tranquilizarlo.

—¿Malentendido? Ahora hacedme el favor y alejaos de mi choza. —.

—Vamos a hablarlo con calma ¿Vale? —Dijo Tiff llevándoselo de allí.

Sin embargo, Ashla le sostenía la mirada. El resto del grupo se reunió con Ashla y Kenji y miraban la escena con un poco de preocupación.

—Disculpadme por eso, es nuestra primera vez con Hap y es muy protector con su choza. —Dijo Mich. —La montó el y metió ahí sus cosas, no deja entrar a nadie. Creo que deberíamos posponer el paseo, habéis pasado por mucho, sobre todo ella. —Dijo en voz baja refiriéndose a Ashla.

—No, está bien, Ashla no tocará esa choza e iremos al sitio que quería enseñaros. —Dijo Ben.

—Ben, creo que deberíamos asearnos antes de decidirlo. —Comentó Ashla.

—Yo ya me he aseado. —Respondió Ben.

—No lo suficiente. —.

Todos acabaron de nuevo metidos en la ducha para hablar.

—¿En serio, no hay otro sitio donde hablar? —Se quejó Yazmina.

—Están ocultando algo ¿Para qué ponen una alarma en una choza? —Comentó Ashla.

—¿Para que ningún dinosaurio o tú se cuelen y rompan sus cosas? —Preguntó Yazmina a modo de respuesta.

—Yo también estaba, y sin duda esa alarma me daba escalofríos. —Añadió Kenji.

—Pche, típico. —Dijo Ben.

—¿Por qué has dicho eso? —Preguntó Ashla.

—Porque no puedes dejar tus conspiraciones. Ashla, acéptalo, no todo el mundo es malo o te quiere matar. —.

—Yo solo hago esto para protegernos, a mi y a vosotros. —.

—Me parece perfecto, pero no es necesario que estés tan paranoica. Aunque igual te enseñaban eso en la academia como te enseñaban a seguir ordenes como un droide. —Dijo Ben.

A Ashla esas palabras de Ben le dolieron, pero se mantuvo estoica.

—¿Entonces yo solo sigo órdenes? Pues a mi no me dieron la orden de asegurarme de que al que extorsionó a la familia de Sammy pagara por ello, tampoco me dieron la orden de quedarme en esta isla dejando sola a mi hija, ni que cuidara de una panda de adolescentes que me encontré y que ni conocía, ni que te ayudara a ti a volverte menos tímido y miedoso. No me dieron ninguna de esas órdenes, y sin embargo lo hice, porque tengo voluntad propia y puedo tomar mis propias decisiones, como la de no abandonaros a vuestra suerte, aunque podría haberlo hecho. —Respondió Ashla y se marchó.

Todos se marcharon, la última en marcharse fue Sammy.

—Ben creo que ahí te has pasado. Has sido demasiado injusto teniendo en cuenta todo lo que ha estado haciendo por nosotros, y por ti. —Dijo Sammy antes de marcharse.

Al marcharse Ashla se cruzó con Tiff, que sonrió con disimulo al verlo. Ashla se sentó en una de las sillas que había en el centro del campamento para pensar, el resto se fueron junto con Mich, Tiff, y casi todos sus guardaespaldas a dar un paseo. Salvo Kenji que se sentó al lado de Ashla.

—¿No te vas con ellos? —.

—No, me quedó aquí. —Respondió Kenji. —Oye, se que Ben no quería decir eso, fue un lapsus. Les pasa a todos, incluso a mi, sobre todo. —.

—Lo se, se que no lo decía en serio, pero teniendo en cuenta todo lo que me he preocupado por vosotros durante estos días me duele que me haya dicho eso. Ahora vamos, aunque Hap reinicie la alarma la desactivaré. —.

—Espera ¿Qué? Vale. ¿Exactamente como hemos pasado de intentar animarte a volver a colarnos? —.

—Tengo que averiguar que esconden, y seguro que en esa choza hay algo. —Respondió.

—Ah, es increíble que yo sea la voz de la razón. —Se quejó Kenji.

Los dos llegaron hasta la choza de Hap, pero del interior salió Hap.

—Ejem, Mich y Tiff, me pidieron que fuera, pero les dije que no, "me asegurare de que el de pelo y la xenomorfo no se metan en líos" No hagamos que todo esto sea más incomodo de lo necesario. —Dijo Hap.

—Espera, ¿X-xenomorfo? ¿Hay un xenomorfo aquí? —Preguntó Kenji aterrado.

—¿Qué? No, me refería a la togruta, ese es el apodo que les dan a los soldados de las fuerzas especiales de Vik. —Respondió Hap.


Llanura de las girosferas, Isla Nublar.

—Este sitio os va encantar, es justo aquí. —Decía Ben.

Mich y Tiff se quedaron impresionados al ver un grupo de brachiosaurios comiendo en un sotobosque que había en el límite de la llanura. No perdieron ni un segundo y se pusieron a sacar holografías. De pronto Ben empezó a imitar el sonido de un brachiosaurio para intentar llamar la atención de alguno de ellos. Y lo consiguió, uno se acercó a Ben y a Mich y les miró agachando la cabeza. Finalmente, el brachiosaurio se marchó de vuelta con su manada.

—Si crees que esto es todo, podríamos ir a otro sitio. —Dijo Ben enseñándole su cuaderno a Mich.

—¿Un abrevadero? —.

—Es mi lugar favorito de aquí, estar cerca de tantos dinosaurios sin pelearse es una pasada. —.

—Podéis hacer buenas holos allí, hay un montón de dinosaurios. —Añadió Sammy.

—Cielo, ¿Qué haríamos sin este chico? —Añadió Mich.

—Avisaré a Hap del cambio de planes. Hoy es el día del abrevadero. —Comentó Tiff.


Campamento de Mich y Tiff.

Ashla, Kenji y Hap estaban sentados a la mesa, vigilándose entre ellos. Mientras que los otros dos guardias, un weequay y un humano, que se habían quedado se encontraban alrededor. Aunque solo Ashla estaba despierta, ya que Kenji se había quedado dormido sobre la mesa. Pero incluso Ashla empezaba a quedarse dormida. Poco a poco Ashla cabeceaba y cerraba los ojos por el sueño, tratando de quedarse despierta. Bostezó, y se acabó quedando dormida. Hap se quedó sentado en la misma silla, pero el comunicador que tenía empezó a sonar. Tiffany le estaba llamando. Hap se contestó la llamada y se levanto para irse fuera del campamento para hablar con Tiff, aunque antes le hizo una seña a uno de los guardias, el weequay, para que les vigilara con disimulo. Este tras varios segundos se fue detrás de Hap, pero sin perder de vista a Ashla y a Kenji.

Al irse el weequay Ashla abrió un ojo para asegurarse de que se había ido. Ashla solo había fingido que se había quedado dormida, ni siquiera llegó a cerrar los ojos del todo, simplemente los mantuvo casi cerrados, lo suficiente como para que no se notase, para vigilar, aunque así veía muy borroso, no la podrían engañar. Tras ver como Hap y el otro guardia se marchaban Ashla se levantó de golpe asustando a Kenji, que murmuro algo de una sirena.

—Deja de soñar con sirenas y búscate una novia de verdad. Ahora vamos. —Le dijo y se lo llevó a rastras.

Estaban rodeando la choza cuando escucharon hablar a Hap, y junto con él estaban los dos guardias que se habían quedado con él. Los tres iban armados con electrovaras.

—No escucha estoy harto. —Decía Hap. Ashla y Kenji retrocedieron cuando notaron que se acercaban. —No, no me importa, no es una amenaza es una promesa. Apartaos de mi camino, me encargaré yo mismo de los chicos y de la togruta. —Gritó.

—¿Y cómo se supone que vas a encargarte de nosotros? —Preguntó Ashla plantándose delante de los tres con los brazos cruzados.

—¿De verdad crees que quieres saberlo? —Preguntó Hap encarándose con él.

—Por supuesto que quiero saberlo. —Respondió Ashla con firmeza.


Llanura de las girosferas.

—Cielo, ¿qué ocurre? —Preguntó Mich a Tiff.

—Sabes cielo, deberíamos recoger y marcharnos. —Respondió.

—Ahm, ¿qué está pasando? —Preguntó Yaz con desconfianza.

—Oh, no pasa nada. Solo una conversación con Hap. —Respondió Tiffany. —¿Y si nos vamos ahora? Vale. —Llevándose a Mich agarrado del brazo. N7 y el resto de sus guardaespaldas fueron tras ellos.

—¿Creéis qué...? —Intentó peguntar Sammy.

—Está todo bien. —Interrumpió Ben.

Ya en el campamento, Yaz, Sammy y Ben buscaban a Kenji y a Ashla, con la ayuda de Mich y Tiff.

—No están en el baño. Chicos, Mich y yo vamos a hablar en privado. Quedaos aquí, ahora venimos. —.

Mich y Tiff se marcharon murmurando algo inentendible, dejando a los chicos confundidos.


En la selva.

—¡Ahhh, ayuda! —.

—¡Corre, corre, corre! —.

—¡No huyáis cobardes! —.

—¡Yuju, a por ellos Ashla! —Gritó Kenji corriendo detrás de Ashla, quien a su vez perseguía a Hap y a los otros dos guardias, que huían de ella.

No muy lejos de ahí, Kimura, Darius y Brooklynn, con Mei subida a la espalda, seguían a Campeón, que estaba rastreando. Estaban caminando tranquilamente hasta que...

—Esperad, ¿habéis escuchado eso? —Preguntó Darius.

—Sí, y venía de allí. —Respondió Kimura.

Kimura, Darius y Brooklynn se escondieron tras unos arbustos a esperar. Hasta que aparecieron Hap y los otros dos guardias.

—¿Y esos quienes se supone que son? —Preguntó Brooklynn.

—Ni idea, ¿De qué estarán huyendo? —Preguntó Darius.

Y entonces apareció Ashla corriendo tras ellos con un vibrocuchillo en la mano.

—Esa me suena. —Comentó Kimura.

—Vamos a por ellos. —Gritó Kenji cansado.

—¿Ese no es...? —Iba a preguntar Brooklynn. Y vieron a Kenji corriendo detrás de Ashla. —Síp, es él. Vamos. —.

Hap y los tres guardias corrían todo lo deprisa que podían, y aún así Ashla seguía acortando la distancia. Los tres esquivaron un tronco caído como pudieron. Ashla simplemente lo saltó como si nada, y Kenji pasó por encima del tronco como pudo. No obstante, Hap y los dos guardias se encontraron con una escarpada pared de rocas, se dieron la vuelta para ver si aún los perseguía y un vibrocuchillo se clavó en la frente del mercenario humano, que cayó al suelo muerto. Ashla se paró frente a Hap y al weequay en posición de combate y sacó su vibriomachete de su funda.

—Sí, uf, uf, bien Ashla. —Dijo Kenji agotado cuando llegó.

Ashla le hizo una seña para que se quedase detrás de ella. Hap y el weequay agarraron sus electrovaras para defenderse y empezaron a moverse hacia la izquierda, y Ashla también se movió hacia izquierda, quedándose con las piedras a la espalda, así no podrían emboscarla por la espalda.

—No hagáis esto, no tenéis ni idea de con quien estáis tratando. —Dijo Hap.

De pronto se escucharon pisadas detrás de ellos. Al weequay solo le dio a darse la vuelta para ver las fauces de Campeón cerrarse sobre su cabeza. Para después mover moverlo violentamente hasta que la desprendió de su cuerpo y la engulló.

Hap se quedó mirando eso sin poder reaccionar y no vio venir como Darius le golpeó en la cabeza con un trozo de madera, dejándolo inconsciente. Después aparecieron Brooklynn y Kimura. Ashla y Kenji se quedaron con la boca abierta.

—Darius, Brooklynn. —Fue lo único que logró decir Kenji.

—Hello there. —Saludó Brooklynn.

—¿Qué? ¿Nunca habéis visto un fantasma? —Preguntó Darius. 


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¿Qué tal?

Espero que el capítulo haya estado bien. Siento si el enfrentamiento de Brooklynn, Kimura y Darius contra Toro quedó un poco fuerte, pero me resultó complicado encontrar un modo en el que Brooklynn usara su sable de luz sin que el combate acabara en segundos. 

También Kimura ha explicado un poco sobre Deinokia, hablaré más a detalle de ello más adelante. Siento si soy pesado diciendo esto otra vez, pero me costó mucho imaginar el planeta, la política, la cultura, la economía, casi tanto como para escribir varias historias centradas exclusivamente en ello, así que espero que entendáis que el motivo por el que lo repito tanto es porque hay mucho esfuerzo detrás del worldbuilding de Deinokia.

Para los fans de Alien, que se que hay algunos que leen la historia, espero que os haya gustado el detalle de que a las fuerzas especiales de Vik la llamen como apodo Xenomorfos, era el único modo de "incluir un xenomorfo" en esta historia sin forzar nada y que quedara natural.


Hasta otra.


No, no me olvido del meme.

Cuanta originalidad en estos nombres.

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