Capítulo 6: todo se derrumba.


En un lugar indeterminado de Isla Nublar.

—Enhorabuena Ashla, todo ha salido bien. —Felicitó la reina.

—¿Eso quiere decir que han encontrado al responsable de la fuga de información, majestad? —Preguntó Ashla.

—Sí, de hecho, han ido a arrestarle, más tarde me encargaré del interrogatorio. Por ahora tu misión ha terminado; ve, descansa y diviértete, te lo has ganado. —Dijo la reina.

—¿Lo dice en serio majestad? —Preguntó Ashla incrédula.

—Sí, aunque intenta estar comunicada por si acaso. —Afirmó la reina.

—Muchas gracias majestad. —Agradeció Ashla y cortó la transmisión, ahora podrían pasar tiempo más tiempo con su marido.

Ashla llegó antes del amanecer a la habitación del hotel donde se alojaban ella y su marido; un humano de estatura media, y de piel clara, con el pelo castaño, con el flequillo peinado hacia arriba y levemente hacía la derecha, y con una barba bien cuidada. El se encontraba durmiendo cuando ella llegó, se cambió de ropa, se puso el pijama, y se metió en la cama, para así poder descansar un par de horas antes de que se levantaran para visitar el parque.

Dos horas y media después, Ashla y su marido se estaban cambiando y preparando para visitar el parque. Ashla se encontraba en el cuarto de baño aseándose, mientras tarareaba una canción, cuando su marido la abrazó por la cintura desde detrás.

—Estás de muy buen humor hoy. —Dijo Alec. —¿Has terminado ya con el trabajo? —Le preguntó a su esposa, sorprendiéndola, que lo miraba con confusión.

—¿Qué te hace pensar que he venido aquí por trabajo? —Preguntó Ashla intentando desviar el tema.

—Pues que por las noches desapareces y que llegas un par de horas antes de que me levante, como anoche. —Dijo Alec.

—¿Y qué te hace pensar que eso es por trabajo? Podría ser que tuviera algún amante por ahí. —Bromeó Ashla.

—Estamos en un parque temático de dinosaurios, es un lugar un poco raro para reunirse con un amante ¿No crees? Tranquila, no hace falta que me lo digas, si estás aquí por trabajo es porque es un asunto delicado y entiendo que yo no esté autorizado a saber nada. —Dijo Alec. Ashla se quedó más tranquila.

—Vale, sí he venido a trabajar, pero no te puedo decir porque he venido. Y sí, en principio ya he terminado de trabajar, así que podemos dedicarnos a visitar el parque como dos turistas normales. —Dijo Ashla.

—Me alegra mucho eso. Ah, voy a llamar a mis padres para ver como está Saala. —Dijo Alec.

—Espera, que yo también quiero ve como está nuestra hija. —Dijo Ashla para ir detrás de Alec.


En un lugar de Isla Nublar.

Kimura, tras fugarse había seguido las indicaciones de Ashla hasta llegar a la caseta que le había dicho. Tras llegar, se había encontrado el interior algo desastroso, pero no en mal estado, tenía un par de ollas y sartenes para cocinar, cuchillos y hasta dos colchones viejos, pero en buen estado; y lo primero que hizo nada más llegar fue echarse a dormir.

Al levantarse su primera mañana en esa cabaña, lejos de ese horrible laboratorio y de esa maldita celda, fue levantarse antes del amanecer para poder verlo, y después se puso a trabajar para acondicionar la caseta, limpiándola y ordenándola, tanto el exterior de la choza como todo lo que había dentro. Pero al terminar de ordenarla se dio cuenta de un pequeño detalle, no tenía comida. Afortunadamente, eso se solucionó con un par de compsognathus que paseaban por allí, muy posiblemente se habían escapado, y acabaron siendo asados por Kimura. Ahora, en el segundo día que pasaba en libertad, había decidido ir a buscar algo más para comer, así que, se había preparado con su electroblaster, su ropa y un par de cuchillos, por si acaso, y salió a cazar. No debería de serle muy difícil cazar una presa para comer, al fin y al cabo, su madre le había enseñado a cazar en sus salidas a los bosques y a las praderas cercanas a su ciudad natal de Juras. La mente de Kimura se perdió en esos recuerdos, con su madre enseñándole a montar, a disparar con el arco y a disparar con el arco mientras montaba; definitivamente lo echaba de menos, a su madre, a su padre, que la había enseñado a pelear con la espada, y a su hermano mayor, con el que había practicado la lucha cuerpo a cuerpo, aunque claro, siempre perdiendo ella. Lo que no sabía Kimura, es que ese día iba a necesitar todas esas habilidades que le había enseñado su familia para sobrevivir.


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—En serio papá, tienes que ver esto. —Exclamó Darius arrastrando a su padre hasta su habitación, para después encender su computadora.

—Jajaja, despacio muchacho, voy a seguir necesitando esta mano. —Bromeó Fredrick, el padre de Darius.

—Se ha publicado el nuevo artículo del Doctor Grant en el foro de Jurassic World. Y, según parece, hay nuevos indicios de mordeduras craneofaciales en terópodos. —Explicó Darius.

—Eso significaría que los terópodos no luchaban solo para matar, sino también por dominación, poder o...—Dedujo el padre de Darius, antes de ser interrumpido por su hijo.

—O incluso por diversión, lo dice en el siguiente párrafo. —Terminó de decir Darius.

—Darius déjame leerlo, que casi pierdo una mano. —Dijo Fredrick apartando la silla en la que se encontraba su hijo, para leer lo que ponía.

—Te imaginas a dos rex luchando, roooaaarr, rooaaarr. Estoy deseando ver un rex en Jurassic World. — Dijo Darius.

—Oohh, estaremos ahí pronto muchacho. Y veremos a estos grandullones en vivo. —Dijo mientras se acercaba a Darius. —Bueno, iba a esperar para darte esto, pero nada como el presente para un presente, tata. —Dijo Fredrick sacando una caja pequeña del bolsillo de su pantalón.

—Nada como el chiste de un padre. —Dijo Darius cogiendo la cajita que le lanzó su padre, y al abrirla vio lo que contenía. —Ahh, ala, dientes de raptor. —Dijo Darius emocionado sacándolos de la caja. —Esto es increíble. —Dijo Darius mientras Fredrick se ponía uno de los colgantes, para después ponerle el otro a Darius. Pero en un momento dado, a Fredrick le empezó a temblar la mano, y la retiró rápidamente para no preocupar a su hijo, pero ya era tarde.

—Papá ¿Estás bien? —Preguntó Darius preocupado.

—Estoy bien, solo algo cansado. —Contestó Fredrick. —Eh, ven aquí, vamos a ir a Jurassic World y va a ser increíble. No solo por los dinosaurios, sino porque estaremos los dos allí, juntos. Lo prometo. —Dijo Fredrick abrazando a su hijo.

Darius estaba recordando uno de los últimos momentos felices que pasó con su padre, mientras miraba una holografía de él y su padre, junto con el colgante de diente de raptor que le regaló. Finalmente, dejó la holografía y el colgante en su litera, bajó con el resto, no sin antes mirar hacia atrás, donde le pareció escuchar el sonido de una cañonera clase espíritu, pero eso era imposible, a no ser que se tratara de la versión civil de la misma, que pasó sobrevolando el campamento. Era una nave muy parecida a la lanzadera clase sombra, casi con el mismo diseño, solo que sus propulsores estaban en la parte superior del fuselaje de la nave, para que no molestaran al salir de por las puertas de la nave, a los laterales; en donde estaban los propulsores en la lanzadera clase sombra, en la cañonera había unos lanzamisiles con capacidad para ocho misiles cada una, al menos en la versión militar, en la civil se habían eliminado estos lanzamisiles, además de añadir un sistema para impedir que los colocaran.

En la explanada de acceso al campamento se encontraba Roxy tratando de comunicarse con alguien.

—Y aunque el dueño del parque, el señor Masrani, acaba de llegar, necesitamos comentarle señorita Dearing, verá... —Hablaba Roxy a través de un holocomunicador.

—Dile lo de la jaula del raptor. —Susurro Dave.

—Sshh, lo se, lo se. —Respondió Roxy susurrando.

—O cuando se perdieron en la tormenta. —Volvió a decir Dave, está vez Roxy solo lo ignoraba.

—El tema es que... —Intentaba explicar Roxy a pesar de las continuas interrupciones de Dave.

—O la estampida que hubo durante la tormenta. —Volvió a susurrar Dave.

—Sshhh. —Mando callar a Dave. — El tema Claire, am, señorita Dearing, am, sabemos que el Campamento Cretácico es importante para el señor Masrani y que usted quería traer aquí a sus sobrinos, pero hemos tenido dos incidentes graves en los últimos días y Dave y yo necesitamos personal de inmediato, o tendremos que enviar a los niños a casa. —Explicó Roxy.

—El buzón al que está llamando está llenó, por favor, inténtelo más tarde. —Dijo una voz, ante la desesperación de Dave y Roxy.

—Nuevo plan, lo haremos en persona. —Dijo Roxy decidida.

—Emm, perdona, dices que dejemos aquí a los niños solos, nuestros niños. Los que parecen decididos a que los pisoteen y que se los coman. ¿Me hablas de esos niños? —Dijo Dave incrédulo, dejando pensativa a Roxy.

—No tardaremos, si vamos ahora volveremos en una o dos horas como máximo. —Intentó tranquilizar Roxy, ya subida al aerodeslizador, a Dave.

—Aahh, dejaré una nota. —Suspiró Dave.

Darius iba corriendo desde su habitación hasta la sala común del campamento, en la que se encontraban Ben, Kenji, Sammy y Yazmina, y entró de golpe.

—¡Vamos Campamento Cretácico! Yuju. —Exclamó Darius emocionado, pero el resto siguió igual.

—No estoy para yujus esta mañana, Darius, no después de lo de ayer. Es lo que pasa cuando caminas bajo una tormenta. —Se quejó Kenji.

—Tuvimos que caminar porque tú te cargaste la girosfera. —Acusó Ben haciendo énfasis en el tú.

Kenji respondió gruñéndole, y Ben se asustó y se escondió detrás de Darius.

—Pero hoy es un nuevo día, día de kayak, ¿Quién no quiere remar entre dinosaurios? Dinosaurios de verdad, jejeje. Va a ser emocionante ¿Verdad? —Exclamaba Darius intentando animar a los demás. —Esperad ¿Y Dave y Roxy? —Preguntó Darius cuando notó la ausencia de los dos monitores.

—Las niñeras se marcharon temprano para hablar con su jefe y dejaron esto. —Explicó Kenji al pasarle una nota a Darius.

Volveremos, nos vamos, charla jefe, carita sonriente. —Leyó Darius en voz alta. —¿Eso es un emoji de un dinosaurio levantando el pulgar? —.

—Así habla Dave, Roxy lo ha traducido detrás. —Explicó Kenji.

Nos vamos a hablar con el jefe, quedaos ahí hasta que volvamos, dibujad, hablad, lo que sea. Sintonizad el canal 6 por si necesitáis algo. Quedaos dentro, quedaos dentro, no os vayáis, Kenji va por ti. Siento lo de los juegos infantiles, es lo que había. —Leyó Darius.

—¿Por qué nos tratan como unos críos? A ver, ¿Cuál fue la última vez que usasteis un lápiz de colores? —Se quejó Kenji.

En eso Ben mostró una hoja de papel en la que había dibujado, o al menos lo había intentado, a él y a Bumpy jugando al dejarik.

—Te pondré nota. —Dijo Yazmina sería.

—Yazmina. —Exclamó Sammy para intentar que no hiriera los sentimientos de Ben. —No le hagas caso, es muy bonito. —Dijo Sammy.

—Por cierto ¿Dónde está Brooklynn? —Preguntó Darius.

Nada más decirlo, Brooklynn abrió la puerta de golpe, con cara de pocos amigos y con los brazos cruzados.

—Brooklynn, ¿Qué tal por la holonet, superestrella? —Preguntó Yazmina.

—No tengo ni idea, porque cuando he ido a coger mi minidatapad ya no estaba. —Dijo Brooklynn viviblemente enfadada. —¡Alguien me ha robado el minidatapad! —Exclamó Brooklynn furiosa.

—Brooklynn, ¿Quién no ha usado tu minidatapad? —Dijo Yazmina intentando quitarle hierro al asunto.

—Yo necesitaba mirar el tiempo. —Se excusó Ben.

—La Doctora Sattler publicó una columna sobre la nutrición de los herbívoros. —Dijo Darius.

—Yo quería ver el resultado de la última carrera de vainas. —Se excusó Yazmina.

—Yo lo necesitaba para hacerme un selfi, pero no lo he usado desde entonces, lo juro. —Soltó Kenji.

Brooklynn suspiró, y dirigió su mirada a Sammy.

—Yo lo miré ayer para ver un nuevo episodio de mi serie favorita, pero desde entontes no lo he visto. —Se disculpó Sammy intentando sonar lo más convincente posible.

—¿De verdad? —Escupió Brooklynn sin creérselo.

—Eh, eh, ya que no iremos a navegar hasta más tarde podemos buscar el minidatapad de Brooklynn. —Dijo Darius para calmar la situación.

—Ja ja ja. —Rio Brooklynn con sarcasmo. —Creo que se exactamente donde mirar. Y creo que quien ha cogido mi datapad está ocultando algo que hay en él ¿Tú que opinas, Sammy? —.

—Emm, ¿Qué? —Balbuceó Sammy.

—¿Pero a ti que te pasa, cabeza de chicle? Sammy ha dicho que no lo ha visto. ¿Has pensado que quizá lo hayas perdido? —Dijo Yazmina encarándose con Brooklynn.

—Umm, bueno, entonces vamos a comprobar sus mochilas. —Dijo Brooklynn empezando a andar.

—No vas a rebuscar en las mochilas de nadie, no me importa lo famosa que te creas. —Impidió Yazmina poniéndose en medió.

—¿O qué? Cerebro de laser. —Desafió Brooklynn.

—¿Eres consciente de que te podría dar una paliza? —Amenazó Yazmina. Ante las miradas de Darius, Kenji y Ben.

—Eh, Brooklynn yo, yo no he... —Intentó explicarse Sammy cuando Brooklynn furiosa iba a encararse con ella.

—Brooklynn, chicos, vamos, no podemos enfadarnos por un datapad. Estamos ante una oportunidad increíble, esto es Jurassic World, es, es... —Intentó Darius desesperadamente calmar la situación, pero fue interrumpido cuando Mei apareció de golpe al lado de Brooklynn sobresaltando a todos, pero también haciendo que olvidaran temporalmente el asunto del datapad.

—¿Q-qué es ese dinosaurio? —Preguntó Ben asustado escondiéndose detrás de un sofá.

—Oh es Mei, y es un sinornithosaurio. —Dijo Brooklynn, más calmada, mirando a Darius como buscando confirmación de que lo había dicho bien. Darius asintió. —Y es venenoso, ¿Lo sabíais? —Explicó Brooklynn, haciendo que Ben se agachara aún más detrás del sofá.

—¿Cómo ha podio subir hasta aquí? —Preguntó Kenji.

—Porque son capaces de trepar y de planear de un árbol a otro. —Explicó esta vez Darius. Mei fue corriendo al lado de Darius.

Entonces se escuchó un peculiar rugido.

—¿Qué ha sido eso? —Preguntó Brooklynn.

—Em, ¿Es un rex? —Respondió Kenji sin mucha seguridad.

—No, no lo creo. —Dijo Darius.

—¿Qué clase de dinosaurio hace ese ruido? ¿Uno amigo o uno enemigo? —Preguntó Ben asustado.

Todos fueron hasta la terraza para intentar ver al dinosaurio. Mientras Brooklynn seguía lanzándole miradas asesinas a Sammy.

—¿De dónde viene? —Preguntó Sammy.

—No veo nada desde aquí, los árboles lo tapan todo. —Susurró Yazmina.

—¿Quizá están trasladando a un nuevo dino a otro recinto? Vamos a verlo desde la torre de observación, sería genial. —Sugirió Darius.

—Vaya, que gran idea Darius ¿A qué estamos esperando? —Exclamó Sammy arrastrando a Darius del brazo, para intentar librarse del asunto del datapad.

—Oye, aún no hemos terminado de hablar de esto. —Exclamó Brooklynn corriendo tras ellos con Mei subida a su espalda como si fuera una mochila.

—P-pero chicos, es el día de las manualidades. Deberíamos esperar a Dave y Roxy, ¿Verdad Kenji? —Dijo Ben asustado, que estaba pintando en el sofá.

—Si quieres quedarte aquí, dibujándote una dinonovia, adelante. Yo voy a ver o un rex o chicas pelearse, sea lo que sea me vale. Yiha. —Dijo Kenji antes de irse con el resto del grupo.

—Vale, vete, me quedaré donde debemos estar, esperaré a quien debemos esperar y seré como se supone que debemos ser. —Gritó Ben, que se quedó sentado en el sofá. Pero enseguida se comenzó a sentir solo, a mirar a su alrededor, en particular al esqueleto del rex que había en la sala; asustándose. —¡Esperad, yo también voy! —Gritó asustado guardándose el dibujo en su riñonera.

De pronto, un comunicador que había sobre una mesa se encendió. —Sujeto fuera del recinto. Repito, sujeto fuera del recinto, quedaos dentro, la UCA se encarga. —Dijo una voz masculina a través del comunicador.

Los campistas habían llegado al pie de la torre de observación, aunque una valla con una cerradura electrónica les impedía subirse a ella. Debido a ello Darius, Kenji y Yazmina tiraban de ella para intentar abrirla, sin éxito.

—Ups, vaya, no podemos pasar, que pena. Volvamos antes de que llegue alguien y nos metamos en un lio. —Dijo Ben con una mal disimulada alegría.

—Espera, ¿Dónde están todos? Suele haber gente por aquí. —Comentó Kenji notando el silencio absoluto y la falta de actividad en la zona.

—Si hacemos esto también podemos hacer esto. —Dijo Brooklynn forzando la cerradura electrónica con un dispositivo de hacheo que sacó de la muñeca de su mano mecánica. Consiguió abrir la puerta ante la mirada incrédula del resto. —Tachan. ¿Qué? ¿No visteis mi holovideo de "desempaquetando Coruscant: trucos para cuando te quedas encerrada"? —.

—El último en subir es un cobardica. —Gritó Sammy corriendo.

—Adiós cobardica. —Dijo Yazmina cuando corriendo al lado de Brooklynn.

Los demás campistas las siguieron, Brooklynn con Mei en su espalda.

—Uf, uf, uf, ¿Alguien tiene calor? Uf, que calor. —Se quejó Sammy cuando llegó arriba arrastrándose por el cansancio, como el resto, menos Yazmina.

—No...más...escaleras. Será mejor que sea bueno. —Dijo Kenji derrumbándose en el suelo.

—Vamos, no seáis nenazas. Esto no son más que unas pocas escaleras, debiluchos. —Dijo Yazmina con arrogancia.

Una vez llegaron arriba Mei se bajo de Brooklynn, que había cargado con ella todo el trayecto. Brooklynn por su parte seguía enfadada con Sammy por lo de su datapad.

—¿Sigues enfadada con Sammy? —Le preguntó Darius.

—Sí, estoy segura de que ella me lo quitó. —Contestó Brooklynn sin dejar de mirar a Sammy.

—¿Y por qué estás tan segura de que fue ella? —Preguntó Darius.

—Anoche estuve viendo una parte del video que grabamos después de lo de la sinoceratops y vi a Sammy metiéndole un bastoncillo para tomar muestras en la boca. Seguro que me lo quitó para borrarlo. Lo que no sabe es que lo estaba viendo en el holoproyector de mi brazo, por lo que no ha conseguido nada. —Explicó Brooklynn.

—Espera, ¿Qué Sammy hizo que? ¿Por qué iba a hacer algo así? —Le preguntó Darius.

—No tengo ni idea. —Contestó Brooklynn.

—Pero aún así, ¿No crees que has llevado el asunto del datapad demasiado lejos? Entiendo que estés enfadada, pero creo que te excediste bastante. —Dijo Darius.

Brooklynn iba a replicarle a Darius, pero se quedó pensando en lo que le había dicho. Entonces el suelo comenzó a temblar y se empezaron a escuchar pisadas muy fuertes. Todos se acercaron a la barandilla para ver mejor lo que sea que se acercara, incluso Mei. Las pisadas se empezaron a escuchar cada vez más cerca.

—Hay algo ahí fuera. —Comentó Brooklynn, empezando a asustarse.

—Algo grande. —Dijo Darius, también asustado.

Las pisadas se acercaban, una figura difuminada se veía a través de las hojas, las copas de los árboles empezaban a moverse, y los campistas, a asustarse. Y vieron que el dinosaurio era, un brachiosaurio. Los campistas suspiraron aliviados al ver que solo era un pacífico herbívoro.

—Uf, misterio resuelto, deberíamos volver ya. —Sugirió Ben.

—Pero eso no tiene sentido. Los brachiosaurios no rugen así, se parece más a esto. —Dijo Darius empezando a imitar el sonido de un brachiosaurio.

—No lo he entendido bien, ¿Puedes repetirlo? —Bromeó Kenji.

Entonces se empezaron a escuchar unas voces masculinas. Al mirar hacia abajo vieron a dos hombres, un togruta y un sith rojo.

—Eh ¿Qué estáis haciendo ahí? Hay un sujeto fuera de control. —Gritó el togruta.

—No podéis estar ahí arriba. —Gritó el sith rojo.

—¿Qué están diciendo? —Preguntó Darius.

—O genial, se han enfadado. Os dije que tendríamos problemas. —Dijo Ben, con los gritos de los dos hombres de fondo.

—¡Vais a tener que subir el volumen! —Gritó Kenji. —Todo controlado. —.

Repentinamente, el brachiosaurio que estaba comiendo tranquilamente de un árbol empezó a bramar de dolor, hasta que cayó de golpe, desapareciendo de la vista de los campistas. Reaccionaron gritando y echándose hacia atrás. Por su parte, los dos hombres que se encontraban abajo se habían callado y estaban en guardia.

—¿Pero por qué no os movéis? Estúpidos críos, bajad de ahí ahora mismo. —Gritó el sith rojo enfadado.

Sin que se dieran cuenta un dinosaurio, que había estado camuflado, se acercaba por detrás, mientras se iba haciendo visible poco a poco. Los dos hombres no se dieron cuenta hasta que fue demasiado tarde. El sith rojo intentó huir, pero fue devorado de un mordisco por el dinosaurio, el togruta corrió la misma suerte. Los campistas gritaron de terror y se taparon los ojos como reacción. Tras devorar su comida, el dinosaurio lanzó un rugido al aire. Era un dinosaurio carnívoro muy grande, de unos 15 metros de largo y 6 de altura, bípedo, con la piel de color blanco, con osteodermos por el lomo; tenía una cabeza grande, con el cráneo alargado, grueso y voluminoso, con unos dientes que sobresalían de la mandíbula, unos ojos rojos como la sangre y unos cuernos sobre los ojos; sus brazos delanteros eran muy largos, con cuatro dedos cada uno, con uno casi oponible en cada pata, con unas protoplumas simples, rígidas y con forma de púa en los antebrazos.

—¿Qué...es...eso? —Tartamudeó Yazmina traumatizada.

—¡Se los ha comido, se los ha comido! —Gritó Ben aterrorizado.

—En el laboratorio, había un dinosaurio... —Empezó a explicar Brooklynn.

—Indominus Rex. —Dijo Sammy.

—¿Cómo sabes ese nombre? —Preguntó Brooklynn.

—Ningún dinosaurio se llama así. —Exclamó Darius.

—No hay tiempo, ya, ya, ya, tenemos que irnos. —Exclamó Sammy asustada.

—Aquí...estamos... a salvo, abajo no. Además, tan arriba no creo que el lo que sea rex pueda vernos. —Dijo Kenji entrecortadamente.

En ese momento, la Indominus Rex miró hacía arriba, y vio a los campistas, lo que para ella era su próxima comida. La I-Rex fue corriendo hacía la torre, destrozando la vaya que impedía su acceso a ella, agarró una de las vigas de la torre, y se puso a zarandearla, haciendo que a los campistas les costase mantener el equilibrio. También atacó las vigas dando arañazos, mordiscos y tirones, consiguiendo arrancar algunas de las vigas de sujeción y tirando a los muchachos al suelo. Mei, viendo lo crítica que era la situación no lo dudó, se acercó al borde, saltó y se fue planeando hasta los árboles del otro lado de la llanura para ponerse a salvó, dejando solos a los campistas.

—Eres una cobarde, nunca me caíste bien. —Le gritó Kenji a la sinornithosaurio.

Abajo, la I-Rex continuaba arrancando las vigas de la torre, debilitando mucho la estructura. En uno de esos violentos vaivenes de la torre, Sammy se tropezó, pasando por encima de la barandilla de seguridad, afortunadamente Yazmina consiguió agarrarla a tiempo y todos, menos Ben, que se encontraba demasiado asustado como para intervenir, ayudaban a Sammy a subir; con la I-Rex viendo la escena desde abajo. Desgraciadamente para el dinosaurio, los campistas consiguieron poner a salvo a Sammy.

—¡La tirolina! ¡Vamos, vamos, vamos! —Exclamó Darius.

Ben fue el primero en subirse a la tirolina, pero entre los golpes que le propinaba la I-Rex a la torre y lo aterrado que estaba era incapaz de abrocharse el cinturón de seguridad. Finalmente, se lo tuvo que abrochar Kenji, quien lanzó con todas sus fuerzas a Ben. Uno a uno, fueron tirándose en la tirolina hasta que solo quedaron Darius y Yazmina. No obstante, el freno de emergencia de la tirolina se activó, dejando a Ben, Sammy, Kenji y Brooklynn colgados en medio del trayecto, y a Yazmina y Darius en la torre sin poder ponerse a salvo. Mientras la I-Rex seguía intentando derribar la torre, arrancando de cuajo las vigas.

—Tengo una idea. —Dijo Darius, y se desabrochó el cinturón de seguridad y se bajó de la tirolina.

—Darius ¿Qué haces? —Intentó detenerle Yazmina.

—¿Eres fuerte? ¿Pero fuerte, fuerte de verdad? —Preguntó Darius.

—¿Qué estás haciendo? —Volvió a preguntarle Yazmina.

Darius la ignoró, respiró hondo y hecho a correr.

—¡Atrápame! —Gritó Darius lanzándose contra Yazmina para intentar romper los frenos de emergencia.

Yazmina lo atrapó, y la idea de Darius funcionó con la tirolina en la que estaban los dos. Pero ahora iban a toda velocidad contra los otros campistas. Al final, la idea de Darius funcionó, cuando chocaron contra ellos, los frenos se desactivaron y las tirolinas siguieron el trayecto.

—¡Funciona, funciona! —Gritó Darius al ver que iban en dirección a la otra torre de la tirolina.

El problema apareció cuando la I-Rex arrancó otra viga, la estructura de la torre no aguantó más y empezó a venirse abajo. Y con la torre cayendo, también cayeron el cable, las tirolinas y los campistas, que en cuanto comenzaron a caer al vacío, empezaron a gritar, cayendo y golpeándose con las ramas de los árboles hasta que todo se volvió negro.

En una habitación de hospital, una máquina mostraba las funciones vitales del paciente y un droide médico lo atendía. En ese momento Darius entró en la habitación en la que estaba ingresado su padre, y el droide médico los dejo a solas.

—Hola papá. No te lo vas a creer, pero hay rumores en la holonet de que Jurassic World anunciará un nuevo dinosaurio para finales de año. —Dijo Darius para intentar animar a su padre.

—¿De verdad? —Preguntó Fredrick con una voz débil. 

—¿Cuál crees que será? Puede que por fin creen un anquiornis. —.

—Puede que un carnotauro. —Contestó Fredrick.

—Papá ese ya lo tienen. Y no me preguntes si estoy carnoseguro. —.

—Pues claro, llevas razón. Tu ya lo sabes todo. —Dijo Fredrick con cariño llevando la mano a la mejilla de Darius.

—No, no lo se todo. Por eso este viaje a Jurassic World será impresionante. Y vamos a ir en mayo, cuando hacen la ruta por los criaderos. —Decía Darius, pero su padre intentaba decirle algo. —Ya lo tengo todo planeado, cuales son las rutas cortas para que no ten canses, donde hay bancos para que puedas descansar y... —Explicaba Darius.

—Hombrecito, en cuanto a eso... —.

—Papá, no lo digas. Te pondrás mejor, tienes que ponerte mejor, necesito que te pongas mejor. —Dijo Darius apretando los puños. Fredrick puso su mano encima de la de Darius.

—Lo intento hijo. Hay muchas cosas que aún nos quedan por hacer, muchísimas cosas. —.

—Y podremos hacerlas. —Contestó Darius.

—Escúchame, esta vida no siempre sale como quieres. Todo se derrumba. Pero lo que importa es como decidas seguir adelante. Lo que importa es que sigas adelante, por la gente que más te necesita. Esa es la promesa que hacemos cada día que vivimos. Y a pesar de las adversidades no te rendirás jamás. —Explicó Fredrick, mientras Darius lo abrazaba.

—Pues tu tampoco. Lo haremos juntos. No más discursos ¿Vale? —Dijo Darius entregándole a su padre su colgante de diente de raptor.

—Está bien. Lo mejor es no discutir contigo. —Contestó Fredrick.

—Ya veras papá, iremos a Jurassic World y va a ser perfecto. Tiene que serlo. —Susurró Darius.

Darius estaba en el suelo de la selva, inconsciente por la caída. Entonces algo empezó a darle picotazos en la cabeza, y terminó recuperando la consciencia.

—¿Mei? ¿Pero que haces? —Le preguntó Darius al pequeño dinosaurio que la había estado dando picotazos para que despertase. Entonces se dio cuenta de que Brooklynn estaba inconsciente a su lado. —¡Brooklynn, Brooklynn, despierta! —Exclamó Darius zarandeándola por los hombros, despertándola poco a poco.

—Aagg, mi cabeza. —Se quejó Brooklynn.

—¿Te encuentras bien? —Le preguntó Darius.

—Sí, creo que sí. —. Contestó Brooklynn.

—¿Chicos, estáis todos bien? —Preguntó Darius a los demás, que empezaban a recuperar la consciencia.

—¿Pero que narices es esa cosa? —Preguntó Kenji bajando de un árbol.

—Y-ya viene. —Exclamó Ben asustado en cuanto escuchó un rugido de la I-Rex.

—Sshh, podría estar muy cerca. —Susurró Yazmina.

—¿La torre de observación está por ahí, o por ahí? Yo...ahgg. —Preguntó Brooklynn en voz baja.

—Vale yo, lo siento, pero... —Empezó a disculparse Sammy sacando el minidatapad de Brooklynn del bolsillo de su pantalón, pero lo volvió a guardar rápidamente en cuanto se dio cuenta de que estaba completamente roto.

—¿Dónde está? No, no, mi colgante, me lo deje en la cama. —Dijo Darius. De pronto se escuchó un rugido y todos se apegaron los unos a los otros, Mei incluida.

—Tenemos problemas más importantes. —Dijo Kenji.

Todos empezaron a correr desesperadamente en la misma dirección, una elegida al azar.

—Estaremos bien en el campamento. —Dijo Darius corriendo al frente, con Mei subida a su espalda.

Una vez llegaron a la explanada del campamento se quedaron horrorizados con lo que vieron. Estaba entero destrozado, con escombros esparcidos por el suelo. Cuando se acercaron a ver más de cerca los escombros, vieron al lado una enorme huella de la Indominus Rex, y luego un rastro completo de huellas que se marchaban de la explanada. Se pasearon por la zona, viendo los escombros, y mirando de vez en cuando arriba, en donde las pasarelas y algunos restos del campamento colgaban precariamente de las ramas y la estructura de sujeción. Yazmina se puso a buscar algo entre los escombros. Ben se acaba con cuidado a un aerodeslizador dado media vuelta.

—Dave, Roxy y los otros empleados deben de haber escapado. —Supuso Sammy.

—Aahh, pero todos no. —Dijo Ben esforzándose por no gritar cuando vio los restos de un cadáver en el interior del aerodeslizador. Se alejó rápidamente y Sammy fue enseguida con él para consolarlo.

—¡Si, los encontré! —Gritó Yazmina desde los escombros.

—¿Qué has encontrado, comunicadores, holocomunicadores? —Preguntó Darius.

—Mis blasters. —Dijo Yazmina mostrando dos blasters, uno en cada mano, ante el asombro de todos los presentes.

—¿Pero como has metido eso en el campamento? —Preguntó incrédula Brooklynn.

—Oh, pues los metí en la maleta y como los blaster mandalorianos no se pueden detectar con escáneres normales pasaron los controles del puerto espacial. —Explicó Yazmina. —Ah, y también encontré un comunicador. Si, debí decir lo del comunicador primero. —Confesó, y tras guardar sus blasters en sus fundas encendió el comunicador. —Hola, hola, ¿Puede alguien oírme? —Habló a través del comunicador, pero como no daba señal se puso a darle golpes, sin éxito. —Estamos solos. —Dijo dejando caer al suelo el comunicador.

Todos se quedaron impactados con lo que escucharon, y se hizo el silencio absoluto. Hasta que Brooklynn lo rompió.

—¡Dame mi datapad! —Gritó Brooklynn a Sammy. —Me da igual que te colaras en el laboratorio del Doctor Wu, también me dan igual las muestras de piel que le tomaste a aquel sinoceratops, —Empezó a soltar Brooklynn sorprendiendo a los demás, menos a Darius. —ya me da igual hasta que me lo robaras, lo único que quiero es usarlo para pedir ayuda ¿Dónde está? —Suplicó Brooklynn.

—Yo eh... —Sammy empezó a dudar, ante la mirada suplicante de Brooklynn y las miradas del resto. —No se de lo que me estás hablando, muestras de piel, colarme en el laboratorio, menuda locura de película te has montado. —.

—¡Hey, vale ya, no todo gira entorno a ti y a tu datapad! ¡No es culpa de Sammy que lo perdieras! —Gritó Yazmina encarándose con Brooklynn.

—¿Podéis gritar bajito? Hay un enorme dinosaurio... —Pidió Ben a Yazmina y a Brooklynn.

—¡Un gran dinosaurio aterrador, pues claro, todos lo hemos visto! —Gritó Kenji a Ben.

—¡Y todos hemos visto que tu eres un estúpido bocazas! —Se encaró Ben con Kenji.

Todos empezaron a pelearse, Ben con Kenji y Brooklynn, apoyada por Mei que se había puesto de su lado, con Sammy y Yazmina. Entre tanto, Darius se había acercado a los restos del campamento que aún quedaban colgando, lamentándose de haber perdido el colgante que le regaló su padre.

—Ninguno de nosotros va a salir de aquí, ya habéis visto como se los comía. Estamos solos, indefensos, estamos muertos. —Se lamentó Ben, haciendo que el resto se callase y se dispersase. Brooklynn en particular fue hacía donde se encontraba Darius, para hablar con el y despejarse.

—¿Qué haces? —Le preguntó Brooklynn.

—Pensar. —Contestó.

—¿En qué? —.

—Es qué, necesitamos ponernos a salvo, y creo que tal vez pueda ayudar con eso, pero no se si seré capaz. —Se lamentó Darius.

—Tranquilo, yo estaré a tu lado apoyándote. Tu me ayudaste cuando más te necesitaba y ahora voy a ayudarte yo a ti. Así que, decidas lo que decidas, tienes mi apoyo. —Le animó Brooklynn.

Darius volvió a mirar arriba, suspiró y empezó a hablar.

—No vamos a rendirnos. —comenzó Darius, y todos lo miraron. —Lo entiendo, da miedo, así no es como tendría que ser el campamento. Las cosas no siempre salen como queremos, la vida es un lio y a veces todo se derrumba. Pero está bien, porque cuando eso sucede nos levantamos y seguimos adelante y nunca nos rendimos. —.

—Darius ¿Pero que pasa con tu colgante? —Preguntó Brooklynn a su lado.

—No es importante. Guardo mis recuerdos en el corazón. —Contestó mirándola.

—¿Qué propones que hagamos? —Preguntó Yazmina.

—Iremos hacía el parque, llamaremos, pero solo lo haremos si estamos juntos. Somos un equipo o no somos nada. —Terminó Darius su discurso, con Brooklynn mirándolo impresionada.

—O ya sabéis, o volvemos a entrar en la selva. —Sugirió Ben.

—Pues tu quédate aquí esperando a las niñeras, yo voy con Darius. —Dijo Kenji.

—Espera ¿En serio? —Preguntó Darius perplejo.

—Colega no he sobrevivido al ataque de un dinosaurio para que...—Repentinamente cayó una tabla de madera al lado de Kenji que casi lo aplasta, asustándolos. —para que ahora me aplaste un puñado de escombros, Kenji Kon no va a morir a si. Nos vamos al sur ¿Los demás venís o que? —Preguntó yéndose junto con Darius y Brooklynn.

Uno a uno, todos se fueron detrás, excepto Ben. Que se quedó en el sitio protestando, pero al final, viéndose solo, decidió ir con el grupo repitiéndose a si mismo que solo era un dinosaurio.


Recintos de Toro y Campeón.

Toro y Campeón, cada uno en su lado de la reja se encontraban encarados frente a la Indominus Rex, que se había parado frente a la intersección de las vallas de sus recintos. La I-Rex se irguió todo lo que pudo, agarró la verja con sus patas delanteras y la arrancó, liberando a los dinosaurios. 


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¿Qué tal?

Aquí es cuando empieza el desmadre, cuando todo se viene abajo. Otra cosa que ha empezado es la unión de todas las tramas que han aparecido en la historia y que se juntaran más adelante. 

Ahora, vamos a ver como se desenvuelven todos los personajes en este caos, los campistas, Kimura, Ashla y Alec y Dave y  Roxy ¿Creéis que todos los personajes sobrevivirán? y con todos no me refiero solo a los campistas, sino al resto. Eso ya lo sabréis más adelante, pero mientras tanto hagan sus apuestas damas y caballeros. Yo obviamente no voy a responder en los comentarios para no dar pistas.

Antes de terminar, me gustaría decir que el mes que viene empiezo los exámenes, y aunque no creo que pueda escribir seguiré publicando los capítulos que tengo escritos. Menos mal que soy previsor y tengo algunos en reserva por si algo como esto pasaba. 


Ahora sí, nos vemos en el próximo capítulo.

Hasta otra. 


Y para terminar, un meme. 

Ni el wifi puede pagar mi universidad.


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