Capítulo 3: a la fuga.
En algún punto de Isla Nublar.
Ashla estaba en una reunión con la reina, informándole de lo último, y único, que había descubierto sobre la fuga de información de Jurassic World.
—¿Eso es todo lo que has averiguado? —Preguntó la reina pensativa.
—Me temo que si, majestad. Siento no haber podido encontrar nada más. —Se disculpó Ashla.
—No te preocupes, con esto tenemos de sobra para descubrir a donde va la información. —Dijo la reina. —Esto es lo que harás, la próxima vez que te reúnas con la muchacha descárgate la información, y después infecta el pincho de memoria con un virus. El virus y Blanca se encargarán del resto. —Ordenó la reina.
—Entendido. Sobre lo de liberar a la deinokiana capturada ¿Qué hago? —Comentó Ashla.
La reina permaneció varios segundos callada, pensando. —Libérala en cuanto se te presente la oportunidad, pero asegúrate de que parezca un accidente o, por lo menos, que parezca que se ha escapado ella sola. —En ese momento se escuchó un trueno, y comenzó a llover. —Y creo que esa oportunidad se te acaba de presentar, te será muy fácil liberarla con esta tormenta, si sabes como aprovecharla. —.
—No se preocupe majestad, parecerá un accidente. —Dijo Ashla, para después mirar al cielo.
Cuando la transmisión se cortó Ashla se puso en marcha, no tenía nada más que hacer hoy, y dudaba de que se le presentara otra oportunidad mejor. Sabía donde estaba el laboratorio secreto personal de Wu, conocía sus horarios, los sistemas de vigilancia del laboratorio, sus entradas, todo. Mientras repasaba todo mentalmente no pudo evitar pensar que esa situación casi parecía sacada de una película de espías. Cuando llegó a las proximidades del laboratorio, se escondió entre la maleza a esperar bajo la tormenta. Sabía que Wu no tardaría mucho en irse, y que dejaría el trabajo sucio en su ayudante. Pero ella no la preocupaba, ya que había proporcionado importante información sobre los proyectos y los experimentos secretos de Wu, la mayoría ilegales, y podía cubrirla.
Durante la espera Ashla había analizado los alrededores del laboratorio, elaborando el plan y buscando algo que le ayudara a entrar y que pareciera que había ocurrido un accidente. No tardo mucho en encontrar algo, unas ramas de un gran árbol pasaban sobre los cables de la electricidad, justo cuando salían de debajo de la tierra, por donde iban todos los cables de Jurassic World. Ya tenía el plan: colocaría un objeto metálico en esa rama, para que un rayo impactara en la rama y cayera sobre los cables, o la derribaría ella simulando el impacto de un rayo; desconectando la instalación de la red eléctrica, lo que lo dejaría únicamente con la energía de reserva para las luces y el sistema de seguridad de emergencia del parque, pero como no había una emergencia en el parque simplemente no se activaría ese sistema. Una vez hecho eso, entraría para asegurarse que la prisionera fuera libre, y si de paso podía llevarse más información que incriminase a Wu mejor; y al salir tendría que recoger el objeto que había usado para atraer el rayo y no dejar pruebas. Un plan bastante simple y complejo al mismo tiempo, tirar una rama sobre unos cables para dejar un edificio sin electricidad. Pero tenía que escoger muy bien el momento, después de que saliera Wu, y a ser posible su ayudante; pero cuando la tormenta aún cayera con fuerza, así que, si para ese momento no había salido su ayudante, entraría de todos modos. Era más fácil decirlo que hacerlo.
Para no perder más tiempo del necesario y acelerar la salida de Wu se fue directamente hacía la rama, para clavar un vibrocuchillo, ese sería el objeto que atraería el rayo. Se alejó corriendo, para que el rayo no le cayese a ella encima, y se puso a esperar. Un par de minutos después estaban empezando a caer rayos cerca del árbol. Hasta que cinco minutos después de colocar el cuchillo cayó un rayó en la rama, haciendo que esta arrancara todos los cables en su caída. Corrió a recoger el vibrocuchillo para no dejar pruebas en caso de que a Wu le diera por salir a investigar. Pero Ashla empezó a preocuparse, estaba saliendo todo demasiado bien.
Dentro del laboratorio se encontraba Wu, recogiendo sus cosas para irse a su residencia en Isla Nublar, cuando se fue la luz. Solo quedaron encendidas las luces de emergencia con su tenue luz roja.
—¿Pero qué ha ocurrido? —Preguntó Wu furioso.
—Que se ha ido la luz. —Respondió su ayudante resignada.
—Eso ya lo he visto, idiota, me refería a porque se ha ido la luz. Aaagg, arréglalo tú, yo me voy a dormir. —Ordenó Wu.
—¿No sería mejor llamar a los técnicos para que lo solucionen ellos? —Preguntó la twi'lek cansada y desganada.
—Haz lo que te de la gana mientras se arregle, y quédate para solucionarlo. —Contestó Wu.
—Doctor, estoy cansada, yo también necesito descansar. —Se quejó su ayudante.
—Ese no es mi problema. —Espetó Wu poniéndose un impermeable para no mojarse al recorrer el camino que separaba la puerta del laboratorio hasta su aerodeslizador.
La twi'lek suspiró resignada, se puso su impermeable, y salió a ver lo que había ocurrido. La tormenta estaba en su punto álgido y la lluvia golpeaba con fuerza, llovía de tal manera que apenas se podía ver más allá de un metro. Pero no fue muy difícil descubrir lo que había ocurrido, un rayo había impactado en la rama de un árbol y esta, al caerse, había arrancado los cables. La twi'lek suspiró resignada al ver el panorama, otra noche que se tendría que quedar a dormir en el laboratorio. Y emprendió el camino de vuelta cabizbaja.
Ashla vio como Wu se iba en su aerodeslizador, y como su ayudante salía a ver que había ocurrido, en ese momento se alegró de haber recogido el vibrocuchillo. Pero en cuanto vio como la twi'lek volvía a entrar, se desanimó, entendió que la pobre mujer no se iba a ir en un buen rato, así que entró y dio comienzo a la misión de rescate.
La twi'lek entró de nuevo en el laboratorio y colgó su impermeable al lado de la puerta. Iba a ir a llamar a los técnicos para que arreglaran el cableado, cuando sintió una presencia detrás. Se giró sobresaltada, pero se tranquilizó en cuanto vio quien era.
—Que susto me has dado, ¿Qué haces aquí? Ya te he dicho todo lo que se, y te has llevado toda la información de la computadora portátil personal de Wu. —Preguntó la twi'lek. Por un momento se cuestionó si lo del árbol habría sido cosa de la togruta que estaba delante de ella, pero no se lo preguntó. Si no tenía la información, no podría mentir sobre como se había caído la rama.
—He venido a rescatarla. Pero tiene que parecer que sea ha escapado ella sola. —Dijo Ashla con su voz sintetizada. La twi'lek entendió a lo que se refería.
—Desde dentro de su celda, en el lado del panel de control, si arranca uno de los paneles puede acceder al cableado de los controles de los rayos de protones. La celda esta diseñada para dinosaurios, no para seres inteligentes. —Explicó la twi'lek. —Sigue ese pasillo recto y al final gira a la derecha. Yo voy a llamar a los técnicos para que no haya sospechas. —Y se fue a su mesa para dar aviso del accidente.
Ashla siguió las indicaciones y llegó hasta una sección con varias celdas para dinosaurios, pero solo una tenía el escudo de rayos de protones encendido. Se posicionó delante de la pared de energía roja.
—Despierta. —Dijo con una voz suave, intentando no sonar muy brusca.
Kimura, que estaba acostada, se sentó sobre el camastro, y miró confundida a la figura desconocida que había al otro lado de la puerta.
—¿Quién se supone que eres tú? —Preguntó mientras se erguía con sus 1,97 metros de estatura.
—Eso no importa, lo que importa es que vas a salir de aquí. —Contestó simplemente.
—¿Me vas a sacar de aquí? —Preguntó ilusionada.
—No. —Dijo Ashla desilusionado a la joven. —Tú te vas a escapar. Tienes que arrancar el panel que está a esta altura para acceder a los controles de tu celda. —Explicó señalando la altura a la que tendría que estar el panel.
Kimura no se lo pensó dos veces e hizo caso a la desconocida. Consiguió desprender el panel, primero golpeándolo con todas sus fuerzas a puñetazo limpio, y cuando estuvo aflojado, lo arrancó de cuajo.
—Ahora arranca el cable verde y el rojo y cámbialos de sitio. ¿No serás daltónica por curiosidad? —Dijo Ashla.
—Si te refieres a si confundo los colores, no. —Respondió Kimura, y siguió las indicaciones de la desconocida. Finalmente, la barrera roja desapareció, y Kimura cruzó el umbral por primera vez en años.
—Gracias. —Agradeció Kimura.
—Esto aún no ha terminado, dámelas cuando hayas salido. —Dijo Ashla, y empezó a correr, pero al ver varios electroblaster aturdidores se paró, sacó uno de los electroblaster de la estantería y se lo entregó a Kimura.
—Toma, para que te defiendas. —Dijo Ashla al dársela.
—Pero no se manejarla. —.
—Es fácil, apuntas a lo que quieres disparar y aprietas el gatillo. —Kimura hizo caso de la explicación, apuntó a un lugar de la pared y apretó el gatillo, disparando una especie de bola de electricidad similar al disparo de un blaster. —Vale, ya dominas lo básico, pero te voy a dar dos normas que siempre debes seguir con este tipo de armas: uno, no apuntes a nada que no vayas a disparar, aunque sea de broma, no son juguetes y puedes dañar a alguien, en el mejor de los casos; y dos, si no vas a disparar, no tengas el dedo siempre en el gatillo, podrías disparar accidentalmente. Pero si tenlo cerca. —Explicó Ashla.
—No apuntar a nada que no vaya a disparar y no tener siempre el dedo en el gatillo, entendido. —Repitió Kimura, y seguidamente hecho a correr junto con Ashla. Hasta que se encontraron con la ayudante del profesor.
La twi'lek miró a Kimura y sonrió. —Adiós Kim, ten cuidado, no te quiero volver a ver encerrada en esa celda. —Dijo brevemente a modo de despedida.
—Adiós Liria. —Se despidió Kimura.
—Deberías dispararme, con el arma que llevas, tiene que parecer que te has escapado sola. —Dijo con tranquilidad la Twi'lek. —No te preocupes, esas armas están programadas solo para aturdir, no me pasará nada. —Intentó tranquilizarla.
Kimura no estaba muy segura, miró a la ayudante de Wu, luego miró a Ashla, esta asintió para tranquilizarla. Kimura apuntó y disparó, no muy segura. En cuanto la twi'lek estuvo inconsciente en el suelo, se arrodilló para asegurarse de que estaba ilesa, y siguió corriendo. Cuando salió se topó con la tormenta, aunque ahora estaba amainando un poco. Se paró, delante de la puerta en medio de la lluvia.
—¿Estas bien? —Preguntó Ashla.
—Si, es solo que he echado de menos la lluvia. —Contestó Kimura.
—Bien, nuestros caminos se separan aquí. Sigue recto en dirección sureste, encontraras una vieja cabaña. Mucha suerte. —Dijo Ashla antes de irse.
—¿Cómo te llamas? —Preguntó Kimura. Ashla se quedó pensativa varios segundos.
—Ashla. Pero te has escapado tu sola, no te he dicho mi nombre, no me has visto y no nos hemos conocido. —Dijo Ashla mucho más seria.
Kimura asintió, no preguntó más, haría caso a las instrucciones de su rescatadora, nunca se habían visto. Ambas salieron corriendo, cada una en una dirección.
Quince minutos después de la fuga llegó un aerodeslizador del parque. De el se bajaron dos hombres cubiertos con impermeables, aunque la tormenta ya empezaba a remitir. Uno era un sith purasangre maduro, de unos cincuenta años, con la piel roja como la sangre, cubierta de tatuajes negros, dos tentáculos saliendo del rostro; el otro era un joven twi'lek de piel azul, de unos treinta años.
—Bien, yo iré a ver la rama caída, tu ve dentro a conectar el generador de emergencia y para ver que quiere el imbécil de Wu. —Dijo el sith purasangre con una voz ronca, cansado y molesto por haber tenido que despertarse de madrugada a trabajar.
—Lo dice como si Wu se fuera a quedar hasta estas horas. —Bromeó el twi'lek para intentar aliviar un poco el cansancio.
—Llevas razón. Pobre muchacha, no se como no ha mandado ya al cuerno a Wu. —Dicho esto, cada uno fue ha hacer su parte, el sith siguió fuera y el twi'lek se entro en el laboratorio.
—Hola Liria, ese imbécil de Wu te ha vuelto a dejar trabajando otra noche en el laboratorio mientras el se va a dormir, ¿eh? —Dijo nada más entrar, pero no obtuvo contestación. —Em, Liria. —Volvió a llamar a la ayudante de Wu, esta vez más preocupado. Avanzó un poco, y se la encontró tirada, inconsciente en el suelo. —Liria, despierta. —Exclamó el twi'lek alarmado agitándola para ver si reaccionaba.
La twi'lek se fue despertando poco a poco. —Cham. —Dijo cuando se despertó.
—¿Te encuentras bien? ¿Qué ha ocurrido? —Preguntó el twi'lek.
—Si, estoy bien. Habrá sido una bajada de azúcar por el exceso de trabajo. —Mintió la twi'lek.
—Si tu lo dices. Vamos, te ayudo a levantarte. —Dijo el twi'lek ayudando a Liria a levantarse, hasta una silla. Después se dirigió a una sala para encender el generador de emergencia para que hubiera electricidad hasta que arreglaran los cables.
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¿Qué tal?
Supongo que estaréis un poco confundidos porque este no es el capítulo que esperabais. Antes de que saquéis las horcas y las antorchas, dejadme decir que tengo una buena excusa para haber cambiado el capítulo.
La explicación de porque este capítulo es simple, era larguísimo. Explicando un poco más a detalle esto, debo aclarar que inicialmente el capítulo iba a ser el que correspondía con la serie. Además, iba a tener, por así decirlo, tres grandes partes: la primera iba a ser esta, que sería con la que comenzaría el capítulo; luego la segunda que sería el episodio de la serie en si; y la tercera y última que cerraría el capítulo.
El problema apareció cuando estaba escribiéndolo: llevaba escritas mil palabras y aún no había llegado ni a la mitad de esta parte. Así que decidí dividir el capítulo en tres, cada parte como un capítulo independiente. Por lo que esta temporada tendrá dos capítulos más de los que debería.
Espero haberme explicado bien. Para que veáis de lo que habló, si hubiera mantenido la idea original de escribir todo junto, el capítulo final habría tenido exactamente 11.145 palabras. Ahora el más largo tiene 6.657, bastante diferencia a decir verdad. Y tengo que admitir que a parte de ser más cortos, funcionan mejor como capítulos separados que todos juntos, y estoy bastante contento con el resultado.
Ahora ya sí, nos vemos en el próximo capítulo.
Hasta otra.
Y como siempre, un meme.
Seguro que a más de uno le ha pasado esto.
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