CAPÍTULO VIII:
»Román«
"Te ves como el cielo, y me sentí como el infierno junto a ti"
Lo que pasó anoche se repetía una y otra vez en mi mente, las imágenes eran sucesivas, lentas, tan pausadas que me pareció ver todo en cámara lenta y por primera vez en muchos años, algo maravillosamente hermoso liberó mi cabeza de los recuerdos tormentosos, logrando hacerme sentir bien— Mire a la chica acurrucada en mi pecho— Andy tenía su cabeza en mi dorso, su cuerpo cálido estaba casi sobre el mío, sus delgados brazos me rodeaban y de vez en cuando, su delicada mano acariciaba mi pecho, solo eran pequeños toques que a mi me parecían majestuosos, su respiración era calmada y podía oir los latidos de su corazón, aquel ritmo maravilloso que me hacia creer en que había algo divino en este mundo, ya casi había olvidado como se siente tener un corazón vivo y las pocas veces que escuchaba el latir de los corazones era en mis victimas o en mis sumisas, todos acelerados, desbocados, con miedo, con mucho miedo, me hacían perder el control. Mire su angelical rostro y lo acaricie suavemente con una de mis manos, pasando por su sedoso cabello, mientras hacia esto me pregunta el porqué no le incómoda mi temperatura, en dinifitiva es una chica extraña— Suspire y mire el techo— Toda la noche me la pase así, observandola, llenandome de la paz que me proporcionaba la presencia de Andy, aunque había algo que me asustaba porqué no comprendía, sabía que esta mujer estaba causando estragos en mi pero no sabía la magnitud de los daños, todavía no puedo definir lo que siento por ella, al principio sabía que solo era atracción física, ahora todo es tan confuso... Andy es, no se lo que es, esto es demasiado frustrante para mi.
— ¿Qué me estas haciendo?— Le susurre sabiendo que no iba a escucharme, porqué dormía— ¿Por qué cuando estoy contigo me siento tan débil? Tú... ¿Qué eres para mi?
En ese momento sentí las pisadas de alguien acercándose por los pasillos, el olor me llegó de inmediato: Nanni, me aparte cuidadosamente del lado de Andy y esta se removió en la cama hasta acostarse boca abajo con los brazos extendidos hacia las almohadas, me puse de pie rápidamente, busque mis bóxers por el suelo y cuando los encontré me los puse, entonces la escuche detrás de la puerta, justo a tiempo.
— ¿Joven Román?— Pregunto y sentí su preocupación, la preocupación que sentía por Andy.
— Un momento— Pase las manos por mi cabello frustrado y me acerque a la puerta, le saque el seguro y la abrí— ¿Qué ocurre, Nanni?— Alce una ceja y esta me miro de arriba hacia abajo.
Captó el mensaje, ella ya sabía lo que había pasado anoche con nosotros.
— ¿La hipnotizo otra vez?— Entró y cerré la puerta para girarme hacia ella— ¿La obligó? No me diga que usted la...— Guardo silencio al verla en mi cama.
— No le hice nada— Aclare y esta se giro a verme— Ni yo mismo me lo espere, fue algo que solo se dio de forma natural, yo no intervine en nada— Me explique.
— ¿Comó?— Parpadeo perpleja— ¿Durmio con ella en su cama? ¿Usted...— La corte.
— Fue todo distinto con ella, Nanni— Con esto le deje en claro que fue la única con la que no usé el BDSM para sentirme bien y llegar al orgasmo.
Fue más que eso...
— ¡Sabia que ella era la chica!— Chillo y la hice callar, ambos miramos a la cama, solo se removió pero no despertó— Lo siento— Soltó una risita tonta— No pude con la emoción, yo sabía que Andy era su chica y no sabe lo feliz que soy al ver que a sido capas de calmarlo y de darle paz mi niño querido— Acarició mi mejilla he hice una mueca aunque no la aparte, ella sabía que no me gustaban las demostraciones de afecto o el ser de piel con alguien.
— Bueno, esta bien— Tome su mano delicadamente y la aleje de mi rostro— Se que mis hermanos saben que ella está aquí, diles que logró calmarme, cuentales para que se queden tranquilos y diles que ella se quedó en mi cuarto y yo en el piso de arriba ¿Ok?
— Esta bien— Se acercó a la puerta y la abrió— Prepare un desayuno exquisito para todos antes de que se vayan a la Universidad y usted al trabajo— Se giro a verme— Ah, le pediré a la señorita Bianca y a Jonathan que vayan al departamento de Andy, digo, de la señorita Andy para que le traigan ropa.
— Bien, nos vemos en el desayuno Nanni— Me despedí y esta salió del cuarto cerrando detrás de si.
Andy había despertado y escucho todo, me gire hacia ella, estaba en posición fetal con los ojos cerrados y una sonrisa amplia en el rostro.
— Se que estas despierta— Ví como se sentó cuando dije esto— ¿Qué escuchaste?— Agregue y abrió los ojos, murmuro una maldición pero pude oírla.
Se movió en la cama hasta sentarse en esta, se cubrió los pechos con la sábana y su cabello desordenado callo sobre sus hombros, su maquillaje estaba un poco corrido y a pesar de todo, me pareció la mujer más hermosa que he visto en toda mi vida.
— Lo siento, no pude evitarlo, estaban hablando aquí mismo— Sonrió un tanto avergonzada, era la primera vez que sonreía de esa manera conmigo y me gustaba.
Sin embargo no se me ocurría que responderle, mi mente se había quedado en blanco con una sola cosa clara.
— Wow... Eres hermosa— Al decirle esto parpadee un par de veces y negué con la cabeza confundido.
¿Qué demonios estoy haciendo?
Andy se sonrojo y volvió a sonreír, me desvío la mirada avergonzada y soltó una pequeña risita ¡Esa sería mi música favorita desde ahora! Me encantaba toda ella y su voz tan suave, tan angelical y armoniosa me hacia recordar a la de mi madre.
— Gracias...— Se encongio de hombros y suspire.
— Me iré a bañar, tengo que ir a trabajar y tu debes ir a la Universidad, Nanni después te traerá una muda de ropa para que te cambies— Me dirigí hacia el baño y me detuve en la puerta de este, resople— Gracias por lo de ayer, Andy— Abrí la puerta, prendí la luz, entre y cerré a mis espaldas.
»Andy«
Hace más o menos veinte minutos vino Nanni con una muda de ropa de mi casa y mi bolso para ir a la Universidad, se lo agradecí y esta se fue, estaba contenta, casi parecía una niña pequeña dentro de una dulcería— Me di una ducha rápida porqué ya era tarde— Me cambie de ropa
Cepille mi cabello hasta dejarlo suelto y de maquillaje solo usé un rímel para mis pestañas y nada más, estando lista, me cargue el bolso al hombro y suspire, todo lo sucedido ayer fue bastante extraño he intenso, más lo de ahora, Román tuvo una manera de ser muy distinta, más lindo y lo que dijo Nanni me hizo pensar en todas las veces que habíamos cogido, el me había hipnotizado porqué yo lo odiaba y nunca hubiera aceptado nada de lo que el hacia, era una rara forma de conseguir lo que quería o de protegerme, si lo veía por el lado que yo quería, además estaba logrando confundirme, no nos conocíamos casi nada, nunca hablamos más de lo normal hasta el día de ayer que me entere de otras cosas de su vida y aún así el me gusta, me gusta más de lo que pensé que me llegaría a gustar y tengo miedo porqué siento que mis sentimientos están corriendo más rápido de lo que deberían, no quiero salir herida, tengo muy claro que el que siente más, es el que pierde y yo no deseo perder, no quiero sufrir.
En fin, después de que el se ducho, se cambió de ropa, bajo sin decirme nada, eso me molesto un poco— Ahora estaba bajando las escaleras— Desde aquí podía sentir el delicioso aroma de la comida desde el comedor, así que termine de bajar los escalones corriendo, desde luego sosteniendome del pasa manos, llegue al salon comedor y note algo extraño, además de los chicos y la notoria ausencia de Román, había una chica sentada al lado de Bianca, solo con verla me sentí mal, era como un mal presagio, sabía que ella no era buena, no es por juzgar a las personas, pero desde que tengo memoria para recordar he aprendido a distinguir a las personas de buen corazón con las malas, la vida dura que lleve me lo enseño y con esta chica de inmediato reconocí que algo malo vendría con su aparición. Todos me miraron de una forma rara confirmando mis malos presagios acerca de la desconocida y cuando esta se giro a verme, un escalofrío recorrió mi espina dorsal, además de quitarme el término "chica" De la cabeza, ya que ella estaba muy lejos de serlo, era una mujer, una hermosa y perfecta mujer, muy alejado de lo que yo era— Su cabello era negro como ébano y largo, se veía brillante y sedoso a simple vista— Su rostro era perfecto, angelical por no decir más, sus ojos eran de un azul profundo y seductor con unos grandes matices negros, sus pestañas largas le daban una mirada arrebatadora, sus labios eran gruesos y simétricos de un color rojo natural, su nariz era respingada, su piel tan blanca como la nieve, sus atributos eran admirables y envidiables, tenía una figura perfecta y era un poco más alta que yo, sus piernas largas me lo demostraban, no pasaba de los 25 años de edad y para rematar, traía un vestido rojo ceñido al cuerpo:
Dejando apreciar aún más su espectacular figura, traía unos tacones negros a juego y por como estaba vestida me sentí un total fracaso, instintivamente me mire para comprobar lo mal que estaba, luego volví a mirarla y me pregunte si estábamos de noche o su forma de vestir era así, llamativa.
— Andy, ven— Me llamó Ethan por mi nombre, eso era raro.
Había un puesto extra a su lado, supongo que es el mío, así que me senté junto a este.
— Te vez muy bonita— Me alago Elliot como siempre.
— Esta vez, cocino Nanni— Dijo Bianca y nadie hacia referencia hacia la desconocida, quien sonrió de manera arrogante y superior para después mirarme.
— Ya que los "educados" hermanos Salvatore— Hizo énfasis en educados— No me presentaron, lo haré yo— Ladeo la cabeza y su mirada tan cautivadora me hizo recordar a la de los depredadores cuando ven a su presa, esa misma mirada tenía Román y pronto me pregunte si ella también es una vampiresa de sangre pura como el o no— Soy Madison Fox, pero tu me puedes decir Maddie— Sonrió.
— Eeeh... Yo soy Andy Fillips, es un gusto conocerte Maddie— Le sonreí algo nerviosa en respuesta.
— Ella es la fuente de vida de Román, así que no te acerques a ella— Le advirtió Ethan y Maddie río.
— No pensaba hacerlo querido.
— ¿A qué Diablos viniste?— Le preguntó Elliot— ¿No te bastó la indiferencia de mi hermano? O ¿Eres masoquista?— La miro de una manera amenazante.
— Veo que siguen siendo un par de idiotas, nada a cambiado— Comió despreocupadamente, sus movimientos y sus gestos eran tan sofisticados que me daba hasta vergüenza comer.
— ¡No te permito que le hables así a mis hermanos!— Grito Bianca estrellando el cubierto sobre el plato y la miro— ¿A que mierda viniste? Sabes que después de lo que hiciste, no eres bienvenida en mi casa— Vaya, al parecer ellos tienen una historia.
Y también dejaron en claro que la odian con todo su corazón.
— ¿Aun me temes, Bianca querida?— Se río Maddie— ¿Temes que esta vez te robe a tu querido hermanito? Quiero que te quede claro, Román fue, es y siempre será mío— Le recalcó con superioridad y una alarma estalló en mi cabeza.
»Román fue, es y siempre será mío« Ella tuvo algo que ver con Román, ella volvió por Román, ella... ¡Ella no puede ver a Román!
— ¿Qué ocurre aquí?— Me tense cuando oí su voz, todos lo miramos.
Román vestía un traje negro a la medida, calzaba zapatos del mismo color y su cabello estaba perfectamente peinado, aunque eso no le restaba belleza, se veía aún más hermoso y mucho más serio, aumentandole la edad. Salvatore nos miro a todos y paro en Maddie, quien al verlo se puso de pie de un salto y corrió a una velocidad sobre humana a sus brazos, esta le llegaba a la punta de la nariz, así que cuando envolvió sus brazos en el cuello de Román, se puso de puntitas y lo beso, este ante la mirada atónita de todos le correspondió el beso, puso sus manos en los brazos de Maddie y los bajo apartandolos del para luego alejarse de la mujer.
— Sabes que no me gusta que me toquen— La miro seriamente y la chica se encogió de hombros juguetona.
— Pensé que yo podría hacerlo ahora— Se giro hacia nosotros— Ya que seré tu esposa— Les sonrió en específico con orgullo y soberbia a los hermanos de Román.
— Maddie— Le llamó la atención Salvatore con voz sería, conteniendo la ira— Yo sería el encargado de decirles— Le recordó y me dio una mirada rápida.
— ¿¡Qué rayos dices Román!?— Le grito Bianca poniéndose de pie— ¡No puede ser cierto!
— ¡Sabes que es una maldita bruja!— Ahora le grito Ethan, también poniéndose de pie— ¡Después de lo que te hizo! ¿¡Estas demente!?— Se acercó a Bianca para abrazarla.
— ¿¡Qué pretendes!?— Ahora le grito Elliot poniéndose de pie— ¿¡Quieres terminar por destruirnos a todos esta vez!?— Se acercó a los chicos.
Todos le reclamaban y este no decía nada, Maddie sonreía orgullosa al ver el desastre que provocó y Román, Román solo me miraba, mis ojos se llenaron de lágrimas y un gran dolor se instaló en mi pecho, no, no quiero, por favor, no quiero sufrir, respire pesadamente, las voces de los chicos me estaban pareciendo distorsionadas, mi corazón empezó a latir de una manera rápida y violenta, así que me puse de pie, me colgué el bolso al hombro y salí corriendo de la mansión aprovechando la distracción de los demás, aunque el único que estuvo atento a mis movimientos fue Román, no hizo nada, ni salió detrás de mi como en las películas o libros, solo se quedó ahí mirando mientras me iba. Pase de Jona y Rey, quien gritaron mi nombre y llegue a la parada de autobuses, tome el primer taxi que pasó y me dirigí a la universidad, sabía que por esta ocasión especial, los chicos no irían a estudiar y además necesitaba ocupar mi mente en otra cosa, pensar en algo distinto, algo que no sea Román o que me lleve a recordarlo, era tanto el dolor que sentía que comencé a llorar durante todo el camino a la universidad.
¿Como pude ser tan ingenua?
El me dijo desde un principio que jamás querría algo serio con nadie y resulta que no estaba pensando en eso, solo porqué su prometida no estaba aquí y mientras tanto deseaba divertirse, maldito idiota, bastardo, hijo de su... No, su difunta madre no tiene la culpa del imbécil que le tocó por hijo y tampoco de mis malas decisiones, en definitiva, yo soy la idiota por no saber controlar mis sentimientos...
Xoxo
¡¡¡Holaaa!!! ¿Qué tal? ¿Como están? Espero que bien, aquí les dejo otro cap de la historia ¡¡¡Denle amors!!!😏😏❤
¡¡¡Gracias, totales!!!😍💖
IsaBiLove💋
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