CAPÍTULO VII:
»Andy«
En cuanto llegamos a la mansión, pudimos escuchar el escándalo desde la calle, los chicos entraron corriendo y los seguí detrás, Bianca paso a consolar a Nanni quien lloraba y temblaba en un rincón de la estancia, mientras que Ethan y Elliot subieron a la velocidad de un rayo las escaleras hacia los pisos de arriba de donde provenían los gritos, me acerque a las chicas y puse una mano en el hombro de Nanni, esta me dio una mirada rápida y luego volvió a poner sus ojos en el suelo.
— ¿Qué pasa?— Pregunte algo asustada.
— Ya lo sabrás, ahora quédate con Nanni— Me dijo Bianca— Iré a ver a los chicos— La dejó y se dirigió a las escaleras, justo en ese momento sentimos la imponente voz de Román retumbar en toda la mansión.
— ¡LES DIJE QUE SE FUERAN DE AQUÍ!— Gruño Román y Bianca corrió a su velocidad sobre humana hacia los pisos superiores.
Me quedé con Nanni a solas.
— ¿Qué sucedió?— La mire y esta negaba con la cabeza, no podía hablar— ¡Diablos! Nanni— La lleve a uno de los sofás de la sala de estar y me acerque al mini-bar.
Saque un vaso y lo llene con agua la cual estaba en una jarra de vidrio, luego se lo lleve a Nanni, se lo di y esta lo recibió con las manos temblorosas, me senté a su lado y pase mi mano delicadamente en su espalda de arriba hacia abajo, luego de unos minutos comenzo a tranquilizarse, dejó el vaso sobre la mesita de centro y saque mi mano de su espalda, entonces giro a verme.
— ¿Román te golpeo?— Inquirí con algo de temor por su respuesta, si así fuera le patearia las bolas.
— No, claro que no— Se apresuró en contestar— El jamás haría eso, no conmigo— Agregó y tome sus manos entre las mías.
— ¿Qué ocurrió entonces?
— Hoy se cumplen veintiún años desde la muerte de la señora Isabella Bianchi, la madre de Román— Eso es algo que ya sabía— El siempre se pone mal en estos días, sufre de unas crisis incontrolables, destruye todo a su paso, es como un huracán y en ese estado es capas de hacerle daño a todos— Explicó— Si me he salvado de esto, es porqué conmigo tiene un cierto control, al verme solo me pide que me aleje y lo deje en paz, por eso siempre llamó a los chicos— Agregó cabizbaja.
— Eso no explica su reacción— Fruncí el ceño— Tu misma lo dijiste, han pasado veintiún años desde la muerte de su madre, entiendo el dolor que jamás se va pero ¿Por qué actuar de esa manera aún?
— Son cosas de las que no te puedo hablar, no me corresponde— Aclaró— Solo le corresponde a Román— Agregó y suspire frustrada.
Justo en ese momento, Bianca se acercó hasta donde estábamos, gritando hacia sus hermanos.
— ¡No puedes hacer eso, Román, no tienes el derecho!— Nanni y yo nos volteamos para verlos.
Ethan tenía el labio roto y de su nariz brotaba sangre, al igual que Elliot quien se sostenía las costillas con una de sus manos, por otro lado, Bianca tenía una fuerte y roja marca de una mano enorme en la mejilla, la había abofeteado.
— Oh, mi Dios— Lloro Nanni al verlos y se acercó corriendo a estos— Mis niños— Los abrazo a los tres.
Me puse de pie y me acerque a ellos.
— ¿Román les hizo esto?— Pregunte lo que ya sabía y estos suspiraron.
— Es lo mismo de siempre— Habló Ethan con algo de dificultad, mientras abrazaba a Nanni con uno de sus brazos.
— Ya nos acostumbramos, al menos ahora está un poco más calmado— Habló Elliot.
— Sigue doliendome verlo así— Bianca rompió en llanto.
— Sea por lo que sea, Román no puede actuar así con ustedes— Fruncí el ceño, estaba molesta, mi sangre hervía, no me gustaba la gente que abusaba de su poder, menos los maltratadores y los bastardos que golpean mujeres— ¡Voy a ir! Ya verá lo que le haré a ese bastardo hijo de su...— Pase por su lado pero Ethan rápidamente se puso en mi camino y me corto.
— No es buena idea— Tenía una mano en mi brazo izquierdo— Lo conozco y te hará lo mismo que a nosotros, quizá algo peor, por ahora es mejor dejarlo solo— Me soltó.
— No me gustan las injusticias, Ethan, Román no puede tratarlos así— Me sentía tan impotente.
— ¿Crees que no lo sabemos?— Se unió Elliot a la conversación— Hemos pasado por esto año tras año, soportando su carácter de mierda y lo cruel que es todos los malditos días, Andy— Explicó acercándose a mi— Tu no lo entiendes porqué no lo has pasado y porqué no eres su hermana, a pesar de lo bastardo hijo de puta que puede ser Román, lo amamos, es lo único que tenemos y no podemos dejarlo solo— Sus ojos estaban llenos de lágrimas.
— Entiendo si te quieres ir, Andy— Ahora la que habló fue Bianca— Todos se asustan al ver a Román y peor si lo hacen cuando el esta así o molesto— Se acercó a mi— Le diré a Rey o a Jonathan que vaya a dejarte a tu casa— Agregó y rápidamente la frene.
— No hace falta— Todos me miraron, incluso Nanni— Seré honesta, si temi y no los entiendo, si estuviera en sus zapatos lo denunciaría a la policía de inmediato, sobre todo por agredir a una mujer— Al decir esto, Bianca se tocó instintivamente la mejilla— Aún así no me iré, estaré con ustedes hasta que la bestia que tienen por hermano se calme, quiero que sepan que cuentan con mi apoyo y que jamás los dejaré solos— Agregue siendo sincera de corazón.
— Tu no eres como cualquier chica— Ahora la que habló fue Nanni— Eres diferente, hace mucho tiempo que no veía la bondad en otras personas hasta que te conocí Andy— Se acercó a mi y acarició mi mejilla— Gracias por estar aquí, por brindarle tu amistad a los chicos y sobre todo, por soportar a mi Román— Sonrió y alejo su mano de mi cara.
Toda esta situación me producía nervios y muchas ganas de llorar, aún así no lo dejaré pasar tan fácil, de alguna manera tendré que hablar con el idiota de Román y este me tendrá que escuchar...
×××
Eran más de las diez de la noche, todos habíamos cenado juntos, mientras que Román seguía encerrado en su cuarto bebiendo sin parar, mientras escuchaba música a todo volúmen, un rock pesado, aunque no era estruendoso, más bien era una melodía algo lenta y su letra era totalmente lúgubre— Ahora estábamos todos en la sala de estar— Patrick, Jordán, Babi y Noah estaban aquí con nosotros, habían venido a apoyar, en todo este tiempo estaban hablando mientras yo me mantenía ausente en mi propio lugar, en realidad estaba más concentrada en lo que estaría haciendo Román que en lo que estaba pasando aquí, yo necesita verlo y comprobar que no se haya hecho daño, sin embargo dudo que algo malo pueda pasarle, el ya está muerto ¡Demonios! Es la cosa más rara que he dicho en toda mi puta vida.
— Chicos, disculpen, iré a la cocina por un vaso de jugó, ya vengo— Me puse de pie.
— Puedo llamar a una de las empleadas si quieres— Me propuso Ethan.
— No, no hace falta, iré yo misma, no me rompere las manos por eso— Reí causando que todos lo hicieran.
— Te acompaño, yo quiero una cerveza— Dijo Noah poniéndose de pie y lo frene de inmediato.
Tenía que ir a ver a Román, el no puede venir conmigo.
— ¡No hace falta!— Casi le grite y todos me miraron raro por eso— Digo, iré yo por ella y te la traigo, no te preocupes, siéntate— Agregue algo nerviosa.
— ¿Segura?— Alzo una ceja— Yo puedo ir de to...— Lo corte.
— ¡No, siéntate!— Le grite— ¿Qué no puedo ser amable contigo?— Me reí y este sonrió de lado— Vamos, Noah siéntate, yo te traere la cerveza— Este suspiro y se sentó— Eso es, buen chico— Todos rieron— Bien, ya vuelvo— Prácticamente corrí fuera de la salita.
Desvíe mi camino de la cocina hacia las escaleras, no sabía dónde demonios estaba el cuarto de Román, así que camine por los pasillos en busca de la habitación de donde provenía la lugubre música, hasta que di con ella, doblando en el pasillo a la derecha, la última puerta del fondo— ¡Demonios! La música es ensordecedora— Tome el pomo de la puerta y lo gire con la esperanza de que estuviera abierto, por fortuna, si lo estaba, entre lentamente y sin hacer ruido, aunque no podría oírme con el volúmen al que tiene la música, por otro lado no tengo nada asegurado, sus dones pueden activarse y creo que puede saber ya que ahí un intruso en su cuarto. Cerré a mis espaldas, esta era la habitación en la que llegue a parar el primer día que hable con el y extrañamente, no habían señales de Román por ningún lado, aunque era evidente el caos que había provocado en este lugar, me dirigí cautelosamente al baño, la puerta estaba abierta, me asome un poco y lo ví, estaba frente al espejo sobre el lavabo, mire su reflejo, ¡Se estaba cortando la cara con una navaja! Justo por el lado de su ceja hacia abajo
Se que eso no le afecta en nada, aún así me asuste y no pude evitar gritar.
— ¡Román!— El vampiro giro a verme rápidamente sosteniendo la navaja en una de sus manos.
Sus ojos, sus ojos volvieron hacer de ese color carmín tan terrorífico.
— ¿¡Qué Diablos estas haciendo aquí!?— Gruño acercándose a mi.
— Quería verte— Solté con dificultad, me costaba hablar— ¿Como puedes hacerte esto?— Señale la herida en su ceja con la mirada— ¿Como demonios puedes hacerle esto a tu familia?— Tenía un nudo en la garganta.
— Yo no me hago nada, ni les hago nada a ellos— Se puso frente a mi— Pero si te haré algo muy malo a ti, si no te vas de aquí— Advirtió con la mandíbula apretada.
— Hazlo entonces— Mis ojos se llenaron de lágrimas— Insultame, golpeame, haz lo que se te venga en gana, si así es la única manera en la que te vas a desahogar hazlo— Agregue de manera firme y este levanto su mano en el aire, cerré los ojos esperando el golpe, no sería la primera vez que me pasa, aún así, continúe hablando por mera intuición— Después de que lo hayas hecho, rompere el contrato en tus narices, renunciare a todo lo que me has brindado y me iré, lo juro, jamás volverás a verme— Prometí con un ardiente dolor en el corazón, sabía que ese motivo no impediría el golpe o al menos es lo que esperaba, de todas formas yo no soy Nanni y nosotros no somos nada.
Pasaron algunos segundos, los cuales se transformaron en minutos, no sentí su mano, sinó un grito de impotencia que salió de lo más recóndito de su garganta, abrí los ojos y lo ví, se acercó al velador a la velocidad de la luz, lo tomó y lo tiro al estante lleno de libros, rompiendolo en mil pedazos, di un salto en mi lugar y derrame las lágrimas que llevaba conteniendo desde que lo ví haciéndose ese corte en el rostro.
— ¿¡Por qué!?— Gruño— ¿¡Por qué!?— Giro a verme— No vuelvas a decir eso jamás, te lo prohibo— Se acercó a mi y unas alarmas sonaron en mi cabeza, mi instinto de supervivencia me decía que debía retroceder pero no lo haría.
»Soy fuerte, soy valiente, no le temo«
»Soy fuerte, soy valiente, no le temo«
»Soy fuerte, soy valiente, no le temo«
Me repetía esa frase una y otra vez en mi mente, hasta que lo tuve frente a mi y en esa mirada carmín tan intensa y atemorizante, ví odio puro y mucho rencor, algo me decía que esos sentimientos tan podridos no eran dirigidos hacia mi y yo deseaba saber quién fue el que le hizo tanto daño a Román para convertirlo en lo que es ahora.
— No sirve de nada que te lo digas a ti misma— Inclino su rostro hacia el mío y me olfateo— Tu hueles a miedo— Se alejo y adoptó una postura de depredador al acecho.
— ¡Román!— La voz de Bianca, detrás de la puerta me trajo de vuelta a la realidad, gritaba el nombre de su hermano— ¡Se que Andy esta aquí, dejala salir ahora!— Agregó y este ni se inmutó, además no me quitaba los ojos de encima y yo tampoco le bajaba la mirada.
— ¡Román, no lastimes a Andy!— Grito ahora Ethan— ¡Lo único que quería es ayudar, dejala ir!— Agregó.
— ¡Hermano, por favor!— Ahora habló Elliot— ¡Ya estoy cansado de esto! ¡Por favor, para! ¡Deja ir a la chica!— Suplico, parecía estar llorando.
— Debes importarles mucho para que pidan por ti— La voz de Román me hizo volver a mirarlo— Ellos jamás harían eso por cualquier persona— Agregó y sus ojos centellearon.
— ¡Hijo mío!— Ahora habló Nanni y Román miro de inmediato hacia la puerta— ¡Mi niño, te lo ruego, no lastimes a Andy, ella es una buena chica, por favor, dejala ir!— También parecía que lloraba.
— ¡Váyanse!— Grito este en respuesta y lanzo la navaja hacia el estéreo, esta se incrustó justo al centro del mismo, produciendo que se cayera al suelo partiéndose en pedazos— ¡Si no se van de aquí la mataré! ¡No quiero que nadie suba, ni vuelva a posarse detrás de la puerta o la sacaran en una bolsa de basura, se los advierto!— Amenazó.
— ¡Esta bien, esta bien, pero tranquilizate!— Habló Bianca y luego sentí que murmuraban un par de cosas.
Eran más voces a parte de los hermanos de Román y Nanni, Jordán, Patrick, Babi y Noah seguían aquí, después de que hablaron, sentí sus pasos, ellos se habían ido.
— ¿Piensas asesinarme?— Pregunte y este me miro— Soy tu fuente de vida y aún así quieres matarme— Solté una risa amarga.
— Puedo hacerlo si quiero— Su respuesta me dejó helada— Sobreviví toda mi vida sin ti, puedo volver hacerlo hasta encontrar otra como tu o sacar muestras de tu sangre y modificarla para hacer copias— Explico las muchas opciones que tenía— Tengo el dinero, el poder y las influencias para hacerlo, no me eres indispensable Andy— Agregó y no se porqué me afecto tanto esa frase.
»No me eres indispensable Andy« Lo sabía, si que lo sabía y duele demasiado.
— Entonces hazlo de una vez— Lo desafie— Aquí estoy, mátame— Lo mire fijamente a los ojos.
— Aún no— Debajo de la sangre oscura que caía en largas gotas por su mejilla, pude ver como su cicatriz se cerraba de forma instantánea, sin dejar huellas de la herida.
— No te entiendo Román— Le dije honestamente— Las personas que están allá abajo son tu familia y te aman tanto que darían hasta su vida por verte bien, ¿Por qué los tratas así?
— ¡Yo soy así!— Me grito y se alejo de mi, en uno de los muebles pude ver una botella de vino y una copa a medio tomar. Román se acercó a este.
— Entiendo que la muerte de un ser tan querido como tu madre debió afectarte demasiado, la pena es lo que siempre nos acompañara, pero no es motivo para actuar así— Tomó la botella y bebió de esta, por el otro extremo de su cama, justo en el suelo, pude ver más botellas de vino, todas vacías— ¡Tu madre no estaría orgullosa de ti!— Le grite y este tiro la botella al suelo, haciéndola trizas.
Se acercó a mi a su velocidad increíble, me tomó del cuello y me guió hasta la pared más próxima en donde estampó mi espalda, todos los huesos de la misma sonaron provocandome un dolor de muerte, intente quejarme pero el aire en mis pulmones no era el suficiente— Me estaba ahorcando— Sus ojos estaban encendidos como las llamas del infierno y las expresiones de su rostro se endurecieron, esta furioso, muy furioso, sentí mis pies lejos del suelo y comencé a patalear, trate de tomar bocanadas grandes de aire para que llegaran a mis pulmones pero dolía mucho.
— ¡Tu no sabes nada de mi, ni de mi historia!— Me gruño y mis ojos volvieron a llenarse de lágrimas— Una boca tan sucia como la tuya no tiene derecho a nombrar a mi madre ¿¡Entendiste!?— Agregó y entonces lo ví.
Pude verlo, pude comprenderlo, entre medio de toda esa furia destructiva, había un dolor más grande, Román jamás lloro la muerte de su madre ni por ninguna otra cosa, en el fondo seguía siendo ese niño atemorizado por su padre que no pudo despedirse de la mujer que más amo en el mundo, su madre.
»Un niño solitario«
Como pude, lleve una de mis manos a su mejilla la cual estaba manchada de sangre, temblaba y este miro de reojo la dirección a la que iba mi mano pero no hizo nada, entonces pose mi palma en su suave mejilla, al mirarme sus ojos se abrieron en sorpresa, quizá no esperaba esa reacción, aprovechando su distracción y el hecho de que no haya rechazado mi toque, lleve mi otra mano a su mejilla libre he hice lo mismo, lo mire fijamente a los ojos, su expresión paso de la ira a la confusión, entonces, con mis pulgares acaricie sus pómulos y lentamente movía mis manos de arriba hacia abajo
Luego su firme agarre en mi cuello se soltó un poco más, mis pies tocaron el suelo y continúe acariciando su rostro, su expresión al fin se relajo y yo pude calmarme, además de que pude volver a respirar con normalidad. Finalmente saco su gran mano de mi cuello y bajo la misma— Esto confirmó mi teoría— Solo es un niño asustado y triste, sin saber que hacer, solo teniendo un escape y una forma de defenderse del mundo exterior.
— Estoy aquí, Román, estoy aquí...— Le susurre derramando mis lágrimas.
Entonces pase mis manos de sus mejillas, por su cuello hasta sus hombros en donde extendí mis brazos y lo rodee con los mismos, ante mi abrazo se tenso, me tuve que poner de puntitas y aún así llegaba a su pecho, en donde escondí mi rostro y sentí su perfume, nunca antes me había detenido a pensar en lo delicioso que olía: Polo Red, aquella fragancia masculina que siempre me había gustado, aspire ese aroma y me acurruque en su pecho, entonces lo sentí, sus brazos rodear mi cintura pegandome aún más a el— Se me hacia extraño no sentir un corazón latente ni una temperatura cálida, normal— Aún así no me molestaba, para mi era lo más agradable del mundo estar así con el, con la persona que nunca espere y supe que había encontrado el punto débil de Román Salvatore, era la única que lo había encontrado, que lo había entendido y por alguna razón, eso me gustaba.
— A pesar de todo y más allá de nuestro contrato— Empece a hablar, sintiendo como escondía su rostro en mi cuello, mientras olía el aroma de mi cabello— Yo jamás voy a dejarte, no me iré de tu lado Román, seguiré aquí siempre— Prometí, no se porqué lo hice, solo me nació hacerlo.
Saco el rostro de mi cuello y me miro, sus ojos carmines ya no me asustaban, estos solo demostraban tristeza.
— ¿En serio?— Pregunto algo incrédulo— A pesar de todo el daño que pueda hacerte, de lo mucho que puedo herirte y sabiendo la clase de bestia que soy ¿No me abandonaran?
— Jamás— Le sonreí y soltó mi cintura para llevar sus grandes manos a mi rostro y limpiar las lágrimas que mojaban mis mejillas.
Después, sin decir nada, nos separamos y nos sentamos a los pies de su cama, tomó mi mano entre la suya y suspiro.
— Mi madre no se suicidó— Comenzó a hablar sin siquiera yo pedirlo y abrí de sobre manera los ojos en sorpresa.
— ¿Qué?
— Isabella no se suicidó— Repitió con algo de dificultad, mirando hacia el suelo— Mi padre la mató delante de mis ojos sin tener una pizca de compasión— Me miro y pase saliva— Debes comprender una cosa, jamás le he contado esto a nadie, eres la primera persona en saberlo— Aclaró.
— No se lo diré a nadie, tranquilo, confía en mi— Le pedí.
— Ya lo estoy haciendo— Dijo de manera honesta— En fin, mi madre ya sabía de los engaños de Román, ella estaba deprimida pero nunca se hubiera quitado la vida, jamás me hubiese dejado solo con mi padre, ella me amaba— Comenzó a explicar— Lo que sucedió paso en una noche en la que solo estábamos los tres, era el día libre de todos los empleados y como siempre, Isabella y yo cenabamos solos, anteriormente a esto ellos habían discutido, el la había golpeado y mamá lo amenazó con separarse, le dijo que no le importaba su dinero, ella tenía el propio, pero que si me llevaría con ella y eso desató la furia de Román— Resoplo— No le molesto por el hecho de que me iban a separar del, más bien le molesto el hecho de que mi madre le quería arrebatar su muñeco de arcilla, ella no quería que me convirtiera en lo mismo que mi padre y mi papá deseaba que fuera peor que el— Hizo una pausa— Después de cenar, me fue a acostar, luego de todo lo rutinario, se encerró conmigo en mi habitación, dijo que dormiría conmigo y eso me puso muy feliz, así que como siempre empezó a contarme un cuento algo especial, hecho solo para mi, como solía decir, ella quería que ese mismo cuento se lo dijera a sus nietos— Sus ojos se llenaron de lágrimas— Cuando estaba a punto de dormirme por su suave, delicada y encantadora voz, mi padre irrumpió en mi cuarto, había bebido todo el día hasta la noche, discutieron un poco más y la abofeteó, intente defenderla pero me tomó y me lanzo contra una pared, entonces lo ví, desencajo sus colmillos he hizo lo suyo— Abrí la boca asombrada y volví a llorar, lo que me decía era atroz— El cuerpo de los vampiros es muy peculiar, es como si estuviéramos hechos de combustible, el fuego nos consume por completo y de mi madre solo quedaron huesos y carne carbonizada cuando este dio el golpe final y la quemó— Lágrimas rojizas, que parecían gotas de sangre comenzaron a salir de sus ojos, derramandose por sus mejillas— Escuche sus gritos de dolor y su llanto, ví a mi padre escupir su cuerpo he irse como si nada cerrando la puerta a sus espaldas, entonces el fuego se apagó y me acerque a mi madre, me abrace a ella y sin poder llorar me quedé junto a su cuerpo toda la noche, al otra día Nanni me encontró y ya sabes el resto de la historia— Me limpie las lágrimas y este hizo lo mismo con las suyas.
— Lo siento tanto Román— Ahora podía entenderlo mejor.
— Por esa razón actuó así, se que los demás no tienen la culpa pero no puedo evitarlo, yo estaba ahí y no hice nada— Se puso de pie y lo hice yo también— ¡No hice nada, Andy!— Grito— Soy un cobarde, no salve a mi madre, no pude...— Tome su rostro entre mis manos.
— Román, Román, Román— Lo llame varias veces hasta que al fin sus ojos se conectaron con los míos— Tu no tienes la culpa, de todas maneras no podías hacer nada, eras solo un niño Román, solo un niño— Sentí mis lágrimas mojar mis mejillas.
— Al crecer asesine a mi padre frente a mis hermanos— Soltó de golpe y abrí más los ojos por la sorpresa— El era un maldito bastardo con ellos, no podía hacer nada porqué mi fuerza era menor a la suya, así que me suicide y lo mate, pensé que moriría porqué mi padre era un vampiro antiguo, sin embargo logre acabar con el y lo mande al infierno— Tomó mis manos delicadamente y las apartó de su rostro— Todos los días al verme al espejo, veo su reflejo, es un demonio que me atormenta a diario y con el vienen muchos más, no soy una persona buena, soy un bastardo, un monstruo igual a el y le hago daño a todas las personas que me quieren, y me rodean— Explicó su forma de ser— Te lastimare a ti también, de hecho ya lo hice muchas veces y no sabes el odio que me tengo porqué entendí hace mucho tiempo que mi padre había conseguido su objetivo, me convertí en un desgraciado peor que el— Me soltó y quedé perpleja.
Se acercó a los pies de la cama y se sentó en esta, lo seguí y me senté a su lado otra vez.
— Ya te lo dije, no me interesa— Me miro— Me quedaré hasta el final, aún sabiendo eso, no te abandonare, te lo prometo— Nos miramos fijamente.
Creo que fueron segundos pero a mi me parecieron minutos, sus ojos pasaron de los míos a mis labios y yo hice lo mismo con los suyos, entonces acercó una de sus manos a mi rostro, acarició mi mejilla y luego se fue a mi nuca, enredo sus largos dedos en mi cabello y me atrajo hacia el, esta vez me sentí más despierta que nunca y no tenía miedo, me deje llevar por el beso y se lo correspondí
Se subió lentamente sobre mi, inclinandome en la cama, cuando mi espalda tocó el colchón, lo sentí sobre mi, sin que pusiera todo su peso encima, entonces enrede mis manos en su cabello, atrayendolo más a mi ¡Me dejó tocarlo! Y me sentí mareada en un mar de emociones reales, auténticas, fuertes— Sus manos recorrieron mi cuerpo con lentitud— No sólo me quitaba la ropa, sinó que también los miedos, al igual que goce de tocar su piel suave, quitarle la ropa, acariciar sus hombros, su pecho, su rostro, se posicionó entre medio de mis piernas y lo sentí entrar en mi de una manera más suave pero a la vez profunda, gemi mientras lamia y chupaba mi cuello, hasta que sus colmillos penetraron mi piel para beber de mi sangre ¡Diablos! Cuanto lo necesitaba, me beso de pies a cabeza, me tocó y me acarició haciéndome sentir deseada, haciéndome sentir que realmente me necesitaba.
— No sabes cuanto te extrañe, Andy...— Repetía mientras entraba en mi, me besaba y me tocaba, llevandome a otra dimensión.
Xoxo
¡¡¡Holaaa!!! ¿Qué tal? ¿Como están? Aquí les traje un nuevo cap, revelando el lado más sensible de nuestro Román ¿Qué les parece su historia?
No se olviden de votar y comentar😉💪
¡¡¡Gracias, totales!!!😍💖
Pd: La canción de arriba⬆⬆⬆ Esta especialmente dedicada a la historia de amor de Román y Andy, con ella me inspire para hacer este capítulo 😉
IsaBiLove💋
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