CAPÍTULO IV:
»Andy«
-»¡Levántate del suelo pequeña zorra! No me puedes dejar así.
¡No puedo, me duele!«-
-» Yo te enseñare lo que es el verdadero dolor.
Entonces, lo hace. Se acerca más rápido de lo que alcanzó a pestañear y me abofetea-«
Despierto de un salto y abro los ojos, mi respiración es agitada, transpiro un sudor frío, mi corazón late como un caballo desbocado y el miedo recorre mi cuerpo completo.
No fue un sueño.
Tampoco una pesadilla.
Fue un recuerdo.
Un espantoso y horrible recuerdo.
Me vuelvo a echar en la cama, miro el techo blanco y mi mente se pone igual tratando de bloquear a los demonios de mi pasado, me tranquilizó y asimiló mi situación- Estoy en una habitación- La observo de lado a lado:
Es hermosa, miro los ventanales, era de noche ¿Todavia? Tal parece que la oscuridad siempre estará sobre mi, me incorporó otra vez y en esta ocasión siento mi cuerpo reclamar por ello. Las imágenes de lo que pasó con Román vienen a mi cabeza como las olas llegan a la orilla del mar, ¿Qué sucedió? Yo ni siquiera comprendo lo que pasó, fue horrible, no quería, jamás hubiera permitido eso, pero aún así lo hice, es más, me gusto- Nunca había tenido cuatro orgasmos simultáneos- Siempre eran encuentros que facturaban un orgasmo común y corriente, lo suficiente para dejarte satisfecha, aunque a veces no por completo, incluso existieron algunas ocasiones en las que ni siquiera pudieron hacer que llegará al orgasmo... Niego con la cabeza, ¿Ahora estoy pensando en lo genial que es Román en la cama? Debo estar demente, el es una bestia y yo no era la que estaba con ella en ese cuarto, me pongo de pie con mucho cuidado, estoy desnuda y mis piernas tiemblan, alcanzó a precisar variados hematomas en mis muslos, algunos con la forma de sus dedos- Siento escalofríos- Mis ojos se van a los pies de la cama y veo mi ropa, toda mi ropa y mi bolso, bien, es hora de irme, me dirijo hasta la puerta junto a la cama, la abro y prendo la luz, es un baño, un enorme, lujoso he increíble baño ¡Demonios! ¿Quién necesita un baño tan grande? Entro y cierro a mis espaldas, movilizandome a la velocidad de un zombie por el dolor en mi entrepierna y el temblor en mis piernas, me dirijo hasta el espejo gigante sobre el lavabo para ver mi reflejo, me asustó y retrocedo.
Mis labios estaban hinchados y la cicatriz que tenía en en labio inferior se estaba curando muy lentamente, mi cuello tenía grandes hematomas en tono violeta y rojizo, los cuales hasta entonces parecían chupones, toque cada lado de mi cuello, dolía, no tenía la marca de sus colmillos pero si estaba delicado, señal de que lo que ocurrió no fue una ilusión mía, los hematomas seguían, en mis pechos, en mi abdomen, en mis brazos la marca de sus dedos, en mis muñecas la de las cintas de tela, en mis caderas, en mis muslos ¡Maldita sea! Estoy tan pálida que parezco muerta, tengo grandes ojeras y mi rostro tomó un aspecto cadavérico, en gran parte se que es por mi metodo de alimentación, generalmente trabajo toda la noche y en la mañana solo hago las compras de la casa, las cuales no logró comer ya que duermo todo el día y despierto en la tarde, justo cuando el sol esta a punto de esconderse para solo cenar, entre medio de mis horas de trabajo como algo rápido, pizza o hamburguesa, no es sano pero ayuda, de todos modos no me sirve de mucho, estoy adelgazando demasiado y eso no es bueno para mi trabajo- Suspiro, no me siento horrorizada del todo- A lo largo de mi vida me he podido acostumbrar a llevar marcas en mi piel, esas no son tan dolorosas como las marcas del alma, aquellas que son tatuadas a fuego en tu interior para no poder borrarlas jamás, limpio las lágrimas que se escapan de mis ojos y suspiro, no es el momento para ponerse a llorar, entró a la ducha y me baño, el agua relaja mi cuerpo y me ayuda a poner mis ideas en órden, después de quince minutos salgo y tomó una de las toallas limpias para envolver mi cuerpo, tomó otra para mi cabello, abro la puerta, apagó la luz y salgo cerrando a mis espaldas, me dirijo a los pies de la cama y tomó mi ropa, me visto y me pongo mis converse, saco la toalla de mi cabello y lo seco, tomó el bolso y saco mi cepillo de pelo, lo paso por mi cabello y lo dejó suelto.
Guardo el cepillo en el bolso y lo cierro, no hace falta revisar nada, todo lo mío hasta aquí y dudo que Román necesite dinero, el tiene de sobra, tomó el bolso y lo cargo a mi hombro, salgo del cuarto y me encuentro con que definitivamente sigo en la torre, cierro a mis espaldas y mis ojos recorren toda la estancia en busca de Salvatore, entonces lo veo, esta en la sala de estar, de pie frente al mini bar, sirviéndose una copa de vino con una mano, mientras que en la otra tiene un cigarro- Huelo el humo- El tabaco tiene un olor mentolado, casi refrescante, se gira hacia mi y aprecio sus ojos, ahora no trae las lentillas, estoy segura, ya que además esta cambiado de ropa por algo más ligero: una camisa café, desabrochada en tres botones del cuello con las mangas hasta los codos, fuera de unos jeans de mezclilla de color negro, algo ajustados, lo normal para un hombre, unas Vans negras en sus pies y su cabello estaba húmedo, completamente desordenado, eso lo hacía verse más juvenil, aunque no le quitaba lo guapo, realmente, este como este, el hombre va a seguir viéndose maravilloso. Frunce el ceño, por un momento se me olvida que lee los pensamientos, me sonrojo sintiéndome avergonzada y vuelvo a enfocarme en sus ojos, ahora son de un color verde pardo, intenso y llamativo, unos matices negros como el carbón los marcan, haciendo de su mirada algo profunda, sin quitarle lo desafiante he intimidante que siempre a sido, a pesar de esto, me fascinó, me gusta más ese color de ojos que el anterior- Me hace una seña con la cabeza para que me acerque y lo hago- En ese mismo momento se sienta en un sofá largo frente a la mesa de centro de manera despreocupada y se lleva el cigarro a la boca para fumar
Resoplo y llegó a su lado, inconcientemente mis ojos pasan de su perfecta imagen a la mesa de centro donde estaba el contrato y sobre este una lapicera negra, vuelvo a verlo y vagamente el recuerdo de su voz, diciendo que tendría que firmar el documento llega a mi mente como un flash y se va de la misma manera, entonces se lleva la copa de vino a la boca y traga un sorbo de su contenido, luego deja la copa en la mesa y me mira.
- Firma- Ordena y vuelve a fumar.
- ¿Por qué debería?- Me cruzó de brazos.
- Porqué ya empezamos esto y deseo volver a cogerte- Aclara botando el humo en el proceso- No deberías preocuparte ahora, ya sabes de lo que se trataran nuestros encuentros- Agrega y bajo los brazos, el tiene razón.
Me siento a su lado, tomó la lapicera y me acercó a la mesa, vuelvo a leer el contrato como si algo hubiera cambiado en el y lo firmó, dejó la lapicera sobre esta y me vuelvo hacia Román.
- ¿Qué pasará ahora?- Inquirí seriamente, el humo del cigarro me estaba molestando.
- Le entregaré esto a James- Dice refiriéndose al contrato- Lo firmara el notario y entonces será válido- Explicó- En lo que a ti respecta, ahora cenaras para que no mueras tan pronto, te llevaré a tu casa y mañana renunciaras al cabaret, antes, Nanni pasará por ti para llevarte al hospital- Agregó y lo observe confundida.
- ¿Por qué debería renunciar? Y ¿Quién Diablos es Nanni?- No entendía nada de lo que me había dicho.
- Empezaste un contrato al firmar ¿No? Y una de las cláusulas es que solo deberás tener sexo conmigo- Fumó y dejó el cigarro en un cenicero que estaba en la mesa- Teniendo en cuenta el lugar en donde trabajas, dudo que no rompas esa regla- Agrega y vuelve a tomar la copa para llevarsela a la boca.
- Yo no me acuesto con cualquiera- Le habló molesta, controlando mis palabras y mi tono de voz para parecer calmada.
- ¿Comó me puedes asegurar eso?- Me mira, sosteniendo la copa en su mano y pienso en una respuesta que darle.
El solo lee los pensamientos, no tiene forma de ver mis recuerdos porqué sinó, no me hubiera dicho esto y si pienso en algunos de esos instantes en los que vendí mi cuerpo lo tomaría como que en efecto sus palabras son ciertas. Suspiro.
- No tengo la forma, solo mi palabra- El también me menosprecia, no es algo nuevo, aunque no se porqué me afecta.
- ¿Ya lo vez?- Vuelve a tomar otro sorbo de su copa- Renunciaras y punto- Deja la copa en la mesa y toma el cigarro.
- Bien- Me di por vencida- ¿Quién es Nanni?- Vuelvo a insistir en esa pregunta.
- Una empleada de confianza, mañana la conocerás- Fuma y bota el humo en mi cara, frunzo el ceño y muevo una mano de arriba a bajo para que se disipe- Ve a cenar- Agrega y se vuelve a echar en el sofá para seguir fumando.
- Idiota- Me pongo de pie y me dirijo al comedor.
Sobre la mesa había una caja de pizza y tres bebidas en lata Coca-Cola, la abrí descubriendo su exquisito olor, me siento frente a esta y observo el reloj colgado en la pared frente a mi, son las diez de la noche ¡Demonios! Dormí todo el día ¿Comó fue eso posible? Ni siquiera me había levantado para ir al baño, resople y comencé a comer, tenía mucha hambre.
×××
Estaba en el auto de Román, después de haber cenado, salimos de la torre y nos dirigimos al vecindario donde vivo, ahora nos encontrábamos fuera del edificio en donde tengo mi departamento, el camino transcurrió en completo silencio y después de varios minutos— Los que me parecieron horas— Decidí por romper el silencio, ya que el no lo hacía, es más, ni siquiera me miraba, estaba con sus ojos fijos en el frente, mirando un punto imaginario entre medio de las calles oscuras.
— Bueno, gracias por traerme— Abrí la puerta de mi lado— Supongo que nos vemos mañana— Puse un pie en el suelo y su gran mano me detuvo, sosteniendome de la muñeca.
Me gire a verlo, subí el pie y volví a cerrar la puerta, sus hermosos ojos verdes tenían un efecto en mi que era destructor y sabía que eso no era algo bueno, entonces su mirada paso a mi brazo, donde el aún me sujetaba, lentamente con su otra mano subió la manga de mi chaqueta hasta el codo, elevó mi brazo a su rostro, la punta de su nariz recorrió desde donde se podía ver mi piel, hasta la muñeca en donde se marcaban mis venas— Me estremecí— Luego, elevó su rostro al mío y sus maravillosos ojos volvieron a conectarse con los míos.
— Me tome la libertad de sacar tu móvil y guardar tu número, también registre el mío personal en el— Comenzó a hablar, mientras que pasaba su dedo índice por mis venas, de manera delicada y suave— No hice ni ví nada más, para que estés tranquila— Aclaró— Además, así podré decirte cuando nos volveremos a ver para que estés lista— Acercó sus labios a mi muñeca y me tense, a pesar de lo suave que pueden ser, sabía que el me iba a morder— Lo necesito— Habló más para el que para mi, entonces lo hizo, clavo sus colmillos en mi piel.
Jadee he intente apartarme, pero solo me provocó más dolor, mis ojos se llenaron de lágrimas pero aún así no deje de mirarlo, sostuvo mi brazo con ambas manos, mientras se hundía más en mi, soltó un gruñido de satisfacción y con mucho esfuerzo— Pude notarlo— Se apartó de mi, lamio la herida, limpiando el rastro de sangre para luego soltarme, suspire, ardía como los mil demonios pero no era nada que no pudiera soportar, limpie mis lágrimas con mi mano libre, sin moverme de mi lugar, mi cuerpo aún seguía tenso, mientras que el ardor que sentía en mi muñeca, fluía de esta por todo mi ser, volví a enfocarme en Román, lamio sus labios quitándose los restos de mi sangre y sus ojos se oscurecieron un poco más.
— ¿Qué... Diablos es... Esto?— Le pregunte con dificultad.
— Mi veneno— Respondió con la voz un poco más ronca— Es la cantidad justa para no matarte ni convertirte en lo que soy y la necesaria para que tus heridas sanen lo más pronto posible— Su respiración era agitada, así que cerro los ojos por un momento, tratando de controlarse y al abrirlos, pude notar que se estaban volviendo negros lentamente— El efecto solo durará tres semanas, así que aprovechalo— Volvió a mirar al frente.
— Gracias, supongo— Dije algo incómoda y baje la manga de mi chaqueta con mucho cuidado.
Abrí nuevamente la puerta del auto y baje del, cerré a mis espaldas y enseguida Román encendió el motor, aceleró y al partir hizo rechinar las llantas hasta que el vehículo corrió a la velocidad de un rayo, me gire algo confusa y mareada, saque el móvil de mi bolso y lo revise, efectivamente estaba su contacto aquí.
Román Salvatore
Salí de los contactos y entre a WhatsApp, entre al chat que tenía con Kevin en mis últimas conversaciones, por suerte estaba en línea, seguro me espera, debí haber llegado a las nueve y media, y ya son veinte para las once, suspire y comencé a escribirle.
*WHATSAPP*
Hola, Kevin, necesito hablar contigo.
"Enviado, recibido, leído".
¿Vas a explicarme por qué no has llegado aún? ¡La gente te espera, Andy!
Lo sé, pero se me hizo tarde y no alcanzare a llegar, lo siento.
Bien😡 Mañana tendrás que explicarme el motivo de tu tardanza. Solo te advierto una cosa, te descontare la noche, así que cuando vuelvas a trabajar, no tendrás paga.
"Ruedo los ojos a la pantalla aunque no pueda verme".
Bien, pero pasaré por el cabaret temprano, yo también quiero hablar contigo de un asunto importante.
¿Qué será? Tu jamás vienés temprano a hablar conmigo si no se trata de algo malo... ¿A caso piensas renunciar?
Deberías cambiar de trabajo y cobrar por adivinar el futuro, Kevin, te deseo una noche fructífera, hasta mañana. 😉✌
*CIERRE WHATSAPP*
A penas ve el mensaje, me desconecto y apagó los datos móviles, no pienso seguir hablando con el para terminar en una discusión, guardo el móvil en el bolso y entró al edificio, paso por la portería donde está el señor Pérez, un hombre amable de unos treinta y tantos años, pelo negro, piel blanca, una barba de unos pocos días, el cabello perfectamente peinado con gel y el clásico uniforme azul de guardia— Lo saludo amablemente como siempre y entró— El era el único que no me juzgaba con la mirada al llegar a altas horas de la noche en diferentes autos, los Uber o no trata de conseguir algo más conmigo, siempre a sido amable y cariñoso, dice que le recuerdo mucho a su hija que falleció hace algunos años cuando tenía mi edad, es por eso que llegó apreciarme tan rápido y yo a el, entre a los elevadores y subí hasta mi piso, camine por los pasillos hasta llegar a mi puerta, saque las llaves del bolso y las introducí en la cerradura, abrí la puerta, saque las llaves y las volví a meter en el bolso, entre, prendí la luz y cerré con seguro a mis espaldas. Mire hacia todos lados, como siempre estaba en un perfecto desorden y totalmente vacío, a veces me da tristeza llegar y encontrarme con la soledad, de pequeña siempre soñaba con llegar a una casa llena de gente que me esperará con una gran sonrisa en el rostro y un abrazo cálido— La familia— Sin embargo, nunca se cumplió, aunque esas ideas fueron desapareciendo con los años, al igual que la pena, pues toda mi vida he estado sola, es algo a lo que ya me había acostumbrado, me dirijo a mi cuarto, saco el móvil del bolso y lo pongo a cargar sobre el velador junto a mi cama, después me quito el bolso y lo dejó a los pies de esta, me quito la ropa, toda la ropa, quedando desnuda, saco el pijama bajo mi almohada
Y me visto, apagó las luces del departamento y me encierro en mi habitación... Dejó encendidas las luces del cuarto y me acuesto, sigo cansada, tal vez las múltiples noches de insomnio me están cobrando la deuda pendiente que tenía con ellas, me cubro con las cobijas y tomó mi celular, entró nuevamente a WhatsApp, buscó en los contactos el nombre de Román y entró en su foto de perfil, por suerte ya se había descargado cuando entre por primera vez aquí para hablar con Kevin— Los contactos se habían actualizado— Con tan solo verlo sonrió, ni siquiera se porqué lo hago, solo sentí que quería hacerlo, es como si mi cuerpo actuara por si solo:
Hago zoom en la imágen— La reconozco— Esa es una de las fotografías que le tomó una revista famosa del país para publicarla en la sección: "Los jóvenes empresarios más exitosos del mundo", de ahí que lo declararan el soltero más codiciado del país, es el deseo de cada mujer del planeta... Niego con la cabeza borrando esos pensamientos de mi mente y me enfocó en sus ojos, aquí son de ese verde plástico de las lentillas, aunque de todas formas puedo imaginar su color real en ellos y me parecen muy llamativos, niego con la cabeza y salgo de la app, vuelvo a dejar el teléfono en su lugar y me acomodo en la cama, cierro los ojos y lo primero que ve mi mente antes de apagarse por completo son sus ojos, sus penetrantes, maravillosos y devastadores ojos verdes que calan hasta lo más profundo de mi alma.
Xoxo
¡¡¡Hola!!! ¿Estamos vivos o no estamos vivos? Bueno, si estas aquí, yo creo que si, a menos que seas un fantasma😏😂 ¡Hazte presente y dime que eres un ser viviente! Deja tu votó y comentario, nos leemos en el siguiente cap😉
¡¡¡Gracias, totales!!! 💖✌
Pd: Sadomasoquismo: »»Conducta o comportamiento sexual en el que la persona experimenta excitación y satisfacción sexual mediante el sufrimiento físico o psíquico que inflige a otra persona o que recibe de ella««
IsaBiLove💋
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