CAPÍTULO III:

Tres semanas después...

»Andy«

- Loba, son 850 dólares- Decía Kevin Miller, el esposo de Nicol y dueño del cabaret. Esta noche se hizo presente- No puedes negarte.

- Menos si los impuestos me los cobras tu ¿No?- Dije frente al espejo del tocador, estaba a punto de quitarme el maquillaje y arreglarme para ir a mi casa pero este gordo imbécil vino a interrumpirme.

- Reglas son reglas- Me recordó- Además, solo será un baile privado- Aclaró con tono malicioso y frunci el ceño.

- ¿Cuantos son?- Me gire para mirarlo.

- Dos y pidieron a dos chicas, todos estarán en el mismo cuarto- Explicó y sentí ganas de vomitar, yo jamás he estado en una orgía y nunca lo haré, no soy de las que comparten y se dejan compartir.

- Esta bien, ¿Cual es la habitación?

- Segundo piso, habitación 16- Sonrió- Después te podrás ir con más dinero de lo que ganaste bailando en la tarima preciosa, nos vemos- Me guiña un ojo y se va.

Maldito viejo idiota... Kevin era un hombre que no pasaba de más de cuarenta años, gordo al estilo pelota de playa, calvo, apestoso, degenerado y extremadamente feo, es asqueroso, su semblante enojado y las arrugas en su rostro te dan la sensación de convivir con un acosador sexual, aunque en pocas palabras, eso es lo que es este idiota.

Suspiro. Han pasado tres semanas desde la última vez que ví a Román y no he podido dejar de pensar en el, no porqué me haya enamorado, más bien por el hecho de que su contrato ronda mi mente como un recuerdo constante de lo que debería hacer- Durante todos estos días me he tomado el tiempo para leerlo- Hasta me lo aprendí de memoria, sin embargo no lo he firmado ¿Por qué? No lo se, algo en mi interior me dice que no lo haga y que me mantenga lo más lejos posible de Salvatore, que es peligroso y que saldré muy mal de todo esto, sin embargo se que no puedo escapar, no soy de las personas que huyen de sus problemas, más bien soy de ese pequeño porcentaje que los confronta y los resuelve. También he pensado mucho en todo lo que me había pasado, si Román apareció en mi vida es por algo, vino a dejar una huella o tal vez a terminar con ella, de todas maneras soy una fiel creyente en que si alguien aparece en tu vida es para dejarte una marca, quizás los aprendizajes de un error o una lección de vida que nunca olvidarás, aunque también se que algunas personas solo aparecen en nuestro camino para destruir nuestras vidas- A mi me a pasado- Ya no puedo sufrir ningún daño, hace mucho tiempo que me asesinaron en vida y desde entonces el brillo en mis ojos se apagó, no tengo razones para considerar valiosa mi existencia, pero tampoco las tengo para acabar así sin más con ella, si he de morir, prefiero que sea de una manera digna, la única cosa digna que tenga... Subo por las escaleras y camino por los pasillos hasta llegar a la habitación 16, abro la puerta y cierro detrás de mi, de inmediato observo a dos grotescos tipos que no pasan de los veintitantos años de edad, uno es alto y musculoso, de cabello oscuro y ojos cafés, el otro es un poco más pequeño que el primero, delgado, de cabello rojo, pecas en el rostro y ojos verdes, ambos están acompañados por dos colegas, ambas chicas visten de enfermeras sexis, tal vez sea una fantasía de estos enfermos, de todas formas no me interesa- Están en la cama besándose, mientras me miran- Me acercó a donde está el tubo en un extremo del cuarto y paso detrás del a un mueble con un parlante grande y con luces, pongo la canción que ellos habían programado para mi: "Toda remix" De Alex Rose, Rauw Alejandro, Lenny Tavárez y Cazzu, generalmente me gusta todo tipo de género, aunque el trap no es de mis favoritos, de todas formas su ritmo latino es algo que siempre a llamado mi atención, le pongo play a la canción y me acercó al tubo, entonces al ritmo de la música comienzo a bailar para colgarme de este y hacer mis acrobacias.
Los chicos no paran de mirarme, mientras le quitan la ropa a las enfermeras xxx y comienzan con el acto sexual, trato de poner mi mente en blanco y enfocarme en lo que estoy haciendo, me dejó llevar por el ritmo erótico de la canción y toda mi concentración se va a su letra, las voces de sus cantantes y etc- El tiempo pasa y los gemidos son los que van sonando de fondo debajo de la música- Ambos hombres terminan follandose a las chicas para después intercambiar y viceversa, las dos horas que pagaron se van volando y cuando terminan dejó de bailar, pase de la primera canción por otras hasta que se detuvieron, apagó el parlante y veo a las chicas irse después de recibir su paga, me acercó a los chicos, los cuales se están poniendo los boxer y el pelinegro es el primero en mirarme.

- ¿Qué pasa dulzura? ¿Quieres un trío?- Me mira de arriba abajo y ruedo los ojos.

- No, quiero mi dinero- Le corrijo y su amigo ríe.

- Esta cobra más caro por un simple polvo- Dice el pelirrojo en boxer, saca un fajo de billetes de uno de los bolsillos de su pantalón y se acerca con el en la mano- ¿Lo quieres?- Alza una ceja.

- Por eso vine aquí ¿No?

- Tendrás que ponerte de rodillas y hacerme un oral primero- Sonríe de manera asquerosa- Luego tendrás tu recompensa pequeña zorra- Agrega y un recuerdo pasa por mi mente como un veloz rayo.

"Tendrás que esforzarte más pequeña zorra"

"Abre la boca y tragate todo pequeña zorra"

"No tendrás tu libertad sin que te dejes coger por nosotros pequeña zorra"

"La calle no es buena para una pequeña zorra como tu"

La oscuridad... Odio la oscuridad, temo a la oscuridad, esas manos, tan grandes, tan fuertes, son muchas, me tocan, me lastiman, no puedo ver, no puedo defenderme, soy tan pequeña, no puedo... ¡Ayuda! ¡Por favor, ayuda!

Vuelvo en sí con los ojos llenos de lágrimas y totalmente enfurecida le doy una buena patada en las bolas al pelirrojo, enseguida se queja y cae de rodillas al suelo sosteniendo su miseria, el fajo de billetes cae a su lado y ante la mirada atónita de su amigo lo tomó, me pongo de pie y miro al pelinegro, no se como hubiera estado mi expresión en ese momento pero logre que el chico se asustara y retrocediera.

- ¿Tienes algo que decirme?- Niega con la cabeza- Estupendo y más les vale irse de este lugar para jamás volver o le diré a mis amigos los guardias que los maten a golpes ¿Entendiste?

- Perfectamente- Responde rápidamente y asiento con la cabeza en respuesta.

Suspiro y salgo del cuarto cerrando de un portazo, no es la primera vez que me pasa algo como esto, no es la primera vez que un idiota me quiere hacer sentir menos por ser quien soy- Limpio las lágrimas de mi rostro y controló mi respiración mientras bajo las escaleras- Los recuerdos siempre estarán en nuestra memoria, a pesar de que intentemos olvidar, de alguna manera reaparecen, por una acción o una pequeña frase, están con nosotros y salen a la luz para recordarnos quienes fuimos, y quienes seremos más adelante.

×××

En esta ocasión mi atuendo "normal" Es esto:

Con una chaqueta negra encima.

Me despido de todos en el cabaret, no sin antes hablar con Frank y Joshua sobre el incidente que tuve hace un rato con los dos imbéciles, estos me prometieron que si los veían otra vez aquí los hecharian a patadas y les agradecí por eso- Saque mi móvil y cuando estuve a punto de pedir el Uber, un número desconocido me llamó- Frunci el ceño, solo gente de confianza tenía mi número, pienso que puede ser alguna compañia telefónica ofreciendome un nuevo plan para mi móvil pero lo dudo ¿Qué compañia estaría abierta a las 4:30 de la madrugada? Suspiro y cruzó las puertas de la salida al mismo tiempo que contestó la llamada.

*Llamada telefónica*

• ¿Si?- Contestó.

• Hace tres semanas te dije que yo no acostumbraba a dar plazos- Mi corazón se agitó cuando escuche la voz de Román del otro lado del teléfono- ¿Quieres verme enojado, Andy?

• No, claro que no- Me estremecí y comencé a mirar hacia todos lados, no se porqué- ¿Comó conseguiste mi número?

• No me tienes de humor para responder tus estúpidas preguntas- Escupió las palabras molesto- Mira hacia la esquina- Agregó y mire a mi lado izquierdo, no había nada- La otra Andy, esa en donde tu destino y el mío se unieron definitivamente- El grito, la mujer, la sangre, la carne, sus ojos.

Lentamente gire el rostro hacia esa dirección y en la esquina en la que anteriormente no había nada, se encontraba un Ferrari negro, último modelo con vidrios polarizados, mi corazón se encogió de miedo cuando el vidrio oscuro de la ventanilla del conductor bajo, revelandome la hermosa imagen del ángel devastador, sostenía un teléfono en su mano, el cual estaba pegado a su oído, mientras me miraba de mala manera. Achine los ojos unos segundos, tal vez este viendo mal pero creo que ahora sus ojos son verdes, negué con la cabeza y resople.

• ¿Qué quieres de mi?- Pregunte algo frustrada, la noche no había sido la mejor y además, muy en el fondo, sabía su respuesta.

• Eso ya lo sabes- Lo ví desviar la vista hacia el frente- Ahora, acércate y subete al auto- Ordenó y colgó.

*Fin de la llamada*

Guarde el móvil en mi bolso y pensé en que podía meterme otra vez al cabaret y refugiarme bajo la protección de los guardias, pero eso solo significaría más muertes injustas por mi parte y no estaba dispuesta a dejar que alguien volviera a morir por mi culpa otra vez, no de nuevo. Mi otra opción era correr hasta llegar a mi casa, pero en su auto me atraparia de inmediato, sumándole el hecho de su dote privilegiado: La extraordinaria velocidad, las ideas se me agotaron, tampoco es que pudiera pensar bien en este momento, así que en contra de todo, me dirigí hasta el, rodee el vehículo, evitando mirar la esquina en donde lo ví "comer" Y subí al asiento del copiloto cerrando a mis espaldas, me puse el cinturón de seguridad y este comenzo a manejar sin mirarme, entonces me pude dar cuenta de que efectivamente sus ojos ahora eran verdes, sin embargo había algo raro en estos, brillaban como si fueran de plástico y no tenían los rasgos verdaderos del ojo humano ¿Usa lentillas? ¿Comó es posible que un vampiro use lentillas? ¿Para qué las necesita?

- No siempre puedo estar con gafas, sería algo extraño ¿No?- Respondió a mis preguntas no formuladas- Efectivamente son lentillas, mis ojos no son así- Aclaró sin mirarme, por alguna razón me desesperaba que no pusiera sus ojos en mi.

- ¿Como pudiste saber lo que pensaba?

- Leo tus pensamientos- Respondió de manera simple como si fuera lo más normal del mundo y me sonroje.

El sabía lo que pensaba del desde un principio.

El sabía que me parece un hombre muy hermoso.

El lo sabe.

- Maldita sea- Gruñi por lo bajo- ¿Donde me llevas?- Quise saber ya que no conocía estas calles.

- Ya lo veras- Apretó el volante con sus manos.

- ¿Por qué no puedes decírmelo y ya?- Frunci el ceño y sus nudillos se pusieron más pálidos de lo que ya eran, entonces freno derrepente.

Me sostuve del asiento, fue muy fuerte, entonces me di cuenta de que el semáforo se había puesto en rojo, con el corazón a mil lo mire, por primera vez en muchos minutos de viaje, giro a verme de un modo escalofriante.

- Lo único que debes saber, es que te castigare cuando lleguemos- La intensidad de su mirada me hizo encogerme en el asiento.

No le respondi absolutamente nada, ante esto volvió a mirar hacia el frente y suspiro, entonces el semáforo cambio a verde y siguió avanzando.

La torre Salvatore era el más grande edificio de Estados Unidos, un solo edificio y el dueño es Román, al poco tiempo después de nuestra pequeña "conversación" Llegamos a la famosa torre, bajamos por el túnel a los estacionamientos, encontrandome con un montón de autos, camionetas y jeeps último modelo en estos, Salvatore aparcó en un lugar vacío, desabrocho su cinturón y con una mirada rápida me ordenó bajar, resople, desabroche mi cinturón y baje del auto cerrando a mis espaldas, rodee el vehículo y me puse a su lado, caminamos hasta unos elevadores cercanos al lugar donde habíamos aparcado y entramos, cuando las puertas de metal se cerraron me sentí claustrofobica, no lo era y jamás lo fui, pero estando con el en un lugar tan reducido como este me asfixiaba- Román presionó el número 80 y el elevador comenzo a moverse- Largos minutos de silencio pasaron hasta que el clásico y característico sonido "tin" Que tienen todos los ascensores sonó al abrirse las puertas, ambos salimos y nos encontramos con una suit hermosa:

Las puertas del elevador se cerraron y quede maravillada con lo que había y era este lugar, yo ni en mil años podría conseguir algo como esto y me sentí inferior cuando lo note.

- No he firmado el contrato- Le anticipe.

- Venimos a eso- Se quito la chaqueta y la dejó sobre uno de los sofás de la sala de estar- Lo trajiste ¿No?- Alzó una ceja.

- Siempre lo llevó conmigo- Sobre todo para leerlo cada vez que tenía oportunidad.

- Bien, lo vas a firmar- Tomó su chaqueta y saco un pequeño recipiente para lentillas, dejó la chaqueta en donde antes estaba y empezó a quitarse las lentillas.

- ¿Qué te hace pensar que lo haré solo por qué tu lo dices?- Lo desafiee y este me miro cuando se quito las lentillas y las guardo en el recipiente.

- Puedo hacer que lo hagas- Afirmó dejando el recipiente en el bolsillo de su chaqueta para después acercarse a mi.

- Aunque me asesines ahora mismo, no me obligaras- Contraataque.

- Eso se puede arreglar- Sus ojos carmines centellearon y me dio escalofríos.

Negué con la cabeza y rode los ojos, fingiendo que no me importaba lo que acaba de decir, entonces me di cuenta de que se fijó en cada uno de mis gestos y por el último, un pequeño brillo de excitación paso por sus ojos, no fue el deseo carnal, fue más bien esa excitación que sienten los cazadores frente a su presa.

- No debiste hacer eso- Inesperadamente puso una de sus grandes manos en mi nuca, enredado sus largos dedos en mi cabello para atraerme hacia el y besarme ferozmente. 

Me paralice por varios segundos, hasta que comprendí lo que estaba pasando, intente alejarlo pero mordió mi labio inferior, provocando que me quejara de dolor, aprovechó eso para meter su lengua en mi boca en busca de la mía y seguir con el beso, me llevó hasta la pared en donde volvió a morder mi labio inferior, esta vez de una manera más salvaje, rompiendo la piel del mismo en el proceso, me queje otra vez y este succiono la sangre que brotó de mi labio hasta separarse de mi- Mi respiración estaba entrecortada- Sus ojos se veían hambrientos y sus labios estaban manchados con algo de mi sangre, iba a correr, quería gritar, entonces atrapó mi cara entre sus manos y me obligó a mirarlo fijamente a los ojos.

- Eres más deliciosa de lo que pensé- Confeso- Andy, quiero que me escuches bien, mandaré al diablo el contrato por esta noche, pero mañana lo firmaras- Al decir esto sus ojos volvieron a centellear y mi mente se nublo, lo único que quedó claro en esta fue su petición- Y ahora te entregaras a mi- Agregó y mi cuerpo reaccionó al instante.

Esta vez fui yo quien lo bese, aunque cuando iba a tocarlo me lo impidió llevandome nuevamente contra la pared, subió mis manos por sobre mi cabeza, hasta que volvió a morder la herida que tenía en mi labio para succionar la sangre, mientras que sus grandes manos empezaron a recorrer los contornos de mi cuerpo, hasta posarse en mis muslos y tomarme en sus brazos, enredando mis piernas alrededor de sus caderas, nos separamos del beso y baje mis manos.

- Ni se te ocurra tocarme- Advirtió y frunci el ceño ¿Por qué no?

No dije nada ya que volvió a besarme, así me llevó hasta la habitación del fondo, nos separamos del beso otra vez y me bajo, con la respiración entre cortada y el corazón latiendo a mil por hora, lo ví sacar una llave negra, muy peculiar, de uno de los bolsillos de su pantalón para introducirla en la cerradura de la puerta y abrirla.

- Recuerda mantener tu mente abierta- Empujó un poco más la puerta, todo estaba oscuro así que no pude ver bien y no me gustaba eso.

- ¿Por qué?- Pregunte con cierto temor.

- Solo hazlo- Prendió la luz y con la mirada me indicó que pasara.

Frunci el ceño y entre, este lo hizo detrás de mi, cerrando la puerta a mis espaldas y lo que ví, me dejó en un estado de shock

Esta habitación era parecida al "Cuarto de juegos" De Cristian Grey pero puedo jurar que es más exótica que la de la película- Le gusta el sado- El me hará daño, la parte lúcida de mi cerebro estaba combatiendo con la parte nublada del mismo he inconcientemente ganó la parte nublada, fue como una anestesia o estar bajo algún efecto de cualquier droga, mis ideas desaparecieron, al igual que los miedos, entonces me gire a verlo.

- Aquí me dirás señor Salvatore y harás todo lo que te pida- Recordé la cláusula del contrato: ser sumisa- Si lo haces, te recompensare, lo prometo- Agregó y asenti con la cabeza en respuesta.

- ¿Qué desea ahora señor Salvatore?- Cuando le pregunte esto sus ojos carmines centellearon.

- Deseo que te quites la ropa- Ordenó y de inmediato obedecí.

Me quité la chaqueta, el top y mi sostén, tirando la ropa al suelo, luego me saque las converse, las calcetas, el pantalón y las bragas quedando desnuda frente a el, su mirada me recorrió por completo, se quito la camisa y pude admirar su escultural cuerpo, era delgado pero los músculos se marcaban en su abdomen y brazos a la perfección, era una obra de arte, entonces tomó mi mano y me guió a la cama, me recoste sobre esta, al centro y boca arriba, Román se dirigió a uno de los estantes en donde saco una venda negra y unas cintas de tela blanca que a simple vista se veían muy suaves- Se acercó a mi con ellas y se subió a la cama- Me puso la venda, amarrandola firmemente detrás de mi cabeza, la sensación de oscuridad me dio pánico pero sentirlo serca lograba relajarme

Entonces sentí la suave tela de la cinta en mi muñeca derecha y como era amarrada al respaldo de la cama, lo mismo hizo con la izquierda y quede completamente inmovilizada, vulnerable y a su merced.

- ¿Qué me hará señor Salvatore?

- Te haré tocar el cielo con la punta de los dedos preciosa- Su voz me pareció tan caliente que fue un golpe directo a mi entrepierna.

Luego lo sentí hacer un par de cosas más, se había quitado los pantalones y supongo que todo lo demás, el envoltorio de un sobre había sido abierto, lo detecte como un condón, luego lo sentí caminar por la habitación, hasta que se subió sobre mi y volvió a besarme con intensidad

Mis labios dolían pero el placer era más grande, paso por mi mentón y clavícula hasta mi cuello, en donde lamio y beso para después morder, jadee por el dolor al sentir sus colmillos en mi piel y como succionaba mi sangre, entonces volvió a lamer y me estremecí, bajo su lengua por el valle de mis senos y jugó con los mismos, chupando, mordiendo, succiónando la sangre, la combinación de dolor y placer hicieron que arqueara la espalda y no parara de jadear, me removí incómoda buscando más del, deseaba tocarlo y verlo, el no poder hacerlo me molestaba- Lo sentí bajar por mi abdomen con su lengua- Abrió mis piernas y clavo su rostro en mi sexo, me tense cuando su lengua lamio mi interior, gemi de placer entrando en un estado de frenesí, después lo sentí descender a la cara interna de mis muslos en donde clavo sus colmillos y grite de dolor, era extraño, jamás había sentido esto, era un tipo de placer doloroso, que te podía llevar más allá de la luna, succiono mi sangre y lo mismo hizo con mi otra pierna, volviendome loca.

- Román, por favor- Le suplique deseando que estuviera dentro de mi.

Justo en ese momento lo sentí, el látigo de tiras sobre la piel sensible de mi vientre bajo, retuve el aire sintiendo el ardor del azote y mis ojos se llenaron de lágrimas por el dolor.

- Ahora recordaras siempre como debes llamarme- Mordió uno de mis pezones sin traspasar mi piel y me estremeci- No llores pequeña, te gustara- Ni siquiera me había dado cuenta que las lágrimas ya estaban mojando mis mejillas.

Volvió a besarme robandome el aliento y lo sentí sobre mi, su miembro duro y grande chocaba en mi abdomen. Sentía mi entrepierna húmeda, lo necesitaba, lo deseaba, entonces me giro un poco y sentí el otro azote en una de mis nalgas, me queje de dolor y rápidamente sentí como la besaba, así lo hizo en todo mi cuerpo, al medio de mis pechos, en mi trasero, mientras me torturaba con sus deliciosos dedos hundiendolos a la velocidad necesaria para hacerme llegar al primer orgasmo.

- Señor Salvatore, por favor, lo necesito- Suplique otra vez.

Tomó mis piernas y las acomodo en sus caderas, entonces sin esperarlo entró en mi de una manera profunda y bestial

 Gemi su nombre y me sentí en el cielo, siguio penetrandome de la misma forma, salvaje he inhumana, el respaldo de la cama chocaba con la pared, mientras el sonido de nuestros cuerpos unirse sonaba de fondo, mezclándose con nuestros gemidos, los jadeos y sus gruñidos, una fina capa de sudor se aglomero en mi cuerpo, ni siquiera me di cuenta del tiempo que pasó pero un nudo se formó en mi vientre bajo y como si supiera lo que venía, mordió mi cuello llevandome a otro planeta y mi orgasmo llegó, como también el suyo- Salió de me interior y me sentí exhausta- Beso mis labios y desató una de mis muñecas, entonces me giro en la cama y repartió besos desde mi nuca hasta mi espalda baja, erizando los vellos de mi piel, levanto mi culo poniéndome de perrito, lo ayude poniendo una mano en el colchón para sostenerme, lamia y chupaba mi cuello, mandando olas de placer a mi sexo, mordió el lóbulo de mi oreja sin lastimarlo, hasta que tomó todo mi cabello con una sola mano, mientras que la otra la posaba sobre mi cintura y entonces lo sentí entrar bruscamente en mi, grite de dolor y placer, era grande, no estaba acostumbrada, se quedó quieto mientras acercaba su boca a mi cuello y enterró sus colmillos en el lado que no lo había hecho, jadee y aprete las sabanas, mientras lo sentía succionar mi sangre, entonces se apartó y jalo de mi cabello, penetrandome nuevamente, más fuerte, más rápido, más profundo, era algo increíble, jamás lo había experimentado, mi respiración se agitó, me sentía empapada en sudor, hasta que las horas pasaron y mi preciado orgasmo había llegado, salió de mi interior y soltó mi otra muñeca, dejándome caer boca abajo en el colchón, estaba exhausta y la pérdida de sangre no ayudaba mucho a mantenerme despierta.

- ¿Estas cansada?- Su voz era más ronca de lo habitual y me hizo estremecer.

- Si...- Dije sin aliento.

- Prepárate porqué, aún no acabamos- Me hizo girar y me quito la venda de los ojos.

Estábamos manchados en sangre, con mi sangre y a pesar de lo terrorífico, y espantoso que pueda parecer, a mi me fascinó, era lo más sexi que había experimentado en mi vida. Se puso de pie revelandome su cuerpo desnudo, como todo lo demás perfecto, me tomó entre sus brazos y me llevó a una X de madera en una de las paredes, me dejó delicadamente en el suelo y me volvió a mirar fijamente a los ojos.

- ¿Qué hace esto señor Salvatore?- Le pregunte algo más calmada.

- Ya lo veras, lo único que te diré, es que te va a encantar- Puso sus manos en mis hombros y las deslizó por mis brazos, su contacto frío me produjo escalofríos- Estira los brazos- Ordenó y obedecí rápidamente.

Mi brazo derecho lo puso bajo la banda de la cruz del mismo costado, ajustandola con la presión justa para no caer, sin que esta me lastimara, lo mismo hizo con la otra, luego tomó mi cara entre sus manos y me beso como solo el sabe hacerlo, dolió por la herida de mi labio pero me encanto, entonces paso sus manos de mi cara a mis muslos, sosteniendolos de la parte de atrás para tomarme en sus brazos, enredando mis piernas en sus caderas, entonces se posicionó en mi entrada y volvió a penetrarme, me robo el aliento con aquella profunda embestida, beso mis pechos y los lamio llevandome más allá del éxtasis, este hombre era incontrolable, gritaba y gemia de placer, su nombre fue arrancado de mis labios en cada embestida, feroz, salvaje, profunda, con Román había excedido los límites del placer o tal vez conocí unos nuevos, lo importante es que el cumplió su palabra, me hizo tocar el cielo con la punta de los dedos.





























































Xoxo

¡¡¡Holaaa!!! (si alguien se ofendió por el contenido del cap o se espanto, les recuerdo el nombre de la novela, allí arriba ⬆⬆⬆) Espero que estén bien y como siempre digo, si llegaste hasta aquí, es porque te gusto el capítulo 😉😉
¡¡¡Gracias, totales!!!😍💖

Pd: Aquí solo importa el...😏❣

IsaBiLove💋

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