CAPÍTULO I:

»Andy«

Me miro en el espejo del tocador, mientras término de ponerme el labial, cuando acabo dejó la pintura en su lugar y observo con más detalle mi reflejo- Me veo hermosa y mayor de lo que soy estando maquillada- Acomodo mis pechos dentro del sostén azul con encaje sensual y sonrió, las chicas pasan detrás de mi en tacones modelando los disfraces sexis y otras, lencería transparente que no deja nada a la imaginación, la calefacción estaba encendida así que no sufriamos de frío. Una mujer alta, de cabello rojo, piel blanca, curvilínea, de ojos azules y un poco más de cuarenta años entra a los camerinos, vestía una falda de tubo negra, unos tacones altos del mismo color, una blusa blanca de manga corta y un peinado alto que sujetaba todo su cabello- Nicol Berman- La esposa del dueño del cabaret y su segunda al mando en este lugar, eran pocas las veces que venía, solo cuando su esposo no podía hacerlo.

- ¡Chicas, ya empezamos!- Decía aplaudiendo mientras se paseaba por el lugar- ¡Loba, sales en tres minutos!- Me dijo señalandome con el dedo mientras se acercaba a otra chica.

Mi nombre en realidad es Andy Fillips, tengo dieciocho años y trabajo en el cabaret "Tu y yo", dueño de las noches bohemias del centro de Nueva York, aquí solo entraban hombres de dinero, era un lugar muy sofisticado y caro para que entrara cualquiera, aunque algunos no son precisamente hombres de negocios limpios- Todas las noches hago un show de media hora- Básicamente se trata de modelar un lindo conjunto de lencería, perfecto para provocar la pasión de los hombres y salir al escenario a bailar, mi entrada es como si estuviera modelando en una pasarela de alta costura hasta llegar al gran tubo de la tarima y colgarme del haciendo poses extravagantes al ritmo de "Loba" De Shakira, es por eso que aquí todas me llaman con ese apodo. A veces ahí quienes pagan más por un baile privado, mientras se masturban o cuando se follan a una colega y tienen orgías, he visto de todo un poco en este lugar, por supuesto que lo mío no pasa más allá de bailar, no soy de las que venda mi cuerpo a cualquiera, han existido las ocasiones pero tienen que gustarme para que decida acostarme con ellos y el precio es exorbitante- Durante los años me lo he ganado- Soy la estrella del cabaret y la mayoría de los hombres que vienen aquí es por verme bailar, en pocas palabras para los demás, soy una prostituta, aunque yo me consideró una artista que cobra por hacer magia con su cuerpo... Colocó un poco de perfume en mi cuello y me pongo de pie, acomodo mi cabello y observo como me quedan las bragas del mismo color del sostén, me giro un poco para comprobar que se viera bien en mi culo y sonrió cuando determinó que todo está en órden- Tengo un lindo cuerpo- Pero lo mío es natural, no como mis demás compañeras que se han hecho de pies a cabeza para obtener su belleza, acomodo mi cabello hacia atrás, manteniéndolo suelto, me quito la bata de seda azul dejándola en el respaldo de la silla y salgo del camerino, es mi turno.
Mis altos tacones de color negro suenan a medida que camino por el piso de mármol, los pasillos son iluminados, aquí guardan algunas cajas he instrumentos de electricidad del escenario, finalmente llegó frente a unas amplias y enormes cortinas de color vino- Puedo oír al público aclamar mi nombre- El DJ baja el volumen de la canción, hasta que suene de fondo y me presenta, entonces coloca mi canción y las cortinas se abren, pongo mis manos en mi cintura en forma de jarra y todos aplauden al verme ¡Maldita sea! Esta más lleno que en noches anteriores.

Empiezo con mi show, término de modelar y me cuelgo del tubo, siento sus piropos, unos lindos otros vulgares, subo hasta lo más alto y luego bajo extendiendo una pierna, y un brazo en el aire, caigo delicadamente al suelo y arqueo mi espalda con mis piernas flexionadas, muerdo mi labio inferior mientras observo al público y giro- Justo en ese momento, puedo ver a un hombre sentado en una de las mesas cerca del escenario- Me pongo de perrito y comienzo a gatear manteniendo mi culo al aire, rodeó el escenario sin dejar de ver al hombre y me doy cuenta de que este tampoco me quita los ojos de encima, me pongo de pie y vuelvo a tomar el tubo, lo acarició como si estuviera masturbando el miembro de un tipo cualquiera y el público se enciende, paso mi lengua por el llevandome el sabor metálico mezclado con cloro, evitó escupirlo y vuelvo a subir, entonces me enfocó nuevamente en el hombre que llamó mi atención. Su cabello es castaño claro, casi rubio, su piel es pálida, sus labios carnosos y simétricos de un color rojo natural, sus ojos están cubiertos por una gafas oscuras, así que no puedo detallarlos más, su rostro es perfecto y hermoso, sus manos son grandes y su espalda ancha, su dorso se ve fuerte bajo el traje negro que trae puesto- Se ve costoso, tal vez sea un Armani- Tres de sus largos dedos están cubiertos por anillos de plata, en ambas manos y en su muñeca derecha traía un reloj de oro, llamativo a simple vista, es todo lo que puedo apreciar ya que la mesa no me permite ver más, pero con lo que me alcanza es suficiente para mi, es el hombre más hermoso que he visto en mi vida, estoy segura que ningún humano posee la belleza angelical que tiene este tipo... Terminó el show un poco aturdida, en todo el tiempo que estuve en el escenario el no dejó de verme y eso me ponía nerviosa, no porqué pudiera fallar, sinó porqué me quería esforzar en hacerlo mejor, cruce las cortinas y camine por los pasillos a los camerinos, llegue a mi puesto y me senté frente al espejo, niego con la cabeza para quitarme la perfecta imagen de ese sujeto y comienzo a quitarme el maquillaje- Minutos después aparece Nicol- Se dirige directamente a mi y deja un gordo sobre blanco sobre la mesita del tocador, lo miro de reojo mientras término lo que estaba haciendo y espero a que hable.

- Lo hiciste bien, como siempre- Me felicita- Aquí están tus seiscientos dólares- Tocó el sobre con dos dedos y sonreí cuando acabe de quitarme el maquillaje.

- Bien, gracias- Le contestó de manera simple, mientras cojo mi cepillo de pelo para peinarme.

- Gracias a ti por hacerme ganar tanto dinero- Se ríe- Por cierto, ahí varias propuestas de diferentes hombres que ofrecen mucho dinero por una noche con la loba- Informa ya que el 30% de lo que pueda ganar en un privado es para ella y su esposo.

- ¿Un baile privado?- Pregunto mientras tomó un elástico de cabello para atar mi pelo en una cola alta.

- Sexo- Corrige.

- No ahí nadie que me interese- Término mi peinado y me pongo de pie, quedando frente a frente.

- ¿Estas segura?- Cuando pregunta esto, el hombre misterioso y atractivo que llamó mi atención viene a mi mente, suspiro y niego con la cabeza, no pasará- Bien, tu te lo pierdes- Sonríe y me da la espalda para comenzar a caminar contoneando sus caderas al ritmo de sus tacones.

»Perra« Pienso.

No le basta con quedarse con más del 70% que le hago ganar en una sola noche, ella desea más ¡Maldita codiciosa de mierda! Me quito los tacones y saco mi bolso de debajo del escritorio, mientras las que ya terminaron sus turnos hacen lo mismo, me quito el sostén y me lo cambio por otro, así mientras me visto, saco mi móvil y pido un Uber, son más de las tres de la madrugada y no me pienso arriesgar a caminar por la calle en busca del bus para que me asalten.

×××

Salgo del cabaret y no ahí rastros del Adonis, me pude asegurar de eso ya que lo busque con la mirada por todas partes o quizás solo me imaginé a un hombre tan hermoso como el, negué con la cabeza y me quedé fuera esperando el Uber, estaba por llegar, le faltaban tres minutos- El frío de la noche me hace abrazarme a mi misma- Estoy abrigada, llevo unos jeans de mezclilla ajustados, unas botas sin taco de color negro, una camiseta de color blanco de manga larga y un abrigo largo oscuro, a estas horas de la madrugada no ahí nadie en la calle, nadie con excepción a los drogadictos, alcohólicos y gente de mala reputación como también los clientes que vienen al cabaret. Aferró mi bolso a mi hombro y siento un grito de una mujer a la vuelta de la esquina, me alarmó y mi instinto de supervivencia me dice que me mantenga en mi lugar a la espera del Uber que solo esta a un minuto de llegar pero el sentido común ataca y me hace correr en auxilio de quien sea que este siendo atacada, cuando giro en la esquina veo al mismo Adonis del cabaret encerrando a una mujer entre sus brazos, mientras esta esta pegada a la pared y el Dios griego con su rostro metido en su cuello. Un pensamiento rápido se cruzó por mi cabeza, estoy presenciando el inició de un buen polvo en la calle o es más bien una agresión ¿Tal vez la esta forzando? ¿Tal vez sea un psicópata? ¿Tal vez yo deba escapar de aquí antes de que me haga algo a mi también? Mi móvil suena, es una notificación, el Uber ya había llegado- Ni siquiera me doy el tiempo para sacarlo- El Adonis suelta a la mujer, la cual cae como si fuera un costal de papas en el suelo, llena de sangre con la carne expuesta, entonces el se gira y me observa, ya no trae las gafas y puedo distinguir sus ojos, son rojos, un carmín intenso y feroz, su boca estaba manchada de sangre y su mentón goteaba, entonces escupió unos restos de carne y mi corazón se detuvo por unos segundos.

- ¿¡Qué demonios!?- Grito y me decido por correr cuando veo que se acerca.

Por supuesto, no pude ni siquiera mover un pie cuando lo tuve frente a mi, me tomó del cuello y me pego a la pared, intente gritar pero no pude, la presión que ejercía su gran y helada mano en mi piel era la suficiente para hacerme perder el aliento, patalee, incluso golpee su brazo con mis manos pero nada sirvió- Sus ojos carmines centellearon cuando se conectaron con los míos- Mi mente se nublo, mis ideas se mezclaron unas con las otras, mi cuerpo comenzo a sentirse pesado y mis párpados empezaron a cerrarse solos, luche con todas mis fuerzas para mantener la cordura, sabía que no debía perder la consciencia y que debía ser fuerte, sin embargo la presión de sus ojos infernales sobre los míos surtieron un efecto inesperado y a pesar de todos mis esfuerzos, todo se volvió negro.

Una luz radiante golpeo en mi rostro, aprete los ojos, era molesto, me removí un poco y lentamente abrí los mismos- El rostro borroso de un hombre apareció frente a mi- Achine los ojos y al comprender lo que estaba pasando, los abrí de sobre manera ¡Había un hombre a mi lado! Su rostro era hermoso y sin ninguna imperfección, su cabello era de un castaño oscuro, casi negro, sus ojos tenían una extraña combinación de color café con el dorado del maíz y unos matices negros los marcaban, su piel era pálida, parecida a la de un muerto, sonreía mientras me observaba fijamente, era una sonrisa encantadora que le fascinaria a cualquiera menos a mi, aún me sentía en estado de shock por su presencia.

- Hola, muñequita...- Su voz masculina y aterciopelada fue una caricia para mis oídos, aún así resultó ser un despertador para mi cerebro.

- ¡Aaaah!- Grite y me aleje del pero rápidamente me arrepentí cuando sentí algo duro a mis espaldas.

Me tense cuando sentí una gran y fría mano sobre mi hombro, más un aliento fresco que me descoloco por completo.

- ¿Estas bien, pastelito?- Pregunto una voz masculina y suave a mis espaldas, ese tipo de voz que solo poseen cantantes famosos- Idiota, la asustaste- Di otro grito y me acomode en la cama, sentandome al centro de la misma y observe a mi alrededor.

¿Una cama? Efectivamente estaba en una cama gigante, tan grande que me sentía pequeña, me mire, tenía puesta la misma ropa de ayer con excepción de los zapatos, el abrigo y mi bolso- Observo mi alrededor otra vez- Me encontraba en una habitación grande y espaciosa, era el doble del tamaño del cuarto de mi departamento, las paredes eran grises, el techo blanco y el piso de mármol de un gris un poco más oscuro que el de las paredes, las luces artificiales se encargaban de darle vida a un cuarto austero, frío y carente de la misma, habían cuadros de pinturas que no conocía, debían ser de un pintor famoso porqué se ven muy buenas he interesantes, los muebles eran negros y de madera, en el costado izquierdo se encontraba un estante lleno de libros y a su lado una puerta que supongo es el baño, al costado derecho entre los demás muebles, había una abertura con la forma de una puerta grande y ancha, no sabía exactamente que era. Rápidamente me cubrí hasta el cuello con las sabanas, mire a ambos lados en donde estaban los chicos recostados a mi lado- Por fortuna vestidos- Los cuales me seguían viendo fijamente, no había pasado nada, conozco mi cuerpo, me hubiera sentido rara y aún conservaba mi ropa, eso es bueno, intente recordar lo que había sucedido anoche, quizá no auxilie a la chica en peligro y tome el Uber ¡Diablos! La chica, las imágenes de terror que pase anoche vinieron a mi mente como un fugaz rayo... Cuando estaba terminando de arreglarme en los camerinos, al salir al escenario, después la imagen de aquel hombre misterioso y atractivo que no dejaba de verme, luego el grito de aquella chica y el Adonis atacandola, la sangre, la carne, sus ojos, un escalofrío recorrió mi espina dorsal al recordar ese color carmín tan intenso que poseía ese monstruo- Eso me hizo darme cuenta de una cosa- Este cuarto era demasiado grande y lujoso para ser una habitación de una casa o algún departamento del lugar de donde vivo, yo perdí el conocimiento cuando aquel hombre me atrapó y puso su grande y fría mano sobre mi cuello, creí que había muerto, pensé que me había asesinado, pero no, sigo aquí, estoy viva.

- ¿Donde estoy?- Pregunte en un hilo de voz se cualquiera de los dos chicos.

El hombre que estaba a mis espaldas, de piel pálida, rostro angelical, cabello castaño y unos ojos de color miel profundo con unos matices negros bien marcados, me respondió.

- Te encuentras en la mansión Salvatore, pastelito- El tono juguetón que uso para decir aquello erizo mi piel.

- Aún no entiendo como mi hermano te dejó con vida- Habló el chico de cabello castaño oscuro, ahora estaba sentado en una silla acolchada en el rincón izquierdo del cuarto, ¿Comó mierda se movió tan rápido?- El olor de tu sangre es demasiada tentación para no comerte- Sonrió.

Sangre... Mi mente recordó una vez más lo sucedido anoche y la imagen del Adonis escupiendo el pedazo de carne de su boca con la sangre escurriendo por su mentón me hizo alusión a los vampiros de las películas de terror y las series.

- Tal vez piensa dejarla para la cena- Bromeó el ojimiel y lo mire, estaba apoyado al lado de la abertura en forma de puerta, de brazos cruzados mirando al suelo con una sonrisa.

Iba a responder aquello cuando la puerta se abrió y por esta entró el mismo hombre del Cabaret, ese mismo que atacó a la mujer a la vuelta de la esquina, sus ojos aún seguían cubiertos por las mismas gafas oscuras de ayer, vestía de una manera elegante, muy sofisticada, la cual me hizo sentir una asquerosa vagabunda, su traje era de un azul marino completo, calzaba unos zapatos negros, lustrados, brillantes, su camisa blanca estaba desabrochada en tres botones del cuello y su cabello estaba desordenado, eso solo lo hacía verse más atractivo de lo que ya era- El imponente y misterioso hombre- Al notar que había más gente que yo en la habitación, cerro la puerta a sus espaldas y los miro, tenía un toque amenazante, su sola presencia causaba temor y a la vez llamaba mucho la atención, era como un ángel destructor, un ángel devastador...

- ¿Qué hacen aquí?- Pregunto y su voz masculina, ronca y seductora erizo los vellos de mi piel, aceleró los latidos de mi corazón.

- Fue idea de Ethan- Respondió el ojimiel delatando al castaño oscuro de inmediato.

El tal "Ethan" Se puso de pie y le lanzo una mirada asesina al ojimiel.

- Eres un maldito cobarde, Elliot- Luego miro al hombre imponente- No le hicimos nada- Aclaró.

- Eso ya lo se- Abrió la puerta otra vez y nuevamente miro a Ethan, y al tal "Elliot"- Salgán ahora mismo de mi habitación y no vuelvan a entrar jamás sin mi permiso ¿Entendieron?- Ordenó y ambos chicos asintieron con la cabeza en respuesta.

- Adiós muñequita- Se despidió Ethan de mi, dándome una mirada rápida antes de salir del cuarto.

- Ten mejor suerte para la otra pastelito- Bromeó Elliot y también abandono la habitación.

El hombre misterioso cerro la puerta y me miro, aún sigue haciendo eco en mi mente cuando dijo la frase: "mi habitación", me envolví en las sábanas y me sentí pequeña ante su fija mirada, mire mis pies envueltos en la suave tela de la sábana y suspire, no me sentía bien.

- Supongo que sabes quien soy- Habló y negué con la cabeza sin mirarlo aún- ¿Segura?- Agregó y rápidamente volví a verlo.

Su rostro, ahora viéndolo con más detenimiento, lo reconozco, se que he visto su cara en algún lado... ¡Un momento! Ya se quien es.

- Román Salvatore- Pronuncie su nombre instintivamente, en un susurro como cuando no crees que lo acabas de ver o algo por el estilo.

Román Salvatore podría ser considerado la gallina de los huevos de oro del siglo XXI, pues es un hombre muy rico. Heredero de la gran fortuna de la familia Salvatore, su padre creo una empresa, que si bien era famosa a nivel nacional, el con tan solo 27 años la convirtió a una reconocida en todo el mundo- Después de la muerte de su padre- El se hizo cargo del emporio, movilizandolo y expandiendolo en diferentes rubros, específicamente era una empresa constructora, diseñaba y creaba grandes cadenas de hoteles como también edificios de gran envergadura, sin embargo Román decidió invertir en la bolsa, poner de su dinero en la ganadería y agricultura, la exportación de vinos- Su familia es dueña de una gran reserva de estos en todo el mundo- Tienen reservas petroleras y minería, explotan las riquezas de los países bajos con la intención de "ayudar" A las personas que los necesitan, en pocas palabras, tienen dinero hasta para limpiarse el culo.

- Andy- Su voz me trajo de vuelta a la realidad y lo observe- Investigue todo sobre ti- Agregó y me quedé sin palabras.

Estaba demás preguntar cómo supo mi nombre, el me acaba de decir que me había investigado, supongo que sabe más que eso.

- ¿Todo?- Pregunte inocente y este fruncio el ceño.

- TODO- Puntualizó- Tu nombre es Andy Fillips o al menos, ese es el nombre con el que te entregó tu madre al orfanato- Una fuerte puntada en el corazón me atacó al oir eso- Tienes 18 años, vives en un basurero de departamento en las zonas bajas de Nueva York, pasaste toda tu vida de orfanato en orfanato, robando para alimentarte, llegaste a terminar la secundaria en la correccional de menores y cuando saliste ya eras mayor de edad para vivir en un hogar, así que te reencontraste con tu viejo empleo de los quince y te lanzaste a la vida- Agregó y se formó un nudo en mi garganta.

- Soy una vagabunda, no valgo ni un peso y eso ya lo se- Me cruce de brazos- No tienes porqué recordarmelo- Agregue.

- Y aún no término- Su tono de voz malicioso me puso en alerta- Eres adicta a las drogas, al tabaco y sobre todo al alcohol ¿O me equívoco?- Desvíe la mirada y sin que se diera cuenta limpie una lágrima que amenazaba con salir.

No tuve una vida fácil, eso es cierto, no conozco a mis padres, mamá me abandono en un orfanato cuando tenía meses de edad, lo únicos con lo que me identificó es con un nombre y un apellido, aunque ni siquiera se si es real, de todos modos ya es válido ante la ley- En el hogar de menores pase por muchas cosas- Maltratos, golpes, abusos, frío, hambre, es muy duro ser huérfana, así que siempre me escapaba y salía a robar para poder comer, hasta que cumplí los quince y conocí a Nicol, ella me dijo que era muy linda y que su marido tenía un gran trabajo para mi en el Cabaret, ella fue quien me enseño todo lo que se ahora, aunque claramente no podía ir todas las noches, las veces que iba ganaba mucho dinero. Un día las cosas salieron mal y no pude ir, debía dinero ya que pasaba consumiendo drogas y la única opción que tuve fue ir a robar, entonces algo salió mal y fui detenida por la policía, estuve en la correccional de menores hasta los 18 años, en ese lugar me di cuenta que lo que tenía en la calle era un castillo comparado con la basura de allí dentro- Estando en la correccional me prometí jamás volver- Es un lugar espantoso, aunque me sirvió para aprender más sobre la vida... Como toda chica, tuve varios hombres en mi vida, ninguno que ameritara algo serio o estable, eran relaciones que no pasaban más de las dos semanas, sexo, fiestas, alcohol y drogas, viví rápido y pensé que iba a morir de la misma manera, aún tengo la duda de porqué sigo con vida.

- Eso no es asunto tuyo- Lo mire- ¿Por qué no acabas con mi miserable vida de una vez? Créeme, envidio a la mujer que asesinaste anoche- Fui sincera, se lo suplique aunque no lo demostré de tal manera.

- No puedo hacerlo- Se quito las gafas revelando el color de sus ojos, grite horrorizada y pegue mi espalda al respaldo de la cama.

Sus ojos, sus endemoniados ojos eran del mismo color carmín de anoche, las imágenes vuelven a mi mente como si se tratasen de una película de terror, una película de vampiros, vampiros, el es un vampiro, pase saliva y mis ojos se llenaron de lágrimas, no puede ser cierto, los vampiros no existen, los vampiros son fantasía, los vampiros... ¡Demonios! Tengo uno en frente de mi.

- ¿Por qué no puedes matarme?- Pregunte en un hilo de voz, pero se que el me escucho.

- Tu sangre- Su respuesta me descoloco- El olor de tu sangre me volvió loco, su aroma es delicioso y se que es atractivo para cualquier vampiro- Recordé lo que me había dicho Ethan: "El olor de tu sangre es demasiada tentación para no comerte", ellos también son como Román- Pero para mi es un frenesí de muchas cosas, te convertiste en una droga y no sabes lo difícil que fue resistirme a clavar mis colmillos en tu suave piel- Confeso.

- ¿Tu me trajiste aquí?

- Si.

- ¿Qué quieres de mi?

- Quiero tu sangre y tu cuerpo- Fue tan directo que me sonroje, ¿Por qué mi sangre? ¿Qué tiene de especial? Y ¿Mi cuerpo? ¿Por qué?- No me mal intérpretes, quiero proponente un trato, será algo así como un negocio, los términos y condiciones los pondré en un contrato y todo se hará mediante el mismo- Explicó.

- ¿Por qué mi sangre? Puedes tener la que quieras ¿Por qué la mía?- Cuestione.

- Eres mi fuente de vida- Respondió simple y mi rostro de desconcierto lo alentó a explicar- Veras, la fuente de vida es un humano que nace con el propósito de entregarse a un vampiro se linaje puro, su sangre es la única que calmara su sed y logrará convertirlo en una persona más o menos normal, le entrega fuerza inmediata y vitalidad- Explica- Durante mi larga vida, jamás necesite de ti, podía alimentarme de quien sea, pero luego te ví y tu olor me cautivó, de inmediato supe que eras tu y sin siquiera tocarte te me hiciste tan indispensable como lo es para ustedes el respirar- Agregó y me estremecí.

- Bien- Suspire- ¿Y porqué mi cuerpo?

- Eres hermosa, no deberías preguntar eso, además eres sexy y desde que te ví bailar, quize cogerte- Admitió y volví a sonrojarme, no estoy acostumbrada a las personas que hablan sin pelos en la lengua y que son tan directas.

- ¿Por qué crees que aceptaría un trato contigo?- Alce una ceja, mirándolo desafiante.

- De todos modos puedo obligarte hacerlo- Asegura y se que es verdad- No tienes otra opción, como te dije antes, naciste para mi y ya no puedo dejarte ir, es aceptar por las buenas o por las malas, tu decides- Sus ojos carmines centellean con excitación.

- ¿Qué obtengo si te doy mi sangre y mi cuerpo? ¿Qué tipo de relación tendríamos?

- Lo obtendrías todo, ya no necesitarías trabajar en ese Cabaret porqué te pagaré una buena cantidad de dinero, te dare alojamiento en mi casa, si quieres puedo inscribirte a una de las mejores universidades de Nueva York y haré realidad cada uno de tus sueños- Vaya, nada mal- Y por supuesto, no tendríamos ningún tipo de relación, no soy un hombre de noviazgos, ni casamientos, no me veo teniendo familia, no soy un príncipe azul que te dará flores y te llevará al cine, soy más bien el tipo malo que te coje cuando quiere y te llena de billetes por eso, toda mi vida he sido así, me gustan las mujeres y me encanta averiguar que cosa me pueden entregar cada una de ellas- Concluye su explicación y con todo lo que me dijo, me quedo claro que es un gigoló malvado.

- Entiendo- Fue lo único que pude decir.

- Como verás, no encontrarás mejor propuesta que la mía, además no tienes muchas opciones... ¿Aceptas?- Alzó una ceja esperando mi respuesta.

- Pues tu mismo lo dijiste, no tengo muchas opciones- Mi estómago se revuelve al pensar en lo que iba a decir- Aceptó el contrato que me propones, tu solo dime... ¿Cuando firmó?

- Haré unas llamadas, el papeleo estará listo en unas pocas horas, para entonces le diré a mi abogado que lo traiga y hoy mismo arreglaremos esto- Se acercó a la puerta- Le diré a mi hermana que venga y te traiga tus cosas- Agregó.

- Tus hermanos son como tu ¿No?- Alce una ceja.

- Sí- Afirmó- Por Ethan y Elliot no te preocupes más, hablare con ellos- Saco su móvil de uno de los bolsillos de su pantalón y marco algo en el- Haré las llamadas correspondientes, te veo abajo en veinte minutos- Pego el celular a su oreja, abrió la puerta y salió de la habitación cerrando a sus espaldas.

Me deje caer en la cama y mire al techo, aún no procesaba todo lo que estaba pasando, ni tampoco imaginaba lo que se vendría después, me sentía bloqueada, aunque lo único que tenía claro es que mi vida iba a cambiar radicalmente de ahora hacia adelante.
















































XoXo

¡¡¡Holaaaa!!! ¿Siguen ahí? Pues yo si y estoy contenta de saber que llegaste hasta aquí porqué eso significa que te esta gustando mi historia😎⭐❣ La que ahora es de ustedes, por favor no se olviden de votar y comentar 😉
Gracias, totales!!!😍✌

IsaBiLove💋

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