Epílogo

Advertencia: este capítulo contiene contenido sexual. Si no te gusta este tipo de contenido, no sigas leyendo, aunque eso implique que perderás información de la historia.

La gran mansión que les entregó Mr. Joker está demasiado tranquilo. Sí, esa sería la palabra perfecta para definir la situación. Laura se había bañado en el baño de la habitación de Marco porque le tocaba dormir con él. El hombre mayor le dijo que no se sienta presionada en cuanto a mantener relaciones sexuales, aunque la tentación sea grande. Solo deseaba que no entrara en el cuarto y decidiera tomarla ahí mismo.

Un suspiro soltó porque se relajó por completo. Prefiere el agua caliente o tibia que la fría. Ella no entiende cómo es posible que haya gente que tenga la capacidad de meterse en aguas heladas. Un escalofrío sintió en todo su ser con solo imaginarlo. Ella salió de la ducha tomando las toallas tanto la pequeña como la grande. Su cabello es fino y corto a la altura de los hombros por lo que recogérselo es una odisea.

Ya recién duchada decidió salir del cuarto porque se dio cuenta que se olvidó coger la ropa para vestirse ahí. Es mi habitual en ella. No se sentía cómoda vestirse en la habitación porque, a veces, se sentía observada.

Y afuera, en aquella cama de matrimonio, estaba sentado Marco. El hombre mayor se sonrojó de golpe al verla con la toalla. Laura solo chilló.

—¡Marco! ¡Date la vuelta, por favor!

—... Te ves sexy con eso puesto —añadió porque es lo único que se le pasaba a la mente.

—¡Hablo en serio! ¿P-Podrías…? ¡No! ¡No te levantes!

Laura retrocedió para huir de aquellos brazos amorosos, pero no pudo conseguirlo. Sus mejillas se tornaron rosas de la vergüenza que está pasando y hace todo lo posible para alejar al hombre. Sin embargo, Marco tiene más fuerza que ella. Él no está tocando indebidamente, solamente está aprovechando esa ocasión para abrazarla.

—M-Marco…

—Muy pocas oportunidades tendré para verte así —susurró por lo bajo.

—¿Y me puedes explicar tu virilidad chocar en mi vientre?

—Bueno, soy un hombre. Es normal que tenga este tipo de reacciones-yoi.

Ella quería morirse en ese preciso instante. Marco guio sus manos hacia la toalla de la cabeza de Laura y deshizo aquel nudo, dejando que cayera cual cascada despeinada y mojada. El siguiente movimiento sorprendió a la chica. Él estaba secando con mucho mimo su cabello.

—Eres tan preciosa–yoi —murmuró con una sonrisa en sus labios—. No pararía de mirarte. Eres perfectamente mi musa.

—¿Tu musa?

—Me inspiras en cada cierto momento.

Marco posó sus labios en la frente de la chica a modo de beso y lo repitió unas cuantas veces. La cara de Laura lo dice todo perfectamente. La vergüenza se apoderó porque está roja cual tomate. Esos besos se repartían en su rostro hasta llegar a sus labios. Ella sostuvo con una mano la toalla y la otra agarrando la camisa de Marco. Es un beso titubeante, pero no tímido. Ese hombre, que en escasos segundos soltó la toalla, empezó a explorar con las manos su pequeño cuerpo. Está tiritando. ¿Del frío o del placer?

Con suavidad iba guiando a la joven hasta la cama para acostarla. Desde una posición bien alta, Marco observa con detenimiento a la chica, quién tenía la mirada desviada. Estaba acongojada. Se veía linda. Laura suelta un suspiro al sentir una pequeña caricia en su mejilla y que iba descendiendo hasta su cuello. Su piel se eriza por cada segundo que pasaba. Él tomó el borde de la toalla y se lo iba quitando, viendo así su cuerpo desnudo.

Está indefensa. Entre la cama y él. No tenía escapatoria alguna. Un dedo colocó en su esternón que pasaba entre sus dos montañas, aplanadas a la vista por la gravedad; luego prosiguió a su vientre, donde hacía círculos en su ombligo causando ciertas cosquillas. Sus ojos negros están clavados en el rostro de la joven viendo sus pequeñas reacciones. Es inevitable besar su cuello descubierto y escuchar sus suspiros eróticos. La urgencia iba creciendo lentamente. Marco no tiene ninguna prisa.

Un gemido de sorpresa oyó a causa de sus caricias en su vientre bajo y la entrepierna. Laura tiene las piernas bien abiertas, queriendo recibir más atención ahí abajo. La necesidad es muy grande. Esos besos húmedos se centraron en sus pechos, más aún en sus pezones que están duros cual diamantes en bruto. El aire caliente de Marco está volviendo loca a Laura.

Ella aproximó todo lo posible sus manos a los pantalones del hombre. No podía ver, así que usaba su intención para desabrocharlos. Marco ahogó un gemido al sentir aquellos dedos masajear su miembro por encima de su ropa interior. Definitivamente, su pene está completamente erecto. Esto se está volviendo erótico. El pelirrubio se deshizo de su camisa por el calor que sentía en esos momentos.

Trepó por la cama atrapando el pequeño cuerpo de Laura sin dejar de besarla. Ciertas palpitaciones está sintiendo abajo la chica. Es la necesidad grande de ser tocada. Sus plegarias fueron escuchadas porque un gemido soltó. Aquellos dedos tocaban eróticamente su intimidad, como si estuviera realizando un baile sensual alrededor de su clítoris.

—M-Marco… no seas cruel —reprochó.

—No es cruel. Es ser romántico-yoi —rectificó—. Estás bastante habituada a que tengas sexo duro.

—Por vuestra culpa… ¡Ah! —se le escapó un gemido gutural porque él metió dos dedos.

—Estás muy mojada, Princess.

—¿Q-Qué pasó con la parte romántica?

—También tengo derecho a decir cosas sucias —rio por lo bajo.

Ella no paraba de temblar ante esos toques eróticos que tocaban con insinuación sus paredes vaginales, como si quisiera encontrar aquel tesoro perdido. Obviamente, Laura no se quedó atrás y entró en el juego. Sus dedos tomaron su miembro descubierto para masturbarlo con bastante fuerza.

Ambos gemían sin control alguno. Gotas de sudor aparecen en el cuerpo de Marco, cuyas perlas son brillantes. Ella acariciaba dulcemente el rostro de este. Una muestra de que le estaba gustando este momento. Es inevitable pensar que tenía delante a una joven hermosa con cierta inseguridad en su cuerpo.

Han estado dedicándose a la masturbación. No es necesario llegar al coito porque se estaban complaciendo demasiado. Los dos cerraron los ojos dejándose llevar por la sensación. Marco la abrazó con mucha fuerza al igual que ella. Sus respiraciones se vuelven un tanto agitadas. Les faltaba aire en los pulmones.

Y se compenetran para llegar al orgasmo. El semen estaba esparcido en el vientre de Laura. Una imagen erótica para los ojos de Marco, no obstante, ella estaría incómoda con esa sustancia pringosa. Él fue directamente al baño para coger unas toallitas húmedas y limpiarla.

—T-Tendré que bañarme de nuevo —comentó.

—Si quieres, podemos darnos una ducha los dos.

—Buena idea.

La magia se rompió porque alguien tocó la puerta. Marco se colocó el pantalón y se acercó a la puerta para abrir un poco. Es Izou.

—¿Qué necesitas?

—Tenéis que bajar los dos. Mr. Joker se ha puesto en contacto vía televisión —lo dijo muy serio.

Tanto Marco como Laura se miraron entre sí. Eso no pintaba nada bien. El pelirrubio le pidió a Izou que los dejara unos minutos para prepararse e ir hacia el salón. ¿Ahora que querrá ese hombre? Ya la chica está pensando en lo peor. Tal vez la quiere enviar de vuelta hacia ese negocio asqueroso que, técnicamente, la ayudó a desenmascarar a los seis.

No tardaron mucho en bajar. Todos estaban sentados menos ellos. Laura se puso en medio de Katakuri y King sintiendo una tensión de rivalidad entre esos dos. No es nada bueno, en realidad. Como dijo Izou, Mr. Joker estaba en la pantalla.

—Bien, estamos todos —habló finalmente—. Estoy viendo que vuestra convivencia está siendo fructífera, pero hay un cambio de planes —informó. Laura se lo temía.

—Explícate —gruñó King.

—Está claro que ella se merece la libertad del mundo, sin embargo, cierta persona ha descubierto mis planes. ¿Verdad, Lucci?

Ella miró al nombrado que está sumamente tranquilo en su sitio. El moreno abrió los ojos con la mirada fija en la pantalla. Es como un leopardo a punto de sacar sus garras si fuese necesario.

—Donquixote Doflamingo. Ese es tu verdadero nombre.

La cara de Laura era un poema cuando Lucci pronunció ese nombre. No podía ser que el cerebro de todo esto fuese un perro del Gobierno Mundial. Mr. Joker rio por lo bajo ante el atrevimiento del moreno y, claramente, se quitó la máscara revelando su identidad.

¡Definitivamente, nadie se lo esperaba!

—Pero ¿por qué…?

—Porque estoy aburrido —contestó sin dejar la oportunidad a Laura—. Necesitaba algo de diversión. Al estar protegido por el Gobierno Mundial, podía maniobrar perfectamente mis hilos y crear un negocio factible e interesante.

—¿Y cuáles eran tus planes? —cuestionó Cracker.

—Ver como os peleáis por una mujer singular —él rio. A más de uno no le hizo mucha gracia ese comentario—. Oh, vamos, ya es libre. No quiero tener ningún problema con el gobierno.

—Vamos, tú haces esto para que Lucci olvide todo esto y te deje tranquilo —murmuró Izou con los brazos cruzados—. Eso es ser un cobarde.

—Estoy de acuerdo con Izou —apoyó Marco.

Por una parte, Laura estaba feliz de que ese hombre peligroso haya dicho esas palabras; por otra parte, algo le decía que esto no iba a terminar. Donquixote Doflamingo mantenía su sonrisa, complacido con lo que estaba haciendo.

—Princess Laura, te he estado observando y sé que estás confusa —siguió hablando—. Yo sé que no deseas dañar a las personas, pero tu corazón dicta lo correcto.

—... ¿A qué quieres llegar?

—Con los seis hombres presentes, ¿con cuál te quedarás para el resto de tu vida?

Esa pregunta sorprendió a la chica. Todos fijaron sus miradas en ella. Ahora sí que estaba en una situación riesgosa, atrapada entre la espada y la pared. Una gota de sudor iba resbalando por su sien porque es ella quien debe tomar la decisión. Ella apretó los puños con fuerza y mantuvo la mirada agachada.

Todos tienen sus pros y sus contras. Ninguno tiene malas intenciones con ella. No obstante, como dijo Doflamingo, que dio en la clave, debe escuchar a su corazón. A sus sentimientos profundos. Ella cerró lentamente para escuchar su conciencia ignorando a los hombres presentes.

—Mi vida no es nada interesante hasta ahora —interrumpió el silencio—. Cada uno tiene ciertas intenciones conmigo, ya sea sentimental o sexual. Pero debo decir que hace bastante tiempo mi corazón pertenece a una persona y siento que esto os duela. Es a Katakuri con quien deseo formar parte de su vida.

El hombre más mayor se alivió completamente. Él sabía desde el fondo que Laura lo escogería, pero uno no sabe las estrategias que pueden usar el resto.

—... Sabía que dirías eso —habló Cracker—. Yo no tenía oportunidad alguna.

—Bueno, sabiendo que soy tu doctor, no creo que esto sea cómodo para ambos-yoi.

—Recién te conocí y valoro tu respuesta —dijo Izou.

Lucci prefirió estar callado y no hacer ningún comentario al respecto. Él también tenía ganas de perder.

—¡Yo me niego! —gritó King. Él se levantó del sillón para estar enfrente de Katakuri y agarrar su camisa—. ¡Yo fui el primero en follarla y no consiento que tú me la quites!

—Princess tomó la decisión —respondió con mucha calma.

—¡Aún así no es justo!

En los genes de un Lunaria está el no perder. King nunca perdió; por ello, le está haciendo difícil aceptar esto. Luego de asimilarlo fríamente, lo soltó. Pensar que encontró a una criatura fascinante y que la había perdido, es humillante para él. No lo puede tolerar.

—Bien, veo que todos han aceptado el destino de la chica. Mañana por la mañana tendréis que dejar este lugar. Ya no es necesaria la convivencia.

🎭🎭🎭🎭

Han pasado dos meses desde aquel suceso. Princess Laura nunca olvidará que fue prisionera ante las garras de Donquixote Doflamingo, alias Mr. Joker. Desde que dejaron de convivir, Lucci tuvo la palabra de no molestar a ese hombre y seguirá protegido por el Gobierno Mundial. Claro, no lo consideran “peligroso”. Y del resto no supo más. Bueno, no olvidemos que Cracker trabaja en la misma empresa que ella.

El día de la boda ha llegado.

Laura estaba enfrente de la iglesia con un traje super bonito de color azul y con vuelo. Su maquillaje es sencillo para no destacar demasiado entre la multitud. Se asustó porque sintió una mano posarse en su hombro y vio por el rabillo del ojo a Katakuri. Se sonrojó demasiado al verlo tan apuesto con ese esmoquín negro.

—Estás hermosa —susurró.

—¿No crees que es exagerado?

—Para nada. —Él agarró su mano—. De hecho, estás siendo la envidia de muchas.

Oh, sí. Katakuri dio la noticia a toda su familia sobre la relación que está teniendo con Laura. A muchos no les hizo gracia porque ellos dos son jefe y empleada. No obstante, a Charlotte Linlin le pareció buena idea que su hijo más apreciado haya escogido a una chica super inteligente como ella. Exageró, como pensó Laura la última vez.

—Tu hermana Chiffon debe estar nerviosa. ¿La has visto?

—Mis hermanas no me dejaron —dijo—. Y no creo que en el día de nuestra boda ellas me permitan verte en traje de novia.

—T-Todavía no me has pedido matrimonio. —Sus mejillas se tornaron rosas ante tal cosa.

—Estoy buscando el momento adecuado.

Laura tendrá que tener los ojos bien abiertos para cuando eso ocurra porque es demasiado pronto, ya que iniciaron su relación recientemente. Los dos entraron en la iglesia y ella se cohibió con tantos invitados. Esa mujer se ha pasado de la raya. Durante el trayecto para ir a los bancos de adelante, se percató de la presencia de varias caras conocidas. Es normal que el resto de hombres, con quienes ha compartido cama, estén presentes.

Ella reconoce que ha estado visitando a Marco porque es su médico particular y ellos han intentado evitar de conversar sobre aquello. Es como si nunca hubiera pasado y eso, a veces, resultaba incómodo.

Las miradas de King, Izou, Marco, Lucci y Cracker están puestas en ellos dos. Laura debe mantenerse firme para que ellos supieran que tomó la decisión correcta. Y lo fue porque Katakuri ha demostrado ser un caballero y cuando él escucha un “no” como respuesta, lo comprende y lo acepta sin rechistar.

El órgano empezó a sonar. Charlotte Chiffon entró con un ramo de rosas en su poder caminando hacia el altar, donde le esperaba Capone Bege. Se veía hermosa con ese traje de novia y ella misma se estaba imaginando tener una boda con Katakuri.

Muchas cosas pasaron por su cabeza. Ese reto que aceptó, estando en las garras de ese hombre, se dio cuenta que sus sentimientos por él nunca cambiarían. Siempre lo tuvo en cuenta desde que lo vio por primera vez. Laura apoyó la cabeza en el brazo de este, mientras observaba al padre orar por los futuros novios.

Un pájaro enjaulado, al final, buscará su libertad.

Sé que ha sido una historia corta, pero un escritor no sabe cuándo será la hora hasta que llegue el momento.

De verdad, millones de gracias por haber apoyado esta historia. A lo mejor no a muchos les guste un OC y mas aún emparejandolo con seis personajes, pero habrá poca gente que le guste este tipo de contenido.

¡Nos vemos en la próxima historia!

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