>>Cap 76<<

#(N/a: pongan la música cuando les diga)#

Narro yo:

Durante horas, la eriza no salió de su cuarto. Se tiró en el suelo en un profundo silencio, un silencio que utiliza para meditar las cosas que han acontecido en su vida, empezando por ser una chica del tercer mundo a ser adoptada por el grupito de héroes de turno, ahora que hace memoria unos días antes, específicamente el día que cumplió los 17 años miro hacia el cielo con impotencia y exclamó: "¡¿Así va a ser toda mi vida?!, ¡¿Vivir en el basurero de todos para que ni los gusanos reconozcan mi carne?!" y después conocer al Team. **Que clishé...**, se larga a reír en medio de su reflexión. 

Seguido de eso terminó en una isla de locos donde la vida se rige por el "Corre que te pillo y te almuerzo", vivir grandes momentos con sus amigos y novio, descubriendo y acabando por ser parte del plan de un demente poderoso con fines de destruir todo lo que ama y conoce. Y ahora esta aquí. Se levanta con bastante pereza del suelo limpiando su ropa mientras se encamina hacia ese tocador con un espejo, mira su reflejo preguntando se como terminará todo esto, sacude su cabeza deshaciendo se de ese pensamiento, **Vive lo que tengas que vivir, es del presente lo que debes preocuparte. No del futuro.**.

Las suaves telas del vestido y la precisión de sus detalles hacen que sienta una ligera culpa por lo que le valla a pasar, en este momento a ella le gustaría tener un poco más de ayuda para ajustar su corset, saca el espejo de su lugar y usando las sabanas de la cama, lo amarra a la parte superior del catre para que el  ángulo del reflejo le permita ver lo que no alcanza. Ya terminada su titánica tarea, recorre el cuarto hasta llegar a la posición actual del cofre, y de la misma manera que portó la esmeralda verde, esconde entre sus capas de vestido la esmeralda falsa.

Toques presurosos en la puerta son atendidos de inmediato dejando a un muchacho encargado de a decoración sorprendido por el actuar de ella, él se mantiene de pie frente a ella mirándola de pies a cabeza con una extraña expresión en el rostro.

(T/n): - Mira preocupada a ambos lados del corredor - ¿Qué pasa?, ¿Es que acaso son todos unos sádicos?, ¡Basta! - susurra.

&&&: Yo....no era eso - carraspea - el rey Mephiles me pidió...bueno, ordenó que le preguntara que tipo de música es de su preferencia -

(T/n): Algo rítmico pero bailable -

&&&: Esta bien. -

(T/n): Vete. Ya tienes lo que querías. -

Cierra la puerta tras de si con una mano en su acelerado corazón, creía que la hora había llegado, a su mente regresó el recuerdo de cuando cabalgaba junto a las chicas hacia la batalla en la ciudad, donde todo empezó. Cierra los puños y se recarga sobre la pared de roca helada.

(T/n): Dónde todo acabará...- las llamas de su interior se avivan en su manos, blancas y calurosas como la luz del verano, transmitiendo tranquilidad y seguridad - **No puedo sacar a toda esta gente del castillo, pero puedo llevar a los monstruos al centro de la ciudad. Mmm...lo más seguro es que los chicos de todos modos intenten evacuarlos de aquí y eso dificultaría la tarea de concentrar la atención del enemigo, vaya dilema...**-

Otros toques sobre la puerta sacan un gruñido molesto de la chica que esta vez, no sería tan amable. Desbloquea y abre la puerta.

(T/n): ¡DEJA DE FASTIDIAR! -

La bestia que cubre toda la visión del otro lado de la puerta retrocede un par de pasos y ante el error, la ojiamatísta recupera la compostura.

//////: ¿Alguien la esta molestando, reina? -

(T/n): Hmp. - pone una mano en su cadera, desafiante - ¿Y tu a que vienes? -

//////: Son las 11: 35 p.m. El Rey quiere que la escoltemos al baile. -

(T/n): - Ella se asoma fuera de la puerta divisando a tres más de los mismos, regresa su mirada al que tiene frente - Dame un momento.  - cierra la puerta en su cara caminando hacia su corona sobre la cama, la coloca en su lugar y como último aplica un poco de perfume -**Respira, ¡Estarás bien!, media noche...solo hasta media noche, ten fe...** -

Al caminar por los pasillos y bajar escaleras sus piernas temblaban bajo el vestido, las bestias la flanqueaban por 4 lados, considerando un poco de distancia de ella e impidiendo que alguien se acercase. en uno de los pasillos principales formaron a todos los que quedaban de la servidumbre los ojos de la chica pasaron por algunos rostros, incluyendo el del muchacho de hace poco, sus pasos retumban en el eco de la estructura, erguida, clava la mirada sobre la espalda del monstruo que tenía en frente para no seguir mirando a esa gente. Sin previo aviso alguien de atrás grita: "¡No te dejes vencer, tu eres nuestra esperanza!" y a coro le siguieron otros y otros. (T/n) estaba atónita, tanto que incluso paró de caminar para escuchar a los motivados Mobianos, a todos los que pudo les correspondió con una sonrisa sincera y ligera. Esta vez los escoltas se apegaron a ella obligando la a casi correr dejando un peso allá atrás.

La abandonan frente a una gran puerta que jamás había visto, detrás de esta se escucha el bullicio de los muchos Darks presentes en la celebración. Ella está lista, lista para todo excepto la picazón en la espalda baja, disimuladamente intenta mitigar ese escozor pero pasa a llevar unos de los grandes jarrones, estrellándose contra el suelo en mil pedazos junto a un mar de rozas tan rojas como los ojos de Shadow.

(T/n): Ay-no...-

 QUERIDOS INVITADOS...

(T/n): !!!!!- se inca y comienza a recoger las rosas alejándose un poco de la puerta.

HOY NOS REUNIMOS AQUÍ, PARA CONMEMORAR LA BODA DE NUESTRO REY MEPHILES Y ASÍ CONSOLIDAR NUESTRA GRAN VICTORIA SOBRE NUESTROS ENEMIGOS...

#(Pongan la música)#

(T/n): ¿"Victoria"?, ya veremos como les queda la cara con la "victoria" -

El pomposo vestido con apenas unos movimientos pasa a llevar incluso columnas decorativas de piedra, haciendo un sonido mas pesado y alto que el jarrón. Del susto se le caen las rosas, desparramando las por el suelo y mientras ella murmura enfadada trata de ocultar sus torpezas bajo las grandes cortinas azules a los lados de los distintos cuadros y ventanas procurando no ensuciar el vestido.

¡NOSOTROS VENIMOS PLANEANDO ESTE MOMENTO DESDE SIGLOS ATRÁS Y POR FIN HA LLEGADO!, ESTA NOCHE... ¡¡SOMETEREMOS A TODOS A NUESTRA ALEGRÍA!!

Los muchos seres que están afuera aplauden y ensalzan esas palabras, dándole un poco más de tiempo para recoger las rosas nuevamente, escuchando el hermoso sonido de la música.

<<<<: ¿REinA?, ¿QuÉ EStÁ HaciENdO? -

(T/n): - Se yergue en su lugar y lo mira sosteniendo un ramo - Oh, nada, solo observo las flores - sonríe nerviosa.

AHORA LE DAMOS LA BIENVENIDA...¡A LA REINA (T/N)!

A pesar de no estar en su puesto cuando las puertas se abren, toma con firmeza el ramo caminando con elegancia hacia su presentación, sus ojos pasan rápidamente a ver un reloj en lo alto del gran jardín marcando un cuarto para la media noche. Agachándose, recoge un poco su vestido para no tropezar con las largas escaleras,  al finar de estas se encuentra Mephiles con una capa desde los hombros a los talones y la reluciente corona sobre su cabeza. Ella se toma su tiempo y él la recibe estirando su mano.

MEPHILES: ¿DE DÓNDE SACASTE LAS FLORES? - pregunta ya estando junto a él.

(T/n): No son nada más que un pequeño detalle...- 

Ella se deja guiar hasta llegar al centro del jardín, todos los monstruos se ubican a su alrededor en un círculo dejando el suficiente espacio para los monarcas.

MEPHILES: ACUERDO, ES UN ACUERDO. - con una suave inclinación la mira a los ojos - ¿ACEPTAS ESTE BAILE CONMIGO? -

(T/n): ¡Hmp!, ¿Tengo opción? - avienta el ramo hacia atrás.

MEPHILES: SOLO SI NO QUIERES MORIR AHORA. - 

Alargando una de sus sombras, toma una rosa y la coloca en medio de sus manos, toma a la azabache fuertemente por la cintura comenzando un leve movimiento y luego a desplazarse con ligeros y rápidos pasos al son de la música que adornan llenos de gracia el espacio dado para ambos, intentando dominar la incomodidad del toque del erizo se enfoca en el sonido del conjunto de los instrumentos, hipnotizando la y dejándose llevar por ellos hasta un lugar completamente distinto. 

**1, 2, 3...1, 2, 3... 1, 2, 3**, repite mentalmente para no tropezar, Mephiles es ágil con sus movimientos, piruetas y vueltas confunden a la eriza, al tomarla por la cintura la eleva en el aire y cae en sus fuertes brazos, aplausos de todos magnifican este momento, ella intenta alejarse en una especie de baile solitario, jugando con su vestido y trasladando se cerca de los invitados, buscando alguna señal de sus amigos. Su cuerpo es apegado con fuerza a otro, una de sus manos es posada en su cintura y la otra sostenida por la tosca mano del rey. 

MEPHILES: ¿A DÓNDE CREES QUE VAS? - danza a espaldas de ella mientras aprovecha la cercanía para oler el perfume de (T/n).

(T/n): Solo me dejo llevar - se da una vuelta brusca quedando uno frente al otro. - Te vez bien esta noche...Cariño. -

MEPHILES: VALLA, VALLA, LA (T/N) COMPLACIENTE QUIERE SALUDAR~ - se acerca más y susurra a su oreja - ¿QUÉ TAL SI ME COMPLACES UN POCO? - besa su hombro.

(T/n): ¡Iugh! - pisa con fuerza el pie de su acompañante, sacando le un gruñido de dolor, sin aflojar el agarre a su reina. 

Los colores verde y morado se vieron enfrentados en una lucha de poder, puede sentir como quiere tomar el control de su cuerpo como lo hizo aquella vez en el jardín delantero. Pero se topa con una voluntad flameante en los ojos de la chica, resistiéndose ante el invisible maleficio. Sus ojos se desvían a las manecillas del reloj, **Ya casí...solo un poco más**.

Al seguir con su baile una sensación, que tiene vívida en su mente desde su estancia en la isla, es cuando la están observando. Claro todos lo hacen, pero una sola tiene ese efecto en ella, trata de ubicar la entre todas esas bestias sin excito. A mitad de la canción, el imponente reloj marca con potestad la media noche, (T/n) no pudo evitar sacar una sonrisa clara y algo maliciosa en su rostro, los otros monstruos sacan a sus parejas a la pista acompañando a sus monarcas, una pirueta deja a (T/n) debajo de Mephiles siendo sostenida sin escape, sus intenciones eran claras al ver esos ojos fríos posarse en sus labios. Se acerca lentamente.

En un intento de ganar más tiempo una de las tantas rosas que yacen en el suelo, es tomada y colocada en la boca de la eriza, con un gesto de inocencia es devuelta al incansable canto de la música. Nuevamente revisa las manecillas del reloj, frunciendo ligeramente el ceño al ver que pasaron diez minutos pasados de la hora acordada. Un sentimiento de angustia pincha más que un alfiler.

MEPHILES: ¿ME PUEDES DECIR QUE TIENE DE INTERESANTE ESE DICHOSO RELOJ? - tapa su vista.

(T/n): Nada en particular...- aprieta su mano - solo es que no soporto estos tacos al bailar.

MEPHILES: MÍRAME (T/N). - obedece - MANDE A HACER UNAS BEBIDAS ESPECIALES QUE RETARDAN EL EFECTO DEL CANSANCIO. -

(T/n): - Una gota de sudor cae por su cuello - ¿Para qué es exactamente? -

MEPHILES: CREO QUE YA SABES LA RESPUESTA. - 

Le da la aguda sensación de que él se está riendo de su desgracia, la saliva apenas pasa por su garganta, su corazón se agita a cada minuto perdido que pasa, Mephiles le permite dejar caer un poco su cuerpo hacia atrás para bruscamente casi pegar sus rostros, ella gira ligeramente el rostro.

(T/n): No te me acerques de esa forma - susurra.

MEPHILES: YA TE LO HE DICHO, ME ENCANTA QUE TE HAGAS LA DIFÍCIL - una risa profunda de él estremece el cuerpo de la eriza, no le gustará lo que viene.

Gira con ella elevándola y lanzando la más alto que la vez anterior. Los instrumentos se preparan para el final, lo que acelera su pulso, la rosa resbala de sus labios en el aire, su única protección se despegaba de ella, vuelve a la realidad cuando cae en una bella pose comprometedora con Mephiles, el literalmente esconde su rostro en el pecho de la chica aún sosteniendo la y ella con la cara totalmente roja, estira el brazo y alcanza la rosa antes que toque el suelo, dándole un toque algo dramático. 

Los monstruos aplaudían con fervor. La boda esta empezando y eso la petrificó. Ambos se separan. Los monstruos suplicaban una segunda ronda pero Mephiles ni los escuchó, con un gesto le indica a la azabache que se acerque pero una de sus manos es sujetada con firmeza.

¿Podría yo bailar con la reina? - 

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