Te encontrare

La chica de pelo negro y la chica de pelo castaño seguían chocando sus espadas soltando pequeñas chispas amarillas sin señales de que alguna se rendiría.
Pero no tenía caso, ambas eran grandes espadachines y Asuna tenía que admitir que podría ser que esa chica tenía fuerza superior que la de ella, pero no iba a ceder ante sus ataques, no cedería hasta que le dijeran dónde estaba su Yui, una de las cosas más importantes del mundo para ella.

En un momento en que ambas separaron sus espadas, Asuna decidió hacer una estocada sorpresa, pero como era de esperarse, la pelinegra la esquivo perfectamente, pero sí logró hacer que se tropezara un poco por haber esquivado con mucha velocidad. Ese momento fue perfecto para que Asuna la empujara hacia el suelo, la pelinegra soltó su arma a unos cuanto centímetro de ella.
Ambas estaba muy cerca del borde de Aincrad, y si caía alguien por ese abismo sería una muerte segura.

Cuando la pelinegra recuperó la consciencia trato de alcanzar su espada estirando su brazo, pero luego un pie empezó a pisarla para que no logrará alcanzar el arma. Eso provocó que soltara un pequeño gemido de dolor.
Asuna la miraba con furia y rencor, la tomó de la capa que llevaba en su cuello, y con todas sus fuerzas la levanto del suelo para luego tenerla frente a ella y mirarla con amenaza.

-¡Dime! ¡¿A dónde se la llevaron?!- Pregunto con furia en su voz.

Pero no contestó la chica, sino más bien colocó su pie en el pecho de Asuna y la empujó con todas sus fuerzas para que se alejara de ella. Eso provoco que la pelirroja diera unos cuantos pasos torpes hacia atrás, una distancia prudente de la pelinegra. Pero la ojos azules no midió su fuerza lo suficiente, lo cual hizo que la inercia del empujón la llevara a retroceder cerca del borde, la chica perdió el equilibrio y se cayó, pero sus reflejos fueron rápido y se sujetó con ambas manos del borde del Reino Aincrad.
Y ahí estaba ella, colgando del borde, si se caía sería una muerte fatal. La chica era fuerte y podría sujetarse, sin embargo estaba muy cansada de pelear que tenía sus brazos cansados y eso hacía que temblaran un poco por la fuerza que estaba imponiendo. Pasaron los segundos y ahora sólo tenía una mano que la sujetará de la caída, era muy difícil con una sola, pero su otro brazo ya estaba agotado. Se iba resbalando poco a poco por el sudor y por el cansancio de sujetarse, pronto se habría de caer, así que se resignada, cerró los ojos a esperar lo peor.

Cuando ya no sentía su mano firme y sujetada al borde esperó caer, pero luego siento algo firme sujetándole la muñeca con demasiada fuerza. Sin entender volteó arriba para ver quién era su salvador, y al ver bien quién era abrió los ojos como platos de la sorpresa, pues era aquella chica de ojos avellana con la que estaba peleando a muerte hace pocos minutos. No entendía por qué su enemigo la salvaría de su muerte.

La pelirroja estaba sudando demasiado al tener que sujetar con fuerza a aquella chica, y pensaba en lo curioso que era; "Asuna, si tienes a tu enemigo vulnerable no dudes jamás, haz lo correcto", recordaba las palabras de su tío, ella sabía muy bien que se refería con eliminar a su enemigo, pero ella prefería recordar otra cosa; "Asuna, hiciste ya demasiado por mí, pero no tengo salvación en salud, en poco tiempo me iré, pero no olvides que tú me salvaste a mí, y promete que si vuelves a ver a una persona vulnerable que tiene salvación, no importa quién sea, la salvaras". Esas palabras le traía un dolor intenso en su corazón, pero cumpliría la promesa que le hizo a esa persona desede hace años.

Con todas sus fuerzas trató de subir a la chica, le hizo una señal de que que tomará su otra mano, que así sería mucho más fácil subirla. La pelinegra algo confundida, aceptó la ayuda de la pelirroja y tomó su otra mano.
La pelirroja seguía jalándola hasta que volvió a estar en la tierra. Ambas respiraban con mucho trabajo y exhaustas, pero la pelinegra estaba concentrada en ver a aquella chica que le había salvado la vida sin ninguna razón, ella la había tratado de asesinar y aparte de que invadió su reino, no lograba entender porque la había salvado.

-¿Por...por qué me salvaste?- Preguntó con algo de duda.

Asuna sólo la miró sin contestar aún suspirando por el cansancio, era la primera vez que oía la voz de la chica de ojos azules, pero en poco tiempo sus ojos cristalinos soltaron lágrimas. La pelinegra la miraba con algo de culpa y preocupación.

-Por...por favor...dime a dónde se llevaron a Yui.- Decía sollozando y soltando muchas lágrimas.

La pelinegra no entendía a lo que se refería la pelirroja.

-¿A...a dónde se...se...la llevó ese hombre...?

Entonces la ojos azules como zafiro entendió que se refería a aquella niña con la que estaba antes de empezar a pelear con ella, uno de sus soldados se la había llevado, ya que el líder de ella había ordenado llevarse a cualquiera de la realeza.

Sentía mucha culpa, estaba en deuda con aquella chica que la salvó, pero simplemente no le podía decir la verdad, ya que aquellas órdenes venían de muy arriba.

-Lo siento.- Dijo la pelinegra separando su mirada de ella.

Antes de que Asuna pudiera contestar sintió un intenso dolor en la cabeza, pocos segundo empezó a ver borroso, pero pudo distinguir que un hombre alto moreno la había golpeado, fue entonces cuando vio todo de negro y perdió la conciencia.

*

*

*

-¡Asuna! ¡Asuna! ¡Ayúdame!- Gritaba una mujer de voz desconocida, eso hizo que la chica se despertara de golpe.

Cuando despertó pudo notar que estaba en su cuarto. Se tocó la cabeza sin entender muy bien cómo había llegado allí, pero fue ahí cuando sintió un gran dolor en su cabeza, al fijarse bien llevaba una venda en la cabeza y aún llevaba su vestido roto. Fue cuando entendió que todo lo que había pasado no había sido un sueño.

Se levantó de golpe y salió de su cuarto corriendo sin importarle que estaba descalza.

Iba bajando por las escaleras de su castillo y se dirigió a la puerta que llevaba afuera de su castillo, y lo primero que vio al abrir la puerta principal fue muchas camillas en el suelo con varios pobladores siento atendidos por médicos, también veía cuerpos que eran cubiertos por enormes cobijas blancas.
Aquellos fallecido habían muerto en aquella guerra que estaba empezando.

Iba caminando como alma en pena, con la mirada apagada, como si estuviera muerta, sin importarle mucho que la gente murmura entre ellos cuando la veían.

-¡Asuna!- Gritó una voz femenina.

Asuna se dio la vuelta y sintió un enorme alivio al ver que era su mejor amiga Liz, por lo menos ella estaba a salvo. Corrió hacia ella y la abrazó.

-Estaba muy preocupada, tu hermano te encontró cerca del borde de Aincrad desmayada sangrado de la cabeza, así que te llevó al castillo para que te atendiera.- Decía su amiga separándola un poco para verla a los ojos.- ¿Dónde está Yui?

Eso hizo que Asuna se quebrara. Sus bellos ojos soltaron una cascada de lágrimas.

-Ellos...ellos se...se la...- Apenas podía hablar al sentir el gran dolor al recordar la triste realidad.

La pecosa comprendió la situación, pues era verdad que nadie había visto a la tercera princesa desde que había empezado aquella invasión y realmente todos estaban preocupados.
Liz volvió a abrazar a su amiga para esta vez reconfortarla.

*

*

*

La chica de bellos ojos avellana estaba parada justo frente al borde viendo aquel gran bosque que siempre le llamó la atención, pensaba en todas las veces en la que ella miraba desde su balcón aquellas ruinas preguntándose si alguien seguía allí vivo, todos siempre le decían que eso no era posible, pero ese mismo día se habían aclarado las dudas que todos habían tenido por muchos años.
Se encontraba en el mismo lugar donde había peleado antes con la supuesta líder de toda esa invasión, se preguntaba una y otra vez si había hecho lo correcto al salvarla, pero recordaba las últimas palabras que le había dicho antes de perder la consciencia; "Lo siento", aquella chica de preciosos ojos como zafiro tenía una mirada triste como si sintiera culpabilidad por todo lo qué pasó.

-¿No estás considerando suicidarte verdad?- Preguntó una voz masculina detrás de ella.

No pudo enseñar una sonrisa al verlo.

-Hola Eugeo.- Le dije con la mejor cara que pude enseñarle.

Aquel rubio se colocó a su lado extendiéndole una manta.

-Hace frío, ponte esto o si no te vas a enfermar.- Decía en un tono protector.

-Enfermarme no me importa y menos ahora.- Decía seria pero aceptando la amabilidad de su mejor amigo.

Ambos se quedaron callado un rato mirando la luna llena que mostraba el bello cielo de Aincrad.

Ya habían pasado dos días desde aquella invasión que había acabado con cientos de vidas del reino en donde ellos vivían. También desde ese día Asuna no hablaba con nadie y no opinaba sobre nada, estaba realmente destruida por dentro.

Después de esa larga pausa Eugeo decidió romper el hielo.

-Asuna, no te preocupes, tú tío, tú hermano y yo traeremos de vuelta a Yui.

Asuna no lo soportó.

-¿Y por qué crees que es tu responsabilidad?- Respondió algo seca.

Él sólo la miró unos cuanto segundos muertos.

-Porque tú eres mi prometida, y tus problemas son los míos.- Decía tomándole la mano.

Asuna miraba su lindo gesto, pero luego lo rechazó sin decir nada más.

Eugeo suspiró resignado. Se dio la vuelta y se marchó dejando a Asuna sola de nuevo.

Asuna seguía sin moverse viendo el mismo punto, planeando muchas cosas.

"Ellos no tienen la responsabilidad de salvar a Yui, es mi responsabilidad, ya que por mi culpa la atraparon. No importa lo que pasé, yo te encontraré Yui". Pensaba muy segura de sus pensamientos.

Pero aquella extraña sensación que tenía desde hace años en su meñique izquierdo, sintió y vió, un hilo rojo atado a su meñique que se extendía hasta el Reino de Sword Art en un punto que no lograba ver. Ahora entendía que si había alguien más en ese supuesto reino destruido, siempre supo que de alguna manera alguien seguía viviendo en esas ruinas.

No importaba lo que podría suceder, todo cambiaría ese día y estaba dispuesta a correr el riesgo de lo que pudiera pasarle.

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HOLA PERSONITAS HERMOSAS DEL MUNDO, AQUÍ ESTÁ LA NUEVA PARTE DE MI HISTORIA. A QUE NO SE ESPERABAN QUE EUGEO APARECIERA AQUÍ.
ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO, VOTEN Y COMENTEN.

ROXY 51 FUERA!!!!

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