Prólogo
Abrí los ojos llevando una mano a mi pecho, me faltaba el aire. Me dolía demasiado la cabeza.
«Respira» intenté regularizar mi respiración y miré alrededor ahogando un gemido cuando me di cuenta de que esta no era mi habitación.
«¿Pero cómo llegué hasta aquí?»
-Mierda -murmuré levantándome de la cama, pero mi pie se enredó con la sábana y caí de boca al piso dándome un mal golpe en la rodilla, por suerte metí las manos para no darme en la cara.
Estaba en una habitación de paredes azules con afiches de cantantes de rock pegados alrededor, una computadora, un televisor...
¿Cómo carajos había llegado hasta aquí? ¿Qué había pasado ayer? No recordaba más que yo bajándome del autobús y caminando hacia mi casa después de la escuela.
De repente escuché la puerta abrirse, dejé de respirar cuando lo vi, él tenía los brazos cruzados sobre su pecho, su cabello rubio y rizado, sus ojos profundamente verdes fijos en mí pareciendo entretenido, se quedó de pie en la puerta al verme tirada ahí en el suelo.
Esto debía de ser una broma.
Sentía como si el tiempo se hubiera paralizado, ¿Qué carajos hacía yo en la misma habitación que Ramson Stone?
Él estudiaba en mi instituto, eran dos secciones del último año, él estudiaba en la otra sección, era el jugador estrella del equipo de natación, su rostro parecía esculpido por los mismos ángeles y su cuerpo como si fuera el sinónimo de la palabra trabajar duro, y... era mi crush, como el de la mayoría de las chicas del instituto, pero él tenía una deslumbrante novia que parecía sacada de una revista de conejitas playboys.
Jamás lo había visto tan cerca, para mí, era como una súper estrella.
-¿Vas a quedarte ahí en el suelo observándome mientras se te sale la baba o qué? -se burló Ramson alzando una ceja.
¿Qué se me sale la qué...?
Cerré la boca y volví a la realidad, mis mejillas se sonrojaron cuando él comenzó a reírse de mí, su expresión altiva y arrogante.
Me levanté desenredando mi pie de la sábana y cruzándome de brazos, mirándolo como si no tuviera todas las fotos de su Instagram guardadas en mi teléfono y como si no fuera mi amor platónico por casi diez años que teníamos siendo vecinos. Porque sí, Ramson vivía a unas casas después de la mía, pero nunca habíamos cruzado palabras. Estaba completamente confundida.
- ¿Qué hago aquí? ¿Es... esta es tu habitación?-tartamude con una mezcla de miedo y curiosidad.
Ramson caminó hacia mí sin dejar de mirarme con una ligera sonrisa en su boca, maldición, jamás había cruzado palabras con él, nunca me había mirado, sentía la necesidad de correr y ocultarme, pero necesitaba respuestas. Pero no me moví, creo que mis pues se quedaron pegados en el piso.
Se detuvo cuando estuvo frente a mí y murmuró:
-¿No recuerdas qué ocurrió anoche?
¿Anoche?
-Si lo supiera no estaría preguntándotelo -dije-. ¿Acaso me secuestraste?
Él dio otro paso más cerca de mí, sus ojos verdes fijos en los míos haciendo que mi estómago se contrajera, me temblaban las piernas y es que parecía una de mis tantas fantasías locas, solo... que esta no era una fantasía. Era real, estaba pasando.
-Y si lo hice -bajó el tono de su voz a un susurro ligeramente burlón-, ¿qué harás al respecto?
Dio otro paso hacia mí definitivamente invadiendo TODO mi espacio personal, y empezó a inclinarse hacia mí. Me desestabilicé mentalmente sintiendo que me quedaba sin respiración, mi corazón latiendo desenfrenado, di un paso atrás tropezando con la cama y cayendo sentada sobre el colchón, Ramson soltó otra carcajada.
Maldición, estaba burlándose de mí. Comprendí que le parecía entretenido intimidarme.
-¡Deja de ser un idiota! -solté y me levanté caminando hacia la puerta - ¡Me pregunto qué dirá la policía cuando le diga que me tenías secuestrada en tu habitación!
Cuando iba a abrir la puerta parecía trabada, no fue hasta que vi la mano sobre mi cabeza y me voltee quedando de frente con el rostro de Ramson, me quedé más paralizada que una estatua, sin pestañear o respirar.
Una cosa era ver a Ramson y fantasear con esta situación, otra muy diferente era vivirlo. Estaba aterrada.
-¿En serio crees que te secuestré? -su boca hizo una sonrisa torcida- ¿para qué querría secuestrar a la niña rara que me espía desde el balcón de su casa todas las tardes?
Mierda, ¿Cómo pudo saberlo?
Ramson alzó una ceja y acarició mi mentón con su mano sin ocultar una expresión engreída.
-¿Qué acaso creías que no me daba cuenta de que revisas frecuentemente mis redes sociales y escribes historias sucias de mí en wattpad?
Mi rostro entero se sonrojó y abrí los ojos como platos ¡Joder!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top