Capítulo 35: "Golden"

   Me moví tanto que me las ingenié para doblar la rodilla debajo de él y empujarlo con fuerza, él comenzó a luchar conmigo colocándose entre mis piernas y deslizó la mano que tenía en mi boca para ir a mi pantalón dejándome por fin respirar.

—Para, detente —dije con la voz rasposa pero él seguía luchando con el botón de mi cremallera—, rojo, ¡Rojo!

Ramson se separó de mí deteniéndose enseguida, su respiración estaba agitada, sus mejillas completamente sonrojadas.

Lo sabía, él estaba actuando como los chicos de mis historias, siempre usaban palabras de seguridad, rojo significaba: detente.

—¿Qué ocurre? —dijo levantándose  un poco, lo empujé por el hombro y me senté llevando las manos a mi rostro para intentar parar de llorar, pero los recuerdos, el terror, el sentirme débil e indefensa me hacían enfadarme conmigo misma.

Él intentó abrazarme, pero yo me levanté de la cama zafándome de su agarre.

No podía parar de temblar.

—¿Pero qué carajos pasa contigo? —Grité—, ¡¿Querías violarme o qué?!

Ramson abrió la boca pareciendo no saber qué decir.

—¿Violarte? —Repitió incrédulo— no, ¿Cómo se te ocurre?

—¿Entonces qué fue eso? —Acusé—, me tapaste la boca, me tenías aprisionada.

—Creí que era lo que querías —dijo—, es decir, siempre describes así tus escenas de sexo.

Solo eran escenas, por favor, yo ni siquiera era experta en sexo.

—Ramson, son historias —refuté—, parece que estás atrapado en mis fantasiosas historias de amor.

Usé las palabras que él me había dicho hacía mucho tiempo en su contra, parecía que él quería ser ese personaje que yo describía.

—Lo siento, yo... —murmuró y observó cómo mis lágrimas seguían saliendo solas de mis ojos— tampoco es para que llores —se acercó un poco—, ¿qué ocurre?

Me crucé de brazos y me quebré como una galleta de mantequilla, llorando a moco suelto.

Lo único que podía recordar eran las imágenes de sus manos y su brusquedad, Lilian había marcado mi vida para siempre, recordarlo me hacía sentir demasiado débil.

—Cuando era pequeña mi hermana abusó de mí —admití en sollozos—, no puedo soportarlo.

Ramson permaneció en silencio por un instante, joder, odiaba dar lástima, hasta que sentí que me envolvió en sus brazos, quise apartarme, pero esta vez lucía mortificado.

—Lo siento, no tenía idea —dijo, permanecimos así por varios minutos, había empapado su camisa y él acariciaba mi cabello—. Mi hermana también le ocurrió algo así —confesó de repente.

¿Uh? ¿Su hermana Roma?

Me sentía un poco más tranquila, me separé y pasé las palmas de mis manos por mi rostro intentando secar mis lágrimas.

— ¿Abusaron de ella? —murmuré atreviéndome a mirarlo, él parecía consumido en el recuerdo, su mirada estaba fija en el suelo.

—No, ella violó a un hombre —dijo—. Era su mejor amigo.

¿Roma había violado a su mejor amigo? ¿Qué?

Me parecía un disparate que una mujer violara a un hombre, pero ahora podía ver que era real.

De repente recordé cuando Hendrick dijo:

«...el mejor amigo de su hermana; Golden lo metieron preso en cadena perpetua... »

«...Él la mató sin ninguna razón...»

—Ese amigo —murmuré— ¿se llamaba Golden?

Ramson frunció el ceño pareciendo confuso y dijo:

—¿Cómo sabes?

Wuoh, wuoh, wuoh, un momento.

Mierda.

Creo que había descubierto la razón de que Roma hubiera muerto, tal vez ella lo violó y él la mató, ¿pero por qué esto parecía desencajar? Sentía que faltaban piezas en este rompecabezas.

—Escuché que lo habían metido preso —dije como si hubiera sido un chisme que corría, no como si Hendrick me lo hubiera dicho esta mañana.

—Sí, él andaba en malos pasos —se limitó a decir Ramson—, voy a decirle a Nona que prepare té, ahí está mi cuaderno si quieres revisar antes de explicarme.

Antes de que dijera algo, Ramson salió de la habitación, pareciendo querer huir del tema, ahora me quedaban más dudas, ¿Golden había matado a Roma porque ella abusó de él? Si hubiera sido así, de seguro Ramson hubiera reaccionado de manera diferente cuando lo mencionó, ¿pero por qué Golden estaba preso entonces?

Cuando Ramson subió decidí no volver a preguntarle nada, no quería levantar sospechas de lo que yo creía e intentaba investigar. Así que le expliqué los procedimientos de matemáticas como siempre hacía, hasta que estuvo listo, me despedí rápidamente prometiéndolo que lo esperaría mañana para irnos juntos y me fui de su casa directamente a la calle principal.

Tomaría un taxi a la cárcel, necesitaba buscar información y sabía que solo Golden me la podría dar.

Bien, creo que había sido una idea estúpida considerando que cuando mostré mis documentos de identidad, se dieron cuenta que era menor de edad, y no me dejarían entrar a la cárcel.

—Por favor, es por un amigo su mamá acaba de fallecer —inventé por décima vez.

El guardia negó con la cabeza sin despegar la mirada del monitor frente a él donde posiblemente revisaba el Facebook y fingía que trabajaba.

—Igual tu amigo no podrá salir de ahí —dijo—, si su  madre falleció o no, no hay nada que él pueda hacer.

Tiré la toalla, definitivamente esas películas donde incluso los niños eran buenos agentes secretos hacían ver esto de resolver crímenes mucho más fácil.

Me voltee para devolverme a casa cuando observé a mi tio Steven caminando hacia mi dirección, lucía su uniforme de guardia y su mano sobre el mango de la pistola.

Oh-oh.

Había olvidado que era policía, no sabía que estaba haciendo guardia en la cárcel.

—Por favor, no me digas que tu novio está preso aquí —dijo mi tio Steve cuando se detuvo frente a mí—, ¿Qué rayos haces aquí, Paola?

Jugando a la detective.

—La mamá de un amigo falleció, sufría de Cáncer, le prometí a su mamá darle las últimas palabras que le dejó exclusivamente a él —dije—, es muy importante, nuestras madres eran amigas.

Sabía que usar a mi mamá como excusa para manipularlo era realmente bajo, pero debía encontrar la manera de entrar.

Mi tio Steve pareció pensarlo por un momento no muy convencido hasta que finalmente afirmó con la cabeza.

—¿Cómo se llama?

¡Sí!

—Golden —joder, no sabía su apellido—, su mamá solo me dijo que se llamaba Golden.

Uhm, ni siquiera sabía si él estaba en esta cárcel municipal o en otra.

—Ven conmigo.

Seguí a mi tio Steve dentro de la cárcel, por la zona de visitas, me dijo que esperara ahí, así que tomé asiento en una de las mesas y jugué con mis manos intentando calmar mi ansiedad.

Estás demente Paola.

Esta es la reina de todas tus locuras.

Luego de unos minutos escuché la puerta abrirse y mi tio Steve apareció con un muchacho de traje naranja y caminaron hacia donde yo me encontraba, me imaginaba que él era Golden, su cabello estaba largo y atado en un moño, una barba de días adornaba su barbilla y tenía unos ojos grises muy opacos, su nariz un poco deformada a un lado, aunque eso no le quitaba el atractivo.

Él no hizo ninguna mueca ni tampoco gesto que delatara que no me conocía, simplemente tomó asiento del otro lado frente a mí, observándome, posiblemente preguntándose qué quería hablar con él.

—Estaré cerca por si me necesitas —dijo mi tio Steve dedicándole una mirada a Golden de advertencia antes de salir, pero estaba muy segura que estaría muy cerca, después de todo, era su única sobrina.

Esperé a que saliera y solo entonces miré a Golden, él solo estaba ahí, observándome.

Bien, no sabía exactamente como comenzar.

—Uhm, sé que no me conoces —comencé a decir—, pero yo...

—¿De dónde sacaste ese collar? —interrumpió mirando fijamente mi cuello.

¿Uh?

Llevé una mano a mi cuello involuntariamente y toqué el dije rojo que colgaba de la cadena, él parecía admirarlo o incrédulo, no estaba segura.

—Me lo encontré —dije—. Como te decía, sé que tú no me conoces pero yo soy amiga de los Stone y...

Él me interrumpió soltando un bufido burló y negó con la cabeza.

—¿Cómo no imaginarlo? —Dijo—, con ese collar era evidente, ¿lo han comercializado? ¿Qué es exactamente lo que quieres?

¿Qué? Sentía que estaba fuera de contexto.

—¿Qué tiene que ver el collar? —Refuté—, vine porque he escuchado comentarios malos de los hermanos Stone, que Ramson y Roma...

—Un momento —entornó los ojos— no tienes ni idea ¿cierto? Del collar, de los hermanos Stone...

El collar me lo había encontrado en un hospital, no entendía por qué seguía insistiendo en eso.

—Vine por respuestas —me eché hacia adelante—, quiero saber lo que pasó esa noche que Roma murió, por lo que sé, puede que tú no hayas tenido toda la culpa.

Pude ver sus cejas fruncirse un poco, al menos noté que él tenía algo de expresión en su rostro muerto.

—No tuve la culpa —dijo—, ¿para qué quieres saber? ¿Qué gano yo con esto?

Le sostuve la mirada por un largo rato, hasta que finalmente solté un suspiro sintiéndome derrotada.

—Nada, no ganaras nada —admití—, pero ¿por qué querrías desperdiciar la oportunidad de contar tu historia? 

Él se echó hacia atrás y miró la mesa por un segundo pareciendo sumido en sus pensamientos, su ceño frunciéndose levemente como si pudiera recordar todo lo que había pasado.

Estaba convenciéndolo, lo sabía.

—Escucha, lo poco que he sabido de ti —continué—, es que Roma abusó de ti y que tú la mataste.

—Las cosas no fueron así... —dijo, su quijada apretándose.

—¿Y cómo fueron?

Golden soltó un suspiro y comenzó a hablar.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top