Capítulo 18: "No soy tu esposa"

El padre hablaba de la gran mujer que fue mi madre, de cierta manera me sentía un poco más tranquila, ya mi madre no seguiría sufriendo, donde fuera que estuviera, estaría mejor que aquí, aunque no por eso el dolor dejaba de quemar en mi pecho, ni la molestia de que mi hermana Lilian no hubiera venido al funeral, me enfurecía mucho, ni siquiera dejó una llamada, aunque probablemente también me hubiera enfurecido que hubiera venido, prefería simplemente no pensar en ella.

  Todo había pasado tan rápido que parecía un mal sueño, era raro estar en mi casa con mi padre otra vez, sin salir al hospital o hablar de los medicamentos que hacían falta, era una rara tranquilidad.

Alfredo y Stefani vinieron a mi casa a ver unas películas, llevaron muchas botanas e intentaban hacerme sentir mejor, aunque ellos no sabía que su excesiva atención conmigo me abrumaba y me hacía recordar más a mi madre, pero agradecía su esfuerzo.
Cuando por fin dieron las siete quería estar sola, así que solté un bostezo con exagerado dramatismo.

—Deberíamos irnos —dijo Stefani mirando a Alfredo después de todo, él tenía auto—, creo que Paola debería descansar.

Al menos Stefani entendió mi indirecta, pero Alfredo pareció no quererme soltar.

—Yo debería quedarme un poco más —dijo Alfredo—, no quiero dejarte sola Paola.

Mijo, la idea es que me dejes sola.

Crucé una mirada con Stefani antes de zafarme de los brazos de Alfredo.

—De hecho, quiero subir a dormir —dije con una ligera sonrisa—, muchas gracias por venir chicos, en serio.

Alfredo afirmó con la cabeza acariciando mi cabello, me dio un beso en la frente y me desestabilicé cuando se inclinó para besar mis labios echándome hacia atrás.

Su rostro se contrajo pareciendo herido.

— ¿Por qué no dejas que te bese? —Dijo frunciendo el ceño—, soy tu novio Paola.

Solo por nombre porque ni siquiera me gustas.

—Alfredo, no es momento... —dijo Stefani.

—No estoy hablando contigo —le contestó Alfredo en tono frívolo.

Stefani abrió la boca un poco ofendida, y decidió caminar al baño para darnos algo de privacidad o más bien escapar y no darle una mala contesta, después de todo, ellos nunca se llevaron completamente bien.

—Basta, Afedo, no seas grosero —dije tomando su brazo—, lo siento, pero no estoy lista.

De hecho no estaba lista para una relación.

El rostro de Alfredo fue una pelea de emociones por un instante hasta que finalmente soltó una risa irónica.

—Nunca me verás como algo más ¿cierto? —dijo, sus ojos pareciendo taladrarme la cabeza. Tragué pesado, necesitaba un botón de desaparecer que me botara en Narnia.

—En este momento, no tengo cabeza para eso Afedo —dije—, entiéndeme, necesito a mi amigo en este momento.

—Yo no soportaría ser tu amigo solamente —dijo Alfredo—, lo siento Pao, pero eso me destruiría, tal vez es mejor darnos un tiempo.

¿Qué? ¿Estaba terminando conmigo?

Bueno, era lo que querías ¿no?

Sí, pero no creí que funcionaría tan rápido.

Alfredo me miró por un momento y seguidamente caminó a la puerta saliendo rápidamente, Stefani salió del baño y se despidió de mi con un fuerte abrazo antes de irse.

Ahora veía lo egoísta que Alfredo se estaba comportando, sentía que me presionaba para que estuviéramos en una relación, y ahora me presionaba para que le demostrara un sentimiento que no existía.

Mi vida era un desastre.

Yo era un desastre.

Me encerré en mi habitación, mi padre debía de seguir durmiendo, últimamente solo dormía y comía, como si eso lo consolara de alguna manera, yo en cambio sabía cuál era mi escape: Wattpad.

Fui a mis notificaciones viendo los comentarios y las personas que seguían las historias, eso me hacía sentir mejor, saber que no estaba sola. Revisé los mensajes privados y me topé con un usuario que me pareció familiar, decía:

KingRamson: ¿Por qué últimamente escribes cosas tristes?

El nombre de Ramson me salía en todos lados, esa había sido mi culpa por volverlo famoso a través de mis historias. En el funeral había visto a Ramson sentado en las últimas filas de la iglesia, pero nunca se acercó a mí, no habíamos vuelto a hablar desde ese día que me llevó al hospital.

Estuve tentada a salirme o decirle algo como: “PORQUE ME DA LA GANA” pero no quería que creyera que era una imbécil desagradable, así que respondí:

Paolateama: Mi mamá acaba de morir.

Lo envié antes de darme cuenta que había dicho demasiado, usualmente no me gustaba dar esa clase de información acerca de mi vida para que no me tuvieran lastima, odiaba dar lastima. Iba a salirme del chat, pero enseguida respondió:

KingRamson: Lo siento...

KingRamson: La vida es un ciclo, naces, vives y mueres, solo ten en cuenta que ella está en un mejor lugar ahora.

Se me formó un nudo en la garganta, las lágrimas llenaron mis ojos.

Joder, ¿en serio vas a llorar Paola?

Paolateama: Gracias...
» Pero duele de igual forma, mi madre pasó de ser una deslumbrante mujer enérgica, a estar completamente débil en una cama, ni siquiera la reconocía en sus últimos momentos.

No sabía por qué le estaba contando esto, supongo que porque no lo veía y deseaba desahogarme, no podía hablar de esto con mis amigos porque no quería seguirles dando lastima. 

KingRamson: ¿Puedo preguntar de qué murió?

Dudé, pero finalmente escribí:

Paolateama: Cáncer...

Esperé un momento, pero no respondió, así que decidí desconectar los datos de navegación y comenzar a escribir unos nuevos capítulos, el dolor en mi cabeza comenzó a marearme y el olor a ron añejo me dio ganas de vomitar, sin embargo decidí ignorarlo. Iba terminando de escribir, cuando de repente por el rabito del ojo vi una sombra moverse en el cuarto.

Aparté el teléfono y me senté en la cama tan rápido que sentí un mareo al ver la silueta  de un hombre moverse, prendió la luz y perdí el aliento.

Era Ron, el personaje de la historia que estaba escribiendo, en mi habitación, ¿Cómo había entrado? ¿Era real?

Por favor Paola, ¿Cómo va a ser real un personaje que tú misma creaste?

—¿Qué haces aquí? —dije casi sin aliento.

—¿Pero qué dices primor? —soltó una pequeña carcajada—¸ se supone que eres mi esposa, Judís.

No, yo no era su esposa, ni mucho menos era Judís.

—Mierda —llevé las manos a mi cabeza cerrando los ojos—, estoy volviéndome loca. Tú no existes, se supone que eres un producto de mi imaginación, solo parte de una historia...

De repente sentí que él me aferró las muñecas con fuerza, sus penetrantes ojos negros fijando su mirada en los míos pareciendo confuso y hasta enojado.

—¿Por qué no paras de decirme que no soy real? —Dijo entre dientes—, ¡Estoy harto que siempre quieras aparentar que no existo! Como si no lleváramos tres años casados.

Abrí la boca negando con la cabeza, mi respiración era irregular, él no podía ser real, esto no podía ser real.

— ¡Yo escribí que tenías tres años casado con Judís! —Mi voz comenzó a aumentar— yo te cree, tú no eres real, tú en realidad no estás aquí...

Sus manos me aferraron más fuerte las muñecas haciéndome daño, su rostro volviéndose rojo de furia.

—¡Soy real! —Gritó— ¡Ya estoy harto de que quieras hacerme parar por loco!

¿Qué yo lo hacía pasar por loco? ¡Uno de los dos estaba loco, de eso estaba segura!

Me intenté soltar  de su agarre, pero cuando lo logré, solo vi el reflejo de su mano cuando me abofeteó tan fuerte que perdí el equilibrio y caí de la cama directo al suelo dándome un terrible golpe en mis rodillas y en mis codos.

Estaba tan confusa que apenas pude cubrirme antes de que me diera una patada en el estómago y me sacara el aire.

— ¡¿Sientes eso?! —Gritó— ¡¿soy real para ti?!

— ¡Déjame en paz! —grité desde lo más profundo de mi garganta.

Escuché la puerta de la habitación abrirse y mi papá entró pareciendo conmocionado al verme ahí tirada en el suelo.

— ¿Qué pasó? —dijo mi papá mirando alrededor, evidentemente no sé en qué momento Ron se fue o... desapareció.

Me senté en el suelo con ayuda de mi papá, y no pude evitar llorar, los golpes se habían sentido muy fuertes, jamás me habían golpeado de esa manera en mi vida. Después de un rato cuando logré calmarme, miré a mi papá y negué con la cabeza.

—Vi a un hombre... —susurré— estaba aquí en mi habitación.

Mi papá miró nuevamente a todos lados, pero volvió a centrar su atención en mí cuando tomé su brazo.

—Papá, yo, no sé si es real —gemí—, es el personaje de una de las historias que inventé. Un personaje literario.

Mi padre sabía que escribía pero no sabía que lo publicaba en wattpad, ni mucho menos que tenía seguidores.

— ¿A qué te refieres? —dijo incrédulo.

Él pareció incrédulo y pude ver cómo pasó a su modo doctor analizando mi rostro y tocando mi cabeza como si quisiera ver si tenía fiebre, al ver que estaba relativamente bien, pareció mirarme como si me hubiera vuelto loca.

Posiblemente me había vuelto loca.

—Sé que no es real —dije—, él aparece de repente de la nada y luego desaparece.

Mi padre se levantó dejándome ahí en el suelo y lo vi caminar hacia la ventana cerrándola con un poco de brusquedad, pasándole el seguro, aclaró su garganta pareciendo procesar lo que le decía y volteó la cabeza para mirarme.

—Mañana iremos al médico —dijo—, ¿está bien?

No, no estaba bien. Nada estaba bien.

Afirmé con la cabeza. Mi papá pareció querer preguntarme si quería que me acompañara, pero luego pareció recordar que tenía muchos días durmiendo sola en la casa y simplemente se fue con un débil: “buenas noches”.

Estos días no podían volverse más extraños y confusos...

Me acosté mirando el techo por unos segundos hasta que finalmente cerré los ojos e intenté dormir.

De repente me desperté sobresaltada cuando mi teléfono vibró a un lado de mi almohada, somnolienta como me encontraba, atendí.

— ¿Hola? —Susurré restregando la mano por mis ojos y soltando un profundo bostezo—, ¿Quién es?

Escuché una pesada respiración, miré la pantalla del teléfono y reconocí que el número era de esa rara persona que nunca hablaba, vi la hora, ¡3:30 am! ¿Era una broma?

—Hola... Primor —una voz completamente ronca dijo del otro lado del teléfono y luego simplemente colgó.

Me quedé congelada por unos segundos sintiendo mi piel erizarse.

¿Acaso había sido Ron?

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