❦ Capítulo 7: Masacre

#Capitulo dedicado a: leidyvh_ym#


Tae Hyung sonreía mientras admiraba su reflejo en el espejo del baño, una sonrisa se asomó por sus labios al notar que él era más bonito que cualquier mujer, incluso más bonito que la puta que estaba atada y amordazada en el cuarto de al lado. No dudó en girar su rostro de un lado a otro y volver a sonreír para posteriormente tocar sus mejillas con las yemas de sus dedos.

A los pocos minutos se pudo escuchar golpes en la puerta y los intentos de gritos de Kwang Mi aumentar. Tae Huung rodó los ojos y salió del cuarto de baño, sonriéndole a la "puta" en el trayecto y disfrutando de la desesperación de esta al querer liberarse.

Al abrir la puerta, no dudó en lanzarse a los brazos de su novio y besarlo como si no hubiera mañana. Ho Seok le correspondió, adentrándose en la habitación y cerrando la puerta de una patada. Iban directamente hacia la cama, sin importarle la presencia de la chica.

Las caricias ya habían subido de nivel, los besos eran con lengua y las prendas superiores ya habían sido retiradas de ambos cuerpos. Ho Seok se apresuraba a desnudar a su pareja y sonreír al escuchar como el llanto de su "víctima" aumentaba al igual que el calor corporal de ambos.

Tae Hyung ya estaba gimiendo y jadeando ante las mordidas y succiones que realizaba su novio en su piel y en la extensión de su cuello.

— H-Ho Seok. — susurró al sentir como este adentraba sus manos y las llevaba más de allá de cualquier límite impuesto.

Los dedos del pelinaranja ya se encontraban dentro de Tae Hyung, simulando penetraciones.

Ambos estaba teniendo sexo delante de aquella chica, poco o nada les importaba pues al fin al cabo, ella no estaría viva para contarlo o incluso para ver el anochecer de aquel día.

Terminaron por despojarse de todas sus prendas, Tae se apresuró a autopenetrarse y comenzar con leves saltitos mientras gritaba el nombre de Ho Seok, este último solo disfrutaba de la sensación de estar dentro de su novio, adoraba su estrechez y la forma en la que se contraía con cada embestida. Las manos del mayor fueron a parar en la cintura del menor y de un momento a otro, comenzó a alzar su cadera para llegar más profundo. Tae Hyung al sentirlo, gritó y echó la cabeza hacia atrás.

Ambos estaban disfrutando mucho, pero no se podía decir lo mismo de Kwang Mi, quien no dejaba de llorar y cerrar sus ojos, tratando de borrar esas imágenes y esos sonidos eróticos que hacían la pareja delante de ella, realmente no amaba estar presente en ese momento.

Tae Hyung se apoyaba en el pecho de su pareja mientras aumentaba la rápidez de los saltos, adoraba ser llenado por Ho Seok y esta vez no sería la excepción, pues a los pocos minutos, el pelinaranja se corrió para luego ser seguido del rubio.

Ambos con la respiración agitada, se dejaron caer en la cama para a los pocos minutos comenzar a reír, en especial Tae; sabían que ya era hora.

Ho Seok se colocó de pie y no dudó en sacar una navaja del bolso de su chaqueta, que se encontraba en el suelo. Su desnudez era admirada por Kwang Mi, quien ya estaba temblando de miedo al ver el arma blanca que se situaba en las manos de aquel chico.

— ¡HÁZLO! — gritó Tae Hyung desde la cama. En ese momento la chica dejó de creer que aquel chico era alguien bueno e inocente. Desde ese momento, vio toda su vida pasar delante de sus ojos.

Ho Seok también estaba sonriendo y se acercaba paso a paso hasta la silla donde se encontraba su nueva víctima. Al estar delante de ella, le quitó la cinta adhesiva; de inmediato, los gritos se hicieron escuchar por toda la habitación. El pelinaranja la golpeó, logrando calmar el bullicio.

— ¡CÁLLATE! — gritó a la par que tomaba el cabello de la chica y se lo jalaba para lograr verla. — Nadie te va a salvar, zorrita.

La víctima comenzó a llorar con más fuerza, sentía un sabor metálico en su boca, razón por la que le escupió en la cara a Ho Seok. Este último se enojó ante la falta de respeto y todo empeoró más cuando logró escuchar la fuerte carcajada que soltó su novio. Había sido el hazme reír de su propio novio y eso jamás se lo iba a perdonar a la perra que se encontraba delante suyo.

Ho Seok respiró hondo y soltó los cabellos de la chica para también comenzar a reír.

— Te vas a arrepentir, perra — le susurró antes de desatarla.

Tae Hyung iba a protestar, pues atar a la "puta" se le había hecho muy difícil, pero al deducir lo que haría su novio, frunció su ceño y se cruzó de brazos. Hoseok solo hacia aquello cuando una de las perras le había gustado mucho, y al parecer esta sí fue de su agrado.

— ¡MÁTALA, YA! — gritó el menor, esperando no ver aquello.

El pelinaranja solo atinó a girarse y encogerse de hombros ante la protesta de su novio.

— Solo será por esta vez, amor. — trató de tranquilizarlo, aunque Ho Seok sabía de antemano que aquello no le gustaría a Tae Hyung, razón que lo incitaba a hacerlo con más ganas; amaba hacer enojar a su pequeño rubio.

El mayor no escucho las súplicas de la chica y tampoco se puso a pensar cuando la golpeó más de cinco veces o cuando la obligó a hacerle una "mamada", no le importó nada. Solo se concentró en disfrutar de la boca inexperta de aquella chica y en jalar de sus cabellos cuando esta no quería complacerlo.

Tae ya se había levantado de la cama para encerrarse en el baño, odiaba tener que ver aquellas estupideces que hacía su novio con la mayoría de sus víctimas, odiaba tener que compartir a Hoseok, a SU Hoseok.

Después de unos cuantos minutos, las súplicas de la chica se volvieron a escuchar al igual que sus gritos, Tae Hyung solo decidió salir en ese momento; no esperaba encontrarse con rastros de sangre en el suelo y tampoco con los brazos cortados de la chica. Realmente no esperaba verla viva por lo que se sorprendió al ver a su novio.

— Debiste matarla — dijo con total seguridad, mientras se acomodaba nuevamente entre las sábanas para cubrir su denudez. A diferencia de Ho Seok, él odiaba mostrar su cuerpo ante los demás.

El pelimaranja se alejó de su víctima y se encaminó hacía Tae Hyung.

— Quiero que tú la mates. — musitó el mayor antes de pegar sus labios a los del otro, iniciando con un beso fogoso.

El rubio tomó el cuchillo que yacía en la mano derecha de su novio y no se separó del beso hasta necesitar de oxígeno, en ese momento se levantó de la cama y caminó hasta la joven. Ella solo retrocedía asustada y sin dejar de llorar.

— Kwang Mi, yo te ayudaré. — mintió mientras avanzaba de a poco, como respuesta, la chica corrió hasta Tae Hyung y lo abrazó. Este último sonrió, ya la tenía entre sus manos.

— M--me... a-a-ayuda..rás — musitó entre hipidos y sollozos. Tae la rodeó con sus brazos, manteniendo la navaja entre estos.

— ¿Tú qué crees? — le preguntó con total inocencia. La chica atinó a restregar su cabeza, afirmando y a su vez, viendo a Ho Seok.

— Que equivocada estás. — rio a la par que clavaba la navaja en la espalda de la chica. — Muérete. — le susurró antes de enterrarlo más profundo.

Ho Seok no dejaba de reír, le encantaba que Tae Hyung se comportara de esa manera, enserio adoraba los finales de su masacre.

Al tener un cuerpo inerte y sin vida entre sus brazos, Tae Hyung la soltó, la chica cayó al suelo y la sangre no tardó en aparecer. La alfombra de la habitación estaba de un color rojizo y el pecho del rubio, al igual que su hombro, se encontraba de la misma manera.

— Lo hiciste bien, bebé — susurró Ho Seok, acercándose al pelirubio con la intención de besarlo, algo que Tae no permitió.

— Deshazte del cuerpo, no la quiero ver nunca más. — contestó más que molesto.

Ho Seok bufó en respuesta y observó cada movimiento de su novio hasta que este se adentro al cuarto de baño; devolvió su mirada al cuerpo de la chica y la pateó unas cuantas veces, tratando de desatar la ira que guardaba en su interior.

[❦]

Las bolsas negras estaban llenas y goteando de sangre, la alfombra había servido para envolver el cuerpo de su víctima, y en la habitación parecía no haber sucedido nada.

Ho Seok solo se felicitaba mentalmente por otro trabajo bien hecho mientras esperaba a que su novio saliera del cuarto de baño; ya había terminado con su parte del trabajo, que era limpiar, solo quedaba que Tae Hyung saliera de su "encierro" para ayudarle con el resto.

A los pocos minutos, el tan esperado pelirubio hizo acto de presencia para comenzar a recoger sus prendas, su rostro demostraba lo enojado que se encontraba.

— ¿Entonces? ¿Estás enojado por lo que hice con la puta? — preguntó el mayor, sabiendo de antemano que esa era la razón del enojo de su novio.

Tae Hyung lo ignoró por completo y cuando logró recoger toda su vestimenta, pasó a encerrarse nuevamente en el baño.

— Zorra — dijo entre dientes​ el mayor. Odiaba los celos ridículos de Tae Hyung.

Tuvieron que pasar otros minutos más para que el menor volviera a salir de su escondite, y entonces, juntos decidieron terminar con lo que habían empezado.

Tae cargaba una de las bolsas, se suponía que todas estaban cerradas, pero en cuanto comenzó a caminar, uno de los miembros descuartizados del cuerpo cayó al suelo. El pelirubio no se asombró por aquello, ya estaba acostumbrado a ver todo eso, lo que sí llegó a asombrarlo fue las náuseas que sintió y posteriormente, las ganas de vomitar. Corrió hasta el cuarto de baño y se despojo de toda la comida que aquel día había ingerido.

Ho Seok no tardó en aparecer detrás suyo y en acariciar su espalda. A su novio jamás le había ocurrido eso y le asombraba el hecho de que ahora comenzara a vomitar solo por ver sangre y alguna que otra parte del cuerpo de esa "puta". 

— Debemos terminar con esto. — le dijo al ver que ya había terminado de arrojar todo. El menor asintió y sin prestar atención a sus náuseas, continuó con el trabajo.

Aquella noche, Kwang Mi no logró regresar a casa, todos en el vecindario comenzaron a alertarse e incluso uno de los vecinos y amigos de Yoon Gi habían llegado a su puerta en busca de aquella joven de tan solo 16 años.

Tanto Ji Min como Yoon Gi negaron haberla visto.

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Gracias por el apoyo. ♥

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