❦ Capítulo 6: Víctima

La fiesta infantil parecía ser algo aburrida para Tae Hyung y es que en realidad sí le parecía algo netamente aburrido y ridículo hacer ese tipo de celebraciones por un año más de vida. Tal vez siempre pensó de esa manera al no tener a nadie que lo felicitara en ese día tan importante, al no ver una unión tan sólida como la de los padres de SungMi. Solo tal vez sentía un poco de envidia de la vida del pequeño sobrino de su novio.

Ho Seok seguía entablando una conversación con Jung Kook, ambos no se veían desde hace mucho tiempo y eso le daba razones para recuperar el tiempo perdido.

- ¿Estás con él? - Jung Kook miró por sobre el hombro de su amigo y sonrió al ver al rubio.

Ho Seok no tenía que voltear para saber que su amigo estaba hablando de su novio, de SU prometido.

- Yo no ando preguntando si el hijo que está esperando Ji Min es tuyo - la sonrisa de Jung Kook se borró de su rostro y un ceño fruncido fue la única respuesta que recibió el pelinegro. - Lo imaginé. Es tuyo - terminó por afirmar. El menor negó de inmediato.

- Ji Min y yo nos dejamos de ver hace unos meses, no quería que tengamos sexo, se alejaba de mí y siempre que quería hablar con él me ponía de excusa a su esposo. Poco después me enteré de su embarazo y entonces... todo concordó.

Ho Seok no se sentía apenado por su mejor amigo, pues Jung Kook se lo había buscado desde el principio al estar con un hombre casado, un hombre que era el esposo de su hermano. No tenía por qué consolarlo o siquiera darle lástima.

- ¿No has pensado en cambiarte el color de cabello? - Ho Seok trató de cambiar de tema. El aludido salió de sus ensoñaciones y negó de inmediato.

- El negro me cae bien. - dijo, refiriéndose obviamente a su cabello azabache.

Ho Seok rio y de un momento a otro dirigió su mirada hacia el lugar donde Tae Hyung suponía estar, suponía... pues su novio no se encontraba ahí.

- Mierda - maldijo por lo bajo.

Jung Kook lo notó y soltó una risa. - Ji Min se lo ha llevado hace como unos cinco minutos atrás. Todo lo que querías esconder será revelado en estos instantes.

Ho Seok bufó, demostrando su enojo, y comenzó a emprender camino fuera de la sala de estar, pero fue detenido por su hermano, quien venía de entrada al lugar. Nuevamente se maldijo.

- ¡Al fin llegaste! - dijo con clara alegría, Yoon Gi. No quería admitirlo, pero el mayor había extrañado demasiado a su hermano.

- Sigues sin cambiar, ¿cierto? - fue la manera más brusca y neutra de tratar a su hermano mayor, claro que Ho Seok no quería ser cruel con él, al contrario, quería compartir tantos momentos y decir tantas cosas. Sin embargo, algo se lo impedía... ese algo era Tae Hyung.

- ¿A qué te refieres? - dijo de la misma manera el hermano mayor. Ho Seok negó con su cabeza antes de cambiar de tema.

- ¿Has visto a un chico rubio, de contex...

- ¿Tae Hyung? - se apresuró a decir Yoon Gi.

El pelinaranja maldijo en voz baja, ya lo habían descubierto todo.

- ¿Cuándo pensabas decirme que habías dejado a Soomin?

- Esa puta se largó del país, no sé de ella hace unos ¿Dos? ¿Tres años? - mintió, o al menos trató de hacerlo.

- No soy idiota, Ho Seok. Ese chico es tu novio y por lo que le dijo a Ji Min, también tu prometido... ¿Dónde la enterraste? - fue directo al grano. Yoon Gi sabía de todas las maldades que hacía su hermano, incluso estaba enterado de todos los futuros sobrinos que hubiera tenido si Ho Seok no hubiera sido tan cobarde.

- ¿Dónde está Tae Hyung?, Tengo que hablar con él y darle el regalo a SungMi para irme. YoonGi negó y le dio el pase libre.

- Deberías teñirte el cabello, ya se te notan las canas. - dijo en broma el pelinaranja. Sabía que su hermano no podía teñirse el cabello por el trabajo serio que ejercía, al igual que también sabia que Yoon Gi odiaba admitir la edad avanzada a la que estaba llegando. Grandes excusas para hacerle un broma como esa.

Un suspiro salió de los labios del hermano mayor y negó lentamente con su cabeza antes de volver a mirar a Jung Kook, ni siquiera sabía por qué estaba ahí, no era amigo suyo, tampoco de Ji Min... o eso quería creer.

Tae Hyung, por su parte, admiraba la gran barriga de Ji Min, no quería parecer interesado mucho en el tema, pero le agradaba la idea de ver embarazos o ropa de bebés, claro que aún no quería tener ese tipo de experiencias, sin embargo, tampoco le desagradaba la idea de algún día convertirse en "madre".

- ¿Entonces...? ¿Tú y Ho Seok ya han pensado en tener hijos? - la sonrisa de Ji Min se hizo presente y Tae no pudo evitar sentir ternura de ver a alguien tan bello y perfecto con una barriga de cuatro meses.

- En reali... - quería decir que sí, que algún día los tendrían, pero fue interrumpido.

- Jamás tendremos niños - aseguró Ho Seok.

Tae Hyung entrecerró sus ojos y sintió un gran dolor en su pecho al imaginar que nunca lograría llevar un bebé en su vientre.

Ji Min dejo de sonreír al ver a su cuñado, ni siquiera sabía cómo Yoon Gi podía ser hermano de alguien tan... cruel, como Ho Seok.

- Al parecer cambiaste tu color de cabello - el pelinaranja retaba con la mirada a su cuñado, pues el rencor seguía en él y las ganas de decirle la verdad a su hermano, por igual. - Por cierto, felicidades - dijo de la manera más seca posible.

Ji Min ya tenía el ceño fruncido e incluso iba a comenzar a "atacar" con sus palabras cuando su hijo apareció, lo agradeció mentalmente pues estaba seguro que no se hubiera controlado y al final, todo habría terminado mal, muy mal.

- ¡Mami! ¡Mami! - insistía el pequeño mientras tomaba la mano de su "madre". El ahora pelicastaño, sonrió y se dedicó a mimar a su hijo y prestarle atención en todo lo que el cumpleañero deseara. Momento que aprovechó Ho Seok para llevarse a Tae Hyung hacia el patio trasero y alejarse de todos los padres y niños que corrían por lo alrededores.

Una bofetada, eso fue lo que recibió Tae Hyung, un golpe, un maldito golpe que según él, ya eran normales.

- ¡No te acerques a mi hermano y mucho menos a su esposo! ¿¡Entendiste!?- los gritos de Ho seok eran amortiguados por el bullicio que hacían los pequeños al gritar o correr por todo el patio.

El rubio solo asintió sumisamente y bajo la mirada. Cuando su novio estaba enojado, él tenía que acatar sus órdenes y no contradecirlo en nada.

- Muy bien, así me gusta - dijo en burla el mayor.

Sin pensarlo, ambos ya se encontraban besándose​. Tae apoyado en un árbol y con los brazos alrededor del cuello de Ho Seok y este último con sus manos más allá de todo lugar correcto.

Al separarse, se sonrieron y volvieron a la fiesta infantil como si nada hubiera ocurrido entre ellos dos.

Ho Seok pasó tiempo con su sobrino. Tae Hyung evitó a toda costa a Ji Min e inclusive a Yoon Gi, saliendo de la casa y esperando de pie en la acera de al frente.

El rubio solo se dedicaba a mirar el cielo​ como si de algo interesante se tratara. Sus manos viajaron hasta los bolsillos de su pantalón negro y de este lugar sacó un cajetilla de cigarillos.

Todo iba perfecto hasta que...

- ¿Eres nuevo por aquí?

Tae Hyung no había volteado, pero por la voz suave y dulce, podía deducir que era un chica de aproximadamente dieciséis años. Una sonrisa se aproximó en sus labios y esta vez sí se atrevió a verla.

- Me llamó Kwang Mi - su mano se extendió y la mirada coqueta que le lanzaba demostraba que esa chica no quería solo una amistad. - Debes ser nuevo, nunca te había visto por aquí. - su cabello rubio y lacio se movía de un lado a otro por la suave brisa de verano y justo en ese momento, Tae Hyung supo que era la víctima perfecta.

- Soy Tae Hyung - dejo de lado el cigarrillo antes de aceptar el saludo de la inocente chica. - Vine por... en realidad, me he perdido, no conozco muy bien la zona y aquí me tienes, no sé cómo llegar al hotel más cercano.

La chica sonrió a más no poder y se apresuró a decir: - Hay un hotel muy cerca aquí, si gustas te puedo acompañar.

Tan inocente y estúpida. La perra es perfecta fueron las palabras que se dijo mentalmente Tae Hyung.

- Oh, serías de mucha ayuda. - admitió el rubio antes de ser tomado por la chica y seguir sus pasos.

No habían dado ni la vuelta a la esquina, cuando Tae sacó su móvil y le mandó un mensaje a su novio y cómplice.

«Nos vemos en el hotel más cercano, encontré a una perra que te gustará conocer»

Definitivamente tendrían un poco de diversión en aquella ciudad.

Ho Seok había leído el mensaje y se apresuró a cantarle a su sobrino para que este soplara las velas y así pueda retirarse más rápido. La diversión aún estaba por empezar.

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