❦ Capítulo 33: La despedida

— ¡Eres un maldito! ¡Debemos volver por Ho Seok! ¡Es mi esposo! ¡No puede quedarse con ese hombre! ¡Lo matará! — Tae Hyung se adentró a la casa sin dejar de gritar en ningún momento, su ira y dolor era más grande que cualquier otra cosa en esos momentos.

El chico de cabellos rubios quería regresar donde se encontraba su esposo, quería verlo y nunca dejarlo. Él lo amaba más que a todo.

— Él no estará con Nam Joon, él irá a la cárcel por todos los crímenes que ha cometido.

Y el rostro de Tae Hyung perdió color, todo comenzó a dar vueltas y tuvo que sostenerse de la pared para no caer. Su padre fue a auxiliarlo, pero este lo empujó y se arrodilló en el suelo mientras lloraba en silencio.

— Lo que sientes por ese chico no es nada más que obsesión, hijo. Puedo contratar a los mejores especialistas y te ayudaremos a salir de esto, de las drogas, la marihuana, de esas adicciones, podrás ir a estudiar y hacerte cargo de la empresa. Incluso podemos conseguirte al novio que tú quieras.

El joven Kim ya no escuchaba nada de lo que decía su padre, le importaba muy poco lo que hablaba ese señor que creía que era su padre, pero que ahora parecía su enemigo al separarlo del amor de su vida.

— Véte al demonio. — susurró, mirando un punto perdido en el suelo y tratando de olvidarse de todo lo sucedido, mas no aguantó más y comenzó a llorar, a patalear y a maldecir a su padre internamente.

El señor Kim no sabía qué hacer, la madre de Tae Hyung tampoco, su hijo de casi veintidós años se estaba comportando como un niño de diez. Esto era algo ridículo.

La vida del pelirubio no tenía sentido ahora que no estaba con Ho Seok o así lo veía él al encontrarse sin su pareja.

Muchos dicen que es lamentable ver como uno de tus hijos se arruina, pues para el señor Kim era más que decepcionante o penoso ver que su único hijo se "moría" por no estar al lado de su esposo.

¿Acaso eso era amor? No, claro que no, eso no es amor, eso era una obsesión que su hijo había adquirido al no encontrar amor en su propia casa o de parte de sus padres, y por esa razón es que el padre de Tae Hyung se culpaba; tantos viajes y días fuera del país conllevaba a sacrificar muchas cosas, entre ellas la infancia de su único hijo. Ni siquiera se acuerda en qué momento fue que vio a su Tae Hyung en esa situación.

[❦]

— ¡Confiesa ya! — gritó Chanyeol.

Ho Seok no había hablado desde la mañana y tampoco había tocado comida alguna. Su mejilla estaba morada y su mirada baja.

Park se estaba molesto, odiaba cuando los culpables fingían no saber nada, cuando se quedaban callados, sabiendo en su consciencia que sí habían cometido el crimen.

Realmente era algo hipócrita fingir que no sabes nada cuando las pruebas ya están encima de la mesa y aunque Chanyeol no las tuviera bien fundamentadas, él estaba seguro que sí, que Ho Seok era el culpable de la desaparición de casi veinticinco mujeres, sin contar a algunas extranjeras que habían llegado de visita al país y que nunca habían vuelto a salir de este.

— Está bien, tú ganas, Jung, pero no es por siempre. Recuerda que no hay pruebas por ahora, pero una vez que las tenga ni te atrevas a decir lo contrario... Ah, y si llego a descubrir que tu preciado novio está incluido, no dudes en que iré a buscarlo y lo obligaré a que te haga compañía en la cárcel, aunque conociéndolo, estoy seguro que no dudara en ir detrás tuyo, tal y como el perro que es.

Ho Seok levantó la mirada y apretó sus manos con fuerza hasta formar un puño. Su amor por Tae Hyung era muy grande, ese chico de cabellos rubios, que había encontrado una vez en el club se había convertido en su vida, había que admitir que sí estaba enamorado de él, que ya no podía decir que lo abandonaría, porque no sería así. Tampoco podía decir que lo que sentía por Tae Hyung era igual a lo que sintió alguna vez por sus antiguas "mujeres", incluso el menor le había hecho sentir culpable cuando ese pequeño ser que crecía dentro de este dejó de existir. Sí, por primera vez Ho Seok logró sentir culpa, culpa por haber "matado" a uno de sus hijos.

Y entonces... Jung hizo algo que nadie esperaría de parte de un criminal como él.

— Yo lo hice todo. — dijo al final de un suspiro. Chanyeol se detuvo y sonrió con conformidad. Lo había admitido, le había sacado la verdad a Jung y todo fue tan fácil, solo era necesario mencionar al chico enfermo y todo se solucionaría.

— ¿Lo dirás todo? — preguntó el más alto, asegurándose de esa manera que lo que oía sí era verdad y no una simple alucinación de su cabeza.

Ho Seok se lo pensó por unos minutos, iría a la cárcel si decía que él había matado a un promedio de 35 chicas, incluso lo podrían mandar a la silla eléctrica por haber cometido tantos errores. Sí, para el pelinaranja todas esas mujeres eran unas putas, unos simples errores que sí merecían morir.

— Sí. — y ese simple monosílabo fue la condena de Ho Seok. Park celebró, salió todo campante del cuarto de interrogatorios y se hizo a un lado para que su esposo hiciera todo lo necesario para sacarle la información que necesitaban. BaekHyun era un experto en presionar a los reos y hacerlos llorar, si era necesario, para conseguir lo que quería.

Pero para estos momentos, Ho Seok estaba dispuesto a decir todo lo que le pidieran con tal de proteger a Tae Hyung, porque su esposo pelirubio no podía estar en la cárcel. No podía.

[❦]

Kim corrió a los brazos de su esposo, saltó y rodeó con sus piernas la cintura de este, comenzando de esa manera con un beso sediento de placer, de amor, de vacío, de dolor y de extraños sentimientos que invadían el pecho de ambos y que no sabían como describir al jamás haber sentido aquello, ni siquiera cuando terminaban de matar a alguna de sus víctimas.

Chanyeol y BaekHyun los miraban desde una esquina del lugar, estaban vigilando que ninguno de los dos, en especial el "chiquillo enfermo" hiciera algo parecido a escapar junto al ya culpable.

— P-podemos irnos... podemos escapar... e-estamos a tiempo. — susurró el menor, abrazándose a su esposo y comenzando a llorar en el hombro de este. Ho Seok negó con la cabeza y miró por encima del hombro de su esposo, ahí estaban sus guardias, los hombres que se habían encargado de descubrirlo y a los que le había contado con todo lujo de detalles como fue que llegaron a ese punto, empezando desde la muerte de su primera esposa hasta la última chica a la que mataron.

Ya no había vuelta atrás, iría a la cárcel, el juez apelaría a favor de todas esas familias que pedían justicia.

— Solo continua con tu vida. — le dijo el mayor, tomando entre sus manos las mejillas de su novio.

Tae Hyung se encontraba de pie delante suyo, él no quería continuar, no podía, no sabía cómo seguir si Ho Seok no estaba a su lado.

Porque Kim Tae Hyung necesitaba de Jung Ho Seok. Porque nadie sabe qué es el amor, nadie puede decir con palabras exactas el significado de una palabra tan amplia y compleja como lo es el amor. Porque Jung desconocía de ese sentimiento hasta que logró conocer a Tae Hyung, porque encuentra lo que amas y deja que te mate.

Y en su total sinceridad, Ho Seok ya había encontrado a su alma gemela, aquella que en vez de juzgarlo, lo acompañó en sus locuras, aquel que en vez de mentirle, le entregó hasta su propio corazón con tal de obtener su confianza y plena sinceridad... Porque en vez de repudiarlo, al igual que lo hizo la sociedad e incluso sus propios padres, lo amo, lo amo como nunca antes pudo hacerlo... Porque Ho Seok ya había encontrado esa mitad que lo complementaría y que terminaría por matarlo.

— Te amo... Enserio te amo, Kim Tae Hyung. — los labios del mayor permanecían a milímetros de los del menor, este no aguantó más y se lanzó a besarlo nuevamente, saboreando los últimos minutos de lo que sería su droga favorita: Ho Seok.

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Ya estamos cerca al final ;-;

Nota actual:

Maratón 8/11

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