❦ Capítulo 3: Intimidad
La chica gritaba lo más fuerte que podía, quería zafarse de su agarre, pero él solo le sostenía con más fuerza y le golpeaba, descargando toda su ira con el cuerpo delgado y pequeño de su víctima.
Ella podía escuchar las risas que soltaba Tae Hyung, el mejor amigo de su hermana. Ella podía ver las manos de su agresor llenas de sangre, al igual que toda su ropa en general, pero no podía sentir nada, ni siquiera dolor.
Sus fuerzas se iban perdiendo de a poco, al igual que la esperanza que tenía de sobrevivir. Para la siguiente arremetida dejó se sintió cada vez más cerca del cielo, la que lo siguió, entró y salió como si nada de su pecho y la última, para ella, ya ni siquiera pudo verla.
Sus ojos se mantenían cerrados, pero aún así pudo escuchar claramente la voz de la persona a la que realmente decía querer. Tae Hyung, ese era el nombre del chico que ella admiraba y realmente amaba. Pudo escuchar cómo este le incitaba a su agresor a seguir con las puñaladas, cómo le gritaba que prosiguiera con los golpes, podía escuchar cómo su vida se destruía en manos de dos personas que ella, ahora, desconocía.
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Ho Seok había comprado todo lo necesario para deshacerse del cuerpo de Karina, una de las conocidas (extranjeras) de su novio.
Tae Hyung, por su parte, solo lo miraba desde la cama, envuelto en sábanas, y con el torso desnudo. Ambos habían tenido sexo poco después de haber terminado con su labor. Ambos lo habían hecho, sin remordimiento alguno, delante del cuerpo inerte que ya no tenía ni un solo brillo de felicidad, ni de vida
- ¡Mierda! - murmuró el mayor. Él siempre era el encargado de deshacerse de los cuerpos. El menor solo se limitó a reír mientras tomaba su celular y marcaba a su padre. Necesitaba de más dinero.
- Aunque sea deberías ayudarme. - volvió a murmurar Ho Seok, el mayor de ambos. Tae Hyung hizo caso omiso a su novio y siguió hablando con el hombre que había colaborado en su procreación, quien le rogaba que regresara a casa. El rubio odiaba las súplicas de ese "viejo" y solo se limitaba a poner su mejor voz para así recibir el dinero pedido.
- ¡Mierda! ¡Tae Hyung, ayúdame! ¡La perra pesa!
- ¡Ya voy amor! - gritó el rubio, alejando a su vez el celular para que su padre no escuchara nada.
Ho Seok sabía que esa mierda de «ya voy» era mentira, por lo que dejó de halar de la puta y se dirigió a paso firme a su novio. Lo encontró en el baño, observando su desnudez en el espejo de cuerpo completo. El pelinaranja relamió sus labios al tener tan hermosa vista y sin esperar por más, caminó hacia el rubio y le lanzó un puñete en el rostro.
Tae Hyung cayó al suelo, al igual que el celular dentro de la bañera.
- ¡Te dije que me ayudaras, hijo de puta! - gritó el mayor. El rubio comenzó a reír mientras se levantaba del suelo. Al estar de pie se dirigió a los labios de su prometido, este le correspondió de inmediato, tomando su trasero desnudo y metiendo uno de sus dedos en la pequeña entrada.
Tae Hyung gimió y mordió el belfo de su novio. Ambos estaban prácticamente volviendo a tener sexo.
- Haz... hazme tuyo - susurró el menor, en medio del beso.
- ¡Eres un maldito puto! - el pelinaranja se separó del beso y volvió a golpear a su pareja.
Tae Hyung solo sonrió al recibir el segundo golpe, ya estaba completamente acostumbrado a los maltratos de su novio e incluso se podría decir que le encantaba aquello.
- ¡Eres todo una puta! - volvió a gritar el pelinaranja. - ¡Eres mi puta! - gritó por último antes de detenerse y coger entre sus manos al rubio.
Tae Hyung solo rio con algunas lágrimas involuntarias descendiendo por sus mejillas. Ho Seok lo cargó hasta llegar a la cama y sin ninguna pizca de delicadeza, lo tiró.
- Te amo demasiado - susurró antes de adueñarse de los labios de su pareja.
Tae Hyung le devolvió el beso con mucha desesperación. Ambos se comían la boca mutuamente, mientras Ho Seok enterraba sus dedos en la entrada del rubio. Ninguno de los dos se detenía y no tenían por qué.
El mayor se posicionó entre las piernas de su pareja y sin dejar de mover sus dedos, simuló embestidas.
Tae Hyung soltaba gemidos mientras se aferraba a la espalda de Ho Seok. Este último se dedicaba a bajarse los pantalones y la ropa interior al notar que su novio ya estaba más que preparado.
El menor gemía en la boca de su mayor y pedía por más cada vez que sentía los dedos del contrario tocar su punto.
Por su lado, Ho Seok apenas se quitaba los pantalones cuando sintió una fuerte mordida en su cuello. Casi gritó del dolor, pero no lo permitió, al contrario, terminó de bajarse los pantalones junto a la ropa interior para metérsela hasta el fondo a su novio.
Tae Hyung soltó un pequeño grito y gemido a la vez al sentirse lleno. Él adoraba la sensación de sentirse lleno, él amaba hacer el amor con Ho Seok.
No pasó ni dos minutos cuando ambos comenzaron a moverse de manera sincronizada, el rubio empujaba sus caderas cada vez que Hoseok lo penetraba y este último solo mordía el cuello y labios del menor.
Sus gemidos y gritos se escucharon por toda la habitación y de a poco comenzaron a sentir los espasmos en todo su cuerpo al igual que el líquido pre-seminal salir de ambos miembros.
El rubio, por su parte, se había dedicado a morder el cuello de su pareja y a rasguñar la fuerte espalda de este cada vez que recibía sus certeras penetraciones. Para Tae Hyung, ese momento era mágico, mágico porque ambos los compartían y realmente especial porque de esa manera él demostraba que ninguna puta, como aquella que yacía muerta en el suelo, podía quitarle algo suyo, como lo era Ho Seok.
Comenzó a gritar al sentir que su novio iba más rápido, estaba totalmente claro que ya se correría.
Tae Hyung comenzó a mover de circularmente sus caderas y no dejó de gritar y gemir hasta sentir la semilla de su novio dentro suyo.
Al final, ambos se separaron para dedicarse una sonrisa cómplice.
- Necesitamos dinero, Tae Hyung - susurró el mayor a la par que se levantaba de la cama para volverse a colocar sus prendas.
El aludido solo miró el cuerpo desnudo de su novio y sonrió sin decir nada. Odiaba admitirlo, pero él quería que por una vez, dentro de la relación que habían tenido, Ho Seok se quedara aunque sea por unos minutos a su lado, en la misma cama, descansando y acariciando su espalda de forma cariñosa, tal y como había visto en muchas películas de finales felices, pero eso no ocurría en su relación. Ho Seok siempre le "hacía el amor" y al término del acto, se alejaba de él o colocaba simples excusas para no permanecer ni un solo segundo más en la misma cama.
Tae Hyung no quería admitir que le dolía, en cierta parte, ser "rechazado" de esa manera, pero muy en el fondo, él lo sabía y lo aceptaba. Sí, lo aceptaba... si de esa manera mantenía a Ho Seok a su lado.
- Necesitamos deshacernos de esa asquerosa zorra y limpiar todo este desastre - advirtió el mayor.
Tae salió rápidamente de sus pensamientos y se colocó de pie, tomando entre sus manos y enrollando la sábana en su zona baja, para caminar hacia el baño, donde suponía, seguía su celular.
- ¡Deja de comportarte como una estupida quinceañera que acaba de perder la virginidad y madura, ya! — gritó Ho Seok. Se podía notar la ira en su forma de expresarse, como en la forma en la que habían asesinado a esa inocente chica.
El rubio solo soltó las sábanas que cubrían su parte baja y caminó completamente desnudo. Sabía que Ho Seok odiaba el hecho de verlo cubriendo su cuerpo. El mayor siempre le había recordado que él era una puta y que como toda puta, no debería tratar de comportarse como alguien decente. El mayor siempre le hacía ver sus defectos e incluso, como anteriormente sucedió, lo golpeaba, además de que lo despreciaba de la peor manera, pero aún así, Tae Hyung había decidido no perder a Ho Seok. El menor había decidido casarse con el pelinaranja y evitar que este lo engañara o traicionara, como lo hicieron sus antiguos desamores.
Recogió su móvil, que por cierto seguía en la tina del baño y marcó por segunda vez el número telefónico de su padre. Este último no tardó en contestarle y preguntar por su paradero. Tae Hyung se negó a contestar sus preguntas, solo se limitó a pedir dinero de la mejor manera.
- Te lo daré, pero tienes que venir a casa. Tu madre te extraña... al igual que yo.
Rodó los ojos a pesar de que nadie lo veía y asintió. Realmente necesitaban el dinero, tanto Ho Seok como él requerían de bebidas, drogas y fiestas, las cuales no eran gratis.
- Mañana estaré ahí mismo. Solo espero que no sea como la última vez. — El menor colgó sin recibir respuesta y arrojó su móvil al suelo, con la diferencia que esta vez si logró romper el pequeño aparato.
Al salir del pequeño cuarto, no tardó en observar la espalda de su "maravilloso" novio y no dudó ningún segundo en correr en su dirección y abrazarlo, apoyando su rostro en la piel desnuda de este para aspirar su delicioso aroma varonil.
- Tenemos que verlos para recoger el dinero - murmuró el menor. Ho Seok rio y apartó los brazos de Tae Hyung para luego devolverse hacia él y negar con la cabeza.
- No cariño. Tú los verás para recoger el dinero.
Tae se quedó callado y no contestó. No quería aburrir a Ho Seok con su típica frase: «Quiero que conozcas a mis padres». Sabía que era en vano. Ho Seok no estaba interesado en presentarse formalmente ante su familia.
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