❦ Capítulo 24: Luna de miel

Los padres de Tae Hyung habían pagado hasta la luna de miel, ambos habían acordado en mandarlos a la isla Jeju, era el lugar más paradisíaco para una pareja recién casada.

Ho Seok estaba feliz de encontrarse en ese lugar, siempre deseó visitarlo y comprobar si los vientos eran verdaderamente puros o si el paisaje era algo de lo que tenías que sentirte orgulloso. Y no era ninguna mentira o leyenda, los vientos sí eran puros, el paisaje era tremendamente hermoso y ni que decir de las mujeres, muchas de ellas ya le habían echado el ojo al pelinaranja, razón que llevó a Tae Hyung a montar un espectáculo en la recepción del hotel; sin embargo, Jung siempre estuvo ahí para tranquilizar a su esposo y decirle que todo estaba bien.

- ¡Ah! ¡H-Ho... Ho Seok! - el ronroneo de sus palabras y los gemidos se escuchaban por toda la habitación. Mientras tanto, el mencionado no se detenía y oponía más fuerza al momento de entrar, suprimiendo sus gemidos y dando en vez de eso, gruñidos o simples bufidos.

Tae Hyung se aferraba a los hombros de su esposo y este último tenía ambas manos a cada lado de la cabeza del pelirubio.

- ¡A... Ahí..! ¡Ah! - los gemidos se convirtieron en gritos y los gritos, pronto, estuvieron acompañados de arañazos.

Todo estaba perfecto en la cabeza de Tae Hyung, estaba haciendo el amor con su esposo, estaba en su luna de miel y estaba desbordando placer al ser embestido por la persona que amaba.

Ambos cuerpos se crisparon, anunciando el inminente orgasmo; el primero en correrse fue Tae Hyung, quien gritó y quedó ido al momento de soltar su esencia, mientras que Ho Seok, con un gruñido gutural, soltó todo lo que tenía dentro.

Se separaron poco después de terminar y el mayor no tardó en quitarse aquello que tanto le interrumpió en su sesión de sexo.

- No quiero volver a intentarlo con esa mierda. - dijo el pelirubio mientras se acomodaba y cerraba sus piernas, estaba refiriéndose obviamente al látex que su esposo iba retirando de su miembro.

Jung soltó una risita y miró a Tae Hyung, este se encontraba con el cabello revuelto y con algunas marcas en el cuello y pecho.

- Sabes muy bien lo que dijo tu padre.

- ¡Al diablo con mi padre! - gritó. - yo necesito sexo sin condón, sin un maldito látex que nos separe.

El pelinaranja se levantó de la cama y solo se colocó unos pantalones antes de salir de la habitación en dirección al balcón, que por cierto contaba con una gran vista del mar y de la piscina.

Tae Hyung le siguió al colocarse la camisa de su contrario y lo abrazó con fuerza al tenerlo a su alcance. Ho Seok no se quejó, pues estaba más ocupado encendiendo un cigarrillo.

- Te amo. - susurró el menor.

- Yo también. - fue la única respuesta del mayor y es que nunca le había tomado el debido interés al amor, solo al sexo y al placer que este le entregaba al meter la polla, ya sea en una mujer o en un hombre.

Tae se abrazó con mucha más fuerza a la cintura de su esposo y no tardó en acariciar los abdominales de este, mientras "disfrutaba" del olor a cigarro.

- Ella está buena, ¿No crees, amor?

Las palabras de Ho Seok lo desconcertaron, pero de igual manera se alejó y miró a la chica que estaba en la piscina del hotel. Ella era muy bonita y tenía una buena figura que modelar.

Tae Hyung sonrió y apoyó su rostro en un brazo, mientras observaba y detallaba a la mujer. Ho Seok, por su parte, se encargaba de acariciar el trasero de su novio y de bajar por sus muslos.

- Es perfecta. - dijo el mayor, para luego dejar de ejercer mimos en el cuerpo de su contrario y pasar a la habitación.

Kim se quedó observando a la chica por un rato más, rio un momento y luego siguió a su esposo.

[❦]

- ¿Necesitas compañia?

La chica miró al hombre que se encontraba delante suyo y sonrió sin pensarlo en ningún momento. Jóvenes tan guapos, como el pelirrojo, habían pocos.

- Mi nombre es Sun. - dijo ella, alzando su mano y mostrando su perfecta sonrisa.

- Ho Seok, Jung Ho Seok. - dijo él, observando las curvas de su nueva víctima y las piernas largas con las que contaba, eran muy bonitas, pero lamentablemente no las tenía tan firmes como Tae Hyung.

No pasó ni hora y media, cuando Sun y Ho Seok ya se encontraban entrando al hotel. El recepcionista miró con confusión al pelinaranja, pues sabía de antemano que él había venido en una luna de miel, ¿Por qué tendría que encontrarse con otra mujer?, era la pregunta del joven; sin embargo no se atrevió a preguntar o a decir algo más, no era de su incumbencia.

La chica sostenía el brazo de Ho Seok y no dejaba de pensar en lo bien que la pasaría al lado de ese chico. Mientras que Jung solo pensaba lo excitante que sería matar a la "puta" que llevaba de la mano a su habitación, la habitación que compartía con Tae Hyung.

Una vez estuvieron delante de la puerta, la chica se colocó de puntillas y comenzó a trazar besos por toda la extensión del cuello contrario. Ho Seok gruñó, pero no fue por la excitación que crecía en sus pantalones, claro que no, en realidad era por sentir el cuerpo de su esposo y como este último mataría a la chica que estaba aprovechando el tiempo y casi desnudando al pelinaranja.

- Aquí no. - dijo casi en un jadeo el mayor. La chica se alejó con una sonrisa ladina y asintió, esperando que al otro lado de la puerta todo fuera diversión.

La decepción fue grande cuando Ho Seok le dió el pase y ella sonriente entró, jamás imaginó ver a otro chico ahí, en medio de la cama y con un cigarro en manos. Parecía que el chico estaba desnudo y cuando entendió todo... trató de huir. Sí, dio media vuelta y corrió hacia la puerta, siendo apresada por los brazos de Ho Seok al instante.

Los gritos de la chica se hicieron presentes, esperando que alguien de las habitaciones contiguas la escucharan, pero lo que no sabía era que aquella suite contaba con paredes a prueba de sonido. Nada, ni siquiera sus gritos saldrían de ahí, nadie a excepción del recepcionista sería testigo del comienzo de su tortura.

- Hobi, es muy gritona, me está dando jaqueca. - Tae Hyung trató de sonar dulce, mientras miraba a la chica, quien ya se encontraba siendo cargada por el mayor; sin embargo, fue todo lo contrario.

- Lo sé y por eso es que la elegí, es tan... especial. - musitó lo último, dando a entender otras cosas a su esposo.

Tae al instante frunció el ceño y no tardó en quitar las sábanas que cubrían su desnudez.

La chica ya era atada de manos y pies por Ho Seok, este le iba susurrando que todo estaría bien, que nada malo ocurriría, que él le haría disfrutar, sin embargo, al ver como el pelirubio se acercaba y se apoyaba en el hombro del hombre que le había traído con engaños hasta esa habitación, dejó de creer, dejó de pensar al ver como los dos chicos delante suyo se besaban y acariciaban como si fuera algo normal hacerlo.

- ¡MALDITOS LOCOS! ¡SUÉLTENME! - los gritos no eran tan fuertes a causa de las lágrimas y de los constantes jadeos de dolor, pero a pesar de todo, seguía intentando.

Tae Hyung fue el que propuso el separamiento, para luego arrodillarse y mirar de un lado a otro a la chica.

- Disfrutaré mucho a tu lado. - susurró él. Ho Seok también se agachó y comenzó a tocar el trasero del menor, mientras observaba a la mujer.

- Es toda tuya, bebé. - las palabras del pelinaranja fueron claras para el menor, quien no tardó en comenzar a quitarle la ropa a la chica.

Jung solo pretendió no escuchar, prefirió caminar hacia el pequeño bar que había en la habitación y comenzar a emborracharse mientras observaba a detalle como su esposo abusaba de la chica.

Los gritos de ella eran como la más dulce sinfonía que podía escuchar, mientras que la vista se convertía en el mejor cuadro de arte que alguna vez observó.

Su esposo, el que él más deseaba, hacía de "hombre" y se la estaba metiendo a una puta.

Las copas de whisky fueron en aumento, un Ho Seok borracho ya se erguía, caminaba lento en dirección a su marido, quien estrangulaba a la pobre chica sin detener aún sus embestidas.

El aire le faltaba a Sun, pero las ganas de vivir aún seguían ahí, razón por la que trató de detener a Tae Hyung, sosteniendo sus brazos, sin embargo, este le hizo caso omiso y continuó.

Mas lo que no sabía ella era que toda ganas de vivir se irían a la misma mierda, pues Ho Seok agarró de los cabellos a su esposo y lo empujó, este sonrió al verlo y no tardó en lanzarse encima para empezar con los besos.

La chica ya tenía lágrimas en los ojos y veía como los dos hombres tenían sexo delante suyo, lloró con más fuerza y siguió gritando con la poca voz que le quedaba. Sin embargo, cuando Ho Seok y Tae Hyung acabaron, se dirigieron de nueva cuenta a la chica.

- Lo bueno ya llega, bebé. -le susurró el pelirrojo al tiempo que le jalaba de los cabellos.

Tae Hyung prefirió levantarse y lanzarse a la cama, disfrutando de la comodidad de esta y siendo feliz al escuchar como la puta sufría en manos del amor de su vida.

Se podría decir que Jung siempre utilizaba armas blancas para asesinar a sus víctimas; sin embargo, en esta oportunidad, prefirió moler a golpes a la chica, hasta que dejó de escuchar sus gritos y hasta que no logró ver como su pecho se movía.

Sonrió victorioso y se dirigió a su esposo, quien yacía medio dormido entre las sábanas de seda color rojo.

- Llama a tu padre, nene. - susurró, casi gruñó en el oído de Tae Hyung. El pelirubio asintió sin ganas. Quería dormir.

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Amo hacerlos unos locos 😂😍
Las amo a ustedes ❤

Nota actual:

Ya era hora de actualizar. ✨

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