❦ Capítulo 23: Boda y futuros brillantes

Tae Hyung se miraba al espejo sin poder creer lo que estaba admirando, era él, él en un traje blanco, con un ramo de rosas sumamente rojas entre sus manos y una sonrisa tan grande como la del gato de "Alicia en el país de las maravillas".

La diseñadora de modas, la mejor y más pagada de todo Corea, observaba al joven pelirubio y también sonreía al ver que este había escogido el traje más hermoso y por ende más costoso de toda su colección.

— ¡Le queda estupendo! ¡Si no lo compras tú, definitivamente lo compraré yo! — aquella mujer trataba de convencer al rubio de hacer lo correcto, sin embargo, no era necesario mentirle o decir cosas de más, pues Tae Hyung estaba más que enamorado del traje y del diseño de este.

— ¡Quiero este! — sentenció el pelirubio. La diseñadora casi celebró en su mente y no tardó en dar unos suaves aplausos, celebrando su victoria.

Ho Seok, en cambio, era otra historia, pues el pelinaranja solo mantenía su rostro serio a pesar de encontrarse dentro de su traje negro. Iba a casarse en menos de una semana y su seriedad no podía cambiar, incluso estaba que hablaba con mesura a todos en la tienda.

El señor Kim no lo aguantaba, era algo intolerable.

— No me gusta este, prefiero el anterior. — la queja iba acompañada de rencor.

El padre de Tae Hyung respiró hondo y se levantó del sillón donde se había sentado horas atrás. Ho Seok se comportaba peor que una mujer en busca de alguna prenda en especial.

— No traigas ninguna otra prenda, esta es la correcta. — el "suegro" de Ho Seok sonó tan confiado en sus palabras, que el dependiente se quedó en su sitio y asintió.

— ¡Odio este traje! — el grito puso en alerta al pobre chico que atendía la tienda. En cambio, el señor Kim lo detuvo antes de que este hiciera movimiento alguno.

— El traje está correcto, Ho Seok, tú decidiste casarte con mi hijo y sabes que es correcto lo que estás haciendo. — no fue un grito, tampoco una amenaza, simplemente fue un recordatorio del acuerdo que habían ejecutado.

Jung lo fulminó con la mirada y se dirigió de inmediato al probador para quitarse el "maldito traje", nombre con el que había catalogado a esa prenda.

Ya casi todo estaba preparado, los trajes estaban listos, el buffet también, el lugar y los invitados por igual. Todo estaba casi listo, nada podría arruinar ese día tan importante para Tae Hyung.

[❦]

La marcha nupcial comenzó a sonar, el juez y Ho Seok esperaban paciente al pelirubio que caminaba lentamente y en compañía de su padre hacia ellos.

Yoon Gi miraba a su hermano, estaba orgulloso de lo bien que estaba haciendo Ho Seok al casarse con ese chico. Ji Min también miraba a su cuñado, sabía que Tae sería la perdición de este. Ya podía ver la derrota de Ho Seok.

La señora Kim solo miraba con furtividad al que sería su yerno, lo odiaba tanto, aborrecía con todo su corazón la barbaridad que estaba aceptando su esposo. Ella no podía aguantar esto, no podía escuchar las palabras que condenarían a su familia a la desintegración total. Sin embargo, y a pesar de los diferentes pensamientos que tenían los familiares, ninguno contradijo al juez cuando este dijo las famosas palabras de oponerse o no a la unión de Ho Seok y Tae Hyung. Tampoco hicieron nada cuando el compromiso se selló con un beso, mucho menos se opusieron a felicitarlos y desearles un futuro brillante y próspero junto a los futuros hijos que tendrían.

El pelirubio recibía a todos sus tíos y tías con una sonrisa en el rostro, mientras que Ho Seok fingía una a cada persona que se le cruzaba en el camino.

— ¡Felicidades! — gritó el pequeño SungMi, alzando los brazos hacia su nuevo tío Tae.

Tae Hyung miró al pequeño sin saber qué hacer, no entendía muy bien ese tema de tratar o de cuidar niños, sin embargo, tendría que aprender puesto que ahora tenía un sobrino.

— Quiere que lo cargues. — avisó Ji Min. Tae Hyung miró al más pequeño y sonriendo, cogió al niño y lo cargó.

— Felicidades hermano. — comentó Yoon Gi, dándole un abrazo a Ho Seok, este correspondió gustoso y no fue necesario fingir una sonrisa; esta vez sí se sentía bien al abrazar a su hermano mayor, incluso podía sentir el orgullo que este emanaba.

— Gracias por venir, no sabría qué hacer sin ti.

Los dos hermanos se habían alejado de sus parejas y paseaban por el jardín de la casa mientras cogían entre sus manos unas copas de champagne.

— Lo amas, ¿cierto? — el cambio de tema fue diligente, pero no le importó mucho al pelinaranja, pues necesitaba soltar algunas de sus preocupaciones con su mayor confidente.

— De eso no hay duda, Yoon Gi. — la respuesta fue inmediata, algo que el pelinegro no esperaba de parte de Ho Seok. — ...pero, pero siento que no funcionará.

— ¿Es por Tae Hyung? — Yoon Gi esperaba que la respuesta fuera un sí, sin embargo, así no fue.

— Son sus padres. Ninguno de los dos me quiere.

— ¡Oh, vamos! Eso jamás  ha sido un problema para los Jung, mucho menos para ti, Ho Seok. — eso era muy cierto, para Ho Seok, la aceptación de los padres era poco o nada en la relación.

El joven rio y negó con la cabeza, para luego tomarse de un solo trago todo el champagne.

Yoon Gi observó a su hermano, claro que no era psicólogo, pero podía leer e interpretar el actuar de sus clientes, tenía ese don con todos, incluso con su pequeño hijo de seis años. Por lo tanto, sabía que a Ho Seok, su hermano menor, le incomodaba algo más que el hecho de no caerle bien a esos señores.

— Van a descubrirme, Yoon Gi. — confesó. Min no entendió muy bien a qué se refería su hermano, pero lo comprendió cuando este lo miro y le dio a entender qué es lo que verdaderamente sucedía.

Y sí que estaba en problemas, realmente se encontraba en serios problemas.

— ¿Ellos te tienen amenazado? — preguntó más temeroso por la respuesta que por el rostro preocupado de su hermano.

— No... — Min respiró tranquilamente, no podría aguantar ver cómo amenazan o presionan a su hermanito. — pero ese detective me descubrirá, vi en su mirada la determinación que tenía... Park ChanYeol me quiere en la cárcel, Yoon Gi.

El más pálido no podía convencer a su cuñado de dejar el caso, pues sabía que eso sería solo otro indicio para continuar. Pero sí podía impedir o retrasar de alguna manera la investigación, y sabía que para eso necesitaría a Ji Min, lo miró y observó como su hermosa sonrisa viajaba desde su vientre hasta su hijo de seis años. Ji Min era su vida, pero también se había convertido en su salida de todo problema, en su adicción, en la droga más deliciosa que alguna vez pudo haber probado.

— ¿Cuánto tiempo lo llevas sabiendo? — Ho Seok, al igual que su hermano, también podía leer las expresiones de las personas, por eso sabía perfectamente que Tae Hyung era alguien que necesitaba de amor, alguien que necesitaba sostenerse de otros... alguien dependiente.

YoonGi rio y con los dedos de su mano señaló dos.

— ¿Dos años? — Ho Seok se sorprendió. Yoon Gi asintió y desvío la mirada hacia su nuevo cuñado, este cargaba muy feliz a su hijo y reía junto a su esposo.

— Incluso sabía sobre tus pretenciones hacia Ji Min. Eras una sabandija, Ho seok. Tratar de quitarle el esposo a tu hermano no es algo que te hubiera perdonado. — el tono de voz que utilizó Yoon Gi no fue para nada dulce, pues, después de todo, ambos eran Jung, ambos habían nacido en un ambiente retorcido y asqueroso que solo les había enseñado la maldad a base de golpes, de violencia y de inmundicia.

Ho Seok soltó un carcajada y se apoyó en el hombro de su hermano mayor.

— Pero sabes que nunca lo hice.

— Porque nunca te dio la oportunidad al estar con ese cara de rata. No sabes cuánto odio a tu amigo ese.

— Yo también, me acaba de meter en un gran problema, en un estúpido problema... ¿Cómo sabes que son tus hijos?

YoonGi observó a SungMi y luego el vientre de su tierno esposo.

— Son mis hijos, SungMi tiene todo de mí, el 99.9% es mío y ese niño... ese bebé que espera también es mío, lo sé, lo presiento.

Ho Seok sonrió y devolvió la mirada hacia Tae Hyung, este último lo miró, le sonrió y lo saludó. Jung le devolvió el saludo.

— ¿Cuándo piensas tener uno propio? — preguntó el mayor. Ho Seok frunció su ceño y bufó en respuesta.

— Tae Hyung acaba de perder un bebé, no pienso darle otro tan pronto, mucho menos darle el placer de ser un enfermo con nuestro bebé.

Min soltó carcajadas y miró de reojo a su hermano, ambos se entendían, ambos se comprendían y ambos habían hecho locuras en el pasado, solo que uno de ellos sí logró salir de ese hoyo llamado miseria.

— ¿Por un futuro brillante? — la copa de Yoon Gi fue alzada y puesta a disposición para un brindis.

— Por un futuro brillante al lado de Tae Hyung. — aseguró Ho Seok antes de chocar las copas.

[❦]

Soy una loca que ya está escribiendo el tercer capítulo de este fic. Gracias por el apoyo ❤

Nota actual:

Me he dado cuenta que le ando cambiando el color de cabello a Ho Seok xD, dentro de un rato lo arreglaré y el color de cabello original es pelinaranja y en ese se quedará.

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