❦ Capítulo 22: Planes para una boda y secretos

Tae Hyung no recordaba haber regresado a casa de sus padres, tampoco sabía cómo había logrado acabar en su habitación, la que seguía teniendo un aire adolescente. Sus ojos divagaron desde los pósteres pegados en la pared, hasta su armario, este último se encontraba llena de ropa pasada de moda y muy pequeña para él.

Un suspiro salió de sus labios cuando miró la fotografía que yacía en la mesita de noche de al lado de la cama, en esta se podía apreciar a un Tae Hyung joven y a sus padres a cada lado respectivamente. Su madre sonreía a más no poder y su padre fingía seriedad. Se podría decir que aparentaban ser la familia poderosa y millonaria que eran.

Tocó su cabeza, ya no le dolía, pero seguía sintiendo un dolor punzante en la parte frontal.

Trató de suprimir todo dolor y se colocó de pie, incluso su cama era pequeña para él puesto que las sábanas no habían cubierto su cuerpo por completo. Ignoró este último detalle y pasó a levantarse.

Sus pies tocaron el suelo frío e inconscientemente levantó estos en un acto despavorido. Masajeó su frente y su cien con ambas manos, trató de quitarse el sueño con esas acciones, mas no lo logró.

Estando medio dormido, se levantó, resguardando sus pies en las pantuflas.

El frío de la casa lo hizo sentirse solo, como nunca quiso estarlo. Corrió por todo el lugar hasta llegar al primer piso, estando ahí comenzó a oír voces provenientes del comedor.

Caminando lentamente y con sumo cuidado de hacer ruido, se dirigió hacia aquel lugar que había sido testigo de muchas cenas familiares y del cantar de muchos cumpleaños.

Nunca esperó encontrar a sus padres junto a Ho Seok, jamás esperó ver una sonrisa en el rostro de su novio y una de igual manera en el rostro de su padre, incluso parecían llevarse bien. Casi rio mentalmente al tener esa simple idea, pues eso jamás sucedería, no en su mundo. Su padre era muy estricto y celoso en cuanto a la pareja de su hijo, siempre fue así, siempre lo protegió de todo mal y procuró poner la salud de su hijo por encima de todo, incluso por su matrimonio. Un padre sobreprotector no siempre es bueno, eso lo sabía Tae Hyung, pero no le importaba, pues su padre siempre le entregó lo que él quiso y siempre lo mimo en todos sus caprichos.

— Veo que ya estás despierto. — habló su madre desde atrás. Tae se exaltó un poco, girándose al instante para encararla. Ella estaba con una cara seria y con el ceño fruncido.

— ¿Q-qué hago aquí? ¿C-cómo llegué? — pudo escuchar su propia voz como un eco, estaba ronco y parecía que sus labios estaban resecos.

— Te hemos salvado nuevamente, tu padre lo hizo, pagó tu fianza y le dio algo de dinero al policía que querías matar. — una sonrisa socarrona surcó los labios de su madre y después una risa estruendosa se escuchó por todo el salón, alertando a los dos hombres que conversaban amenamente. — Cuándo llegarás a madurar, Tae Hyung, tu padre no vivirá por siempre y no pienses que yo mantendré a alguien como tú, no pienso aceptar a un enfermo y a un ladrón.

El pelirubio no podía decir que odiaba a su madre, pues eso iría en contra de los mandamientos de Dios, pero lo hacía, muy en el fondo despreciaba a su madre. Todo comenzó cuando ella enfermó, es por esa razón que a él le obligaron a convertirse en 'hombre' a una edad muy temprana y por ende malograrle toda la infancia.

Sus manos se hicieron puño y no dudó en alejarse de su madre para poder caminar hacia donde se encontraba Ho Seok; sin importarle la presencia de su madre o la de su padre, se trepó al regazo de su novio y se sentó ahí, justo en donde se encontraba el miembro del pelinaranja.

— No me dejes, Ho Seok, no me dejes por favor. — susurró en el oído del mayor.

El padre miró a su hijo, este se encontraba demacrado y parecía que solo podría vivir estando al lado de ese delincuente llamado Jung Ho Seok. El señor Kim sabía de antemano que sesiones con un psiquiatra no serían suficiente, sabía que Tae Hyung se opondría y que eso solo empeoraría más la situación. Por lo tanto, optó por lo más fácil, mantener vivo a su hijo por medio de otra persona.

Jung rodeó la cintura del pelirubio, notó que estaba más delgado. Tal vez por el embarazo fue que lo sintió más rellenito, pues adelgazar en menos de tres días era algo muy imposible, incluso para Tae.

— No te dejaré nunca. — contestó el pelinaranja, aferrándose al cuerpo de su novio. Tae Hyung asintió y se apegó más, sintiendo el pecho firme de Jung, gimió bajito y no tardó en moverse de adelante hacia atrás, creando una fricción entre ambos chicos, y sin importar la presencia de dos mayores, Tae comenzó a gemir; llevó sus manos al cabello creciente en la nuca de su amante y lo jaló con fuerza.

Ho Seok no era de piedra, él también sentía, por lo que no tardó en dirigir sus manos hacia el trasero del rubio.

El comedor se llenó de gemidos de Tae Hyung, Jung no quería parecer un depravado, por lo que se colocó de pie, cargando a su pareja en el intento. Ni siquiera pidió permiso a sus "suegros" y salió del salón comiéndose la boca de su ajeno.

El señor Kim movió su cabeza de un lado para otro, no es que no quisiera nietos, pero odiaba como su hijo se comportaba al estar con ese chico; hace menos de dos días que había tenido un aborto, y ahora solo estaba buscando otro embarazo, o así lo veía el padre de Tae Hyung.

— Me da asco. — habló la madre del rubio. El señor Kim la miró con desaprobación antes de levantarse de su sitio en un intento de dejar de escuchar los gritos de su hijo, los que provenían del segundo piso de la casa.

— Es nuestro, hijo, siempre lo será y el que sea gay o que haya tenido un aborto, no cambiará nada.

[❦]

Tae se encontraba recostado en el pecho de Ho Seok; ambos desnudos y con la respiración irregular, descansaban.

— Te amo, Ho Seok. — pronunció el menor. Jung asintió y prosiguió a buscar su camisa por la cama, al encontrarla buscó en el bolsillo de esta.

Al tener lo buscado, se devolvió hacia Tae Hyung y le sonrió, mostrando el anillo de compromiso entre sus dedos.

— Cásate conmigo, Tae Hyung. Sé mío por completo.

Kim no sabía que decir, él ya creía estar comprometido con Ho Seok, pero ahora... ahora, Jung se lo pedía con un anillo de por medio.

No tardó en lanzarse a los labios de su pareja y decir en medio del beso un sonoro sí.

Cuánto deseaba este momento, cuánto había esperado para por fin tener lo tan soñado. Realmente estaba feliz, realmente se estaba cumpliendo su sueño.

[❦]

Había transcurrido una semana desde el acontecimiento del compromiso. Tae Hyung y Ho Seok vivían en la casa de los padres del primero. Tenían sexo casi todos los días y preparaban juntos la boda de ensueño que estaba pidiendo Tae.

El señor Kim veía mucho mejor a su hijo, lo veía siempre con una sonrisa en el rostro y con un brillo especial en sus ojos, no de un embarazado, pero sí de alguien que era feliz en verdad.

— ¡Quiero este! — gritó el menor, señalando la limusina que yacía en la revista. — Quiero llegar con este a mi boda.

El padre asintió. No se le podía negar nada a su hijo.

La boda sería algo pequeño, solo con familiares de Tae y con los de Ho Seok, no habría cámaras de por medio, ni tampoco una noticia exagerada que demostrara la boda del hijo de los empresarios Kim, no había nada más que un juez, familiares, y el buffet que tanto quería el pelirubio.

— Sí, lo sé, es muy apresurado... Sí, eso también lo sé, Yoon Gi... ¡Diablos! Sé lo que conlleva un matrimonio. ¡No soy un idiota! ¡Solo quiero saber si podrás venir! — los gritos de Hoseok lograban asustar a Tae, quien dejo de lado las revistas de boda para mirar a su prometido.

El padre también escuchó, pero prefirió no interferir en los asuntos de su futuro "yerno".

— Entiendo, está bien, lo siento ¿Ok? Ahora dime, ¿Podrás venir?

Tae Hyung cruzó los dedos, él quería ver a Yoon Gi y a Ji Min en su boda, eran lo más cercano a Ho Seok y deseaba compartir una hermosa velada al lado de ellos.

— Está bien, nos vemos. — un suspiro salió de los labios del pelinaranja y al darse vuelta comprendió que había hecho demasiaso ruido.

Sonrió y se dirigió hacia Tae Hyung, tomó su mano y la besó.

— Todo está bien, cariño. Yoon Gi y Ji Min estarán presentes en la boda, SungMi también.

Tae Hyung sonrió, deseaba ver al niño y cargarlo por un momento. A pesar de todo, el pelirubio seguía teniendo algo de nostalgia al recordar el aborto espontáneo que sufrió, él deseaba tanto un hijo, deseaba formar una familia, pero... pero todo se arruinó por su irresponsabilidad y por la falta de atención que le puso a sus náuseas, cambios de humor e incluso a su sorprendente subida de peso.

— Tenemos que adelantar la boda. — dijo el señor Kim.

Ho Seok y Tae Hyung lo miraron extrañados, la boda estaba prevista para dentro de tres semanas, esa fue la fecha más cercana que pudieron encontrar. Sin embargo, le estaban pidiendo adelantar la boda mucho más.

— Que sea dentro de una semana, podemos hacer los preparativos con más rápidez y comprar los trajes mañana.

Ho Seok no se inmutó, al fin y al cabo el que gastaba era su suegro, no él. Taehyung, en cambio, saltó de emoción y asintió. Ambos tan sumidos en su burbuja, en su mundo feliz, que ni cuenta se dieron de las verdaderas intenciones del señor Kim.

Nadie sabía que la boda no era solamente por la ayuda brindada a su hijo, sino que también era por los problemas judiciales que tenía Ho Seok, los problemas que tendría en un futuro con la policía, pues más cuerpos de chicas se encontraban con el pasar de los días y más sospechoso se veía Jung, esas fueron las palabras que le soltó el detective Park. Muy pronto, no solo Ho Seok sería descubierto, también Tae Hyung... y eso era lo que menos quería el señor Kim.

[❦]

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top