❦ Capítulo 20: Interrogatorios y familias
Ho Seok seguía ahí, sentado en ese cuarto gris y de paredes sucias; un detective con pinta de malo le gritaba que dijera la verdad y se entregara a la policía, que no le darían muchos años de cárcel si él cooperaba, que todo saldría mejor ya que tenían las suficientes pruebas para incriminarlo, sin embargo, él no se atrevía a decir palabra alguna o a colaborar con esos hombres que se creían superiores solo por usar un uniforme que les brindaba el estado.
— ¡HABLA IDIOTA! ¡TÚ LA MATASTE! ¡CONFIESA PEDAZO DE MIERDA! — muchas veces las personas, en especial agentes, no son amables y mucho menos cuando se encuentran en su "territorio". Y eso lo sabía perfectamente Jung, pues él se comportaba de la misma forma con sus contrincantes.
Ho Seok solo miraba al hombre delante suyo y lo analizaba de pies a cabeza; por su corbata a medio hacer, por las ojeras que se distinguían debajo de sus ojos, por su exasperación al hablar sobre aquel caso y por su ropa sucia, pudo determinar que era un detective que había estado ahí, en el cuartel, por más de 24 horas.
Sonrió a medias antes de colocar sus codos en la mesa y apoyarse para seguir viendo a más detalle al hombre ese.
— ¡NO TE RÍAS ESCORIA! ¡DETENTE! — le gritó el hombre de la ley. Sin embargo, el pelinaranja hizo caso omiso a toda orden y comenzó a carcajearse de la manera más sátira que alguna vez pudo usar.
Ya cansado, el detective alzó su puño y pensó plantarlo en el rostro del implicado, pero la puerta fue abierta y por esta se logró filtrar una voz autoritaria que estaba por sobre cualquiera en ese lugar.
Park ChanYeol, el único hombre que tenía derecho a golpear y pisotear a quién él quisiera y sin importar las consecuencias.
— ¡Ya véte Woo! — le ordenó el joven detective.
El hombre, ya mayor y por ende con más experiencia, solo atinó a carraspear y mirar de mala gana a Ho Seok, este último le sonrió y guiñó un ojo a modo de burla.
Todos se podrían furiosos al ver que su enemigo se sale con la suya, sin embargo, a ese enemigo apenas lo había conocido horas atrás y ya sentía la necesidad de golpearlo hasta matarlo. Woo, un detective algo viejo y con un gran sentido de justicia, caminó a paso firme hasta la puerta y después de susurrar algunas cosas inentedibles con Park, procedió a salir.
ChanYeol sonrió y prosiguió a cerrar la puerta, estaba tan feliz de tener la oportunidad de hablar con Jung, y es que hasta cierta parte lograba admirarlo. Park admiraba a todo esos criminales que eran capaces de salirse con la suya, que a pesar de todo siempre terminaban con una sonrisa en el rostro, una sonrisa que él mismo se encargaba de desaparecer al meterlos en la cárcel y verlos ahí de por vida. Esa era la única razón por la que admiraba a Ho Seok, por haberse salido con la suya a pesar de haber matado a algunas personas, y es que de eso estaba seguro, de lo enfermo que se encontraba el pelinaranja como para seguir fuera de las rejas.
— Vas solo un día y medio y sigues sin decir nada. Un gran logro, Jung. — un aplauzo se escuchó dentro de la habitación.
El mencionado borró la sonrisa de su rostro y prosiguió a fruncir el ceño. Sabía que con ChanYeol todo sería diferente, sabía que ahora tendría que ponerse fuerte, pues el hombre frente suyo era o al menos aparentaba ser el doble de astuto que Jung.
La silla hizo un estruendoso ruido al ser alejada de la mesa. Ho Seok no se inmutó, cosa que sorprendió mucho a Park, pues todos los "enfermos" con los que había tratado se irritaban ante aquel agudo y muy fastidioso sonido. El detective se sentó y volvió a arrastrar la silla por el suelo hasta quedar cara a cara con el presunto culpable.
— Dime algo... ¿Amas al chico que llevaste al hospital? — a Ho Seok se le hizo más que raro aquella pregunta; se suponía que él, al igual que los demás, deseaba inculparlo y verlo trás las rejas, pensamiento que no era mentira en su totalidad. — Sé que acabas de perder a un bebé, siento mucho eso y lo único que deseo es ayudarte, deseo ser tu ami...
— ¡Guárdate toda esa mierda de psicología inversa, Park! — irrumpió alguien más en la habitación, abriendo la puerta de golpe e importándole poco o nada estar pisando territorio policial. Y es que un abogado como Min Yoon Gi no podía temer a nada, ni siquiera a la misma policía...
— ¡OH, DIABLOS! sabes que odio ser interrumpido, Min y sabes claramente que este hombre es culpable. — irritado, ChanYeol habló y gritó.
El pelinegro negó y se detuvo al lado de su hermano menor. No deseaba estar defendiendo y escondiendo todos los crímenes de Ho Seok, pero era su sangre, era con quien había crecido y a quien había cuidado, tenía que protegerlo de todo, incluso de la policía.
— Espero que no hayas hablado. — le advirtió Min. El pelinaranja asintió mirando desde su lugar a su hermano.
Park miró mal al abogado y no aguantando más, soltó con total descaro lo que ya suponía era cierto.
— ¡No puedo creer que defiendas a alguien que ha matado a una chica y que posiblemente haya hecho lo mismo con muchas mujeres desaparecidas! ¿¡Enserio piensas defender a un criminal, Min!?
Yoon Gi rio y negó con la cabeza.
— No. Pienso defender a mi hermano, ChanYeol.
Park abrió sus ojos en par y sintió un gran nudo en la garganta, no de aquellos que te ocasionan un llanto inminente, claro que no, este nudo iba creciendo y con ello la ira y el coraje. No podia creer que Min fuera el hermano de un criminal como Jung ¡Ni siquiera llevaban el mismo apellido! No lo entendía.
— ¿Qué estás tratando de decir, Min? — preguntó, esperando escuchar una respuesta diferente.
— Ya lo escuchaste Park, no pienso defender a un criminal, pienso proteger y poner las manos en el fuego por mi hermano menor, Jung Ho Seok. — las palabras del abogado fueron claras y severas, no pensaba retractarse o mostrarse intimidado ante alguien como ChanYeol. Su carrera le había enseñado a ser duro en todo momento y no dar su brazo a torcer en ninguna situación. Y esta no era la excepción.
ChanYeol nunca pensó lo peor de Min, siempre lo creyó alguien correcto, incluso cuando lo conoció llegó a ver la persona ética y muy directa que era; eso le alegró, pues no existían jóvenes como él. Ahora, sin embargo, solo esperaba la salida de un reportero que gritara que todo era una cámara escondida... Ese momento nunca llegó.
— Te doy dos minutos para que digas que esto es una mentira. — musitó entre dientes, apretando sus manos hasta formular un puño.
Yoon Gi miró la sonrisa complaciente de su hermano menor y soltó un suspiro fuerte.
— Sé que harías lo mismo por Ji Min, ChanYeol. Es tu hermano y pondrías las manos al fuego por él, pues yo hago lo mismo. Defenderé a Ho Seok como a de lugar y denunciaré a todos eso idiotas que te pagaron para meterlo a la cárcel sin razón alguna.
ChanYeol se quedó con la boca semi-abierta, mas al darse cuenta de aquello prosiguió a cerrarla y dejar de tener en un altar a Yoon Gi... a su cuñado. Prosiguió a concentrarse en nada más y nada menos que Ho Seok, en el criminal que estaría en la cárcel sí o sí.
— Muy bien decidido, Min. — Park se levantó de la silla, empujándola en la acción.
Miró por última vez a Jung y luego a su cuñado. Aún recordaba el día de la boda de su hermano, luego el nacimiento de su sobrino y las constantes parrilladasque hacían en los fines de semana, que eran motivo de celebración ante un caso ganado. Recordaba todo el tiempo que pasó junto a su gran amigo y cuñado, Yoon Gi, incluso recordaba como hace tan solo unos meses atrás le iba felicitando por la llegada de un nuevo sobrino. Había compartido momentos inmemorables junto a ese hombre de piel pálida y de cabellos negros, sin embargo... todo eso se había ido a la mismísima mierda cuando escuchó la palabra "hermano" salir de los labios de quien sería su "cuñado perfecto".
Ya no la tendría tan fácil, eso lo sabía de sobre manera, pero solo rogaba porque su esposo haya sacado alguna información a ese pelirubio y pareja de Jung. Ese sería el punto clave que podría utilizar para ir en contra del mejor abogado que había conocido hasta esos momentos.
Caminó a paso firme hasta otra de las habitaciones y se detuvo fuera de la que se podía escuchar gritos y más gritos, pudo reconocer entre tanto bullicio la voz de su esposo, y no dudó ningún segundo en entrar y encontrarse con lo peor.
El hijo de los Kim estaba ahorcando a su querido BaekHyun.
El alto no tardó en reaccionar de la peor manera y lanzarle un golpe al peli-rubio. Este último aún se encontraba con la ropa del hospital y algo desorientado al haber recibido tan fuerte golpe de Park.
BaekHyun se encontraba bien, aún respiraba, con dificultad, pero lo hacía.
ChanYeol trató de calmarse internamente, pues tenía tantas ganas de desahogar todo su rencor mediante golpes, algo que no le convenía hacer con el hijo de los Kim, pues eso solo le aseguraría una prisión de por vida.
Pasó a sacar a Byun de esa habitación y preguntarle por lo sucedido.
— No piensa decir nada que inculpe a Jung. La psicología inversa apesta, apenas comencé con el tema de su bebé pérdido y él se me lanzó encima.
Park asintió y tiró su cabeza para atrás.
— Jung no pronunció palabra alguna y cuando pensaba hacerlo su hermano llegó.
— ¿Otro criminal?
— No, es YoonGi. El esposo de mi hermano es pariente de ese enfermo.
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Maratón 5/5
Gracias por seguir la historia, las amo demasiado. ❤
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