❦ Capítulo 2: Kim Tae Hyung

Ser hijo de un empresario muy respetado en todo el país y de una modelo muy reconocida mundialmente, sería el sueño de toda persona, pero no era el mío.

Odiaba mi vida a pesar de tener tan solo cinco años. Mis padres me daban muchos regalos y me mimaban con todo lo que pedía, algo que no fue suficiente para mí.

Mis notas siempre fueron las mejores, era un niño prodigio, hasta los ocho años, edad en la que mi madre sufrió un gran accidente automovilístico. Ella estuvo internada por cinco meses en una clínica, tiempo en el que tuve que volverme un "hombre" y acompañar a mi padre a todas las reuniones empresariales que tenía con otros empresarios del mundo.

Me vi en la obligación de crecer de manera rápida, tuve que saltarme algunas etapas de la vida para madurar y así ser el mejor hijo y futuro dueño de las empresas de papá. Sin embargo, yo no quería esa vida, por lo que rogaba constantemente que mi madre se recuperara y así pudiera volver a ser ese niño de antes, pero al llegar ese momento, no volví a ser como antes. Algo en mí cambió.

Para mis 14 años empecé a beber y a tener una vida sexual promiscua. Iba a fiestas de chicos mucho más mayores que yo y lograba acostarme con muchos de ellos. Mis padres, al darse cuenta de esto, me rogaron que cambiara el rumbo de mi vida. Nunca lo hice, era demasiado inteligente como para manipular a esos "viejos".

Mis notas se desplomaron por completo, ya no iba a la escuela, lograba escaparme con mis nuevos amigos y novio.

Sabía que me estaba perdiendo en el mundo del cigarro y la droga. Mi primer novio tampoco fue un buen ejemplo, pues siempre me incitaba a probar cosas nuevas y a divertirme con el alcohol.

Al siguiente año tuve que volver a cursar el mismo grado. Mis padres no se preocuparon en pagar, por segunda vez, la colegiatura. Al fin y al cabo ellos se culpaban por todo lo que estaba cometiendo su pequeño.

Ese año sí logré cambiar y todo gracias a mi nueva pareja, uno de los trabajadores de papá, al que había conocido en una junta. Pensé que sería feliz al lado de ese hombre que me doblaba la edad, pero al enterarme de que tenía una esposa e hijos todo se me vino abajo.

Decidí volver a beber y esta vez estaba dispuesto a dejar la escuela. Mi padre me rogó que no lo hiciera, me prometió que si la terminaba, podría hacer lo que quisiera, propuesta que acepté sin rechistar.

Terminé la escuela con notas bajas, pero pasables. Mi madre, esta vez, me rogó que entrara a la universidad, pero no quise, poniendo de excusa la promesa de mi padre.

Al cumplir los 20 años, conseguí otro novio que terminó engañandome con la primera puta que encontró, acto que me llevó nuevamente a las drogas y al alcohol, hasta que conocí a Ho Seok, aquel hombre sensual que logró llamar mi atención en menos de unos segundos y al que me entregué en cuerpo y alma en una sola noche.

Esa noche se convirtió en una tras otra, en las que nos encontrábamos y entregábamos el uno al otro. Claro que yo ya no creía en el amor y menos en los constantes te amo que me profesaba Ho Seok. Pero con el pasar de los meses, volví a caer y esta vez sí quise asegurarme de tener a un hombre para mí solo.

Ho Seok, en cambio, quiso ser sincero conmigo y me dijo toda la verdad, tenía una esposa y ahora iba a ser papá.

La ira me invadió y las ganas de matar a esa perra, que iba darle un hijo a MI hombre, me invadieron. Golpeé y grité, pero todo eso terminó en caricias y penetraciones bajo la sábana.

Esa misma noche ambos planeamos matarla y hacerla desaparecer de este mundo. Ho Seok, al igual que yo, estaba emocionado.

El mismo día que acordamos, la matamos. Apuñalé su vientre, teniendo como objetivo matar al pequeño bastardo; luego su pecho, logrando acabar con la vida de esa pequeña puta. Sí, puta, le había visto con otros hombres muchas veces antes de saber que esa prostituta era esposa de MI Ho Seok.

- Nisiquiera es su hijo, puta.- murmuré antes de clavarle por última vez el cuchillo.

La sangre manchó mi rostro y gran parte de mi ropa y cabello, pero ahí no quedó todo. Terminamos por quemarla y desaparecer cada pista del homicidio.

Aquella noche, Ho Seok y yo hicimos el amor nuevamente. Ambos lo hicimos en la cama que, anteriormente, él compartía con esa perra.

Ahora con más de siete meses de relación, Ho Seok y yo somos una pareja perfecta y... desquiciada, a ojos de los demás.

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¿Vieron los MAMA? ¿Lloraron tanto como yo lloré? 😫💔

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