❦ Capítulo 17: Drogas, sexo y pérdidas
Un mes había transcurrido desde la muerte de Karina y desde que ellos habían visto a esos detectives. Ho Seok y Tae Hyung creían que ya estaban a salvo, que tanto ChanYeol como BaekHyun se habían olvidado de ellos, sin embargo, eso no había sucedido.
La pareja de esposos y detectives los tenían más vigilados. Según sus investigaciones, Ho Seok era el principal sospechoso en el asesinato, Tae Hyung tampoco se quedaba atrás y es que encontrarlos en ese velorio les ahorró tanto papeleo e indagaciones. Mas eso no era todo lo que había sucedido en el último mes, Ho Seok ya se había incorporado en aquella red de droga y hacía compañia a Jung Kook, quien era el que más consumía y vendía ese polvito blanco envuelto en una bolsa plástica.
El pelinaranja sabía que el trabajo no era el correcto, pero tampoco podía negar que este era bueno y productivo para sí mismo y para su bolsillo.
Para Taehyung, todo lo que estaban viviendo era parte del gran sueño americano, claro que él tenía una manera "especial" de mirar y vivir su sueño.
— ¡Ah! Ho-Hos-- ¡Ah! ¡Ahí! — el pelirubio se aferraba a los hombros de su pareja mientras trataba de mantener el ritmo de los saltos.
Ho Seok, sin embargo, no emitía ningún sonido, no gemía, ni jadeaba, parecía que no disfrutaba los encuentros sexuales con Tae Hyung, mas al ver la fuerza que ejercían sus manos al sostener la cadera de este último todos se daban cuenta que en realidad amaba hacerlo fuerte y duro, en especial cuando se trataba de su rubio favorito.
— ¡Oh, Dios! ¡Sí! ¡Ho Seok! ¡Más! — los gemidos iban en aumento, convirtiéndose en gritos.
El mayor se sentía muy complacido, amaba ver como su novio se removía inquieto tratando de llegar a ese punto que le causaba tanto placer. Tae siguió saltando, incrustando las pocas uñas que tenía en la piel de su pareja y echando la cabeza hacia atrás cuando sintió un golpe en su trasero. Ho Seok aprovechó esto y dirigió sus labios al cuello del menor, comenzando con pequeños y suaves mordiscos para terminar con fuertes succiones que le sacaban más jadeos al rubio.
Los saltos se hicieron más fuertes, más bruscos, más placenteros y en cierta parte, dolorosos, mas eso no detuvo a ninguno de los dos.
La estrecha cintura de Kim fue apresada por las manos de Ho Seok, quien después de dejar una marca roja no solo en el trasero de su pareja, sino también en su cadera, optó por sostenerlo de esa parte tan delicada y alzarlo para acelerar el ritmo de los saltos.
El pelirubio gritó al sentir por completo el pene de su pareja y es que Jung le había obligado sentarse encima de él. Tae se sentía completo, lleno, excitado y sumamente feliz.
Incluso las drogas que había consumido minutos antes de empezar con el acto sexual no tenían la potencia suficiente para hacerlo sentir de esa manera...tan única.
Permanecieron quietos por menos de un minuto para luego comenzar nuevamente con los saltos y con las embestidas inducidas.
Las paredes de Tae Hyung apresaron el pene de Ho Seok, este notó el "juego" de su pareja y no tardó en sonreír de lado y tomarlo de los hombros para obligarlo a saltar de esa manera, llegando a complacerlo más.
— Te amo. — musitó el mayor antes de volver a sentar a Tae y correrse dentro suyo. Este último le devolvió el gesto y mordió su hombro al tiempo que se corría, manchando su piel y la de su pareja.
Se quedaron juntos por un tiempo más, Ho Seok dentro y Tae Hyung con una sensación incómoda en su interior. Disfrutaron de la cálidez que emanaba el otro mientras se daban besos suaves y en ocasiones, besos cargados de violencia y frustración.
Jung dio un giro, dejando nuevamente abajo a Kim, quien gimió al sentir una suave, pero no intencional embestida.
Estuvieron entregándose besos, disfrutando de los movimientos del otro, hasta que Ho Seok sintió que era suficiente y salió del cuerpo de su pareja.
Tae Hyung sonrió, observando el techo y recuperando el aire mediante respiraciones profundas.
— Vete a bañar. — ordenó el mayor, dándole la espalda al pelirubio, este último rodó los ojos y se levantó de la cama, mostrando poca importancia a su desnudez, pues pronto llegaría al baño y tendría que entrar a la ducha, nuevamente estando desnudo.
El primer paso que dio le hizo temblar el cuerpo en general, tragó grueso, pesando que solo eran los efectos secundarios del éxtasis, mas al dar el segundo paso, las piernas le temblaron y obligaron a caer.
El sonido sordo alertó a Ho Seok, quien asustado se dio la vuelta y miró a Tae Hyung en el suelo. Rápidamente se levantó y corrió a su auxilio, sin importarle mucho estar desnudo, al igual que su pareja.
— ¿Qué mierda te sucede? ¿Acaso esperas que te lleve agarradito de la mano al baño? — juzgó el pelinaranja. Tae comenzó a llorar, mientras dirigía una de sus manos a su propio estómago.
Jung no lo entendía, había visto muchas veces llorar a su pareja, pero esta vez parecía algo diferente. Parecía adolorido de algo. Tal vez la caída, se dijo.
— ¡Diablos! ¡Cólocate de pie, Tae! — ordenó, temiendo lo peor. El aludido rasguño la alfombra y presionó con mucha más fuerza su estómago.
— N-No p-pue-do. — musitó en medio de lágrimas, su estómago y bajo vientre le dolía horrores, y al parecer sus pies no funcionaban ni tampoco reaccionaban.
En ese momento, Ho Seok se asustó, abrió sus ojos en par y una expresión de culpa y miedo invadió su rostro, todo aquello no lo ocasionó la terrible confesión de Tae, claro que no, lo que hizo verdaderamente que Jung se comportara de esa manera fue la sangre que comenzó a correr por las piernas de su novio.
Tragó grueso y no tardó en colocarse de pie y buscar su ropa interior, al encontrarla se la colocó y posteriormente siguió con los pantalones y con la primera camiseta que encontró.
Cubrió el cuerpo desnudo de Tae con una sábana blanca y lo tomó en brazos, dándose cuenta de lo delgado que se encontraba este; no pesaba nada, incluso podía jurar que lo podía cargar con una sola mano y sin ningún problema.
Salió corriendo de la habitación al igual que del edificio.
Tae Hyung gritó durante todo el viaje que no sentía sus piernas y que todo el cuerpo le dolía. Entraron de emergencias al hospital y a Ho Seok solo le permitieron llegar hasta un punto, pues desde ese momento en adelante todo quedaría en manos de los doctores.
A Jung solo le quedó esperar y sentarse en uno de los frías y duras sillas del lugar. Estaba desesperado, algo dentro suyo le decía que todo iba a salir mal, que perdería a Tae, a la única persona que verdaderamente había sentido que amaba.
Pasó ambas manos por su rostro en un gesto de cansancio, no había dormido nada y presentía que pronto amanecería. A los pocos segundos tiró su cabeza hacia atrás en otro gesto de cansancio y al cerrar sus ojos escuchó pasos. De inmediato abrió sus ojos y visualizó a dos personas que no pensaba ver esa mañana y tampoco en ese momento.
— ¿¡QUÉ MIERDA LE HAS HECHO A MI HIJO, IMBÉCIL!? — El señor Kim sostenía con fuerza la camiseta de Ho Seok y su mirada estaba llena de odio.
La señora Kim solo trataba de tranquilizar a su marido y separarlo de aquel joven, no tan joven ante su hijo, pero sí ante ellos.
— ¡SUÉLTEME! — contestó de la misma manera Jung, empujando a su "suegro" y mirando con odio a cualquiera que se le atrevesara en ese instante. — ¡Y AHORA LÁRGUENSE!
— No pensamos irnos, Tae Hyung es nuestro hijo. — contestó esta vez la mujer, apoyando una de sus manos en el hombro de su esposo y otra en la espalda de este.
Ho Seok asintió, ignorando por completo sus palabras o incluso, su presencia ,y se dejó caer en el asiento duro, arrepintiéndose al instante, pues su trasero dolió al hacer contacto con esas frías cosas.
— ¿Cómo supieron que estábamos aquí? — preguntó indiferente el pelinaranja, mirando de pies a cabeza a los padres de Tae, estos se encontraban en pijama.
— Los tenemos observados siempre, el guardia del edificio nos dijo que saliste corriendo en plena madrugada con Tae Hyung llorando y gritando. Era de suponer que llegaríamos lo más antes posible... y como eres un muerto de hambre, podía asegurar que habías traído a mi hijo a un hospital público como este.
El pelinaranja trató de controlar sus impulsos de golpear al señor ese y gritarle que podía ganar todo el dinero que quisiese si seguía vendiendo droga, pero no lo hizo, prefirió tragarse el nudo de su garganta y desvíar la mirada hacia el pasillo casi vacío.
Esperaron por lo que sería una media hora u hora completa para que el doctor saliera y diera noticias sobre Taehyung.
Los señores Kim quedaron horrorizados al escuchar la palabra aborto, la mamá del pelirubio comenzó a llorar mientras que el padre solo asentía a todo, sin mirar a nadie, ni nada más que al suelo.
— El chico tenía dos meses, el feto estaba creciendo en mal estado, las drogas, las bebidas y las pastillas afectaron su desarrollo y con esta última dosis terminó por sufrir un aborto espontáneo. Lo siento mucho, el paciente debió cuidarse más y dejar de lado todos esos químicos que le hicieron daño a su hijo. Por otro lado, él podrá caminar nuevamente, solo necesita de descanso, tiempo y estar alejado de esas drogas.
Ho Seok quedó anonadado ante todo lo dicho, Tae Hyung estaba esperando un bebé, su bebé, de ellos. Y ahora no existía nada. No había nadie a quien cuidar, ni esperar.
Apenas se marchó el doctor, dejando como último recado que Kim saldría de alta dentro de dos días, Ho Seok cayó al lado de la señora Kim.
El padre no quería decir nada, seguía procesando todo hasta que...
— ¡Toda es tu maldita culpa! — gritó, señalando al pelinaranja y mostrando alguna que otra lágrima en su mejilla. — ¡Tú has matado a mi nieto! ¡Lo has matado!
La pérdida de un hijo es dolorosa, muchas veces no puedes recuperarte del vacío que queda, no puedes salir del hoyo en donde te encuentras, no puedes controlar tus impulsos, pues el señor Kim no logró tranquilizarse y terminó golpeando a Ho Seok.
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Este capítulo ya lo tenía planeado desde ufff... mucho tiempo.
Nota actual:
Maratón 2/5
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