×11×

Cordura caminaba con una bandeja de plata en manos, tarareaba una canción de algún comercial que seguramente llegó a ver. Se dirigía al cuarto de su jefe ya que quería que este no bajara al comedor, había sido un día muy agotador para ambos.

Slug, el nuevo "integrante" del equipo daba muchos problemas, aunque muchos no era una palabra que abarcara lo problemático que era.

Desde incendiar cosas hasta intentos de asesinato a su jefe era poco, también intentaba otras cosas como detener a ambos para que fueran a misiones de emergencias, causaba desastre mientras ellos no estaban. Si no fuera por el sello que White Hat le hizo a su casa ya estuviera hecha cenizas.

Cada día era un martirio para Mariana, aunque la mayoría de los ataques no eran para ella si no para su jefe quien seguía insistiendo en que simplemente el chico estaba sufriendo y necesitaba tiempo para lograr entender que estaba equivocado.

Rompía sus cosas, quemó su cama, rompía los cuadros que decoraban el pasillo, intentos de envenenamiento, intentar hacer que su jefe se suicidara por chantaje, hacer varios artefactos defectuosos a propósito y demás en tan solo un mes.

Tocó a su puerta —¿Jefe? —nadie respondió, la chica llegó a pensar que tal vez estaba dormido pero algo le decía que no era así. Sacó su celular de la bolsa que tenía su chaleco y observó la hora, ya eran las nueve de la noche, pero sabía que su jefe no dormía temprano, en realidad el acostumbraba a dormir solo cuatro horas, aunque en ocasiones ni siquiera dormía —Voy a entrar.

El chirrido de la puerta se escuchó en todo el lugar, escuchaba un sonido  extraño al fondo, dejó primero la bandeja arriba de un mueble cerca de la puerta, prendió la luz y después dirigió su mirada hacía el piso, al lado de la cama de su jefe el cual estaba sosteniendo con ambas manos una gran cantidad de pastillas para meterlas a su boca. La chica al ver la locura que hizo corrió directo a el —¿¡Que está haciendo!? —rápidamente junto toda su fuerza en la palma de su mano para dar un gran golpe en la espalda de White Hat quien estaba apunto de escupirla, pero no bastó para lograr hacer que su jefe escupiera la enorme cantidad de tabletas que en ese momento había logrando pasar por su garganta.

Comenzó a suspirar de manera irregular, la chica se sentó sobre sus rodillas y se acercó a su jefe que se aferraba al tapete de su cuarto —¿Está bien? O por dios tengo que llamar emerg- —sintió la mano de White Hat sobre su brazo.

—No... te preocupes, estoy bien, no es grave.

—¡Te acabas de pasar como cuatro frascos de pastillas, claro que te va a dañar!

—No Mariana, enserio estoy bien — La chica se le quedó mirando, una leve y pequeña sonrisa apareció en el rostro del más alto.

—No me diga que usted...¿Desde hace cuanto... — El de sombrero la aprisionó entre sus brazos, la chica escuchó como los pequeños sollozos del mayor comenzaban a convertirse en quejidos de mayor intensidad.

—Tenía miedo de perderte, t-tu eres mi única familia, la única persona que he tenido desde hace tanto y s-solo pensar que te pasaba algo d-dolía tanto, pensé lo peor, pensé que volvería a estar solo otra vez —La chica intentó hablar pero nuevamente la voz del mayor predominó en su cuarto —Y ahora te tengo aquí otra vez, pero algo esta pasando... a veces, tu sabes e-es difícil aparentar que todo esta bien cuando en realidad las acciones de otros te están destrozando, duele mas que cualquier golpe de algún villano, arde peor que cuando te adentras en un incendio y siento que es tan incurable como algunas enfermedades, C-Cordura ¿Qué estoy haciendo mal al intentar ayudarlo? ¿Enserio doy tanto asco como el dice? ¿Por qué las palabras me duelen?¿Por qué este sentimiento duele? —Nuevamente los quejidos se escucharon en toda la habitación.

La chica correspondió el abrazo del más alto, su vista se posó en uno de los frascos que estaban en el piso los cuales al leer el nombre le trajo un vago recuerdo de aquellas veces que iba a la farmacia para vendas o demás, eran antidepresivos, pero no iban a funcionar en White Hat, porque su cuerpo no funcionaba como el de un ser humano, no importaba cuanta humanidad tuviera, tomarlas le hacia un efecto placebo que lo hacía mejorar su estado de ánimo a la fuerza.

Duraron bastante tiempo así hasta que ambos vieron la puerta abrirse, observaron al enorme oso que intentaba entender en ese momento lo que sucedía, White se separó un poco de la chica y con su mano hecho puño limpió las ultimas lagrimas que caían por su mejilla.

El oso miro a su jefe fijamente, con su pata logró apagar la luz y apachurró un botón que su collar tenia la cual era una lampara que iluminaba, se acercó y con ayuda de sus patas abrazó a ambos, comenzó a restregarse en quien creía que era su dueño, entendía que el gran animal le estaba demostrando cariño, le abrazó y le comenzó a acariciar-Muchas gracias a ti también seiscientos sesenta y seis- Mariana suspiró aliviada.

Nuevamente la enorme y hermosa sonrisa de su jefe estaba en su rostro, así debía de ser, tenia que verlo feliz y animado sea como sea, no quería volver a ver la imagen de su jefe llevando tabletas a su boca nunca más.

Y ahora.

Estaba temblando, dos semanas había pasado desde que habían tenido aquella discusión con Slug y su jefe había decidido decirle, estaba nerviosa ya que era un arma de doble filo, White Hat podría tener un peso menos de encima, pero no sabía como reaccionaría el otro el cual si se llegaba a ir de la casa lograría hacer que su jefe comprara tantos frascos como nadie en el mundo.

Apenas llegando de una misión White acompaño al científico a quien sabe donde como era costumbre, ella sabia lo que pasaría, estaba nerviosa, apunto de la hiperventilación, todo estaba pasando muy rápido y ella procesaba la información de manera lenta.

—¡El movimiento que hizo fue increíble Doctor!— El de sombrero le abrazó por el cuello como era costumbre.

—Si bueno, observarlo a usted sirve para saber que movimiento son útiles al momento.

—¿Significa que se inspira de mi? ¡Que honor!

—Ajá, claro— El chico miró a un costado suyo, llevaba dos semanas trabajando en algo importante y por fin había decidido enseñárselo a su jefe— Oye...Necesito que vengas conmigo.

—Claro, en realidad iría con usted al lugar que fuera.

—Joder, deja de decir idioteces y sígueme.

Ambos comenzaron a caminar hacía el laboratorio, Slug abrió la puerta y dejó pasar al más alto quien le agradeció el acto para después cerrar la puerta.

—¿Qué sucede?

—Necesito que revise si están todos los artefactos que pidió.

—¡Claro!— chasqueó los dedos y una libreta junto con un bolígrafo apareció enfrente suyo flotando, tomó ambos objetos y se acercó a la mesa para contar los artefactos que estaban encima de ella.

Slug tomó su bolsa entre sus manos para quitársela de la cabeza y dejarla a un costado de la mesa, White Hat dirigió su mirada al más bajo quien se notaba algo nervioso. —¿Qué miras?— cuestionó.

White Hat solo sonrío—No, nada Doctor— nuevamente bajó la mirada a los artefactos.

El científico tomó algo debajo de la mesa pero el de sombrero no prestó atención a eso hasta que vio como éste se acercaba a él. —¿Suced—antes de que terminara de hablar el doctor ya le había entregado un cuadro en sus manos haciendo que tirará la pequeña libreta y pluma al suelo, le observó y sus ojos se abrieron lentamente.

Era él, con una enorme sonrisa a lápiz, con detalles tan pequeños en su rostro que el ni siquiera conocía.

—Es para ti...ahora también puedes estar colgado en el pasillo.

Sin dudarlo el de traje lo abrazó lo más fuerte que pudo como si de su último abrazo se tratara.

—¡Muchas gracias Doctorcito! No sabe cuánto le agradezco, me encanta me encanta me encanta, siempre logra lo que se propone, no se rinde y lo da todo.

Slug se sentía feliz y satisfecho.

—Eso es una de las muchas razones por las que me gusta.

Pero lo que había sentido no se comparaban con el latir frenético de su corazón en ese momento.

El más alto dejó de abrazar a su ayudante—Iré a colgar- —Antes de terminar de hablar Slug le tomó de la muñeca.

—¿Qué dijiste?— White Hat sonrío nervioso.

—Que.. iré a colgar esto afuera.

—Antes, lo que dijiste antes.

—Ah! Le agradecí por el rec— Con habilidad el de bata quitó de sus manos la sorpresa que le había dado hace un minuto—¿P-puede regresármelo?

—Dime lo que dijiste antes y te lo daré.

White Hat bajó la miraba mientras pasaba saliva de forma pesada, el de cabello negro dejó el recuadro en un banco cerca de él.

—Usted me gusta—dijo sin más— Pero no es algo importante así que olvídelo.

El más bajo se acercó lentamente, sentía el calor en sus mejillas, sentía el nudo en la garganta al no gritar para mantener la imagen.

—White Hat, usted también me gusta— Con fiereza lo acorraló poniendo su mano a un costado del cuerpo del de traje quien tuvo una pequeña contracción ante su acción— Me gusta tanto que no ha sido fácil procesarlo, me gusta tanto que he tenido que dejar mi orgullo de lado, tanto que le permito hacer actos que si otros lo hubieran hecho al instante hubieran dejado de respirar, tanto que me hizo recapacitar lo de los héroes un momento, me atrae tanto que en este momento quiero besarlo.

Se veían el uno al otro.

—Doctor

—Jefe

El albino posó sus manos a los costados de su cuello, parpadeó y comenzó a acercarse al rostro del más bajo. Ambos comenzaron a cerrar los ojos mientras el chico de la cicatriz tomó a su jefe de la cintura y lo atrajo más a su cuerpo.

Sus labios se juntaron, solo llevaban segundos pero al sentir la calidez del contrario parecía que llevaban tantos minutos teniendo contacto, un escalofrío recorrió cada parte de su ser, era una experiencia única que sólo querían experimentar con el contrario, la primera experiencia para ambos.

La mente de Slug estaba en blanco, su mente había sido un lío pero solo bastó con ver el rostro de su jefe acercarse al suyo para olvidarse de lo que estaba sucediendo, desde sus planes hasta los proyectos o lo complicado que había sido aceptar tener estos sentimientos ¿A quien mierda le importaba el libro en ese momento?

Ambos se separaron y se miraron. Una pequeña y hermosa sonrisa se formó en el rostro de su jefe.

—Eso mismo— White Hat pareció confundido por un momento— Esa sonrisa fue la culpable de todo esto.

White lo miró fijamente antes de reir —Si te soy sincero, yo no tengo ni idea de que fue lo me gustó de ti, pero no me molesta quererte —White Hat salió del laboratorio sin más mientras que el de ojos amarillos le miraba.





Perdón por no haber actualizado, en mi país como sabrán no la estamos pasando muy bien pero seguimos de pie!

Ya ahora sí se viene lo bueno xdd9 o eso creo ay, nada que ver pero quiero contarles mis penas amiguitos.

¿Saben lo triste que es romper las leyes universales y ver de pasivos a quienes no debes? Como por ejemplo a Murdoc :""""" ay.
Estaba pensando en escribir un OS Studoc pero no sé si sea bien "aceptado" ya que hay referencias a que él es el pasivo y nO sÉÉÉ.

En fin, hoy es cumpleaños de Tsukishima de Haikyuu, lo amo ay nada que ver.

Gracias por leer y por esperar ~

EDIT 2024: SIGO SUFRIENDO POR MURDOC BOTTOM LMAO 

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