༈ PRÓLOGO ༈

            Narrador omnisciente:

En una madrugada solitaria, un silencio imperturbable se esparció por una enorme sala de teatro, siendo reemplazado por las respiraciones alteradas de dos hombres jóvenes, que se preparaban para la última y más importante tanda de la subasta VIP, que aquí se llevaba a cabo.

Para los dos jóvenes, está era la última oportunidad para arreglar el error que uno de ellos había cometido. Por lo qué se mentalizaron para gastar todo el dinero que fuera necesario para cumplir con su objetivo.

Mientras tanto desde un balcón, a unos cuantos metros de distancia. Un solitario hombre de traje negro, tomaba tranquilamente un trago de whisky, mirando fijamente hacia una dirección. Dando inicio a un juego, que solamente el conocía.

Pero sin saber el peligro que esté traería.

El lujo y el silencio en el ambiente, eran solo un disfraz para ocultar la emoción y los verdaderos deseos, de aquellos millonarios que querían encontrar una nueva manera de representar el poder que el dinero les otorgaba. Adquiriendo diversas obras de artes, para presumir en fiestas, y crear una apariencia que les permitiera hacer nuevas conexiones.

El telón rojo del elegante teatro se abrió. Creando nueva expectación entre los allí presentes. Atentos a la obra de arte que se encontraba siendo escoltada, por dos hermosas mujeres en trajes formales.

—Distinguidos invitados presentes
—un hombre de mediana edad, se presentó en un traje de gala, sosteniendo un micrófono—.
Después de esperar por tanto tiempo, es hora de presentar el último articulo de la subasta —anunció con una gran sonrisa, buscando levantar nuevamente el ánimo.

Las mujeres que escoltaban la obra de arte se situaron en cada lado del cuadro. Apartando con sincronización la tela que cubría la pintura. Luego de la señal del presentador, que empezó hablar siguiendo las líneas de su monólogo.

—Está bella obra de arte, es conocida como: Candor, fue una de las últimas obras que el gran pintor Prince, dejó antes de su muerte. Se había perdido en la historia por innumerables años, y luego fue comprada hace un tiempo por una de las distinguidas familias aquí presentes, la familia Ayad.

Un leve bullicio se escuchó en el público, sorprendido por aquella noticia. Siendo una molestia para los dos jóvenes que se encontraban siendo observados, luego de la mención del apellido.

—Hace poco, la pintura fue comprada y donada para la subasta. Por lo que
a palabras del anterior propietario, todo el dinero que aquí se recaude, sera donado a diversas instituciones públicas del estado, para contribuir a los necesitados—destacó el hombre, recibiendo una tanda de aplausos
—Asi que con todo listó. La suma inicial para la compra del cuadro, es de un millón de dólares.

Las fichas se empezaron alzar en cada fila con interés. Más motivados por  conocer el apellido de la familia que antes poseía el cuadro, que saber el gran artista que lo pintó.

—¡Dos millones...!

—¡Cinco millones...!

El presentador observaba con una gran sonrisa, preparándose para empezar con el conteo, al ver como la suma del cuadro aumentaba.

—¡Quince millones de dólares...!—pronunció uno de los dos jóvenes, decidido a llevarse el cuadro de cualquier forma.

—Quince millones a las una... —el presentador empezó con el conteo—Quince millones a las dos... Quince millones a las...

—¡Cuarenta millones!

Una nueva voz se sumó. El hombre que estába en el balcón levantaba tranquilamente la ficha en su mano. Generando curiosidad en los demás invitados, que miraban hacia arriba queriendo descubrír al misterioso hombre que había pujado tanto dinero por el cuadro.

—Cuarenta millones a las una... —el conteo empezó nuevamente—Cuarenta millones a las dos...

—¡Cuarenta y cinco millones!
 
Una nueva oferta salió de la boca, de uno de los dos jóvenes. Dispuestos a conseguir el cuadro sin importar el precio.

—Cuarenta y cinco millones a las una...—el presentador empezó a contar nuevamente—Cuarenta y cinco millones a las dos... Cuarenta y cinco millones a las tres. ¡Vendido al señor de la ficha 18, por cuarenta y cinco millones de dólares!—el presentador finalizó la subasta, dando como ganador a uno de los dos jóvenes. Y los aplausos empezaron, dando por terminada la subasta.

La pareja de jóvenes no dejó pasar el tiempo. Buscaron el cuadro y pagaron rápidamente la cantidad ofrecida en la subasta. Los dos se subieron al mismo auto, tratando de llegar de la manera más rápida a su destino.

Luego de una hora, una reunión familiar se llevaba a cabo. El joven que cometió el error se sentía aliviado, y al mismo tiempo nostálgico, por recuperar el antiguo cuadro de su abuelo. Aunque por una gran suma de dinero.

—Pásame la pintura hijo—una voz masculina le hablo al joven. El cuál sin miramientos le entregó la pintura a su padre.

El hombre de mediana edad revisó la pintura junto a su esposa.
Confirmando que era el mismo cuadro que pertenecía a su familia, quedando satisfechos.

—Está vez hiciste un buen trabajo hijo, y recuperaste el preciado cuadro de tu abuelo—la voz dulce de su madre se dirigió al chico, mirándolo con una gran sonrisa.

—Gracias madre—asintió satisfecho por el halago. Que momentos después, fue reemplazado por el puño de su padre golpeando su cara.

—¡¿Donde están las escrituras?! —su papá grito histérico rompiendo el cuadro.

—¡¿No está?! ¡¿Acaso nos robaste lo que estaba en el cuadro?!—su madre lo sostuvo de la camisa. Dejando atrás la etapa dulce de una madre comprensiva. Mientras que el joven la empujaba enojado.

—¡No se de que carajo hablan!—gritó con molestia, viendo el cuadro que su abuelo tanto apreciaba roto—¡¿Por que me dijeron que comprará el cuadro de mi abuelo si lo iban a romper. Esa pintura me costó 45 millones de dólares!?

—¡¿Entoces donde está el papel?!—su madre lo observó con impaciencia.

—¡No lo se! —respondió tratando de calmarse—. El presentador del evento, solo dijo que alguien había comprado el cuadro antes, y que lo había donado para la subasta.

—¡Es imposible que alguien más supiera de esas escrituras! —el padre del joven intento golpearlo de nuevo, pero el chico más rápido lo esquivó—¡Sirve de algo, y consigue el nombre del bastardo que donó la pintura!

El joven miro al suelo, controlandose para no maldecir a sus padres.

—Mientras ustedes estaban discutiendo, empecé a investigar y conseguí el nombre de la persona que donó el cuadro—el otro joven que se había mantenido callado todo el tiempo, habló. Captando la atención de todos.

—¿Quién es?—preguntaron al instante la pareja de esposos.

—Todos aquí lo conocemos bien—sonrío el joven, sintiéndose un perdedor por no poder predecir a uno de sus enemigos—. Es conocido por todos como: Steven Oldfield.

••

Hola 🖤

Espero que hayan leído con atención el prólogo. Dejé muchas pistas sueltas para más adelante. 😗

El nombre del autor de la pintura es ficticio. Así que no lo busquen.

Dato interesante: Candor es un término, que se usa para aludir sinceridad, pureza, inocencia o ingenuidad.

Nota: Perdón si encuentran alguna falta ortográfica, este es solo el primer borrador.

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