tres.
-TRES
—Entiendo todo lo de hablar dormido, pero lo que no entiendo es el sueño de la princesa y el dragón y por qué estoy en él.
Yoongi se asoma en la esquina, totalmente desconcertado ante la peculiaridad de la frase, y se ríe entre dientes al ver un rostro familiar con pómulos marcados y lentes de marco grueso en el puente alto de su nariz.
—Okay —dice el amigo de Hoseok, sacudiendo su cabeza—. Tú eras el dragón y Taehyung era la princesa-
—¿Quién es Taehyung?
—El tipo de muslos bonitos en mi clase de psicología.
—Oh, cierto. Continua.
—Así que él era la princesa y tú eras el dragón-
—Espera, ¿por qué era yo el dragón?
El chico más bajo se encoge de hombros.
—No lo sé. Quiero decir, tiene sentido, de todas formas eres muy feo.
Hoseok ahoga un ruido quejumbroso.
—Disculpa-
—Cállate, ¡estás gritando! —El otro sisea, y Hoseok se muerde la lengua.
—Disculpa —repite Hoseok, en un tono mucho más tranquilo—, ¡pero yo no soy feo!
Tratando de contener la risa, Yoongi se devuelve al pasillo para terminar de colocar los libros en el estante.
Mientras tanto, Hoseok y Jimin se han calmado, y este último está hablando de su proyecto de psicología.
—Se supone que Taehyung estará aquí en unos minutos —dice Jimin emocionado—, así que apreciaría que te sentaras en una mesa diferente.
Hoseok frunce el ceño.
—¿Es en serio?
—Sí —Jimin mira hacia la parte frontal de la biblioteca—. Por favor, Hoseok hyung, te voy a comprar el almuerzo durante una semana.
—Más vale que sea un maldito buen almuerzo —gruñe Hoseok, reuniendo sus cosas.
Camina con dificultad hasta una mesa a una distancia considerable, la cual se encuentra frente a una gran ventana a través de la cual pasan los cegadores rayos del sol vespertino. Vuelve a abrir el libro que había estado usando, y reanuda su trabajo.
Está oscureciendo cuando Hoseok se va (lo cual no indica mucho, ya que el invierno se está acercando y el sol empieza a ponerse más temprano). Había pasado junto a Jimin y el otro chico, Taehyung, cuando salía de la biblioteca, y estaba un poco molesto al verlos reírse en silencio, sus rodillas rozándose.
No parecían estar trabajando en su proyecto.
Hoseok se tambalea un poco cuando ve a Yoongi, un par de yardas delante de él, diciéndole algo a una mujer de mediana edad antes de dirigirse hacia la puerta. El chico mira hacia atrás mientras empuja la puerta para abrirla, y al hacer contacto visual con Hoseok, la mantiene abierta.
—Gracias —tartamudea Hoseok, ajustando la correa de su bolso.
—De nada —dice Yoongi en voz baja, y mete sus pálidas manos en los bolsillos de su chaqueta—. Hoseok, ¿verdad?
—Sí.
—Hm. Hoy hace más frío que de costumbre.
Hoseok asiente, tirando de la bufanda alrededor de su cuello para ajustarla.
—Sí, aunque me encanta el invierno...
Los ojos de Yoongi parecen centellear.
—¿Sí? ¿Por qué?
—Solamente es así.
Yoongi se ríe de la simple respuesta, mirando hacia la acera.
—¿Estás yendo a casa?
—No, voy a ir a esa cafetería de allá. —Señala la pequeña cafetería al otro lado de la calle—. Tal vez para tomar un poco de chocolate caliente.
—¿Te importa si me uno a ti?
Un sentimiento emocionante se libra en el pecho de Hoseok.
—Uh ... No, no importa.
—Cool.
Codo a codo, los dos hacen su camino a través de la calle en silencio hasta que Yoongi habla de nuevo.
—En serio, quiero saber por qué te gusta tanto el invierno.
—Bueno... —Hoseok mira hacia el cielo sin estrellas y exhala, su aliento formando una pequeña nube blanca en el aire frente a él—. Supongo... que me gusta estar envuelto en chaquetas y bufandas y sombreros. —Le sonríe nerviosamente al chico, agradablemente sorprendido de no estar terriblemente nervioso alrededor de él por una vez en su vida—. Y cuando estás con toda esa ropa, te sientes cálido y cómodo, ¿sabes? —Se encoge de hombros—. Es un calor diferente del que sientes en el verano. El calor del verano es todo sudoroso y pegajoso y sólo- ugh. No me gusta. —Un viento frío le golpea la mejilla—. Y la mejor parte del invierno, en mi opinión, es cuando te vas a casa y te envuelves en las gruesas mantas, y comes una buena cena, y estás todo caliente por dentro. —Él ríe en un suspiro—. Lo siento mucho, estoy divagando.
Yoongi sacude la cabeza.
—No, me gustó escuchar eso. Continúa.
—Um... —Hoseok apoya la barbilla en la bufanda—. No lo sé, eso es todo.
—Aw.
—¿Cuál es tu estación favorita?
—Um... Primavera.
—¿Por qué?
Yoongi sonríe, una suave sonrisa que calienta un poco las entrañas de Hoseok.
—La primavera es... es el renacimiento de la vida. Es cuando las plantas, las personas- es cuando el mundo nace de nuevo, floreciendo después de un período de... latencia. —Yoongi coloca la lengua entre sus dientes, pensando—. Además, me gusta la lluvia. La primavera es lluviosa, es suave. Las temperaturas no son demasiado calientes o demasiado frías. —Mira a Hoseok a través de sus pestañas—. La primavera es la transición de un aislamiento desolado y helado a un renacimiento. Es refrescante.
Silencio.
—Maldita sea —dice Hoseok—. Ahora me siento estúpido.
—No te sientas estúpido. —Yoongi se ríe—. A veces me pongo extrañamente filosófico.
Hoseok sonríe.
—Me gusta.
Yoongi abre la puerta de la cafetería para Hoseok (qué caballero) y después de que cada uno pide una bebida (un rico chocolate caliente cubierto con crema espumosa y pequeños malvaviscos para Hoseok y una agría taza sin azúcar de café negro para Yoongi). Se sientan en una mesa junto a la ventana.
—Son casi las siete de la noche, ¿por qué estás tomando café? —pregunta Hoseok con curiosidad mientras los dos se sientan.
Yoongi se encoge de hombros.
—Me mantengo despierto hasta tarde. Soy una criatura nocturna.
—Ah. —Hoseok sonríe y sacude la cabeza—. Yo no. Apenas puedo quedarme despierto hasta medianoche.
—Penoso.
—Lo sé.
—Eres un chico muy cool —menciona Yoongi un poco más tarde, ese brillo familiar en sus ojos otra vez.
Hoseok evita tímidamente sus ojos.
—Siento disentir.
—¿Por qué? —pregunta Yoongi, mirando fijamente los ojos del otro chico.
Hoseok se ve incapaz de decir exactamente por qué piensa que es poco interesante, sobre todo por la forma en que los ojos de Yoongi lo atravesaban, como si pudiera ver sus pensamientos e inseguridades más íntimas, pero también parcialmente por la forma en que Yoongi había formulado la pregunta. Cargada de un tono incrédulo, que había hecho que Hoseok quisiera reformular sus palabras.
—No... estoy seguro.
Yoongi sólo le dedica una dulce sonrisa y toma un sorbo de su café.
Y Hoseok simplemente lo observa, fascinado por la belleza pura de Min Yoongi.
Feliz cumpleaños, Yoongi 🖤
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