ocho.
-OCHO
Durante casi dos semanas, ni Hoseok ni Yoongi han intentado comunicarse. Durante casi dos semanas, Hoseok ha estado inventando excusa tras excusa para sí mismo (y para Jimin) para justificar por qué no necesita ir a la biblioteca. Durante casi dos semanas, Hoseok se duerme con un dolor en el corazón.
Cada vez que piensa en esa horrible conversación con Yoongi, su corazón duele y su cabeza gira y sus ojos arden por las lágrimas. Cada vez que Yoongi invade sus pensamientos, siente como si una mano estuviera retorciendo sus entrañas.
Así que imagina lo que Hoseok debe sentir cuando realmente ve a Yoongi.
Su cabeza está gritando, su corazón está llorando, su boca está demasiado reseca para poder pronunciar cualquier palabra mientras se encuentra de pie en frente del dolorosamente hermoso chico rubio, con una bolsa de comestibles recién comprados en la mano, un fuerte vendaval mordiéndole las mejillas.
—Yoongi —finalmente susurra.
Su corazón está sufriendo tanto que comienza a encogerse sobre sí mismo con el fin de protegerse del dolor, que simplemente se instala en sus huesos y le duele aún más.
—Ha pasado un tiempo —dice Yoongi.
Su cabeza se hunde en el cuello de su chaqueta gruesa por un momento antes de mirar de nuevo Hoseok, con ojos de acero.
Un escalofrío recorre a Hoseok.
—Sí.
—¿Cómo has estado?
—Bien.
—Eso es... bueno.
Los ojos de Hoseok se arremolinan nerviosamente antes de descansar en la cara de Yoongi.
—Yo solo... me preguntaba —comienza después de varios segundos de silencio palpable—, ¿por qué me besaste esa noche?
Yoongi se pone visiblemente rígido, y Hoseok ya está lamentando haber preguntado.
—No sé. —Es la respuesta brusca del chico—. Solo fue un... Yo estaba atrapado en el momento, supongo.
—Así que... —Hoseok se humedece los labios—. Así que ese beso no significó nada.
—N-Nada en absoluto. —Yoongi frunce el ceño—. Nada —repite en voz baja, como intentando convencerse a sí mismo.
Hoseok suspira tristemente, mirando a sus pies.
—Genial —dice en voz alta, la voz le tiembla. Se humedece los labios y resopla amargamente—. No sé lo que estaba pensando, elevando mis esperanzas- debería haberlo sabido-
—Hoseok- — Yoongi está moviéndose rápidamente hacia él, con los ojos muy abiertos y las palabras sin aliento, con la mano extendiéndose y acariciando suavemente las mejillas de Hoseok—. Dios, Hoseok, por favor no llores.
Ni siquiera se había dado cuenta de que había estado llorando. Resoplando y secándose rápidamente los ojos, Hoseok mira hacia abajo.
—Lo si-siento.
—No- —Los dedos temblorosos de Yoongi limpian la humedad bajo los ojos de Hoseok—. Soy yo el que debería sentirlo.
Hoseok ahoga un sollozo mientras une las manos de ambos.
—Pensé que al menos te gustaba como amigo, Yoongi. —Resopla—Pensé que al menos habrías averiguado cómo estaba- pensé que te habría importado.
—Me importaba.
—Tienes una manera realmente divertida de demostrarlo, entonces.
Hoseok aprieta la mano de Yoongi, y de repente hay un calor alrededor de él, brazos delgados envolviendo su torso, corazones latiendo uno contra otro.
—¿Puedo ser honesto?
Hoseok resopla.
—Por favor.
—Estoy asustado.
Los labios de Hoseok se abren confundidos.
—¿Qué?
—Estoy asustado —repite Yoongi, apartándose un poco para ver la cara de Hoseok—. Estoy asustado y confundido y hay un sentimiento extraño en mi pecho que no estoy acostumbrado a tener del que estoy casi seguro que tú eres la causa y no sé qué hacer al respecto porque eres tierno y divertido y hermoso y quería besarte esa noche debido a que ese suave sentimiento en mi pecho había regresado pero no sabía a dónde dirigirme desde ese punto y toda esta mierda del romance es honestamente aterradora-
—Respira. —Hoseok no puede dejar de reír un poco aireado—. Respira, Yoongi, respira. Está bien.
Yoongi junta sus frentes (la respiración de Hoseok se detiene).
—Me estás confundiendo.
—¿Cómo?
—Porque- —Yoongi exhala con dureza— me estás haciendo dudar de mi postura frente al romance y estoy sintiendo emociones que nunca he sentido antes gracias a ti y- —se aparta un poco, humedeciendo sus labios— no sé qué hacer con ellos.
—¿Podríamos... —Hoseok vacila— ...tener una cita?
Yoongi sostiene su lengua entre sus dientes.
—No me molestaría —admite—. Pero no quiero llamarlo cita.
Hoseok sonríe.
—Entonces, ¿cómo te gustaría llamarlo?
—Ni idea —Yoongi se ríe—. Todo lo que sé es que yo... —el aire se silencia— yo... creo que... tú me gustas.
Hoseok sonríe vertiginosamente y besa a Yoongi con tanta fuerza que le duelen los labios y sus gafas se tuercen. Su brazo (el que no tiene la bolsa de comestibles) está bien envuelto alrededor de los hombros de Yoongi, y su corazón salta a su garganta cuando las manos del rubio sujetan su cintura con mucha fuerza. Es cuando empieza a sentirse aturdido que rompe el beso, con el pecho elevado y las mejillas enrojecidas.
Yoongi está riendo, con los ojos todavía cerrados.
—Tus labios son tan adictivos. —Respira—. Podría seguir besándote para siempre.
—¡No digas cosas como esas! —se queja Hoseok, con un sonrojo vergonzoso deslizándose por sus mejillas.
—Realmente amo besarte —Yoongi continúa, radiante—. Y... tú me gustas mucho.
—Tú también me gustas mucho.
—Tú me gustas más.
—Oh Dios no, no vamos a hacer mierdas cursis como ésta.
—Qué mal. Voy a ser el novio más cursi de todos, solo observa.
—Oh, Dios.
Gracias, bellas personas, por la paciencia, las votaciones, los comentarios y las lecturas. Solo queda un capítulo.
Feliz aniversario #4 💜
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