4. MIDNIGT SUBURBS
Hay cosas que Dazai no puede evitar por mucho que trate de adormecer su cerebro con estupefacientes y alcohol, intentó fingir que la razón por la que se topaba con cualquier bar de androides y humanos fue para distraerse, pero en su interior sabe que no es así. Por mucho que quiso desligarse de la investigación de alguna manera lo hizo, cada bar que visitó estuvo con algún androide buscando las especificaciones de los humanos modificados, y no tuvo suerte.
Aunque Dazai no niega que mayormente esperaba realmente ahogarse en alcohol para no sentirse asqueado de lo que estaba haciendo, la intimidad era algo con lo que no conectaba del todo y hacerlo ahora con la intención de buscar información se sintió degradante. Entonces, no había tenido éxito en ninguna de las ocasiones pero los anuncios de desapariciones en los apartados finales de los periódicos virtuales seguían aumentando. Habló y escucho a muchos borrachos que visitaban los bares de venta de androides sexuales, pero nadie dijo nada relevante para Dazai.
Y ahora un destello azulado dibujó una estela de información, cuando visitó Midnigt Suburbs el lugar abandonado de la ciudad esperaba encontrar algo importante pero no esperó que fuese tan pronto. El cartel The Flags lo saluda desde la distancia y sabe que esta vez no puede alcoholizarse tanto como quiera, esta vez lleva su gabardina blanca y el cabello ahora limpio después de días sin haberlo lavado. Finalmente se ve decente después de semanas, pero sabe que destacará y eso es lo que espera.
Entrar al lugar es fácil, tal como recuerda ya hay mujeres y hombres bailando en el centro de la tarima, algunos humanos ya borrachos con alguna presa ya acompañándolos, es el nido del libertinaje al que Dazai se había acostumbrado a ver. El moreno busca una mesa entre todo el bullicio, a pesar de que el lugar estaba mal localizado estaba cuidado para lo que el local podía ofrecer, aunque podía ver las esquinas oxidadas bajo las luces y el olor era demasiado fuerte alrededor.
“¿Te perdiste amigo?” un hombre de gafas oscuras se acerca por detrás, tomándose la libertad de sentarse junto a él.
“No realmente” responde Dazai tranquilamente mirando a los bailarines, el hombre a su lado lo inspecciona antes de reírse.
“Oye, oye, vas a salir muy lastimado de aquí, ¿lo sabes?” el chico se acerca más levantando una mano haciendo una seña al hombre de la barra “Te invito unos tragos, niño rico”
“¿Estás tratando algo?” Dazai levanta una ceja ahora mirando al chico, rubio y gafas oscuras con piercing en la ceja y labio.
“Uhm… no, ya estoy ocupado amigo” responde levanta su mano mostrando un anillo en su dedo anular “Solo quiero saber cómo llegó acá un niño rico, ese abrigo que llevas solo lo tiene la gente de la ciudad”
“Lo robé” dice Dazai mirando las mangas de su abrigo “Me gano la vida robando, ya sabes”
“Fingiré que te creeré, pero no creo que todos tengan la amabilidad de hacerlo”
Las bebidas llegan y Dazai mira su copa que burbujea y siente que una sonrisa sardónica se dibuja en su rostro, oh esto había sido tan fácil.
“No tengo porque mentir, vine aquí porque tienen un grandioso menú de androides”
“Así que eres de esos” murmura el rubio comenzando a beber de su copa.
“¿Puedes culparme? Es lo mejor que tiene esta podrida ciudad” Dazai mueve la copa en dirección a su acompañante antes de beber.
“Bah, entonces no serás de ayuda” el rubio termina el resto de la bebida de un tragos y se limpia los restos con el reverso de su mano “Soy Albatross, por cierto, aunque no es necesario que lo recuerdes”
“Soy Tsushima” el moreno sigue bebiendo tranquilamente sintiendo como el efecto de la bebida comienza a correr por su sistema, poco a poco el sueño comienza a invadirlo “Oye… me siento raro”
“Me gusta ir por el camino más tranquilo” dice Albatross recostando un brazo en la mesa mirando sonriente a Dazai “No quiero armar un alboroto, Tsushima”
Dazai antes de desvanecerse el hombre lo sostiene contra su pecho, imagina que la imagen a los demás parecería normal. Un hombre extremadamente borracho es acortejado por otro quien lo llevará a alguna habitación, lo extraño de la droga es que Dazai no puede moverse u abrir los ojos pero es consciente de todo a su alrededor. Albatross lo lleva sosteniéndolo por los hombros y saludando a todos a su alrededor.
“Oye, Tross Chuuya dice que… ¡¿qué carajos llevas ahí?!”
“Oh, hola amor, tengo un regalo de la ciudad”
“¿De la ciudad? ¿Cómo siquiera saber que es de la ciudad?”
“Crecí con esos bastardos, sé como se comportan y visten” Es apoyado en algo suave demasiado brusco para el gusto de Dazai “Estará fuera por unos diez minutos, no te preocupes”
El hombre con el que habla suspira resignado “Bueno, tenemos que sacarle lo que quieras saber antes de que venga Shirase, aparentemente tiene información para Chu- Uhm, Nakahara”
“¿Otra vez?” Albatross suena irritado “¿Ese chico puede superar a mi dulce hermano? Es un ex demasiado intenso, no sé cómo Nakahara pudo mirarlo”
“Sabes por qué” dice el hombre casi implicando algo solo con su tono.
“Lo sé, lo sé, bueno espero no tengan sexo de reconciliación por lo que sea que venga” dice Albatross asqueado “Menos en mi adorable sofá”
“Pfft ese sofá ya fue profanado por ti”
Dazai casi quiere recuperar la movilidad solamente para rodar los ojos de lo aburrido y poco entretenido que estaba siendo el estar casi inconsciente, le hubiesen dormido totalmente si iban a comenzar a implicar cosas que al moreno poco le importaban. Se había dejado drogar pensando que iban a hablar de cosas más interesantes y de ayuda, pero tal parece que tendría que recurrir al segundo plan.
“Lo profanamos juntos, ¿no lo recuerdas?”
Dazai intenta mover su meñique y aunque tembloroso siente que se levanta, la posición en la que se encontraba al menos le daba acceso a su bolsillo. Mantiene el mismo ritmo de respiración estimando cuantos minutos han pasado, sabiendo que después de diez tendría que fingir estar desconcertado y asustado. Mientras tanto ellos hablan de cosas que los distrae de mirar a Dazai confiando en su droga, con esfuerzo mete su meñique en su bolsillo sintiendo lo que debía sacar, era delgado y solo debía jalarlo para que se perdiera entre los pliegues del sofá.
Albatross se sienta a su lado, y le facilita la salida al dispositivo, y Dazai agradece la ineptitud de todos con los que se ha topado. Se relaja y espera los otros dos minutos para poder moverse completamente pese a que ya es dueño nuevamente de su cuerpo.
“En fin, espero que esta vez sirva de algo la información de Shirase, llevamos estancados hace bastante tiempo”
“Aún tenemos opciones, no será el fin del mundo”
Dazai comienza a cambiar el ritmo de su respiración y finalmente abre los ojos desconcertado mirando por todos lados encontrando al rubio que se ríe y Dazai se aleja de él asustado yendo al otro extremo del sofá.
“¡¿Qué diablos hiciste?!” el moreno con voz temblorosa abraza su propio cuerpo mirando al otro que solo mira aburrido a la escena, casi acostumbrado.
“Yo te advertí que este lugar no era para ti, terminarás lastimado” Albatros se encoge de hombros.
“¿Q-Qué quieres de mí?”
“¿Por qué estás en un bar de Midnigt Suburbs? Este lugar es solamente para la clase que literalmente se alimenta de drogas” Albatros rebusca algo entre sus bolsillos sacando un arma, buscando intimidarlo “Y quiero que digas la verdad, nadie entra a Midnigt Suburbs fácilmente”
Dazai traga audiblemente antes de responder: “Yo… yo escapé de casa”
“No te ofendas pero no eres un niño que huye de casa” Albatross le apunta con el arma “Repito, ¿qué carajos haces aquí?”
“¡Está bien, está bien!” Dazai levanta las manos y siente que sus ojos pican “Estoy buscando a mi hermano pequeño porque es uno de los desaparecidos y la policía dijo que ahora era un caso cerrado” explica con voz acuosa “según la investigación el último rastro fue entre Midnigt Suburbs y SententiaHood, vine porque se dice que prostituyen a los desaparecidos en este tipo de bares”
Albatross lo mira unos segundos largos antes de bajar el arma, y suspira mirando al hombre de cabello platinado. El hombre asiente.
“Ya veo, tienes suerte entonces” Albatros se estira haciendo ruido dejando el arma sobre la mesita “Saca todo lo que tengas en tus bolsillos, y no te acerques a este lugar. Nosotros no lidiamos con traficantes ni nada por el estilo”
Albatross se levanta mientas el hombre de cabello platinado lo observa mientras Dazai se saca todo de sus bolsillos frente a ellos. Un par de monedas junto tarjetas, un teléfono de alta gama y un encendedor.
“Listo…” susurra Dazai levantando la mirada.
“Vamos a salir por el lado de atrás”
Dazai se levanta nervioso y los sigue a ambos quienes intercambian miradas y susurran entre ellos hasta llegar una puerta gris metálica, ambos abren ambas puertas y le esperan para salir. Antes de que Dazai se de cuenta las puertas se cierran haciendo un fuerte ruido y se queda solo en un callejón lleno de basura y vómitos. Dazai se encoge de hombros y saca el aire contenido finalmente sintiéndose como él mismo.
Odasaku usualmente le decía que era muy bueno mintiendo y actuando, él era el único que podía ver tras cualquier de las fachadas. De algo sirvió ser un mentiroso patológico.
Hoy quizás recibiría al fin una pista.
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