Capítulo 14

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***

Después de la cena del día anterior con la señorita Erisson, lo último que Athenea pudo hacer fue dormir.

En una hoja aparte de su cuadernillo miraba fijamente los nombre de Jellyfish y Lidia Erisson plasmados. Sin embargo, por más que le diera vueltas al asunto no encontraba en sus estudios de Grecia acerca de dos personas que se llamaran así.

«No es cierto» susurró su inconsciente y Athenea quería apagar esa voz, quería olvidar la loca idea que se le había ocurrido.

— Aty —escuchó y se giró para encontrarse con Artemisa viéndola con preocupación— ¿Estás bien? —le preguntó la pelinegra.

—Estoy bien —mintió Athenea.

Sabía que su amistad con Artemisa aún estaba pendiendo de un hilo, y hablarle de lo que pensaba sería recordarle lo que su hermano sabía.

Artemisa no pareció creerle; sin embargo, no dijo nada al respecto.

—¿Vamos? —preguntó señalando la entrada y Athenea dirigió su mirada hacia allí.

Hefesto, Apolo y Hermes las esperaban en el umbral de la puerta del salón mirándolas con atención.

—Pasó. Hoy quiero quedarme aquí —respondió, además estaba el hecho de su discusión con Hefesto el día anterior y Athenea no tenía cabeza para lidiar con ello en ese momento.

—Podemos acompañarte — propuso Artemisa a punto de sentarse en una carpeta cerca de Athenea.

—No es necesario. Además quiero estar sola —necesitaba estar sola.

Artemisa no parecía querer ceder, pero al final asintió y se fue.

Por primera vez desde su llegada Athenea estaba completamente sola en un espacio del colegio.

«Y lo pediste aún con el peligro rondando cerca tuyo», se dijo mentalmente antes de negar volviendo su atención al libro.

«Viejos enemigos volverán». Se recordó y aún con toda la reticencia tomó su lápiz y al lado de Erisson escribió Eri, mientras que al lado de Jellyfish escribía Medusa, había tardado pero después de una traducción descubrió que esa era su nombre en griego o ingles, lo que fuera el caso mientras elegían el nombre de la chica.

Sintió como un peso se levantaba y otro se asentaba al escribir aquello sobre su libreta. Sabía que aquello era una locura; sin embargo, era mejor que nada.

—Ahora si tan solo pudiera descubrir quién es Lidia —susurro pensando que no importara cuán loca fuera la idea; sin embargo, una risa evitó que alguna idea empezará a formarse.

Ahí, de pie en la puerta de su salón estaba Jellyfish.

—Diablos — se quejó Athenea en voz baja analizando en cuestión de segundos todo a su alrededor.

—Hola, princesita —saludo la pelinegra con burla evidente ingresando y cerrando la puerta detrás de ella.

«Escape frustrado», pensó sin despegar la vista de la pelirroja.

—Parece que te dejaron solita —señaló con voz baja y un tono triste, pero la sonrisa satisfecha que tenía contaba otra historia.

—¿Qué quieres, Jelly? —preguntó Athenea yendo directo al punto.

No tenía ánimos para discutir con la pelirroja loca en ese momento.

—¿Qué quiero? —preguntó haciendo un gesto pensativo. —¿Qué quiero? —repitió antes de lanzarle una mirada envenenada — Quiero tu muerte.

«Loca», pensó; sin embargo dijo— Detén eso Jelly. Ni si quiera te conocía antes de llegar aquí —le recordó.

La pelirroja la miró con los ojos entrecerrados.

—¿En serio crees que me voy a tragar ese cuento? —le preguntó entre sus dientes— ¿Crees que soy tan estúpida? —cuestionó y Athenea se moría por decirle, sí, lo eres. Pero en menos de lo que creyó posible la chica cargo contra Athenea, quien apenas pudo moverse al lado contrario para evitar que la agarrara.

—Ahora, Jelly, no estas actuando coherentemente —le dijo Athenea; sin embargo, la chica con ella la ignoro y fue en su búsqueda.

«¿Por qué demonios pedí quedarme sola?» Se cuestionó.

«Llega a la puerta, llega a la puerta», se repetía. Pero eso era imposible con Jellyfish saltando sobre ella y queriendo arrancarle los cabellos.

En un determinado punto, la pelinegra logró alcanzarla por lo que ambas cayeron con Athenea debajo de ella, por lo que, en un movimiento fluido intercambio las posiciones que tenían antes de tirar sobre ella varios libros que había sobre una carpeta cercana a ella.

Con esa corta ventaja, Athenea se puso de pie rápidamente y fue a la puerta.

Estuvo abriéndola cuando observó a Jellysifh ponerse de pie e ir tras ella nuevamente. Por lo que, intentó salir más rápido; sin embargo, eso fue imposible.

Un impacto la mando de espaldas al suelo. Por un breve segundo pensó que era una de las secuaces de la chica que podrían estar custodiando la puerta, pero no fue así.

En lugar de quien pensó que vería encontró a Hera mirándola con desprecio mientras tomaba por un brazo a Lidia evitando que se le acercara.

«¿Qué demonios?» Se cuestionó Athenea adolorida por el empujón de Hera.

Jellyfish se giró con una clara intención de golpear a la rubia, pero Hera estaba preparada y detuvo el ataque con gracia.

Athenea no pudo escuchar, pero vio a Hera susurrar unas palabras antes de soltar a la chica que empezó a quejarse como loca.

—Vete y recuerda con quien te estas metiendo —amenazó Hera a la pelinegra.

—Tú no sabes nada, Hera —le respondió Lidia— Además te estaba haciendo un favor —le dijo logrando que la peliblanca frunciera su ceño.

—¿Te pedí ayuda? —le preguntó Hera; sin embargo, no espero respuesta antes de volver a hablar— No odio más a esta chica de lo que odio a los gemelos —le dijo mirando de Jelly a Athenea— Y si ellos aún viven, ella también —señaló.

Athenea estaba sorprendida, pero no sabía cómo tomar esas palabras. Por primera vez en semanas escuchaba que Hera si la odiaba.

Una más a la lista y que podía ponerse en la fila.

—Ahora largo — ordenó y Jelly se rio.

—Me voy, su majestad —respondió con burla— Pero no pienses ni por un segundo que esto se acabó —agregó al pasar a lado de Hera hacia la salida.

La rubia no respondió y se aseguró que Jellyfish se fuera antes de acercarse a Athenea que se encontraba a la defensiva, y aún con dolor por sus caídas, se puso de pie lo más rápido que pudo.

«Sí voy a enfrentar por primera vez a Hera no lo haré en el suelo», se dijo.

La rubia la miró con una sonrisa satisfecha.

Ambas se quedaron mirando por unos segundos hasta que el timbre del receso sonó cortando el silencio.

—Tienes veinticuatro horas horas para saber cómo enfrentarte a Lidia —le dijo Hera con pocas ganas.

—¿Qué quieres decir? —le preguntó Athenea.

—Veinticuatro horas —repitió la peliblanca antes de girarse y salir del salón.

Ni diez segundos después llegaron Artemisa, Apolo, Hefesto y Hermes.

—¿Qué pasó aquí? — le preguntó Artemisa a Athenea mirando el salón.

Cierto, se había olvidado del pequeño desastre que había armado cuando cayó con Jelly.

—Tengo que recoger eso —les dijo empezando a caminar hacia el desorden antes de que llegara el dueño.

—Deja yo lo hago — se ofreció Hermes con una sonrisa y Athenea dudaba que lo hiciera por buen corazón.

No, Hermes quería algo de ese montón; sin embargo, estaba cansada por lo que se limitó a asentir.

—¿Entonces qué pasó? —preguntó Artemisa de nuevo.

—Es una larga historia —le respondió dirigiéndose a su carpeta.

—Resúmela —pidió Hefesto mirándola con preocupación.

—Jelly estuvo aquí y peleamos —simplificó Athenea.

—¿Y qué hacía Hera aquí? —le preguntó Apolo.

—Me ayudó —respondió sin dudar.

—¿Qué te dijo? —preguntó Hefesto con la voz baja, como si temiera su respuesta.

Athenea miró detenidamente a cada uno antes de decirles lo que la peliblanca le dijo.

—Que tengo veinticuatro horas para saber cómo enfrentarme a Jellyfish —respondió y las miradas de pesar que cada uno tenía le aseguraba que no había nada bueno para ella.

***

¿Acertaron en alguna de sus teorías sobre quien era Jellyfish? Debo decir que me costo encontrar el nombre ya que nunca pensé traducirlo al inicia y buscaba algo más obvio xd 

Ahora solo falta saber quien es Lidia... No olviden dejar sus teorías.

Y ¿Qué piensan de la inesperada aparición de Hera para ayudar a Athenea? ¿Qué piensan de su advertencia? ¿Logrará Aty descubrir el modo de enfrentar a Jelly o tendrá que recibir nuevamente ayuda? ¿Y de quién?

Solo diré que nos espera más drama en los próximos capítulos.

No olviden dejar su voto si les gusto este cap, aprecio muchísimo su muestra de apoyo. 

Au revoir!!!

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